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lunes, 31 de octubre de 2011

Christopher Moore: El ángel más tonto del mundo

Idioma original: inglés
Título original: The Stupidest Angel. A Heartwarming Tale of Christmas Terror.
Año de publicación: 2004
Valoración: Se deja leer

Como ya comentamos aquí cuando Izas reseñó Un trabajo muy sucio, a las novelas de Christopher Moore no hay que pedirles que nos descubran profundos abismos de la realidad humana, o cuestionamientos radicales de la realidad social contemporánea: hay que leerlas sabiendo que con la única esperanza de pasar un buen rato, de echarte algunas risas y de estar entretenido durante unos cuantos viajes de metro. Y bueno, en general Moore consigue lo que se propone, aunque con altibajos.

El ángel más tonto del mundo es un "entrañable cuento de terror navideño", según su subtítulo, y al igual que Un trabajo muy sucio es una combinación de humor y fantasía con toques sobrenaturales (concretamente, ángeles y zombies). A un pequeño pueblo californiano en el que conviven una antigua estrella de cine de serie B con un policía adicto a la marihuana, y un investigador pauloviano con un piloto de la DEA que tiene un murciélago como mascota, llega el ángel Raziel decidido a hacer un milagro. Y claro, las cosas se complican, y las situaciones absurdas se acumulan.

A Moore yo le pondría una pega importante (partiendo de la idea, como decía antes, que no hay que pedirle peras al olmo): que llegado un punto de la novela, y esto pasaba también en Un trabajo muy sucio, se pone en "modo Hollywood" (y de hecho los derechos de sus novelas ya han sido adquiridas por compañías cinematográficas), se olvida del humor y de la ironía y se centra en escenas de acción ("acción trepidante", que dirían los clásicos), y que llevan a un final de lo más predecible y ñoño. [Nota al margen: algo parecido le suele pasar a Terry Pratchett, que por lo demás me parece muchísimo mejor que Moore en un género semejante de humor-fantasía].

Vamos, que Moore tiene golpes buenos, algunos de ellos políticamente incorrectos, y en general hacen gracia sus invenciones fantasiosas, más las naturales (los personajes extravagantes) que las sobrenaturales (¿zombies, en serio?); pero reconozco que las últimas cincuenta páginas las leí en diagonal, porque total, sabía cómo iba a acabar todo, así que solo quería que acabase cuanto antes para pasar a otra cosa.

También de Christopher Moore en ULAD: Un trabajo muy sucio

martes, 26 de enero de 2010

Christopher Moore: Un trabajo muy sucio

Idioma original: inglés
Título original: A Dirty Job
Fecha de publicación: 2006
Valoración: Está bien

Buscando información sobre Christopher Moore (buscaba un libro que regalar a mi padre y alguien me dijo que este autor podría gustarle), descubrí –en algunas páginas de internet, al menos– que es calificado como "escritor estadounidense de ficción absurda". Como el concepto ficción absurda se escapaba a mi entendimiento, decidí investigar un poco más. Y lo que descubrí es que sus novelas tratan de personajes normales que se ven envueltos en circunstancias sobrenaturales o extraordinarias (Wickipedia dixit). Como seguía sin entender a qué venía lo de absurdo (como si no hubiera novelas que hablan de personas normales envueltas en circunstancias extraordinarias), compré uno de sus libros y me lo leí antes de arriesgarme a regalárselo a nadie.

Un trabajo muy sucio comienza presentándonos a Charlie Asher, un hombre normal, dueño de una tienda de antigüedades, que cuenta los minutos para que nazca su primera hija. Pero el que iba a ser el día más feliz de su vida termina convirtiéndose en uno de los peores, puesto que su mujer muere poco después del parto. Y no sólo eso, sino que a su lado, en el hospital, Charlie ve a un hombre al que se supone que no debería ver y que le revela en qué se va a convertir. Así, mientras intenta superar la muerte de su esposa, cuidar de su hija y sobrevivir a sus empleados, descubre que es un Mercader de la Muerte. Sí, sí, así como suena. Su –nuevo– trabajo consiste en recoger las almas abandonadas de aquellos que han dejado este mundo, continuar con su vida normal (si es que sigue siendo normal), evitar que las Fuerzas de la Oscuridad se le suban a la chepa y descubrir quiénes forman el Pueblo Ardilla y por qué están empeñados en hacerse con las almas que recoge. Casi nada.

Y todo esto nos lo cuenta Moore –como ya imaginaréis– con mucho sentido del humor. No llega al nivel de Sharpe, por ejemplo (sí, confieso, tengo debilidad por Tom Sharpe), pero hay que reconocer que no lo hace nada mal, y que tiene momentos verdaderamente memorables. La trama no tiene demasiada complejidad y el final es bastante predecible, pero se le puede perdonar porque tampoco buscamos que esta obra nos cambie la vida. Si buscáis estar entretenidos, no pensar demasiado y pasar un buen rato, éste es vuestro libro. Aunque sigo sin tener muy claro lo de ficción absurda.

También de Christopher Moore en ULAD: El ángel más tonto del mundo

domingo, 24 de marzo de 2013

Jaime Rubio: El problema de la bala

Idioma original: español
Año de publicación: 2012
Valoración: está bien

Hace ya bastantes años empecé a seguir un blog de humor absurdo llamado La decadencia del ingenio. Hace algunos meses empecé a seguir a un twittero gracioso, de un humor bastante absurdo, llamado Jaime Rubio. Hace algunas semanas descubrí dos cosas: que Jaime Rubio es el autor del blog La decadencia del ingenio, y que es también el autor de tres novelas de humor absurdo (como era de esperar): La decadencia del ingenio, El secreto de mi éxito y El problema de la bala. Cuando vi que la tercera estaba disponible en la página Libro de Notas a un precio más que asequible (ahora cuesta 2,40€, pero creo que yo la compré de oferta por 1€...) me decidí a probar...

Me gustaría hacer una aclaración antes de pasar a hablar del libro: creo que hay dos cosas que son especialmente difíciles para un escritor: escribir una escena de sexo sin caer en lo cursi ni lo pornográfico; y hacer reír al lector sin caer en el humor fácil de caca culo pedo pis. Son pocos los libros con los que recuerdo haberme reído (no una sonrisa irónica de complicidad, sino una carcajada que se oiga desde la habitación de al lado): así a bote pronto me acuerdo de haberme reido con Sin noticias de Gurb, con Wilt de Tom Sharpe, con algunos relatos de Woody Allen y Groucho Marx... y sí, lo confieso, con algunos pasajes del Quijote. Digo esto para que se ponga en perspectiva todo lo que voy a decir a continuación sobre la novela de Jaime Rubio.

Porque El problema de la bala es (¿ya lo había dicho?) una novela de humor absurdo, un poco en la línea de Christopher Moore. El protagonista de la novela decide un buen día suicidarse pegándose un tiro, sin saber que ese será solo el principio de sus problemas: acusado de asesinato (porque de hecho ha matado a una persona), debe enfrentarse simultáneamente a su propia putrefacción y a un proceso judicial rocambolesco en el que acabará sentenciado a muerte (otra vez) y recluido en la cárcel Modelo a espera de que se cumpla la sentencia.

Que conste que la novela me ha entretenido, que es para lo que se compra y se lee una novela como estas. Así que, en ese sentido, prueba superada, Jaime Rubio. Ahora, la mayor pega que le pongo al texto es que el humor que utiliza es muy blando, muy blanco, me habría gustado que fuese más incisivo y más ácido, y que no recurriese tanto a determinados tópicos o estereotipos (los abogados solo quieren dinero, los políticos son unos idiotas corruptos, etc.). He echado en falta en la mezcla un poco de Ricky Gervais o de Masaenfurecida, por decirlo así. O un poco más de absurdez, aunque parezca mentira leyendo el argumento de la obra del párrafo anterior. En algunas páginas da la impresión de que se acaba el impulso de la idea inicial y se sigue leyendo un poco por inercia, a la espera de que el tono remonte...

Y es una pena, porque tengo la impresión de que no haría falta mucho para afilar el texto, solo una dosis de ironía al estilo de Ambrose Bierce (cuando se pone irónico) o de sátira a lo Jonathan Swift (cuando se pone satírico). Recuerdo por ejempo un pasaje en que un personaje dice (aproximadamente, cito de memoria): "Usted no es perfecto: estudiaba Filosofía y seguro que se hizo algunos enemigos en la Facultad"; con haber cortado la frase después de "Usted no es perfecto: estudiaba Filosofía", ya habría sido más gracioso (aunque también más ofensivo para miles de estudiantes de Filosofía everywhere, claro).

En fin, que es una novela divertida, alocada, entretenida pero blandita. No descarto en algún momento (dentro de algún tiempo) comprarme alguna otra del mismo autor, aunque, entre tanto, me contentaré con seguir a Jaime Rubio en su blog y en Twitter.

lunes, 18 de diciembre de 2023

2023 en libros. El único veredicto que vale

¡Pues sí, amigos! Llega el día en que todas las listas de "lo mejor de 2023" palidecen, pese al título de la entrada, ante la proverbial independencia, modestia y buen gusto de los reseñistas de ULAD. Porque no estamos ante la lista de los invitados a la boda del crítico de turno (no, Babelia y El Cultural, no estamos diciendo que vosotros hagáis eso) y porque no pretendemos sentar cátedra diciendo qué es lo mejor que se ha publicado en 2023 (¡coño, que hay tropecientas mil novedades y habremos leído un 0,0001%!). Esto solamente es, nada más y nada menos, lo mejor que hemos leído en 2023.

No podemos dar paso a la lista sin antes recordar lo que para nosotros ha sido la peor noticia que nos ha podido dejar este 2023: el fallecimiento, en el mes de agosto, de nuestro compañero Emilio. Las reseñas que dejó programadas y que hemos ido publicando estos últimos meses dan idea de lo que para Emilio fueron sus mejores lecturas del año.

Sin más, aquí tenéis nuestro dictamen

El veredicto de Koldo (por ahora):


La sentencia de Juan:

Palabra de Oriol:

La sentencia de Francesc:
 
      No muy bien habrá ido la cosa cuando he tenido que revisitar mis reseñas para poder componer esta lista. Así que
  • Recuerdos que prevalecen sin excesivo esfuerzo, o sea, MUY BIEN: Material de construcción de Eider Rodríguez, o cómo lidiar bien, literariamente, con la pérdida, y Les voltes del món de Tuli Márquez, a ver si el mundo editorial se entera del talento de este hombre y se le traduce al español.
  • Demasiados ensayos que se han quedado a medias o que me ha dado la impresión de que no conectan profundamente con la realidad, así que no los mencionaré. La realidad no lo pone fácil, cambiando cada dos por tres.
  • Alguna biografía musical que tiene más pulsación narrativa que mucha narrativa, como Bobby Gillespie en Un chaval del barrio o Jarvis Cocker en Buen Pop Mal Pop
  • Extraño reencuentro por partida doble con Houellebecq, del cual Unos meses de mi vida me ha mostrado una sorprendente actitud frágil y victimista. Curioso que su acercamiento a sí mismo le haya hecho desenfocar su aguda visión de la sociedad.
  • Y a ver si las cosas mejoran. O sea, que los tótems atinen o que las eternas promesas se consoliden. Ya, por favor.

El panegírico de Santi

En un año de bastantes pocas lecturas (una vez más), afortunadamente ha habido algunas buenas o muy buenas:

Resolución (recurrible) de Carlos

El dictamen de Marc:
  • Libro del año: «Un caballero en Moscú», de Amor Towles
  • Ensayo del año: «La supervivencia de los más ricos», de Douglas Rushkoff
  • Grandes consolidaciones en narrativa: Xavier Mas Craviotto, por «La pell del món»
  • Descubrimientos del año (autores): Byung-Chul Han con «La expulsión de lo distinto»
  • Caerán más libros de: Clarice Lispector, Siri Hustvedt, Amor Towles, Paul Auster
  • Propósitos para el 2024: más poesía, continuar con más ensayo y reencontrarme con la narrativa tras un año sin grandes lecturas