¿De qué trata?

Kitty Norville jamás planeó transformarse ne lobo en público, y menos aún en la televisión nacional, pero ahora que ha ocurrido necesita pasar un tiempo consigo misma para recuperarse del trauma y escribir sus memorias. Una cabaña en la montaña, lejos de la ciudad, parece el lugar perfecto donde recluirse. Pero tratándose de Kitty, los problemas siempre están al acecho. Primero alguien deja animales sacrificados de forma grotesca en su porche; luego aparece el cazador de hombres lobo, Cormac, con una persona herida: Ben O'Farrell, el abogado de Kitty. Dos tíos cañón y Kitty en una casa de una sola habitación, ¿podría darse una situación más tensa?

Kitty Norville (3/?): Kitty a medianoche  //  Kitty se va a Washington  //  Kitty se va de vacaciones  //  Kitty and the silver bullet  //  Kitty and the Dead man's hand  //  Kitty raises hell  //  Kitty's House of Horrors  //  Kitty goes to war  //  Kitty's big trouble  //  Kitty steals the show  //  Kitty rocks the house  //  ...

¿Qué puedo decir sobre este tercer volumen sin repetirme en elogios? Kitty Norville me tiene conquistada. Ya os comenté los dos primeros, Kitty a medianoche y Kitty se va a Washington; ambos me impresionaron y puntué al máximo. Con esta tercera entrega, aunque la esperaba con ansias, también me acompañaba un temor: la monotonía, la reiteración. No obstante, Vaughn  ya estaba preparada y, con su hilarante a la par que terrorífica pluma, me ha conquistado y enamorado de nuevo.


En esta ocasión, empezamos con lo que parece un idílico momento para Kitty: se ha refugiado de la civilización y se dispone a escribir su biografía rodeada de naturaleza y su instinto lobuno. Claro que los problemas le siguen a todas partes, y pronto se ve perseguida por una extraña y oscura maldición, así como la visita inesperada pero dolorosamente placentera del cazador Cormac, aunque viene acompañado de Ben... quien ha sido atacado por un hombre lobo. ¿Se puede pedir más? Sí. Porque el libro no ha hecho más que empezar...

Carrie Vaughn vuelve a superarse y a dejarnos con la boca abierta. En esta tercera entrega el misterio está servido, ya que en buena parte del libro buscamos la identidad de la persona que ha maldecido a Kitty, pero al mismo tiempo, Cormac saca sus propias conclusiones y descubre un ente diabólico mucho peor que cualquier pesadilla de licántropo. El miedo que siente Kitty por lo desconocido, aun siendo ella un ser paranormal, se palpa en cada página y llega al lector sin ningún filtro.

Siendo como son los libros anteriores, más dados a la intriga y la comedia, Kitty se va de vacaciones se presenta con un nivel más oscuro y desgarrador. Ya podemos darnos cuenta nada más empezar, y es que el refugio que ha buscado nuestra protagonista para huir de la realidad no le sirve, viéndose atacada por rituales macabros que incluyen animales sacrificados, auténtica magia negra en vena, o siendo perseguida por sombras de paralizantes ojos rojos. Luego, con el añadido de Ben y la presencia de Cormac, Kitty teme realmente por su vida y cordura.

Pero no vamos a engañarnos ni a pensar que por tener este terror novedoso, pueda darnos pavor empezar su lectora. No, porque Vaughn sabe mantener y hacer florecer la esencia romántica de la obra. Para aquellas fans que lo llevábamos esperando, Cormac vuelve a escena y con muchas ganas de quedarse. En Kitty se va de vacaciones se crea por fin un intenso pero delicado triángulo amoroso entre nuestros dos archienemigos y un tercero en discordia. Si no había suficiente con maldiciones y seres demoníacos, nos encontramos a un Kitty no muy dispuesta a lidiar entre su deseo de manada y su pasión por el hombre que tiempo atrás quiso matarla. Aun así, no es un camino de rosas y tenemos que avisar: nuestra locutora preferida va a sufrir en todos los terrenos, y nosotros también.


Sin duda, Kitty se va de vacaciones se supera. Al aire de vida vertiginosa de Kitty se le añade el componente de la magia negra y los propios demonios que la persiguen. Pero seguimos con la intriga, el romance, el humor y el sarcasmo tan propio de esta saga. Vaughn sabe misteriosamente superar el listón a cada siguiente publicación; ya hay ganas de leer el cuarto volumen. Solo nos queda decir: ¡leedlo!.