domingo, 22 de diciembre de 2024

Sonrisa vicaria


Se llama, digamos que, María; viene con la cara seria, pero no de mal humor;  es su manera de mirar.  La raza se nota en los apellidos morenos y, levemente, en algún giro,  insinuando un aire por bulerías, que mantiene en secreto.

Habla todo el rato de usted, entre distancia y respeto; reclama sus derechos  con firmeza, pero "por favor" y agradeciendo. Su vida la detalla cerrando la puerta despacio. Dejando atrás el pasado.

Cuentan en el "Centro de la mujer" que conocen su caso, pero que no va mucho por ahí: 

 - Ella se va buscando la vida desde que vino de Madrid.

Le pregunto por la edad de sus hijas y si les gusta el colegio; se permite sonreír al pensar en ellas.

- Son mi debilidad. La pequeña es buena estudiante, quiere ser veterinario.

No dice más, hay cierta brusquedad en el silencio, se arrepiente de hablar o de la sonrisa. Y vuelve a recobrar esa cara de miedo con la que camina cada día esta Navidad.



llega la Noche Buena,

la sonrisa vicaria

de la gitana







miércoles, 4 de diciembre de 2024

Madera de deriva


 Fui a ver una exposición de pintura en el viejo ayuntamiento: Bosquianos. 

13 artistas  sin supersticiones presentan sus obras inspiradas en los cuadros  de El Bosco: desde los originales  libros de artistas de Pepe Cortijo; al estilo collage, divertido y actual, de Ramón Torres; la fotografía profunda de Clara Lozano y así uno tras otro en estilo variados buscando las figuras surrealistas y, los demonios y los cielos en un comic con sabor a café.

Y, tal vez, inmerso en ese mundo, le doy vueltas desde ayer a una figura de  Ramón Torres que podría sugerir -  mirada desde el sur - una calavera de una especie animal que está por venir.

Este tipo de madera es básicamente ingrávida y etérea, a pesar de su apariencia amartillada y oscura, se asemeja más al corcho de un vino marinero que al roble de un navío español. Es posible que la singladura le arrebate y vacíe las moléculas que le dan el peso y solamente quede la tensión superficial para aparentar una forma modelada por peces y espuma.



madera a la deriva,

un cráneo del futuro

tallado por las olas



(ufff, un haiku surrealista)








martes, 26 de noviembre de 2024

Niebla


 La luz de la ambulancia llega más tarde que el quejido de la sirena.
 Los álamos despeinados, como recién levantados, esperan el sol.
 La niebla de esta mañana es suave, puedo cruzar el semáforo en rojo.

Voy para el Jardín Botánico. La entrada es gratis y voluntaria, solamente pretendo pasear, pero es imposible no entretenerse con las telarañas. La niebla les quita su invisibilidad y las adorna con gotitas de luz. 

Telarañas entre las  pítanos,  granados y el carrizal. Busco a las arañas y no las encuentro, pienso que - mi amigo y fotógrafo - Asalto las adivinaría y encuadraría.

neblina,
en la baya del madroño
reposa el caracol







viernes, 15 de noviembre de 2024

Haibun de la navaja


El sol pendulaba entre nubes grises iluminando, a ratos, parcelas del paraje: un suave centelleo llama mi atención.

 La senda donde reposa la luz se encuentra equidistante entre un campo de fútbol y  una casa con pintadas abandonadas. 

 ¿Cuál es la historia de un tenedor partido y un cuchillo doblado a la orilla del camino?

 Tal vez sea la consecuencia de alguna merienda que se programó con desazón y despedida; tal vez la transformación de un momento, del sosiego previsto a la furia; tal vez la dejadez del azar y la fuerza del viento; tal vez...

Una hilera de pequeñas hormigas, en constante ida y vuelta, marca el abandono de los cubiertos y los restos milimétricos de comida. Recorren el filo aserrado con agilidad de funambulista y desdén; se entretienen en el lomo de la hoja y regresan pasando por la virola y el mango hasta engancharse a un tallo tronchado que roza con el remache. Solo les resta tomar, en fila ordenada, regreso a su hormiguero.

El cuchillo conserva la estética de los jarrones rotos, de los objetos con cicatriz. Existe armonía en la imagen: tenedor, cuchillo, hormigas y pequeñas flores amarillas en la ribera del camino.

En ocasiones la naturaleza integra los arañazos y los abandonos en un paisaje; como si tuviera un alma misericorde.


nubes rotas,           

reluce en  la ribera  

la hoja del cuchillo


(Este escrito ha tenido la fortuna de recibir una mención especial en el 7º Concurso internacional de haibun "Albacete, ciudad de la cuchillería.)





sábado, 9 de noviembre de 2024

DANA de octubre



Las calles repletas de esqueletos de coches, uno encima de otro y otro, apilando la huida. El desastre de un intento vano de escapar a la naturaleza espontánea del río. Llegó el torrente donde no hubo lluvia, un golpe sin puño o un puño sin brazo, solo sintiendo sin entender,  un momento amarronado y fluido. 

¿Dónde está la luz del agua?

Las calles repletas de cadáveres de madera y lana. Ahí van, lo que fue la silla del comedor, la manta que cubre las piernas, el colchón de las pesadillas ... Todo sobre la tierra líquida y coloidal.

¿Dónde caen la sombras de los árboles?

Las calles nocturnas, afantasmadas con ausencias perpetuas y sollozos ahogados. 

¿Dónde se esconde la despedida?


calles desoladas, 

barren las escobas

la tormenta de octubre




viernes, 1 de noviembre de 2024

Día de todos los santos




 Hay calles que las recuerdo de crío y pasas hoy, solo 50 años después, y son las mismas porque no has dejado de pisarlas; la paradoja del barco de Teseo aplicada a mi pueblo.

Algunas, afortunadamente, conservan el nombre y los apellidos, otras hasta parecen cambiar a género fluido o no binario y esas cosas que sigo sin entender. Se disfrazan de calles  semipeatonales;  con aceras anchas o sin aceras; zonas azul, verde o roja; bancos arcoíris; con pasos accesibles; con recomendaciones de mirar antes de cruzar.

En el Paseo de la Estación he dejado colillas, pipas y  palabras subiendo y bajando con mis amigos: Paco, Juan Ángel, Juan Antonio ...

Desde  el monolito a los caídos en la guerra del Rif  hasta la  Fonda Oriental de mis abuelos.

Ese paseo lo recuerdo también con sus gentes en la puerta, esperando el paso del tiempo: la familia de Gloria; unos hermanos muy altos y desgarbado; el practicante y familia; los Jotita en la esquina; un camionero con su hijo salesiano; al otro lado, un extraño profesor de guitarra y su mujer médium; creo que un almacén de mármoles y al cruzar una carpintería "San José obrero" y la vivienda de los Ratillas.

Las casas siguen cayendo y creciendo, cambiando y,  dudo sobre si la verdad de la vida fue aquella de hace 50 años o es esta. 

En ocasiones echo en falta las casas de adobe y los paseos, y a mi padre (ayer también conté un dicho suyo) y a mis primos, a la familia de antes; como si a la vida de hoy le hubiesen cambiado el nombre y cada vela.


todos los santos,

claveles y rosas con olor

a recuerdo




miércoles, 23 de octubre de 2024

Cesáreo


 

El once de agosto fuimos a Higueruela a despedirnos. Muchos amigos y su familia,  le dieron su adiós cuatro meses antes, en el derrumbe inicial. Nos lo contó su hermano de leche a la sombra entreverada  del tanatorio y de una bodega. 

La sensación es siempre compleja: queda un dolor íntimo a uno mismo;  una pena no compartida, recuerdos de unos momentos que,  tras su muerte, se acercan más al olvido; como un vino descorchado y que se conmueve y evapora al oxidarse.

Coincidimos laboralmente en nuestro primer destino en Seguridad Social con Puche, Rovira, Tere..., días de juventud, tinta y risas y de buenos compañeros.

Una tarde, que se prolongó en debates y filosofía, me regaló ese precioso estudio de un  trepador azul y una comadreja. Lo tengo colgado en la habitación dónde sigo aprendiendo a deletrear. 

Por detrás la dedicatoria firmada a lápiz: Para mi amigo José Ángel, con afecto. 10-12-2013


en agosto

antes de tiempo

se envera la pámpana



Es una deuda; 

Para mi amigo Cesáreo, con muchísimo cariño. 23/10/2024









martes, 22 de octubre de 2024

Girasol



 En primer plano, encima de una tapa de "Aguas del Ayuntamiento de Albacete", un pequeño girasol cansado, envuelto en un celofán inmaculado; al fondo, la cabeza entre las piernas, con empaque de joven, alguien duerme o llora.

Es temprano para quien el viernes despidió a la luna. Nos cruzamos madrugados con trasnochadores; ellos llevan en la cara los reflejos de la noche y se esfuerzan tímidamente en confundirse entre bolsas rebosantes y zapatillas de caminar.


Imagino que alguien tiró al suelo el girasol y el joven, a los pocos pasos, desfalleció  como si él también fuera otoño; aprendiendo a perder y recobrando la dignidad de la derrota; maldiciendo el momento en que compró flores cultivadas en la barra de un bar.


un sábado de otoño, 

la flor de la despedida

en el suelo

domingo, 16 de junio de 2024

Falta de tinta




En mi trabajo, el último viernes, una señora cuando presenta su jubilación. 

- No entiendo bien su nombre.

-Antinia

- ¿Antonia? - Le repregunto. No sé si es que la señora posee un déficit fonético o son mis oídos los que escuchan italianizantes.

- No, es Antinia. - Me lo confirma la señora sin extrañeza. Han debido presentarle esta misma duda durante toda su vida.

- Vaya nombre curioso - le respondo con el ánimo de que me cuente algo más, pero ella se limita a sonreír.

Mientras tecleo, no aguanto la curiosidad y me paro a preguntarle directamente por el origen de ese nombre.

- La falta de tinta - me contesta lacónicamente - y tomando aire me explica.

- Cuando inscribieron mi nacimiento, al funcionario del juzgado no le escribía bien el bolígrafo, se le estaba terminando la tinta y dejó la o como una i. Así de sencillo es el origen. 

- Es un nombre sonoro y, desde luego, original.

- A mi nieta le han  puesto Antinia.

- Hasta otro día Antinía

- Adiós, Josí.

domingo, 26 de mayo de 2024

Me han dicho IV

 


Aunque entonces Isa, para mi asombro se levanta de la mesa, se aleja de la gente y me dice. 

- No quería hablar delante de estos, que son unos cotillas. Pero, José, ¿tú no sabes que en tu tienda hay dos que son pareja? Bueno, o han sido, y no lo digo porque alguien haya muerto, que Dios no lo quiera. 

- Pues la verdad es que no sé nada, Isa. ¿Estás segura?

- Eso quien me lo ha contado es de fiar. Me han dicho que los veían siempre juntos, y que había miraditas picaronas entre ellos. Incluso muchas veces con descaro. Pero todo a escondidas. Al parecer se iban a una casa vieja, propiedad de Lázaro. 

Sin tomar respiración, continúa. - Vaya, se me ha escapado lo de Lázaro. 

- Pero quién iba a ser si no, estamos hablando de su muerte.

- ¿Su muerte? ¿También lo han matado?

 - No, perdona, quería decir eso, su asesinato. Su presunto asesinato.-(Ahora no me van a pillar, je, je, je).

 Isa, - en efecto era Isa- se sale a la calle a echar un cigarro y llama por teléfono; la veo colgar y volver a llamar a otro sitio.

 Me vuelvo a sentar mientras el resto está pensando en posibilidades, cuando mi móvil vuelve a sonar y al ver quién es me pongo nuevamente pálido. 

- ¿Quién te llama?, me preguntan todos

- La guardia civil - respondo -

- Bueno, tiene que ser, porque aquí me sale Nachete, vamos, Lázaro.

- Contesta, me apremia  mi hija.

. Sí, dígame. - apenas si me sale la voz del cuerpo. - Carraspeo y vuelvo a responder.

- Oye, José Ángel, si te cuento lo que me han dicho no te vas a creer.

- No, seguramente no. Dime. - le respondo con un hilo de voz.

Les digo a todos abriendo la boca mucho para que se entienda lo que vocalizo aunque sin voz. ¡Es NACHO!

- Pues que estaba muerto, que me había matado, no saben quién.  Pero en Faccebock ya estaban dando pésames, incluso han llegado a llamar a mis padres a preguntarles. Menudo susto se han llevado los pobres. Y, por otro lado, me dicen que yo he matado a alguien. 

En fin, estoy  con una mala leche. Llamando a todo el mundo que conozco para que sepan que ni he matado a nadie ni estoy muerto.

¿Tú no sabrás cómo se ha podido originar este bulo? Porque si pillo a la persona que ha originado esto lo ahogo. 


No puedo evitar pensar que al final sí que va a ser un asesino. Y yo solo sonrío con la tontuna.

- Ni idea, lo primero que oigo, le respondo vocalizando lo mejor que puedo. Estoy aquí en Albacete, tomando unas copas tranquilamente con mi hija, mi mujer y  unos tranquilos amigos.¡Desde luego, cómo es la gente! No tienen que hacer nada más importante y se inventa cada cosa. ¿Cómo se podrán crear estos rumores?

-Yo le diré a quien conozca que te encuentras bien y sin problemas. Lo que esté en mi mano, ya sabes. Hasta el lunes, Nachete.

El resto de compañeros me miran diciendo que vaya cara más dura que tengo y yo me encojo de hombros queriendo decir - qué voy a hacer -.

- ¿Desde cuándo me dices tú, Nachete?


           FIN


Y, como siempre, cualquier parecido con la realidad se debe a falta de imaginación.



-



Me han dicho III


 Los demás también se piden sus refrescos.

Nos callamos mientras Miguel nos sirve, pero nos pregunta que qué nos llevamos entre manos, que a quién han matado. Le contesta Llanos - que miente bien -  y empieza a explicarle los acontecimientos con una coherencia borrosa que Miguel parece entender. Mientras, Isabel, mi paisana, me hace gestos para que me acerque a su mesa. 

- Estoy oyendo algo de vuestra conversación. ¿Ha matado Lázaro a Nacho? ¿Eran pareja verdad? Eso será también violencia de género.

- No sé qué ha pasado, ni si son pareja, ni sé ya de quién me hablas. Ahora mismo estoy hecho un lío.

- ¿Por qué no llamas a tu amiga Isa? Seguro que ella lo sabe.

- Si, buena idea, ahora la llamaré.

Me vuelvo a mi mesa, cada vez más confuso. No sé qué amiga Isa se refiere. Busco en el móvil y a Isa solamente la tengo a ella, o esta no es Isa, ¿entonces quién es esta?

- Voy a llamarla - estoy hablando solo -. Marco el teléfono y la veo que descuelga, y me mira desde su mesa y levanta los hombros. Sonrío y hago un gesto con la mano como diciendo que es un despiste. Aunque debería haberle hecho un gesto de que soy idiota.


sábado, 25 de mayo de 2024

Me han dicho II

 


El texto fue:  "Perdona que te moleste. Pero me han dicho que un tal Lázaro  ha asesinado a alguien. Sabes tú algo?".

La primera marca del wasap salió, también la segunda, pero no leía el mensaje, no se ponía en verde.

Envíaselo a otro, me comentaron mis impacientes compañeros de copas.  A Pedro le escribí:  Un tal Lázaro ha matado a alguien en La Roda; sabes tú algo?

Rápidamente me dijeron que no diera por cierto que Lázaro había matado a alguien, que pusiera como en la tele "presunto". Pero mira, mientras que me lo reprochaban al unísono como un coro desafinado,  los dos tics de wasap tomaron color.

Y Pedro me contestó que no sabía nada, que se lo preguntaba a su mujer. Enseguida me respondía.  Tampoco sabe nada. Lo consultará a su hermana y lo preguntará en el Faceebock  de "Cosas de La Roda".

Pedro me pidió detalles sobre el muerto, dónde o por qué,  que no podía proporcionarle.

Míguel nos puso otra ronda: dos gin tónic flojitos de Tanqueray, un ron Habana con Fanta de limón, una cerveza Maestra y un Jameson con hielo. 

¿Por qué no le preguntas a la abuela? Me dijo mi hija y le recordaron: -  porque le va a notar la lengua de trapo. Se rieron a mi costa. 

- Llámala tú. Vale.

- Hola, abu, soy Carmen, ¿sabes algo de un hombre mayor que han matado en La Roda? Un tal Lázaro.

Le hicimos gestos como si estuviéramos locos y mudos. Le decíamos abriendo mucho la boca, qué no, qué Lázaro no es el muerto, qué es el asesino.

- Hola, Carmen. No sé nada. Como no salgo, yo no me entero de nada. Pero espera que le pregunte a Edelmira que está aquí.

- Edel, sabes algo de un asesinato de Lázaro.- se lo dijo con volumen suficiente para que no hiciera falta el manos libres. 

- No sé nada. Espera que pregunte a mi vecina. 

Y en apenas en un minuto, mientras abuela y nieta hablaban de salud y ánimo, contestó Edelmira.

- Oye, Pepita, que sí, que Lázaro ha aparecido muerto con tres puñaladas. Me han dicho que una vecina suya escuchó muchos golpes en el piso de arriba y avisó a la guardia civil y por lo visto lo encontraron ensangrentado en el sillón, con un cuchillo jamonero clavado en el costado derecho, con toda la camisa de cuadros llena de sangre y  con la tele encendida mientras emitían el Pasapalabra. 

- Vaya, pobre hombre. ¿Ese Lázaro es el compañero de tu padre?

Al colgar mi hija, nos dice que sí, que le han dicho que han matado a Lázaro y todo lo demás datos que parecían sacados del atestado de la guardia civil.

-  ¿Pero no era Lázaro quien había matado a alguien?- preguntamos el resto mientras nos aclaramos la garganta con un trago.

No sé qué me aturde  más si que Lázaro sea un asesino en fuga o un cadáver ensangrentado. Mis piernas botan nerviosas, la confusión de noticias y el alcohol en vena no permite asumir aún como cierto lo que vamos conociendo.

Mientras seguimos cavilando sin disimulo de argumentos- sobre todo Jota, que como es un poco sordo, habla muy alto - yo saludo a Isabel, una antigua amiga del Instituto sentada en una mesa cercana y que mira con  descaro la conversación alborotada  que nos traemos.

 Olivia, a quien todo el mundo conoce por Oli por su tienda:" Encurtidos y aceitunas Oli"   Pues eso,  que me voy de una cosa a otra, Oli dijo que si no le había dicho la vecina también quién había ganado el rosco de Pasapalabra.

Risas comunales  durante un buen rato  y luego trago, no vaya a ser que nos espabilemos.

Llanos ahora desconfía de lo que oí al principio, y no me extraña, tengo fama merecida de despiste. - Seguro que oíste que Lázaro mató a alguien.

Se me pone cara de sospechoso.  - No sé, yo juraría que es lo que he oído. 

- ¿Pero estás seguro? - Llanos habría valido como interrogadora, se le pone cara de Gestapo cuando la situación se tensa. 

- Pues, ya te digo - titubeo -. Igual han dicho que lo han asesinado. De todas formas que importa lo que haya oído. Lo importante es saber qué ha sucedido. - Parece que Llanos se conformaba con esa respuesta (y apaga el flexo que me enchufaba a la cara).

Cuando estaba escribiéndole un wasap a mi compañero Ignacio Lázaro, me dijo Carmen que tanto  si está muerto por asesinato o es el asesino, posiblemente la policía me interrogue si ve los wasaps del móvil  y pase un mal rato contando todas las tonterías de la noche. Borré con mucho cuidado todo lo escrito y, con algo de aprensión, dejé el móvil sobre la mesa.

- Hay un supuesto en el que las dos versiones pueden ser ciertas, espetó Juan. Estaba acariciando la copa de su tercer gin-tonic. Y lo miramos con cara de "no me lo puedo creer". Con tranquilidad y antes de dar un trago,  incluso haciendo algo de eco sus palabras con la copa dijo que serían verdad si se hubiera suicidado: asesino y asesinado.

- Creo que todos le dijimos, nuevamente con escándalo, que eso no podía ser. 

Recojo el móvil para guardármelo y le echo, sin poderlo evitar, un vistazo. Tengo un wasap de Vicente. Que solamente dice: llámame cuando puedas.

 Lo anuncio.- Me dice Vicente que lo llame. Busco su teléfono mientras todos están esperando mi llamada. 

- Hola, Jose; te habrás enterado.

- Sí, me termino de enterar de que Ignacio ha aparecido muerto.

- ¡Qué dices! Pobre. ¿Cómo ha sido? ¿Se ha suicidado? No ha podido soportar que el pueblo se haya enterado de lo suyo. Y menos su familia, con lo carca que es.

- ¿Pero qué me estás contando? ¿Qué iban a saber?

Escucho un llanto entrecortado  y unas palabras murmuradas (¡pobre Nachete!)  que no terminan de salir y no termino de reconocer, y se  quedan colgadas. 

- ¿Qué te ha dicho? Me preguntan intrigados.

- Pues nada, en cuanto le he contado lo de que Ignacio estaba muerto se ha puesto a llorar y ha colgado.

- No te ha dicho nada. 

- Bueno, sí, que no habrá podido soportar que la gente se enterara de lo suyo.

- ¿Y qué es lo suyo? 

- ¿Es que es maricón?, preguntó Jota sin recato. Oli le recriminó con la mirada y diciendo su nombre en seco.

- ¡Joder, Jota!

- Joder, sabes que no tengo nada en su contra, y que tengo amigos maricones.

 Oli, seguía amenazando. 

- Vale, perdón, homosexual. - se excusó Juan.

- Pues no sé. Contesté. Fíjate, que siempre pensé que Vicente sí que lo era, es algo amanerado. ¿Verdad Llanos?

- Algo no, bastante. Vamos, ese es homosexual, seguro. Menuda pluma. 

Volvió a sonar el teléfono. - Dime, Vicente. 

-  Oye, eso que me has dicho. Aclárame. 

Le cuento como puedo la historia, que intento resumirla bastante.

- Lo he oído en un bar, que había un muerto en él y luego le he preguntado a  una amiga de mi madre que me ha dicho que Ignacio estaba muerto. Pero hasta que no lo veas no lo creas. Vamos, quiero decir que habrá que comprobarlo. Vamos, comprobarlo, no - apuro el tercer whisky para buscar las palabras - que habrá que asegurarse bien de la información. Que la gente es muy mala y les gusta enredar. 

Mis compañeros de mesa me miran diciendo... No se te ha entendido nada. Y llevan razón.

- Voy a llamar a Nachete, responde Vicente.

¡Le ha vuelto a decir Nachete!

- Vale, dime algo por favor.

- Oye, le digo - aún  no ha colgado - igual si está muerto por asesinato y le telefoneas, te llama la guardia civil y te pregunta por qué lo has llamado y te condenan. (Todos los de mi mesa se tiene que levantar a reírse, lejos para que no se oigan la risa por el teléfono). Condenen, no, quiero decir, que igual y te interrogan. Pero haz lo que quieras. Bueno, un beso cariño.

- ¿Te has despedido de tu compañero con un beso, cariño?

- Me he puesto nervioso, joer. - ¡Miguel, ponme una cerveza, por favor! 


Seguirá ....



jueves, 23 de mayo de 2024

Me han dicho I



 El viernes terminamos la jornada cansados, las últimas semanas hemos sentido la presión de la pandemia. Contraje el covid en su forma leve: fiebre ligera - 38 grados constantes -, cansancio en las piernas,  dolor fortísimo de espalda a la altura de los omóplatos y acojone generalizado. 

Por el teléfono de emergencias, una pitonisa  de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha me dijo que podía ser cualquier otra enfermedad o virus.  Dos meses  más tarde, con  un test en un chiringuito playero, confirmé el positivo del virus y cambié de pitonisa.

Tras el confinamiento volvimos a abrir la tienda en La Roda, pero manteniendo mayor control en la cantidad de gente que atendíamos. La tienda se llama "Pinturas la Fonda".

 En la tienda somos cuatro, todo hombres, que rondamos desde los cincuenta y nueve (ese soy yo) a los cuarenta  y cinco. Nos llevamos bien, pero por el motivo que sea, no hemos dado el salto hasta ser amigos. Alguna vez nos tomamos una cerveza juntos al salir de trabajar - menos Ignacio, el más joven, que no bebe-. En fin, sabemos poco de nuestras vidas íntimas y así nos va bien. Los otros compañeros son: Vicente, el mayor; Pedro, el más perfeccionista.

Ese mismo viernes, a eso de las diez de la noche, me encontraba con Llanos - mi mujer -, J. Colina (todo el mundo lo llama Jota) , Oli y mi hija Carmen.  Jota y Olivia son  unos amigos comunes -  (comunes me refiero a que son de los dos, de Llanos y míos, no comunes de normales y vulgares, ellos son excepcionales)-   mi hija Carmen también es excepcional.

Nos encontrábamos en una mesa en la terraza del El Cobalto y, en un momento afortunado de silencio y trago, oí una conversación en la mesa de al lado. 

- En La Roda ha habido un asesinato,  un tal Lázaro, un tío alto, ha matado a un amigo, lo ha apuñalado con un cuchillo de la cocina. Me lo ha dicho uno de mi  trabajo que sus padres son de allí.

Inmediatamente, con el corazón saturado de sangre y posibilidades, se lo murmuro a Llanos.

Aclaro que mi compañero  Ignacio se apellida Lázaro Saavedra y mide alrededor de 1,90.

 Pego nuevamente el oído a la conversación de los de al lado, pero no escucho nada, miro con mal disimulo y solamente veo un euro de  propina en el plato. Posiblemente sean ellos los que se alejan cuesta arriba, en dirección al mercado de  Carretas.

 Le comento a Llanos la conversación recién hurtada y  la posibilidad de que sea mi compañero Lázaro  el asesino y que, tal vez,  podría haber asesinado a Vicente o a Pedro. A mí no, claro.

Carmen, que es muy observadora, me dice:

- Oye papi, ¿qué te pasa?, estás pálido. 

 Les cuento a todos, con voz temblorosa y seca, lo sucedido.  Cada uno opina a su entender, sin que ninguno entienda mucho en estos momentos. Nos habíamos bebido ya varias copas para compensar la sed del tiempo perdido en el confinamiento. Aunque íbamos los cinco con suficiente control para vivir y pagar, no lo era para superar un examen psicotécnico.

El caso es que alguien sugirió que lo llamara con cualquier excusa, pero otro alguien me dijo que se me notaba la lengua trapuda, que lo dejara para mañana, otro me dijo que pusiera un wasap  que ahí no se notaba. Asentimos los cinco y entre todos, construimos una frase inteligible que al final envié a mi compañero Vicente,

¿Por qué a Vicente?  Ni idea, así sucedió.


Seguirá ...

miércoles, 24 de abril de 2024

Feria de abril

 


Hay tanta gente bailando y tantas letras escritas sobre la feria que solo voy a recordar momentos.

El trote de los cascabeles mientras caminamos, acalorados y con chaqueta, por el puente que pisa  Triana.

La dejadez del mundo al entrar en la caseta.

El baile de colores cuando se van buscando los brazos limpios de las flamencas.

Las flores en lo alto y un poco más atrás. 

Las risas con Nino por Chiquito..

Las corbatas elegantes mientras sujetan la manzanilla y miran con decoro el último plato de jamón.

La generosidad del que recibe y la intrascendencia del que sabe invitar.

La mirada sonriente de mi hija con su mantoncillo limón.

El misterio del cante.

El aire del abanico rojo y el arrebato del verde.

La alegría líquida del habla y el ritmo de cajón.

El reflejo de las luces al volver desde Triana.


feria de abril,

el taxista que nos llevó

el único malaje


A Chema y a mi hija, por hacer posible todos estos días.




martes, 23 de abril de 2024

Dos maneras de mirar

 



El martes días 30 de abril presentamos, mi amiga Cari y yo, un libro con haibunes: prosa con sabor a haiku.

Narramos, cada uno con su mirada, dos formas de ver la vida, de haberla vivido y de haberla bebido (con perdón). 

Hablamos de las etapas de la vida: infancia, juventud y madurez y, también contrastamos temas concretos como la mili, Córdoba o la borrachera. 

Un libro que, objetivamente, se puede clasificar de original.

Lo presentamos a las 7 de la tarde en la restaurada Posada del Sol de La Roda.

Leeremos algunos haibunes y nos acompañará la banda infato-juvenil de la Virgen de los Remedios.



Os dejo algún haiku del libro:


llueve,

resuenan en el aljibe 

las primeras gotas


de repente

flores y flores de almendro:

¡qué luminosidad!


Si os apetece compartir un rato con nosotros, ahí estaremos.




jueves, 11 de abril de 2024

Carmen

 Ya queda menos.

 Nos separan 519,4 km dirección suroeste. Pero el domingo, poco a poco, estaremos juntos, bajo el relámpago de las luces de la feria y al compás de sonrisas ceceantes.

Recuerdo una época en la que los viernes de tardeo, brotaban las  conversaciones crepusculares en azul cobalto. Los echo de menos.

Ahora es de buenos días madrugados y toques de móvil vespertinos.  Pero te siento alegre.




felicidades, hija,

este año nos vemos

bajo farolillos de abril





Ruta: La Marmota.

 Sin grandes pretensiones queremos realizar una ruta por La Marmota, un paraje perteneciente a Tarazona de La Mancha, cerca de Albacete, del que solo nos suena el nombre.

El origen del nombre puede ser árabe del término "marmuta" que significa lugar elevado; o una deformación  del topónimo  "La Morra" que hace referencia a la forma del terreno en la zona similar a un hocico o morra o, simplemente que hubiera en algún tiempo - tal vez la Edad Media - marmotas en esa parte del río.

Elegimos una ruta circular de unos nueve kilómetros.

Caminamos mucho tiempo por una senda llana y ancha por la que puede circular un coche. Desde el primer momento vamos bajo la doble sombra del cielo encapotado y de  los pinos carrascos.

El romero está en flor, conservando aún el frescor por las lluvias de la Semana Santa.

Llegamos sin dificultad a un vértice geodésico (indica una posición geográfica exacta) con la advertencia en verde de que la destrucción de la señal está penada por la ley.

 Un punto de altura con una buena vista, el río se intuye por el dibujo sinuoso de los álamos, la siembra emerge en brotes verdes y algunos amarillos de las jaras.

Nos encontramos a un par de personas buscando espárragos trigueros.

Bajamos hacia el río, el camino gana en dificultad, en retazos agrestes con raíces que marcan el terreno y se convierten, unas tras otras, en escaleras irregulares.


Cuando nos acercamos al río, un cenotafio en penumbras recuerda la soledad de  algún hombre bueno. 

Cerca de allí la  ribera se transforma en playa y trazamos conjeturas sobre la vida.

Miramos de cerca las hojas y encuentro un espárrago, lo cojo, después otro, también lo corto mientras recuerdo.

Volvemos subiendo entre algún despiste y caminos embarrados.



recuerdo a mi padre

al cortar un espárrago,

aromas de romero



domingo, 31 de marzo de 2024

Vendaval

 Es posible que el  viento en el Parque Lineal sople de noroeste a sureste, provocando solo un balanceo verde de semillas y flores.

 Es posible que en alguna ocasión el árbol más incauto y desvencijado pierda los tallos tiernos y hojas donceles, solo él.

En el suelo se encuentran ramitas secas y montones descolocados, con una geometría irregular.

Anoche el viento sopló a más de 70 kilómetros la hora; los árboles se mimbrean al compás, cediendo y recuperando el porte en cada vaivén. El tronco firme, la copa se cimbrea.

La presencia del cinamomo es despeinada y retraída.


pasa el vendaval,

ramilletes de hojas verdes

bajo el cinamomo


vendaval,

solo bajo el cinamomo

ramilletes de hojas


miércoles, 27 de marzo de 2024

Mohammed


Hace un par de semanas llegó a mi trabajo a presentar una paternidad Mohammed (con dos emes). Es un hombre de tez aclarada,  sonrisa leve, paciente y de con cierto acento de chilaba. 

Por diferentes motivos administrativos, que siempre son incomprensibles a los que no navegan en este mundo y que no necesito explicar a los que sí lo sufren, tuvo que volver en varias ocasiones. (El famoso vuelva usted mañana).

Cuando ya se solucionaron las trabas me dijo que  yo era un hombre bueno (sí, a mí también me  extrañó) y me preguntó si me gustaba leer.

Me quedé perplejo. Alguna vez me dan las gracias por mi amabilidad (sí, de verdad que sí) ¡pero eso de bueno...!

Le di las gracias y le contesté que en efecto me gustaba leer.

Sacó de su carpeta azul un librillo sobre introducción al Islam. (Yo tampoco me lo esperaba).

 - Eres religioso

 - Solo creo en la bondad

 - La bondad no es suficiente. Lee este libro dice muchas verdades. Ya lo comentaremos.

 - Vale, lo leeré. Pero no creo ni en mi religión que es la auténtica... (no entendió el chiste)


Cuando se fue pensé si me dio el libro porque me vio bueno, o me dijo bueno para darme el libro.

¿Qué pensáis?

Lo tengo en un cajón de la oficina, en algún momento lo hojearé y que sea lo que Dios quiera.





 - 


miércoles, 28 de febrero de 2024

Ruta: Chinchilla de Montearagón. Inteligencia artificial.

 

Cuatro almas aventureras, desafiando el viento, emprendieron un viaje de 8 km por los senderos de Chinchilla de Montearagón.

Con el sol como cómplice, partieron tarde, buscando su calor. El viento, caprichoso, solo daba tregua en el abrazo protector de los árboles. Gracia a la quía de Wikiloc, descubrieron rutas que les revelaron los secretos de la tierra manchega.

La jornada se aderezó con sabores autóctonos: gazpachos que reconfortaban y leche frita que endulzaba el paladar.

Al final, el chorizo y la guarrilla, sobrantes del festín, encontraron refugio en un táper, promesa de futuras aventuras.

Viento susurra,

pinos pequeños bailan,

sierra en calma.


Es una prueba de redacción por inteligencia artificial gratuita. Todo, incluso el haiku. Lo único mío es la fotografía.

 


miércoles, 21 de febrero de 2024

Villalgordo del Júcar - Hoz del Batanejo

 Nueva ruta. La hemos buscado por varias páginas y nos decidimos por una que encontramos en Wikiloc y que se ajusta a nuestras carencias: entre moderada y fácil, cerca de Albacete, máximo 15 km y circular.

Una vez que llegamos al punto de partida en la avenida Príncipe de España de Villalgordo, iniciamos la andada y encontramos con facilidad el camino que debemos seguir; observamos que coincide con una ruta marcada, en cada bifurcación, con hitos con el número 11, por lo que dejamos en el bolsillo el móvil con las indicaciones para centrarnos en los pasos.

Los almendros florecidos los vimos por otros parajes ya hace algunas semanas, hoy notamos al pasar a su lado, un aroma intenso a miel. No en vano su nombre es prunus dulcis.

A la izquierda de nuestra senda, la ribera del Júcar transcurre marcada por olmos deshojados y cañas. A la derecha algunas viñas en espera del envero y el trajín del próximo otoño.

Nos cruzamos con un coche conducido por un señor que rondará los 80 años y, con una sonrisa almorzada y sin prisa, nos pregunta por Olivares del Júcar. 

Seguimos la marcha hasta encontrar el Salto del Batanejo, en el que se puede oír con claridad el tronar del agua en su salto. No logramos ver su origen, una valla y cañas dificultan mirar. 

Alcanzamos la Hoz del Batanejo, una quebrada que nos enseña el Júcar verdino desde lo alto y un valle en un plano cenital.



A la derecha contemplamos tramos de monte bajo con pinos y carrascas. Tomamos un puente sobre un cauce seco y después de un par de giros en el camino y comentar lo bien señalizado que se encuentra el recorrido, en un desvío con ramificaciones, no sabemos por dónde ir. Estamos junto al Puente de las ovejas y discutimos, sin sangre, si dirigirnos al norte, sur o este. 

Vienen unas paisanas rodenses por otro desvío y nos orientan. Justo en dirección contraria de lo que opinábamos tres de los cuatro (¡bien por Llanos!).

Ya encarrilados, solo nos resta rebasar un pequeño ascenso de piedras hasta contemplar el salto del río que provocaba el ruido líquido en la otra orilla.


El resto del sendero vamos a una buena marcha de un kilómetro cada diez minutos (¡bien por Oti!) hasta alcanzar la Taberna de Pepe "el gorrión" y reponer fuerzas con torreznos y cerveza muy fría.

Después de comer quisimos visitar el Museo de los Envases, pero no pudo ser.



tras el ramaje

de los olmos deshojados,

palacio en ruinas






miércoles, 14 de febrero de 2024

Jaén, ciudad de luz

 

Allí estuve por primera vez en agosto de mil novecientos ochenta y cinco, destinado en la TGSS durante cuatro meses. Hoy no encuentro los recuerdos: ni compañeros, ni la venta, ni la cueva del gitano, ni el jamón asado, ni los ojos del espíritu.

Este fin de semana nos alojamos en la parte antigua de calles estrechas - hasta para peatones - cerca de la travesía "Juanito el practicante". Desde la casa celeste se oía como bajaba el fuerte viento del castillo de santa Catalina y se repartía por la ciudad, junto con la lluvia olivarera.

Varias tabernas como  La Manchega, La Barra, El gorrión... fundadas algo más tarde de 1800, se reparten por rincones que huelen a migas con avíos y padrenuestros con aceite.

Desde allí se llega a la catedral de la Asunción, diseñada por el albaceteño Andrés de Vandelvira. Un monumento que se recorre con asombro, tanto por la propia arquitectura como por las obras que la decoran: un singular tenebrario circular, bajo relieves de pasión o de la última cena, casullas con variados colores litúrgicos o el Santo Rostro.

Placetas, pequeños naranjos, Baños árabes, museos, fuentes y leyendas del lagarto de Jaén o del Caño Quebrado completan una ciudad de luz.


lluvia lenta,

tapas y cervezas

llenan la barra

martes, 6 de febrero de 2024

Prospe


Cuando la conocí, el alzhéimer empezaba a debutar en el alma inteligente de Prospe y, ya sabemos, es una enfermedad que va borrando verbos, nombres propios y coplas.

Llamaba la atención a quienes pasaban cerca de ella cuando entonaba "por el camino verde", "amapola" o "me ha pretendido un maleta".  Esta última era mi preferida, porque la interpretaba modulando la voz, cantando sin prisa, dejando que la melodía sonriera.


El último olvido fue el tarareo antiguo; nunca perdió la expresión de dulzura.

 El día de reyes dejó bajo el árbol, sin envolver, su recuerdo y su bondad. 


amapola,

los últimos pétalos

caen en navidad


domingo, 4 de febrero de 2024

Ruta de árboles singulares por Higueruela.

 La organizó la Diputación este 27 de enero de 2024; distancia aproximada de 17km.; salida a la 9 h del Jardín Municipal; dificultad moderada; 50 participantes y 5 h. de duración.


La salida es puntual, un guía de la zona.  nos conducirá por todo el recorrido,

Enseguida dejamos el pueblo y cogemos un camino que nos lleva a un antiguo lavadero políglota con ínsulas y pretensiones internacionales a pesar de su origen humilde y su actual sequedad.



Caminar con tanta gente es una novedad. Hay que adaptarse al paso y el silencio es siempre un rumor.

 Si me paro para fotografiar enseguida puedo ser el último, o casi. Pero está todo pensado y hay un fotógrafo que cuelga fotos en la página de la Diputación y completa y mejora las mías. Posiblemente sea el que más anda de todos porque igual va por detrás que al lado. Él enseguida se desprendió de chaqueta y se queda en manga corta.

La temperatura es cálida para enero y muy buena para andar, después del fotógrafo otros senderistas se van desprendiendo de ropas de abrigo y las meten en la mochila.
Llegaba con la idea de memorizar la ruta para realizarla en otra ocasión a mi manera, pero enseguida soy consciente de que no voy a poder, dejamos pronto los caminos marcados y entramos por el medio de pinares sin indicaciones ni referencias, salvo el guía.



La naturaleza nos ofrece, entre su belleza viva, algunas anécdotas; como un pino partido por un rayo; un cuerpo, de piel y huesos, de un muflón dónde resaltan los cuernos; troncos caídos en medio de nuestra senda imaginada; arroyos escondidos donde se siente la humedad crecida en las hierbas y en el lodo pisado; y las molinetas (aerogeneradores) que provocan su propio murmullo inquieto.





Entre todas las jaras, coscojas, matorrales y encinas queda en el recuerdo los árboles bautizados como la "Carrasca del Rincón del Edén" o "La Señorita", una encina centenaria que se deja abrazar.





alrededor de la carrasca,
para abarcar su porte
un corro



miércoles, 31 de enero de 2024

Ruta: Valdeganga - Charco azul

 Nos ha dado por andar y puede pasar cualquier cosa, tal vez no dejemos un sendero por pisar.

Salimos de la Plaza Mayor de Valdeganga, en una esquina vemos un bar con ciclistas almorzando; es un poco temprano para tomar fuerzas y más aún para reponer, pero ahí están.

Bajamos por la calle Cuesta del Río, que sabemos que es fácil que nos lleve donde queremos. Buscamos una ruta circular bordeando el Júcar. 
Cruzamos el río por un puente y llegamos a la carretera. Allí surge la primera duda y vamos y volvemos, como un perro con dos amos, hasta que nos decidimos y, con algo de suerte, acertamos.

Vamos solos, los cuatro, aunque hablemos, el silencio forma parte del paisaje; a la izquierda sabemos que discurre el río, se ven terrazas y esbozos de huertas y a la derecha una pared jaleada de piedras, hierbas duras y alguna cueva en la que anidan historias y aves.

Calculamos que la ruta se prolongará unos 11 km. No se puede narrar cada paso ni cada mirada.

A lo lejos oímos unos constantes ladridos de varios perros. Aún no sabemos de dónde vienen, pero nos acercamos a ellos y no cesan en ese aullar que suena a lágrima. Es algo inquietante aunque no infunde miedo, vamos con la mirada alargada y previsora. 

Llegamos al ruido y vemos que se encuentran en una finca, a la izquierda de nuestro caminar, especulamos con la reunión canina, la teoría que consensuamos es que es una escuela de adoctrinamiento perruno.

Nos cruza algún ciclista silencioso y llegamos al puente donde iniciamos el regreso.

Mientras cruzamos, una estampida de quads estridentes y rápidos estropean el horizonte y el aire.

Los olvidamos cuando atravesamos el puente.

Buscamos el Charco azul. 

En un breve recodo, el río juega a remansarse, saltar y agitarse. Admiramos el juego y los tonos del agua.

El río se asoma a la derecha y a nuestra izquierda abundan los pinos y las sombras. 

Llegamos al pueblo subiendo por una cuesta empinada que conserva una réplica de una estela romana de Cornelio Firmo.

Otra subida más y buscamos las sillas que ha dejado vacías los ciclistas.









hierba de mendigo,
junto a la senda
sin rumor del río


lunes, 15 de enero de 2024

Ruta - Cueva de los Ángeles - Los Cárceles

Este domingo lo gastamos en una escapada a Villamalea para caminar y conocer parajes de nuestra provincia que se encuentran suficientemente cerca para nunca ir.

Hoy sí.

A pesar de consultar la ruta que queremos recorrer en distintas aplicaciones y páginas, solamente gracias a las respuestas amables de gente que nos cruzamos llegamos bien al destino.

La Cueva de los Ángeles, se encontraba al lado, debajo para ser más exactos, la podríamos haber olido de estar atentos, pero nos alejamos un kilómetro y unos pasos, hasta que nos la indicaron y regresamos.

En la bajada encontramos una guía y su hijo para pisar peldaños carcomidos y reptar bajo un árbol caído.

El paraje es pequeño y reposado. Nos pasó igual que cuando lees un libro y disfrutas con el final; ha merecido la pena.

En un día atemperado, el lugar es húmedo, con musgo y una pequeña cascada. "Gotas de sol" se quedan posadas sobre el pequeño estanque.

De allí nos fuimos a Los Cárceles, una aldea situada en el cornero de la provincia que linda con Valencia y Cuenca, en el parque natural del las Hoces del Cabriel.

Es un lugar remansado, diseñado para esconderse o para respirar.
Rodeado de agua y maleza, un puente sin conclusión recuerda el camino y la historia fallida de la línea de ferrocarril Baeza-Utiel. 
En él hay varias pintadas infantilmente soeces y otra que, armónicamente, lo llevan a otro mundo más bullicioso.


hoces del Cabriel,
en el puente abandonado
pintadas de ciudad



Pd. "gotas de sol" tomado del haiku de Susana Benet

Apenas quedan
unas gotas de sol
sobre las ramas




viernes, 5 de enero de 2024

Navidad




Las bombillas iluminan la calle Ancha, es un alumbrado de colores junto a un túnel de luz. La luz trae alegría aunque el corazón vaya rápido y preocupado, por un momento hay ausencia del presente y solamente miras la nitidez de la navidad.


noche de reyes,

las zapatillas vacías 

hasta el amanecer