Comienza la ruta


   Después del interminable invierno de este 2013, al fin el buen tiempo viene de la mano de las vacaciones estivales de los estudiantes, por lo que la soleada mañana del 22 de junio damos las primeras pedaladas. Nuestra intención no es otra que disfrutar unos días de bicicleta y el objetivo... el Mediterraneo.
   Recorremos las tranquilas carreteras de la Llanada alavesa y ascendemos el puerto de Opakua camino de tierra Estella.
   En la sierra de Entzia, bokata, descanso y partida de cartas.
   Pedaleamos por la carretera de las limitaciones hasta las piedras de la muga con Navarra.
   Tras el pedaleo por el altiplano de Urbasa... un cómodo descenso hasta Estella.
   Los más jóvenes no han debido gastar todas las energías, pues tras 80 kms. les quedan ganas de pelota.

   Comparando con la imagen de la izquierda, nos sorprenden los cambios de estos jovenzuelos, más altos, más fuertes... pero en lo que no mejoran es en el tema del fregado

   La segunda jornada, cómoda etapa con viento de cola y algunos atractivos como el castillo de Olite.

Aragón

   Por el norte de las Bardenas Reales entramos en tierras aragonesas, en concreto por el pueblo de Sádaba.
   A pesar de que las carreteras por las que ciclamos no tienen tráfico, abandonamos el asfalto buscando un atajo hacia Agüero.
   La variante no está exenta de sorpresas: un arroyo de montaña que cruza la pista, ...
... unos perrazos que resultan ser amigables, ...
... o una lindísima cascada con poza donde refrescarse camino de San Felices.
... Al final de la jornada, los mallos de Agüero y más tarde los de Riglos nos dan la bienvenida.
   Los pueblos por los que pasamos apenas tienen comercio y resulta difícil encontrar tiendas donde abastecerse. Pero siempre aparece una en el lugar más inesperado, con un suministro de lo más variado.
   El invierno ha dejado abundante nieve en los Pirineos y a finales de junio todavía blanquean sus cimas.
   Rodando por el norte de la sierra de Guara, no se puede desaprovechar la ocasión de pegarse un bañito en sus transparentes y gélidas aguas.
   Un reventón en la rueda trasera de Gaizka, se convierte en la única avería del viaje. Colocamos en el interior un trozo de cubierta vieja y a cruzar los dedos para que aguante hasta Ainsa.


   Pasado el pueblo de Lagarta encontramos un lugar ideal donde montar el campamento.
   Arroyo donde asearse, mullido suelo para acampar y sabrosa cena. ¿qué más se puede pedir?
   A la mañana siguiente nos desayunamos los pocos kilómetros que restan hasta el coll y vertiginoso descenso hasta Boltaña.

   Pueblo de Banastón con Peña Montañesa al fondo.
   Pedaleando con el monte Perdido como telón de fondo.
   Camino de Graus , a pesar de los fuertes desniveles, la ruta nos ofrece lindas vistas.
   Arribamos a la localidad de Graus y ésta nos recibe con un buen camping y una mejor piscina.
   Pintoresca plaza mayor de Graus.

Catalunya.

   En Puente Montañana atravesamos el Noguera Ribagorzana y entramos en territorio catalán.

   Las siguientes jornadas rodamos por la parte más espectacular de la ruta.
   Etapas sin apenas un metro llano pero con ascensos muy llevaderos e interminables descensos. 

   Al final de una exigente jornada llegamos a la pequeña aldea de Perles.

   El pueblo no cuenta con la mínima infraestructura, por lo que no tenemos más remedio que alimentarnos o asearnos con lo que llevamos encima.
   Al menos no tenemos a nadie que nos moleste, pues no vemos ningún habitante, por lo que decidimos acampar en mitad del pueblo.

   Otra soleada jornada por delante y un espectacular recorrido por la vertiente sur de la sierra del Cadí.

    Un par de puertos de montaña con sus merecidas paradas, antes de llegar a ...
  ... Berga, donde nos concedemos un merecido descanso en el albergue de la localidad.
 
   Pedaleamos ahora en busca de la ruta del Ter.
   Una ruta que nace en el Pirineo y que acompaña a el río Ter hasta su desembocadura.

   A la altura de Manlleu nos juntamos a la ruta del Ter.
   En la riera de los embalses de este río, encontramos un lugar perfecto donde acampar.
   Tras el refrescante bañito y la posterior cena... una romántica partidita a la luz de las velas.
   Otra espectacular jornada por delante por las riberas de los embalses de Sau y Susqueda nos conduce...
... hasta Girona.
   Al día siguiente, última etapa y después de once jornadas, al fin llegamos al Mediterráneo, donde nos concederemos tres días de merecido descanso en L´Estartit. Siesta, playa, piscina y a soñar con la ruta del año que viene.