El casino Atlantic City tuvo una facturación récord en el 2019, pero un año después, la pandemia provocó una caída de entre el 80% y el 85%. “La empresa estaba en rojo”, asegura Samuel Sánchez, gerente general de la compañía. Esto debido a que el casino se vio obligado a cerrar sus puertas entre marzo y noviembre del 2020, a operar con aforos reducidos y, en algunos momentos, sin la oferta de comida y bebidas. Además, no recibió ningún salvavidas económico por parte del Gobierno.
Eso hizo que la dinámica del mercado cambie completamente: Los casinos empezaron a mirar con más interés, y de forma acelerada, al mundo digital, y las casas de apuestas deportivas en línea reforzaron su oferta de juegos online, que no eran tan atractivos antes de la cancelación de los eventos deportivos. “Era la única forma de sobrevivir. La compañía tuvo que reinventarse para poder salir de ese hueco”, admite el ejecutivo.
Atlantic City invirtió medio millón de dólares en tecnología para construir una plataforma digital de juegos y apuestas deportivas, que representa hoy un tercio de los ingresos. El objetivo es llegar a por lo menos el 50% en el 2023. “El potencial de crecimiento es enorme”, afirma Sánchez. Este 2022, el casino está a punto de llegar a niveles prepandemia y se proyecta superar en 50% la facturación del 2019 el próximo año.
El mayor potencial de crecimiento recae en las apuestas deportivas por la cercanía al mundial de Qatar. “La propuesta de valor de las maquinitas (línea de casino, tragamonedas) es relativamente nueva. Los jugadores que están en el mundo digital de maquinitas son los que migraron del [casino] físico, pero hay un mundo de personas que no las conocen en el espacio online. Puede que sea un boom, no sabemos qué tanto apetito pueda tener el consumidor peruano en ese rubro”, explica el ejecutivo.
El ticket promedio en apuestas en el casino varía entre los US$ 10 a los US$ 400. En el rubro deportivo, el monto mínimo es de unos S/ 50.
Para diferenciarse de la competencia online, Sánchez adelanta que Atlantic City buscará trasladar la experiencia del casino físico a la plataforma digital, por ejemplo, a través de un trato personalizado con llamadas de bienvenida, programas de fidelización o servicio de delivery de comida. “La oferta de valor de las otras plataformas digitales se enfoca en la usabilidad, pero no hay más. Se trata básicamente de quién tiene más plata para hacer publicidad o auspicios o bulla en el estadio. Es como que billetera mata a galán y nosotros [Atlantic City] somos el galán del rubro”, apunta.
La digitalización también se ha trasladado a las salas del casino. Por ejemplo, a inicios de este año Atlantic City invirtió casi US$ 3 millones en esa tarea, como en la compra de máquinas (cada una cuesta alrededor de US$ 25,000) y pantallas LED o cilíndricas. “También tenemos que meterle cariño al mundo físico. No todo es el digital. La idea es que, cuando termine la pandemia, los clientes que regresen se den cuenta de que el casino está como en sus mejores épocas”, sostiene Sánchez.
Esto significa, recalca Sánchez, que los casinos no van a desaparecer, sino que se van a reinventar con plataformas digitales que les permitirán conquistar más clientes y otros mercados. Atlantic City proyecta internacionalizarse hacia el 2024, luego de consolidar su presencia en línea en el país. Ecuador es el primer mercado en la mira.