domingo, 23 de diciembre de 2018

La fortalecedora evolución de bacterias y virus


La fortalecedora evolución de bacterias y virus
Por Adán Salgado Andrade

En mis juveniles tiempos, por allá de los 1980’s, un buen amigo decía que cuando se adquiría una enfermedad de transmisión sexual, como una sífilis o una gonorrea, bastaba con inyectarse “un millón de unidades de penicilina” para curarse la infección.
No ahora, pues, a la par de muchos “avances” tecnológicos y médicos que hemos tenido, las bacterias y los virus responsables de muchas enfermedades que desde hace siglos hemos padecido – o nuevas, como el SIDA –, han ido evolucionando y, muy pronto, ya nada las matará, pues han creado una súper resistencia, no sólo a antibióticos, sino a desinfectantes como el cloro.
Se trata de las súperbacterias y los súpervirus, que también por equivocados hábitos nuestros, han estado adaptándose y sobreviviendo ya a casi todo lo que, pensábamos, nos haría deshacernos de ellos.
Antes de que el científico escocés Alexander Fleming (1881-1955) descubriera la penicilina en 1928, no existían tratamientos efectivos contra enfermedades como la neumonía, gonorrea o fiebre reumática, por ejemplo. Pero a partir de su invención, otros científicos y compañías fueron creando nuevos antibióticos, más potentes y de mayor espectro. En 1940, al calor de tantos avances, varios doctores se aventuraron a decir que la humanidad estaba en posición de extinguir muchas enfermedades milenarias. Sin embargo, a casi cien años de la gran aportación de Fleming, no sólo no han desaparecido enfermedades como tuberculosis, sífilis, gonorrea y otras más, sino que hasta se han fortalecido. Bacterias como la Clostridium difficile – que ocasiona diarrea severa en gente mayor o en enfermos graves –, Enterobacteriaceae – que habita el tracto digestivo, pero puede invadir otras partes del cuerpo, como las vías urinarias y provocar severas infecciones – y Neisseria gonorrhoeae – la causante de la gonorrea, de la cual, en el 2016, la Organización mundial de la salud dice que pronto no habrá tratamiento, como veremos adelante –, ya son súperbacterias y siguen, para nuestra desgracia, avanzando.
No sólo eso, sino que científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington descubrieron cepas de bacterias de la tierra que ¡se alimentan de antibióticos! Sí, increíble (ver: https://www.zmescience.com/science/antibiotic-resistance-eating-bacteria-43242/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+zmescience+%28ZME+Science%29&utm_content=Yahoo%21+Mail).
Por desgracia, somos los causantes, pues en la actualidad, con tanto antibiótico que se emplea, sobre todo en la crianza industrial de animales, como pollos, vacas, marranos, a los que se les administran antibióticos sin control alguno, se provoca contaminación en tierras y aguas, cuando se tiran los desechos del procesamiento de tales animales (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2010/08/fabricas-de-animales-enfermedades-en_01.html).
También, nuestra propia ingesta por años de antibióticos, las más de las veces innecesariamente, contamina las aguas residuales y aunque sean tratadas y purificadas, se han hallado restos de antibióticos y otros medicamentos. Así que también, involuntariamente, los ingerimos (ver: https://www.who.int/water_sanitation_health/publications/2011/pharmaceuticals_20110601.pdf).  
Y por tantos años de estar contaminando tierras y aguas con desechos que contienen antibióticos, las bacterias que habitan esos polucionados sitios, se han “familiarizado” y ya se los comen, como si nada. A esos espeluznantes niveles de evolución han llegado esos adaptables microorganismos.
No sólo bacterias dentro de nuestro organismo se han fortalecido – como MRSA, el estafilococo que ya resiste casi todos los antibióticos –, sino que, incluso, una muy común que habita la piel, el Staphylococcus epidermis, es responsable de infecciones, muchas mortales, cuando a personas portadoras las operan, como previenen investigadores del Milner Center for Evolution, de la Universidad de Bath, de Inglaterra.
Los investigadores recomendaron que antes de que una operación, por ejemplo de cadera, de rodilla o fractura, se realice, se debe de analizar el tipo de bacteria de la piel que tenga el paciente, pues si es de la variante mencionada, la infección provocada puede ser fatal, si no se tiene la adecuada higiene. Señalan que tan sólo en Inglaterra, un tercio de los pacientes operados por cualquier situación fallecen justo por incontrolables infecciones. Hay 61 genes, indican, de esas bacterias que permiten que aquéllas invadan el torrente sanguíneo, evadan la respuesta inmune del huésped y hagan la superficie de la célula invadida pegajosa, de tal manera que forman biofilmes que las hacen resistentes a cualquier antibiótico. Otro muy terrible dato (ver: https://www.zmescience.com/science/staph-epidermis-resistance-2653612434/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+zmescience+%28ZME+Science%29&utm_content=Yahoo%21+Mail).
Me referí antes, que también las centenarias enfermedades de transmisión sexual, que ya se creían casi extintas o que se controlaban “fácilmente” con una dosis de penicilina, también han evolucionado, como sucede ya en Estados Unidos (EU). Y no me refiero al SIDA – incontrolable aún –, sino a la gonorrea, la sífilis y la clamidia. Recientemente, el Centro Para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) declaró que tales males han crecido a sus niveles más altos en sólo una década, sobre todo la gonorrea, que ya es resistente a todas las generaciones de antibióticos que solían controlarla.
Por eso la noticia de que una empresa biotecnológica, llamada Entasis, estaba en la fase dos de prueba del medicamento zoliflodacina, el cual “curará”, asegura dicha empresa, la gonorrea en una sola toma, resultó, lo menos, esperanzador. La droga todavía tiene que pasar por la fase tres, antes de que sea aprobada por la FDA, el organismo estadounidense que da el visto bueno a nuevos alimentos y medicinas, además de probarse en humanos. Pero si no resulta efectiva, muchos se preguntan qué podrá hacerse para controlar el desmedido crecimiento de la gonorrea. Y si resulta efectiva, habrá el problema adicional de que costará muchísimo más que los viejos, “baratos”, ya inútiles tratamientos, indican los expertos.
Particularmente en EU, el problema se debe a que desde hace años se bajó el presupuesto dedicado a las clínicas que tratan específicamente tales enfermedades, pues se pensaba que los medicamentos baratos servirían para toda la vida, pero no ha sido así. En el caso de la gonorrea, hace diez años, se comprobó, comenzó a ser resistente a los antibióticos. Todavía la pudieron combatir un tiempo empleando pastillas o inyecciones de cefalosporina, reforzadas días más tarde con un antibiótico oral, la azitromicina. Sin embargo, ese doble tratamiento afectó la antigua práctica, que cuando se detectaba la enfermedad en una persona, se podía combatir con un solo medicamento. Ésta, le llevaba a su pareja sexual el antibiótico, que era en pastillas, y con eso se aseguraba que tal pareja también se curara. Pero cuando un solo medicamento no fue suficiente y se empleó el doble mencionado, inyección más pastillas, ya no se pudo administrar a la pareja de la persona enferma, porque en EU un civil no puede inyectar, sólo personal médico (eso, sí, que es muy atrasado).
Esa situación dejó a muchos sin tratamientos y si tenían la gonorrea, ésta se fue haciendo más fuerte. No sólo eso, sino que por la reducción en presupuestos, tampoco se hacían las pruebas que detectaran qué tipo de gonorrea era la que se estaba atacando. Así, si era del tipo resistente, con la administración de esos antibióticos, que ni cosquillas le hacían, se reforzó mucho más.
Pero ya ni esa terapia funciona. En Inglaterra, se están dando casos así y en EU, se espera un inesperado, aun mayor, crecimiento de la súper gonorrea.
La sífilis y la clamidia, como menciono arriba, también están creciendo demasiado y desarrollando resistencia precoz a los antibióticos. Esto se ve porque los niños que nacen con intratable sífilis, han alcanzado una cifra sin precedente desde 1997, así como las personas afectadas, en estados como Texas, California y Georgia (ver: https://www.wired.com/story/gonorrhea-syphilis-easy-std-treatment-is-over/?CNDID=32248190&CNDID=32248190&bxid=MjM5NjgxMDQ2MjQ0S0&hasha=710e2640ceccb95884594f5b77687780&hashb=652a426c407c58c9511f22771978171dce1aef11&mbid=nl_112818_daily_list1_p3&utm_brand=wired&utm_mailing=WIRED%20NL%20112818%20(1)&utm_medium=email&utm_source=nl).
Para empeorar más las cosas, ya hay plagas de animales portadores de súper bacterias. Es el caso de ratones de edificios de Nueva York, que fueron atrapados y estudiados y que, al decir de los investigadores, portan enfermedades incluso peores que las que acarrean ratas.
Los investigadores analizaron las heces de 400 ratones y se halló que portaban peligrosas bacterias, que pueden poner en peligro la vida, tales como Shigella, Salmonella, Clostridium difficile y E. coli. Lo peor es que varias cepas de esas bacterias ¡ya son resistentes a los antibióticos! Y como los ratones son más comunes y escurridizos que las ratas, andan en todos lados, en casas, penthouses, bodegas, tiendas departamentales, estudios… y ni siquiera los gatos que se sueltan para que los controlen, sirven, pues se ha comprobado que muchos felinos, ni siquiera se preocupan en perseguirlos (¿sabrán que portan súper bacterias?).
Justamente las heces de los ratones contaminan muchos de los alimentos que se ingieren en EU – aparte de los que, de por sí, están contaminados de origen, como la carne de pollo, por la insalubridad con que se maneja en la granjas productoras –, en donde, tan solo enfermos con infecciones de salmonella, se dan 1.4 millones al año, de los que 15,000, ameritan hospitalización y 400 de los hospitalizados mueren.
No sólo eso, que es ya, de por sí, terrible, sino que el citado estudio halló 36 distintos tipos de virus, ¡seis de los cuales son totalmente nuevos para la ciencia. Por fortuna, aseguran los investigadores, ninguno de los virus identificados infectan a los humanos – hasta ahora. Pero identificaron secuencias genéticas de virus que infectan a perros, pollos y marranos. Es decir, que son virus que han mutado y han podido invadir distintas especies. Es cuestión de tiempo que una de esas mutaciones pueda invadir a los humanos y ¡a saber qué enfermedades puedan transmitir! Así que se deben atacar los ratones, no sólo porque puedan comerse los alimentos que ingerimos, sino porque pueden ser fuente de enfermedades contagiosas ya incurables (ver: https://www.zmescience.com/medicine/mice-antibiotic-resistant-bacteria-043242/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+zmescience+%28ZME+Science%29&utm_content=Yahoo%21+Mail).
Hay que tomar también en cuenta, que el cambio climático, debido a la depredación humana que está destruyendo al planeta, contribuye también a esparcir enfermedades contagiosas como las mencionadas. Contaminación ambiental, combinada con ondas de calor o de frío incrementan los efectos de enfermedades respiratorias como la influenza o la gripe. Actualmente, cuando enfermamos de la mencionada gripe, que hace años era de fácil cura, con tés o simplemente guardando reposo, ahora dura mucho tiempo y es más difícil de curar, llevando incluso a complicaciones en pacientes, como niños o de la tercera edad, a los que les ocasiona neumonías o bronquitis agudas, que pueden ser mortales.
Van en aumento los millones de personas afectadas por males respiratorios agudos en todo el mundo. Nada menos que en Inglaterra han incrementado las enfermedades pulmonares, pero no hay suficientes doctores, ni hospitales para atender a tanta gente. Tan solo el año pasado se dieron 913,646 casos, y se gastaron 11000 millones de libras en atenderlos (ver: https://www.theguardian.com/society/2018/dec/09/steep-rise-lung-related-illness-hospitals-nhs?utm_term=RWRpdG9yaWFsX0d1YXJkaWFuVG9kYXlVS19XZWVrZW5kLTE4MTIwOQ%3D%3D&utm_source=esp&utm_medium=Email&utm_campaign=GuardianTodayUK&CMP=GTUK_email).
Y ni se diga de las enfermedades que atacan principalmente y en demasía a la población de países pobres, sobre todo, africanos. Males virales como el ébola, el zika, chikungunya, transmitidos por mosquitos, provocan cada vez más frecuentemente epidemias y pandemias, las cuales lleva más tiempo controlar cada que se manifiestan.
El ébola, por ejemplo, ahorita está creando una incontrolable epidemia en la República Democrática del Congo. Además, las precarias o nulas medidas sanitarias, contribuyen a ampliar los contagios. Y a pesar de que se están empleando varios medicamentos, con tal de combatir a la enfermedad y que no se siga expandiendo, no se han tenido los esperados resultados. La farmacéutica Merck creó una vacuna, que, aún sin gran experimentación en humanos, dada la gravedad de la situación, ya se está empleando. Y aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha vacunado a 50,000 congoleses con aquélla, no se obtuvieron las expectativas originales de que esa acción habría detenido la expansión de la epidemia, pues nuevos casos surgen en otras poblaciones (ver: https://www.wired.com/story/the-drc-ebola-outbreak-is-an-end-of-year-nightmare/?CNDID=32248190&CNDID=32248190&bxid=MjM5NjgxMDQ2MjQ0S0&hasha=710e2640ceccb95884594f5b77687780&hashb=652a426c407c58c9511f22771978171dce1aef11&mbid=nl_122118_daily_list1_p2&utm_brand=wired&utm_mailing=WIRED%20NL%20122118%20(1)&utm_medium=email&utm_source=nl).
Además, por el calentamiento global, tales enfermedades se están extendiendo a países que, antes, ni siquiera se habría pensado que podrían afectarse.
Y por si no fuera suficientemente aterrador lo mencionado, están surgiendo más enfermedades “nuevas”, como la mielitis flácida aguda (AFM, acute flaccid myelitis), que la OMS ha bautizado como la “Enfermedad X”. Se trata de un mal parecido a la poliomielitis, que tan sólo en EU ha afectado a casi 500 personas, desde que en el 2014 se detectó y llegó a su cúspide. Las víctimas son principalmente niños, los que siguen una forma similar de enfermarse. Primero, adquieren un mal ligero, que pareciera una gripa. Luego, se recuperan, pero, en seguida, desarrollan debilidad paralizante en uno de sus miembros, sean brazos o piernas. No sólo eso, también desarrollan parálisis en la columna, la que corresponde con el área en donde uno de los miembros se paralizó. La garganta también es afectada y presentan problemas de deglución. Y es un mal que perdura, casi incurable. Al menos, uno de los niños que se enfermó de eso, desde el 2014, no ha recuperado la movilidad de sus miembros.
Por otro lado, se pensaba que sería provocado por un virus en particular. En los primeros casos, se identificó al responsable como el EV-D68, pero en el 2018, muchos casos se atribuyeron al EV-D71, en tanto que muchos de los enfermos ni siquiera tienen virus. Los mencionados virus se relacionan muy distantemente con la polio, pero en ningún paciente se ha hallado el virus de la polio. O sea, es una enfermedad que ni siquiera se sabe qué la provoca. Quizá sea debida por tanta depredación y contaminación que hemos ocasionado. Probablemente el virus sea el VDC, virus de la depredación y contaminación (ver: https://www.wired.com/story/new-disease-next-global-epidemic/?CNDID=32248190&CNDID=32248190&bxid=MjM5NjgxMDQ2MjQ0S0&hasha=710e2640ceccb95884594f5b77687780&hashb=652a426c407c58c9511f22771978171dce1aef11&mbid=nl_121818_daily_list1_p4&utm_brand=wired&utm_mailing=WIRED%20NL%20121818%20(1)&utm_medium=email&utm_source=nl).
La novela “La guerra de dos mundos” (1897), del escritor inglés Herbert George Wells (1866-1846), plantea el enfrentamiento entre humanos e inteligentísimos alienígenas, a los que ni las armas nucleares (ya, Wells, visionariamente, mencionaba artefactos nucleares) pudieron destruir. Pero cuando comenzaron a aterrizar en el planeta, tan pronto salían de sus naves, en pocos segundos, los extraterrestres caían muertos. Posteriores autopsias determinaron que esos alienígenas no pudieron soportar el ataque de los microorganismos terrícolas, fueran bacterias o virus.
También Wells pudo haber previsto y escrito una novela en donde la guerra fuera entre humanos enfrentados a súper virus y súper bacterias.
Y el apocalíptico final, todos los humanos exterminados por tales microscópicos seres.










sábado, 22 de diciembre de 2018

Conversando con una mesera


Conversando con una mesera
Por Adán Salgado Andrade

El “Patilla” es un popular restaurante, ubicado sobre la calzada Ignacio Zaragoza, muy cerca de la estación del metro Puerto Aéreo. Lleva varios años en ese sitio y los alimentos que se sirven son desde comidas corridas, hasta “antojitos”, como quesadillas, “huaraches”, sopes, tortas… lo que distingue a la tradición culinaria urbana de esta ciudad, la que podríamos denominar nuestra “fast food”, en donde el ingrediente principal es la masa de maíz, acompañada de la salsa verde, la salsa roja, la cebolla picada.. con los que se elaboran todos esos productos, más engordantes que nutritivos, podría decirse.
Los precios son módicos, claro, comparados con los de establecimientos de franquicia, como Vips o Toks, por ejemplo. Un caldo de gallina cuesta de treinta a cuarenta y cinco pesos, dependiendo de la pieza que se pida. Una quesadilla, que son de buen tamaño, unos 25 pesos a 30 pesos. Una comida corrida, cincuenta a sesenta pesos. Digamos que el gasto promedio por comensal son setenta pesos, al alcance, por supuesto, solamente de clasemedieros, no de quienes ganen el salario mínimo (todavía de $82 pesos), pues se les iría su día de trabajo en comer en ese sitio.
Es, como dije, un lugar en donde pueden acudir personas con “medianos ingresos”, las que no podrían ir tan fácilmente – no todos los días, como algunos hacen allí – a los mencionados restaurantes de franquicias, en donde el gasto promedio de una comida puede ser de $250 pesos, por lo menos (un desayuno cuesta alrededor de $150 pesos). Son, llamémosles así, los “Vips” populares. Para “pobres, no tan pobres”, como suele decirse.
Obviamente, las condiciones de trabajo para los empleados del lugar, son menores que las de los que trabajan en franquicias, en donde, al menos, tienen todas las prestaciones (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2018/10/conversando-con-una-ex-empleada-de.html).
Platico con Leticia (no es su verdadero nombre), quien tiene unos dos años, me platica, trabajando allí. Tiene 28 años y vive por Canal de San Juan. “Tengo que cruzar el puente, pero está muy peligroso y seguido asaltan”, dice.
Son dos horarios de diez horas los que deben de laborar. Los empleados que entran cuando se abre, a las 8:30 de la mañana, quienes salen, supuestamente, a las seis y media de la tarde, aunque a veces, muy seguido, lo hacen hasta las siete o “hasta que terminemos todo lo que tengamos que hacer”. Y los que entran a las once de la mañana, quienes deben de cubrir hasta el cierre, que es a las ocho y media o nueve de la noche. Y éstos son los que salen, incluso, más tarde, pues deben dejar todo listo para el otro día. Los que más se “matan”, dice Leticia, son los de la cocina o las chicas que hacen las tortillas para acompañar los alimentos, así como para hacer las quesadillas, los huaraches, los tacos… y son los que más ganan, ¡200 pesotes diarios! Vaya “sueldazo”.
En efecto, veo a una de las chicas que hace las tortillas, que por la repetitiva operación de aplastar la masa y darles forma con la tortilladora manual, con un buen recargón, luce un poco más ancha de los hombros, pues el hacer, no sé, doscientas o más por día, equivaldría, quizá, a que practicara natación diariamente, puede concluirse.
Le pregunto a Leticia sobre su sueldo: “Gano cien pesos por día, pero te pagan sólo los que trabajes, más las propinas”. Éstas, son variables, continúa, dependiendo qué tanta gente haya. “Pues te puedes llevar doscientos o trescientos pesos o, a veces, ni cien pesos”, dice.
No tiene prestaciones de ningún tipo, excepto lo que gane. No paga impuestos, por supuesto, pero tampoco es mucho lo que gana. Son $600 pesos semanales fijos, más, supongamos, 200 pesos por día de propinas, cuando le va bien, eso hace otros $1200 pesos. O sea, de unos $1800 a $2000 pesos semanales, casi cuatro veces lo que ganaría un empleado que percibiera solamente salario mínimo, al que le pagaran todo el mes, que serían $2460 pesos mensuales. Probablemente sea por eso que personas como Leticia aceptan no tener más prestaciones que las de un sueldo algo más alto que el  miserable salario mínimo (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2015/12/conversando-con-una-demostradora-de.html).
Por cierto, los “generosos” empresarios ya  declararon que el salario mínimo será de $102 pesos al día, “haciendo un gran esfuerzo”, a partir de enero del 2019.
En diciembre es cuando más trabajo tiene, dice Leticia. Por ello, no ha tenido días libres, los que, de todos modos, no son fijos, sino que se los va rolando el dueño, un patilludo setentón, por el que restaurante debe su nombre, por sus singulares “rancheras” patillas.
“Pero también como hace una semana me tomé viernes, sábado y domingo, por un compromiso que tenía, tengo que reponer esos días”, dice, resignada.
Como no tiene IMSS (el seguro médico), cuando se enferma, los gastos médicos corren por su cuenta o va al seguro popular. O quizá, como cientos de miles, acude al “Simi”, es decir, a los consultorios con que cuentan las farmacias de “similares”, en donde la consulta cuesta 35, 40 pesos, más los medicamentos, claro, algo más baratos que los “de patente”. Y eso significa que, al no cotizar para tal instituto, tampoco está creando Leticia ninguna antigüedad para cuando llegue el tiempo de que se pensione (aunque, de todos modos, con las miserables pensiones que paga el IMSS a la mayoría de los jubilados, no es tampoco gran ventaja cotizar para una pensión, a menos que se sea un corrupto “magistrado” de la suprema corte de justicia).
Agrega que ahorita, por tanta demanda (claro, la gente tiene su salario extra por los aguinaldos y vacaciones que algunos percibimos y por eso “hay más dinero”), no hay permisos. Las alrededor de veinte mesas del lugar están llenas. “Sólo nos van a dar el veinticinco”, dice Leticia, refiriéndose al 25 de diciembre, día de la “Navidad” (cuando ya nació Jesús, de acuerdo a la tradición cristiana). “Pero también les dan el primero, ¿no?”, le pregunto, refiriéndome al día después de la otra bacanal comedora y bebedora, que celebra la venida del “año nuevo” (a pesar del incierto futuro que el 2019 nos vaya a deparar, con la “Cuarta Transformación”, el que, esperemos, sea mejor que lo que estamos viviendo).
Leticia niega con el movimiento de su cabeza. “No, dicen que por eso nos van a dar el veinticinco”, el cual, ese sí, se los pagan a todos los empleados. Lo que no les pagan son la semana de vacaciones que les dan cada año. “Sí, nos dan una semana, pero no nos pagan nada”, dice, también en resignado tono.
“¿Pero sí les dan la comida?”, me aventuro a preguntar por último. “¡Ah, eso sí, puedes comer lo que quieras, comida corrida, costillas, huaraches, tacos… lo que quieras!”, afirma categórica, lo que su evidente mediano sobrepeso demuestra. Es de imaginarse, que una engordante diaria dieta de sopes, quesadillas, huaraches, tortas… produzca su efecto en varios de los empleados, como puede apreciarse.
Supongo que el dueño, al que se refieren como “El Patillas”, querrá dar una buena impresión en los comensales mostrándoles que, al igual que ellos, sus empleados están “muy bien comidos”.
Pido la cuenta a Leticia, le dejo cincuenta pesos de propina, ahora que sé, lo suponía, que es su sueldo extra, y le deseo que termine pronto su atareada labor de ese día.