Siempre ha habido autores que han sido señalados por escandalizar al gran público con sus obras, ya sea en la literatura, en la pintura, en el cine o en la música. De hecho, para muchos grandes genios, el arte debe buscar siempre transgredir, ir más allá, provocar una emoción intensa en aquellas personas que lo tienen delante. Lo demás es sencillamente complacencia o limitarse a una estructura ya marcada por el mercado. Para que el arte evolucione y llegue más lejos hace falta la valentía de romper las cadenas e ir más allá de lo establecido. Por eso es tan interesante comprobar cómo los mayores genios han sido siempre marginados en un inicio, hasta que su talento se ha hecho tan evidente que era imposible no verlo. Algunos, como Poe, murieron en la miseria sin haberse visto reconocidos por sus obras, algo que solo sucedería después de su marcha. Por fortuna, hoy por hoy las cosas han cambiado, y podemos darle el mérito a quien lo tiene todavía en vida.
El caso de Valerie Tasso es curioso porque ella misma no se considera una gran autora, ni mucho menos un genio. Sin embargo, sí hay que aplaudir el valor que esta joven francesa ha tenido siempre, a la hora de exponer su historia, su experiencia, para abrir el camino a muchas más. No es fácil hablar de ninfomanía en nuestros tiempos, a pesar de que vivimos en la sociedad más sexualizada de la historia. No es sencillo mostrarse como una mujer fuerte e independiente en lo sexual sin ser tachada de cosas que no eres. El peso de ser juzgada por el resto del mundo siempre va a estar ahí, pero hay que tener mucha seguridad para mostrarte tal y como eres. Tasso se ha convertido en una auténtica autora best seller gracias a esa verdad que transmite en sus libros, verdadera literatura erótica que está muy por encima de lo habitual en cuanto a calidad. Y es que, cuando has vivido todo lo que cuentas, resulta mucho más sencillo compartirlo con los demás de una manera real y veraz.