sábado, 1 de marzo de 2025

viernes, 28 de febrero de 2025

Fusión y fe sin rumbo

Prólogo al libro-poema EL INFIERNO DE LA SIMETRÍA

de José Martín Carmona


Cáceres, Ediciones Liliputienses, 2025



Parpadea el cerebro caliente del estómago de la vaca del camarero caballero. No siempre un poema extraviado se reconstruye con sintagmas pero la gran complejidad de El Infierno de la Simetría así lo exige. Así, nos advierten que hubo un lugar para los versos y que una mujer, adanista, era el Gran Bolsillo del Espacio. ¿Nos hallamos ante un guion, ante un diario, ante los apuntes que se toman en la sala discreta de la vieja morgue? El poema, el libro poema, se interroga a sí mismo sobre razones que van de la filosofía a la filología, incurriendo, a veces, en fatídicas ansias homosexuales en una acción que recuerda los cantes de ida y vuelta. ¡Qué gran poema bibliográfico, cambiante, voluble! El Mendigo Cósmico, la Gran Peluquería de Caballeros de Valeriano, personajes, escenarios, donde se sumerge la acción y, en especial, la hermenéutica de la acción. He dicho que nos advierten, esa es la fórmula, la advertencia del cambio, de la permuta, de la simulación, del engaño. El poema avanza, se vislumbra un final planetario que exige algunas explicaciones a los lectores poco dotados, se nos dice que El Infierno de la Simetría revela la fascinación y el terror del autor a la reconciliación de los fragmentos de la unidad perdida. Pero no vamos a revelar nada, nada de un final senil y trágico; sólo una nota acerca de la simetría, ese capricho, esa exigencia pequeño burguesa que repugna a José Martín Carmona, ese relato que él quizá escuchara, desde una perspectiva de eternidad, de los labios del más funesto de sus mayores, el terror a entrar en la cocina del apartamento de la Costa Dorada por si los dos trapos, colgados de los tres ganchos situados junto al frigorífico, no guardaban simetría. Difícil poema El Infierno.., confieso sentirme alucinado, incluso los lectores bregados en infinitas lecturas caemos ahora desvanecidos sobre las cromáticas baldosas del cuarto de baño, incapaces de llegar a la pila del lavabo para refrescarnos un rostro que ya nunca más será el nuestro tras haber leído este texto deslumbrante, temerario, magnífico.



Ferrer Lerín, enero 2025.

lunes, 24 de febrero de 2025

Ouka Leele


En Jaén, en enero de 2011, durante unas jornadas dedicadas a la fotografía y a la literatura, propongo a Ouka Leele rodar, en el Prepirineo oscense, un cortometraje, de posible título Una entrevista, cuyo contenido le avanzo. Parece entusiasmada, pero pocos días después, ya ella en Madrid y yo en Jaca, cuando le envío la sinopsis del guion y fotografías de diversas carroñadas, se asusta y renuncia.


Una entrevista

En el monte: una mesa rectangular y dos sillas.

En un extremo de la mesa el entrevistador: Ouka Leele caracterizada de periodista hombre.

En el otro extremo el entrevistado: yo mismo, famoso recogedor de cadáveres de animales y humanos atropellados.

Los buitres bajan (del cielo) a comer (despojos de carnicería y matadero) en torno a la mesa en la que se hallan entrevistador y entrevistado imperturbables.

Los buitres se han ido. El entrevistador y el entrevistado siguen a lo suyo pero al aproximarse la cámara se descubre que les faltan pedazos de carne en las manos y en el rostro.




















Carroñada en el Prepirineo oscense

martes, 18 de febrero de 2025

Lara Siscar

 

Un interesante fenómeno premonitorio. Cuando en 1971 redacto el poema “Descenso al mar”, Purificación Lara Siscar Peiró aún no ha nacido; lo hará, en el Grao de Gandía, Valencia, en 1977. En 2016 coincidimos como ponentes en las Conversaciones de Formentor, y compruebo alborozado que ella es la protagonista, la heroína, del texto, y que, en concreto, son sus brazos los que se citan. Cuando se lo digo parece gustarle.


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Descenso al mar



De Sinatra a mi calle a través de la muchacha de las medias negras y el cabello flotante.

That’s life.

Qué cita y qué amor en la encrucijada.

Pienso en su uniforme y yo en el instante preciso deslizo entre sus manos el billete esperado.

Acude puntual.

No sé realmente lo que digo y ella sacude la cabeza y ríe.

Da igual.

Lo cierto es que me ama y me siento capaz de todo.

Bajamos hasta el muelle.

Hasta las tiendas árabes.

El cielo estrecho se llena de vencejos.

Le compro un abrigo.

Salimos al mar y bajo el giro del faro beso sus brazos.

Brazos de oro con sabor a rape.

Ella llora ahora.

La hora del llanto llega.

Pero estaba prevenido.

Voy hacia el buque varado.

Qué luz en el lugar.

Se oyen gaviotas y la dulce música de los yates la hace soñar

Le hablo de cuando mi padre calafateaba.

Del linaje.

De Beatriz Guido.

Parece animada.

Puede llegar hasta la bocana.

Y hasta el profundo significado de las palabras.

Allá la veo bien.

Su figura se recorta en el ocaso y me hundo en las aguas.

Quisiera emerger con el mayor mero.

O con la esperanza de toda una vida.

Pero ella huye en la espera.

Y nada hay que la haga volver.

Ni mi alarido en la noche.

Ni la promesa de no mentir.

Dice algo desde la escalerilla.

Algo a no sé quién que la ayuda.

Cuando el motor ruge parece que empiezo a morir.

Eso debe de ser.

Morir en las aguas.

Hermoso final.


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Glosario


Purificación Lara Siscar Peiró es, en la actualidad, presentadora de Televisión Española. Licenciada en comunicación audiovisual, trabajó inicialmente en Canal 9 de Valencia y posteriormente en Nova, uno de los canales del grupo Antena 3. 

SISCAR: lugar pródigo en siscas, siendo “sisca” un nombre local de “carrizo”.

Carrizo (Phragmites australis): planta gramínea, indígena de España, con raíz larga, rastrera y dulce, tallo de dos metros, hojas planas lineares y lanceoladas, y flores en panojas anchas y copudas. Se cría cerca del agua. Sus hojas sirven para forraje, sus tallos para construir cielos rasos y sus panojas para hacer escobas.

Sinónimos: siscar, ciscar, jiscar, liscar, carrizal; sisca, cisca, jisca, lisca, carrizo, cañavera, cañaveta, cañeta, cañota, millaca.

Llano liscar, en la localidad oscense de Bailo, es un enclave de gran interés ornitológico porque en él pueden verse las tres especies occidentales europeas del género Circus: Circus aeruginosus (aguilucho lagunero), Circus pygargus (aguilucho cenizo) y Circus cyaneus (aguilucho pálido).

PEIRÓ: hipocorístico de Pere (Pedro > Perico).
























Lara Siscar y sus brazos de rape.

Foto: SEOSM






Carrizo.








Macho de aguilucho lagunero










Macho de aguilucho cenizo









Hembra de aguilucho pálido


sábado, 15 de febrero de 2025

Fatal encuentro

 

No es María Isabel “Mabel” Acuña Rodríguez santo de mi devoción. Agresiva, desasosegada, a menudo desafiante, pertenece al grupo de viudas no alegres que se reúnen los jueves en la vieja cafetería Onagro. Ayer, ya de lejos, la divisé. Venía hacia mí. Calibré, midiendo nuestras velocidades, lo que iba a tardar en producirse el encuentro y no vi posible amagar una escaramuza, colarme entre los coche aparcados, meterme en el Callejón del Botocudo o, simplemente, hacer como si no la viera apartándome lateralmente de su línea de progresión dada la amplitud de la acera, incluso reforzando la estratagema sacando el móvil del bolsillo y simulando una llamada. Ya digo, no fue posible, tardé en reaccionar y, además, el ritmo de sus pasos era mayor de lo que yo había calculado. Me miró arrogante, de forma inquisitiva, al tiempo que espetaba (palabra horrible, pero que le conviene a Mabel): “dichosos los ojos... ¿pero sigues viviendo aquí?; alguien comentó que te habías ido definitivamente a Andalucía”. Decidido a cortar el interrogatorio solté el manido: “intento vivir a caballo entre las dos regiones, pero por la distancia, no deja de ser una opción complicada”. Mabel llevaba el brazo derecho caído, rígido, en paralelo al costado, sujetando con las puntas de los dedos un pequeño bolso y, el brazo izquierdo replegado contra el pecho, con la mano a la altura de las solapas del traje chaqueta, como protegiendo un exagerado broche de bisutería, y los dedos, retorciéndose a la manera de un manojo de colas de lagartija, situados, intranquilos, donde comienza el escote. Hice algo que nunca debí hacer, algo en esa línea de cosas que en tiempos eran en mí frecuentes, actos irreflexivos, absurdos, espasmódicos, casi hipercinéticos; lancé mi mano izquierda en dirección a sus dedos nerviosos que, la verdad, resultaban insoportables, para agarrarlos, inmovilizarlos para que dejaran de agitarse de ese modo, de un modo que me incomodaba enormemente. Pero Mabel respondió de modo inesperado, ejecutó con maestría un quiebro rapidísimo. Antes de que mi mano y la suya entrarán en contacto, creyendo quizá que iba a arrebatarle el broche o quizá a manosearle los senos, me arreó un tremendo golpe en los genitales con el pequeño bolso que sujetaba con la mano derecha, bolso cargado, luego se supo, con pedazos de metralla de plomo, de cuando la guerra civil española.



sábado, 8 de febrero de 2025

Arte rupestre

 

Ese aire de familia que impregna todo el arte parietal, sea Namibia, sea Argelia o sea el Levante español, esa sospechosa coincidencia, en el trazo, que lleva inquietando desde hace décadas a la comunidad científica, ha merecido, por fin, la atención, eso sí confusa, de los servicios oníricos. Mediante IA, y compuestos químicos de última generación, se ha desenmascarado el fraude, se han confirmado las sospechas de que había alguien, y no precisamente neandertal, tras la ejecución de esas obras de arte. Se trataría de un clan, de una secta, que ha ido recorriendo cuevas, abrigos rocosos, galerías subterráneas, cualquier cavidad pintarrajeada torpemente por humanos prehistóricos, para añadir estilizadas figuras de cazadores y bestias. Nadie, en serio, podía creer que los habitantes de esos enclaves, tamaños energúmenos, tamaños seres primordiales, pudieran estar dotados tan finamente para el dibujo; ahora, será curioso conocer, en deseables nuevas sesiones, cuál es la finalidad del timo. Al despertarme, levantarme, y recorrer el largo pasillo que del dormitorio conduce al cuarto de estudio donde me aguarda el ordenador, hago votos para que no se me escapen, para que no se diluyan las escenas, los matices, de la peripecia soñada de la que he sido protagonista; CEO de una organización que aún no sé si es la que pugna por llegar a la verdad o es la que, con fondos y con métodos de disciplina y omertá que remedan la más severa de las mafias, subvenciona a lo más granado del plantel planetario de artistas murales. Pero en uno u otro campo yo milito. Y hablaré.


domingo, 2 de febrero de 2025

Entrevista capotiana


No recuerdo a instancias de quién surgió este texto. Tampoco dónde se publicó. Sólo sé, por el archivo en el que lo he encontrado, que es anterior a 2010. 

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Entrevista capotiana

En 1972, el escritor estadounidense Truman Capote (1924-1984) publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama 1999), y en él el autor de A sangre fría se entrevistaba a sí mismo con especial astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora rescatadas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la verdadera vida, de Francisco Ferrer Lerín.

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-Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?

Andalucía

-¿Prefiere los animales a la gente?

Por supuesto prefiero los animales, en especial la fauna salvaje.

-¿Es usted cruel?

La crueldad supone un gran gasto energético. No me interesa.

-¿Tiene muchos amigos?

No.

-¿Qué cualidades busca en sus amigos?

Que sepan conversar.

-¿Suelen decepcionarle sus amigos?

Mis amigos no, la gente sí.

-¿Es usted una persona sincera? 

No.

-¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?

No conozco ese concepto 'tiempo libre'; siempre estoy ocupado.

-¿Qué le da más miedo?

Envejecer.

-¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?

Que aún existan las creencias religiosas.

-Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?

Hubiera ejercido cualquier otro de mis oficios: ornitólogo de campo, prospector, ginecólogo-dentista, piloto, etc.

-¿Practica algún tipo de ejercicio físico?

No.

-¿Sabe cocinar?

No.

-Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?

Sin duda es una pregunta trampa; esa publicación desapareció hace años.

-¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?

Futuro.

-¿Y la más peligrosa?

Aburrimiento.

-¿Alguna vez ha querido matar a alguien?

Constantemente.

-¿Cuáles son sus tendencias políticas?

No tengo tendencias políticas, me convencen todos los políticos cuando los escucho, siempre y cuando no defiendan la religión y la destrucción de la naturaleza.

-Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?

Lagartija.

-Cuáles son sus vicios principales?

Comer chocolate y frutos secos.

-¿Y sus virtudes?

No molestar.

-Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?

La sonrisa de Millán Astray.




lunes, 20 de enero de 2025

Dúplex

 

Aprendí inglés gracias a las portadas, las carátulas, los estuches de los discos de 45 RPM, las fundas en las que aparecía, junto al título español de la canción, su título original que casi siempre era inglés dada mi preferencia por los Platters, por los Everly Brothers, por Paul Anka, Sonny James, Neil Sedaka, Pat Boone, Roy Orbison, Elvis Presley, y demás genios estadounidenses. Ahora, aprendo portugués gracias a MERCADONA; mientras meriendo voy leyendo los envoltorios de las galletas, del chocolate, del yogur líquido y del resto de productos, etiquetados, rotulados, invariablemente, en expresión bilingüe hispano-portuguesa. La dualidad, el nombre doble, parecido, pero no exacto, es algo consustancial a mi vida… y, por cierto, ahora recuerdo un asunto que me tuvo preocupado durante meses, quizá durante años, el porqué la ópera de Alban Berg se llamaba Wozzeck y su fuente, el drama inconcluso de Georg Büchner, se llamaba Woyzeck. Dicen que fue un error de imprenta en la cubierta de la edición del manuscrito del drama de Büchner, error que transformó el “Woyzeck” original en un espurio “Wozzeck”, grafía leída por Alban Berg y utilizada para su ópera. Quizá sea así pero realmente da igual, quiero decir que lo que me importa es el hecho de la dualidad, la condición doble, casi diría la condición del doble, del sosias, del otro, la copia que se te parece tanto que muchos o todos creen que eres tú, como esa persona que vi sentada en el extremo de la primera fila, pegado a la pared, cuando yo me sentaba en el extremo que daba a la puerta de entrada del salón de actos del Círculo la Unión de la localidad jienense de Torredonjimeno, y que se parecía tanto a mí que al terminar la presentación del número 20 de la revista cultural Órdago, me levanté rápido del asiento para conocerle, para interpelarle, casi para exigirle de forma puede poco educada que me dijera quién era él realmente, porque a todas luces Gregorio Malaca era yo, Gregorio Malaca soy yo.


sábado, 18 de enero de 2025

El queso cortado en cuñas

 

Fácil es descubrir si el comensal es un gourmet; si pide pan cuando se le ofrece queso o jamón, no lo es. Y otra cosa, el queso cortado en cuñas es práctico desde un punto de vista comercial (envases, aperitivos, etc.), pero ha de cortarse en tacos para degustarlo en condiciones. Y otra cosa más aún, el sexo sigue siendo un tabú.



Tildes en trashumancia


Produce fatiga hablar y no digamos escribir sobre política y políticos. Mas no me resisto a comentar, eso sí de modo apresurado, ese fenómeno, propio de miembros destacados de la derecha española, en el que se traslada la acentuación de algunos apellidos, convirtiendo, por ejemplo, Suñer en Súñer, Fuster en Fúster y Semper en Sémper, que de esta manera resultan menos vulgares, más elegantes, que a nadie le gusta que le llamen sucio (Suñer / Sunyer podría proceder de un antiquísimo nombre masculino de persona, pero la realidad es que es un término aplicado a un sujeto poco aseado), ni quizá que lo consideren carpintero (‘fuster’ en Cataluña y en partes de Aragón, ‘fustero’ en Aragón e incluso en Castilla la Vieja) y, en cuanto a Semper, es obvia la serie San Pedro, Sampedro, Sampere, Sempere, Semper, nada de nada del eufónico e impostado Sémper, que aún sin tilde, que a menudo la olvidan o la desconocen, es pronunciado como palabra llana, con acento prosódico en la primera sílaba.


viernes, 10 de enero de 2025

Monetaria

 

Hoy he ido a lo de la renovación del permiso de conducir. Todo bien. Me lo han renovado. Me han cobrado 35 euros, descuento por ser mayor de 70 años, y a la hora de pagar me han dicho que no les funcionaba el lector de tarjetas. En el cambio, del billete de 50 euros, me han preguntado si no me importaba que de los 15 euros de vuelta, 5 euros fueran en monedas, tres de 1 euro y una de 2 euros. Nunca me han gustado las monedas pero he aceptado por acabar de una vez con el dichoso trámite. Al llegar a casa, y cambiarme de ropa, las cuatro monedas han ido a parar al suelo y, rodando rodando, se han desperdigado. A una no la he encontrado. Casualmente, qué mala suerte, la de 2 euros. Así se hacen ricas las mujeres de la limpieza.


lunes, 6 de enero de 2025

Intimidad


Ingresado en el Hospital San Jorge de la ciudad de Huesca, en las interminables horas de espera de no se sabe bien qué, medito, con fluidez, sobre ese sólido concepto denominado “intimidad”, sobre qué es la intimidad en la vida diaria, algo no exigente, normal, dado por hecho, y que aquí, en esta habitación hospitalaria compartida, cobra una singular importancia, cobra sentido a la inversa, por su carencia, de tal modo que me hace rememorar un pasaje de Los bellos sexos indomables, esa obra singular de Douglas Diegues, en el que se habla del cometido de las lavanderas, de lo que tiene de excepcional, porque con sus manos tocan y lavan la suciedad del otro, también sus heridas, apareciendo, además, dicho pasaje, creo recordar, repito, hablo de memoria, tras decir Diegues que si algo perdieron los esclavos, aparte de su apellido, fue la intimidad. O sea que las lavanderas, aquí y ahora enfermeras, profanan impunemente, algunas haciendo gala de esa profanación, el derecho a lo íntimo del que todos disponemos antes de entrar en este edificio sanitario de trato igualatorio y despiadado.

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Vórtex, Anagrama, Barcelona, 2025 




martes, 31 de diciembre de 2024

Ella gime

 

Ante todo convendría fijar el alcance del término y, al mismo tiempo, despegarlo de su carga vulgar, cotidiana, cómplice. Me refiero al término ‘aparcada’, el acto en el cual se detiene un automóvil en un lugar solitario para que las personas que lo ocupan puedan dar rienda suelta a sus efusiones eróticas. O sea que tras cenar en un restaurante habitual, uno de los figones vascos de la calle Roger de Flor, Mari Carmen y yo nos montamos en el R12 y nos dirigimos a la parte alta de la ciudad; tomamos la carretera del Tibidabo y paramos en una de las primeras curvas, una curva famosa, idónea para la realización de aparcadas, una curva amplia, un desmonte de tierra con capacidad para varios coches y con orientación sur, con una buena vista de la urbe, a esa hora iluminada, socorrida contemplación que facilita unos primeros comentarios para romper el hielo. Mas no hubo hielo que romper pese a ser nuestra primera aparcada. Mari Carmen abrió el bolso y extrajo un objeto rectangular que no logré identificar por la poca luz y que, así de repente, pensé si no sería una caja de preservativos, pero no, era una grabadora, que colocó sobre el salpicadero. Mari Carmen me miró, y con la voz ronca de las grandes solemnidades y el más profundo de los acentos mallorquines, pronunció las siguientes palabras: “es una grabación, una selección de gemidos durante mis recientes masturbaciones”, y le dio al clic mientras yo le daba al motor de arranque, derrapaba entre una nube de polvo, enfilaba la carretera a una velocidad desconocida, dejaba a la gimiente en su casa y me encerraba yo en la mía. Estaba realmente asustado.



Dora Santiago

 

Andan derribando las naves industriales del Polígono Grande de Junín, dicen que para ensanchar la autopista. Un hecho trivial pero que a mí, de repente, me ha traído, casi de forma violenta, un grato recuerdo. Ella, regentaba sola un pequeño almacén de productos de parafarmacia situado en la periferia del polígono. Yo, la visitaba a veces con la excusa de que necesitaba cajas de cartón y, un día, fuera ya de horarios comerciales, la puerta de la calle cerrada, los dos de pie en el fondo del local, le dije que me gustaría abrazarla, y Dora, sin inmutarse, preguntó si quería abrazarla por detrás o quería abrazarla por delante. Fue tan efectiva su reacción que comprendí en aquel instante que el poder de las palabras, en los lances amorosos y en general en todas las actividades humanas, era superior a los gestos y a las miradas.


Casa elástica


He comido con el Dr. Angus Calvitorromo. Avanza en su proyecto de casa elástica y me propone implicarme en el mismo. Cuestiones de salud, de edad, cuestiones de carácter geoestratégico, aconsejan que no me implique, pero el proyecto resulta tan atractivo que, consideraciones pecuniarias aparte, he decidido colaborar con Angus, hacerme cargo del apartado artístico del proyecto. Buscaré un nombre. Diseñaré un logo. Elegiré un color. Crearé, en suma, la marca.



jueves, 26 de diciembre de 2024

F.K.


 

























Siempre se ha dicho que el conocimiento de disciplinas como la botánica, la entomología, la herpetología, la ornitología, añaden valor, justifican una actividad como la del paseo por el campo, actividad que en sí misma no deja de ser insulsa, aburrida e inútil, como todas las vinculadas al ejercicio del deporte y a sus doctrinas paralelas. Descubrir a los seres vivos que nos rodean, y que son lógicamente más abundantes en espacios periurbanos que en espacios urbanos, proporciona una gratificante experiencia al observador, incluso al que, por prescripción médica, no le queda más remedio que pasear pese a que le resulte profundamente anodina dicha experiencia, hablo de quienes añoran el bullicio inmisericorde de las grandes ciudades. Ahora me escribe un desconocido domador uruguayo, de desconcertante nombre, Ferenc Krasna, para informarme, para agradecerme que le haya introducido en el mundo del Arte Casual (AC), que le haya abierto los ojos ante el gran número de manifestaciones de este concepto artístico que surgen ante el observador atento, eso sí del observador que disponga de cierto grado de conocimientos sobre Arte Contemporáneo. Adjunta foto de una porción del suelo del entorno de su domicilio en Montevideo, suelo que nunca tuvo en cuenta y que, ahora, le produce un gran impacto visual gracias a AC, al lograr que su retina, educada, registre, de modo incuestionable, un evidente, aunque quizá fugaz, hecho artístico. AC aporta pues un plus de interés a ejidos, huertos, ruinas, polígonos industriales, cementerios de coches, calles que se pierden en los campos, uno más de los benéficos efectos obtenidos al adentrarse en ese nuevo concepto que permite ver las cosas de otra manera, que quizá, incluso, enseñe a ver la realidad de otra manera, enseñe a ver, de modo pertinaz, la verdadera realidad.



jueves, 19 de diciembre de 2024

Reparto 29

 
















Maria Schneider, Marlon Brando

El último tango en París (Last Tango in Paris) (1972)

Director: Bernardo Bertolucci

martes, 17 de diciembre de 2024

Lorra











Una lorra

no evita siempre al humano

se sabe

autora de burlas provocantes a risa

porque

no hablamos de la zorra de carne

ni

siquiera

del gato de clavo

hablamos de quien festeja la piltrafa

en los meses de mayo y junio

de quien

como el esclavo puesto de continuo a la tortura

no está libre de cardenales.


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-Amara Montoya Doblas: “No identifico el poema, ¿a qué libro pertenece?”

-Ferrer Lerín: “No tiene libro aún; es un homenaje a ‘lorra’, un hápax.”

-Amara: “Ahora comprendo porque no aparecía “lorra” en mi diccionario. Benditos hápax siempre fugitivos y solitarios.”

-Lerín: “En el famoso opúsculo Sobre el animal cebra que se criaba en España (1752) del Padre Sarmiento se dice que ‘los Golpefares son sitios en que abundan de Lorras’.” 


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Golpefares; golpejares; vulpejares; golpeja; vulpeja; vulpécula; vulpes; raboso, a; raposo, a; zorro, a; lorra.


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Golpejar de la Tercia

Se deriva del nombre latino ´Vulpes´ = zorra, y su sufijo abundancial. Es, por tanto, un poblado en cuyo término hay abundancia de raposos. Uno de sus topónimos del monte se llama, precisamente, ´Las raposas´. En la provincia de León existe otro Golpejar, en La Sobarriba.

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-León: Golpejar de la Tercia, Golpejar de la Sobarriba.

-Salamanca: Golpejas, Golpejera.

-La Coruña: Golpa, Golpilleiras–Cambre.

-Lugo: Golpeiras, Golpilleira–Baleira, Golpilleira–Cospeito, Golpilleira–Germade, Golpilleiras–Abadín, Golpilleiras–Castro de Rey, Golpilleiras–Fonsagrada.

-Orense: Golpellás–Calvos de Randín, Golpellás–Paderne de Alariz.


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Hiela sangre, Barcelona, Tusquets, 2013

Ferrer Lerín 





 

miércoles, 27 de noviembre de 2024

No-espacio


UNA LUZ / Ferrer Lerín

GRANTA en español, nueva época, nº 9, 2018

El Boomeran(g), 21 noviembre 2024 

 https://www.elboomeran.com/francisco-ferrer-lerin/una-luz/  

'Existe un punto, en el éter, situado a siete metros en sentido norte de la veleta del campanario, que no ha sido alterado. Ese punto es, en realidad, una esfera, de veinte centímetros de radio, compuesta por aire luminoso, ya que los cuerpos emplumados e impuros de las aves voladoras y la sarna de los murciélagos nunca lo han hollado. De noche es posible ver resplandecer la esfera, suspendida en la nada.’

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Un no-espacio, un espacio-vacío, carece y ha carecido de presencia biológica visible, nunca ha sido ocupado, siquiera en fracciones de segundo, por humanos o animales vertebrados o invertebrados; nunca el hombre, o partes de él, nunca murciélagos, aves o insectos lo cruzaron, atravesaron, profanaron. Dicen que está compuesto de aire de tal pureza que resulta luminoso, quizá por contraste con el aire impuro que lo rodea.


lunes, 18 de noviembre de 2024

Esther Peñas entrevista a Ferrer Lerín

Esther Peñas Domingo entrevista a Francisco Ferrer Lerín para el volumen Ardiente balbuceo. Libros de la resistencia, Madrid, 2024.
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• Comencemos hablando de Grafo pez. Uno de los riesgos de todo autor es que “la Palabra se vaya perdiendo” y encoja, que apenas tenga un resto de importancia. ¿Cómo detectar que uno no tiene modos distintos que contar?
El encogimiento de la palabra y el agotamiento del modo de escribir son asuntos de gran dramatismo pero de distinta etiología. El poema a que usted se refiere, La Palabra, que por cierto es un poema de encargo, fenómeno único en mi escritura (me lo pidieron los comisarios de la exposición que la universidad de Málaga dedicó a mi obra artística y literaria, para encabezar el libro-catálogo de la misma), cuenta el proceso de búsqueda de la palabra elemental, la palabra que todo signifique, la palabra única, el hápax universal, y, también de su desgaste, de su agonía, por su uso abusivo. Por otra parte, el libro Grafo Pez, que también contiene el poema, es el ejemplo de la segunda parte del binomio, el agotamiento de la fórmula de escritura; tras pasar por distintas etapas, mi proceso de construcción de poemas tocó techo, terminó ante el peligro de que ya todos mis poemas fueron réplicas, y este término se cumplió con la publicación de Libro de la confusión en 2018, pero entonces ocurrió algo, tuve una especie de eyaculación lírica que produjo una serie de poemas que se recogieron en este oportuno Grafo pez, de 2020, verdadera, definitiva, coda de mi poesía.
• ¿Es la novedad un valor en sí mismo?
Es un valor al alza en las publicaciones de corte académico, una exigencia que deja de lado la calidad del trabajo para premiar, diría que casi exclusivamente, la condición virginal del mismo. Esto en cuanto a la primicia; si usted se refiere a lo que pueda suponer de valioso en la historia de la literatura el empleo de nuevos presupuestos escriturales... es una cuestión que habría que dejar a la voracidad de los teóricos de la literatura.
• En el poema, la ‘Hermana Menor’ se traga una piedra incandescente que la fecunda. ¿Cómo se reconoce lo insólito?
Queda claro que el dato que recupera de ese poema tiene bastante de insólito. Existen baremos para medir lo que se considera habitual y lo que se aparta de ello. Son baremos móviles, que siguen las modas y que, por ejemplo, en la actualidad, están en proceso de restricción... a menudo lo habitual corre en paralelo con lo limitado, con lo reaccionario.
• Las analogías que se establecen en la poesía tienen más de voluntad, de alquimia, de azar, de arbitrariedad..?
Se ha repetido hasta la saciedad que el azar no existe, que la escritura automática no existe, que el poso cultural es quien establece las analogías; pero es indudable que, a veces, esas conexiones surgen de manera harto azarosa y uno duda, duda más que de costumbre.
• “Un poema es el espacio que no permite pensar en mi/ sin pensar en él”. Esto, ¿cómo se consigue?
Pues no lo sé, tampoco se trata de responder con brillantez a todo lo que se me pregunta, incluso como en este caso no se trata siquiera de dar con la respuesta. Mi poesía, como mi narrativa, se sustenta en gran parte en la utilización de materiales reciclados, en frases pronunciadas por otros que, a menudo no sólo no son poetas, sino que ni siquiera son personas que están en su sano juicio.
• Junto con el caso de Rafael Soler, el suyo es el único que conozco en el que se está más de veinte años sin escribir, para regresar con una fecundidad pasmosa. ¿Para quién se escribe?
Tras 33 años de agrafía volví al ruedo por una circunstancia en cierto punto azarosa como fue la irrupción de un grupito de seguidores durmientes de mi obra tras pronunciar una charla anodina en el Instituto Francés de Barcelona. Acepté, y aún no sé por qué, la invitación por parte de ese Instituto a dar esa charla y acepté, aún no sé por qué, a reiniciar la producción literaria tal como me pidieron esos seguidores por mí desconocidos. ¿Para quién se escribe? En la infancia / adolescencia para uno mismo, por el placer que procura leerse; en la juventud, para satisfacer el ego creyendo que deslumbras a familiares y amigos; en la madurez y en la senectud por necesitar al lector, por instalarse en la creencia de que sin el lector no existe el autor... de ahí el éxito de plataformas como el blog y las redes sociales, que permiten ese contacto de manera rápida.
• ¿Es usted un adulto escéptico?
Soy científico, exijo pruebas fehacientes de la existencia de lo que sea, de la validez de mi obra, del cariño de los míos, de los propósitos benefactores.
• ¿Por qué esa querencia a hacer de la biografía, de uno mismo, estallidos de ficción?
Sé que es de mala educación pero no me queda más remedio, a lo largo de esta entrevista y a lo largo de todas las entrevistas que suponen mi trato diario con la gente, hablar de mí, por honestidad intelectual, por estar convencido de que no estoy autorizado, por desconocimiento, a hablar de los demás. Dicho lo cual, afirmo que mi biografía, y esto ha obrado y obra en perjuicio de una consideración crítica rigurosa de mi obra, es ella misma una sucesión de esos estallidos que parecerían de ficción si yo no supiera que de ficción tienen poco, que está anclados en la más cruda realidad.
• ¿Y si usted terminara creyéndose usted mismo?
Eso ya ha sucedido... y le aseguro que no pasa nada, que me va muy bien.
• ¿A dónde se viaja cuando se escribe? ¿Y cuando se lee? ¿Disfruta más de uno o de lo otro?
Al leer se debería poder viajar a los universos creados, pero esto ya sabemos que no siempre es así, que la capacidad fabuladora falla. Al escribir, en mi caso, recreo situaciones vividas, aunque, cada vez más, sin distinguir entre el mundo de los sueños y el mundo de la llamada realidad. Disfruto mucho más imaginando que leyendo a los demás, en general los libros de ficción resultan predecibles, prefiero los manuales que se toman, o dicen que se toman, las cosas en serio.
• Ornitólogo, herpetólogo, jugador de póker, sibarita... Cuánto uno tiene tantas pasiones, ¿la poesía se resiente?
La poesía, y cualquier género literario, necesita el apoyo urgente de otras disciplinas para disponer de léxico y de la manera apropiada de describir determinadas situaciones. Un escritor no ornitólogo jamás podrá describir, con propiedad, el vuelo de un milano real poco antes de posarse en la insegura rama de un álamo muerto.
• ¿Qué disposición de ánimo hay que tener para hallar el deslumbramiento y la extrañeza?
Uno de los motores del mundo, junto con el combate contra el aburrimiento y el aprecio por las pequeñas rijosidades, es la capacidad para mantener viva la capacidad de asombro. No se trata de llevar permanentemente impresos los rasgos propios de los capitanes de la perplejidad, pero sí estar dispuesto a recibir las señales que llegan de actos, palabras, imágenes que hasta la fecha no formaban parte de la nómina. Dejarse deslumbrar es tener la capacidad intelectual que permite emitir un juicio, comparar, tener modelos culturales que pueden ser contrastados. Ahora bien, si la pregunta circula en el otro sentido, en el de la capacidad para crear deslumbramiento, para hallar los resortes que permitan deslumbrar a los demás, ahí volveríamos al principio, a la genética y, muy en segundo término, a nuestro caudal de conocimientos.
• Es un entusiasta de las carroñadas. ¿Qué tienen de poético?
No es necesario que todas las actividades humanas, la misma vida, estén revestidas por el hálito poético, entendiendo “poesía” sensu stricto. La carroñada, y Wikipedia no admitió este artículo, tiene otros valores también notables, como el sobresalto ante la irrupción súbita de a veces cientos de buitres leonados, de estructuras de 2,70 metros de envergadura caídas del cielo, y el apasionante proceso de la desaparición de la carne, no necesariamente putrefacta.
• Como defensor de los grandes carroñeros, ¿cree que el trato con las mascotas es un síntoma de los desquiciados que estamos? (las llevamos a la peluquería, hay masajes para mascotas, tiendas de dulces, les hablamos como si pudiéramos tener con ella una conversación…)
En primer lugar quisiera intentar una corrección lingüística. Mascota, es, fundamentalmente, aunque ahora la Academia, como con otras muchas voces, tiene un comportamiento laxo, un objeto inanimado. Los perros, gatos, periquitos, etc., son animales de compañía. Pronunciada esta soflama, diré que el animalismo ha barrido al ecologismo y que se ha pasado de un loable esfuerzo por proteger la naturaleza, en particular las especies animales más amenazadas de extinción, a proteger a las especies animales domésticas para volcar en ellas la dedicación, la ternura, el amor, que el pequeño burgués necesita expresar. Todo ello, desde luego, con el beneplácito de la industria auxiliar, que tanto fabrica alimentos, como medicinas, como monta gabinetes de manicura láser o camposantos para esas encantadoras criaturas.
• ¿Por qué cree que la explosión demográfica es origen de todos los males, como se da a entender en Familias como la mía?
Un tema tabú para los administradores mundiales, sean religiosos que buscan que progrese la miseria como caldo de cultivo para nuevos creyentes, sea la izquierda política en aras de la libertad del individuo a elegir cuántos hijos traer al mundo, sea la derecha con sus remilgos y su necesidad de obtener mano de obra barata, la cuestión es que nadie frena la escalada natalista, y los recursos naturales, y la ocupación del territorio, cada vez más acuciantes suponen un gigantesco precio a pagar por todos los ecosistemas. Las migraciones, las hambrunas, la contaminación, el calentamiento global, las guerras, todos los desastres que nos llevan inexorablemente al caos, nunca podrán ser controlados si no se frena el aumento demográfico. Y que nadie crea que el hecho de que algunos iluminados reclamen más partos en Europa sea el principal de los problemas pese a lo que tiene de falacia de cara a resolver, por ejemplo, el pago de las pensiones, el problema reside en el Tercer Mundo donde, tras esquilmar los bosques, esa masa hambrienta de desesperados esquilmará la cultura y la vida de Occidente.
• ¿Todo asunto es susceptible de ser abordado con humor?
Para no escandalizar diré que es susceptible de ser abordado con humor... casi todo. Y, entrando en un terreno propio, también diré que el uso del humor en mis escritos ha suscitado y suscita, entre algunos, acerbas críticas y obstinado repudio. Recuerdo cuando en 2012, en la presentación de mi libro Gingival en la librería zaragozana Cálamo, se me levantaron dos asistentes, que no iban juntos, primero uno y al cabo de un rato otro. Luego Antón Castro, que me acompañaba, me contó que varias personas, esos años, le habían hablado, sumamente molestas, del tipo de humor que yo practicaba.
• ¿Cómo alimentar un elemento necesario en la escritura, la imaginación?
La imaginación es un poderoso puntal durante la juventud, disminuye en la madurez y desaparece en la senectud. De hecho, las fuentes de mi poesía se han ido modificando con el paso de los años en función de esa disminución. Primero, no necesité apenas apoyarme en mis lecturas, luego aunque me apoyaba en ellas disponía aún de la suficiente fuerza imaginativa para transformarlas, y, ahora, es el traslado directo de sintagmas y palabras ajenas lo que soporta mis versos... eso sí todavía armados con la cadencia que me es propia. ¿Cómo alimentar la imaginación? No lo sé, creo que su declive obedece a un proceso natural... quizá algunos alucinógenos lo frenen e incluso lo revierten... pero soy reacio a esas prácticas.
• ¿Dónde debería colocarse la frontera entre la vigilia y el sueño?
Supongo que los que hacemos de los sueños un material dominante para la redacción de nuestros textos, de los microrrelatos en mi caso, tenemos dificultad creciente para deslindar ambos estados. A menudo no soy capaz de saber si determinados recuerdos pertenecen o no al mundo onírico.
• ¿Es más auténtico el mundo onírico que el de la vigilia?
“Auténtico” es una palabra quizá de otros ámbitos. Diría que con un manejo avanzado de los sueños, me refiero a la capacidad para detenerlos, a la capacidad para recuperarlos y enlazarlos, resulta más confortable soñar que moverse entre los vivos.
• Su poesía opera con herramientas próximas al surrealismo (desestabilización de los ejes de significado, introducción de lo onírico, lenguaje sin vocación lírica), y sin embargo nada tiene que ver con él, emparenta más con el ritmo versicular de Perse o de Pound. ¿Le molesta, le irrita, le complace no haber estado incluido en la antología de Castellet?
El surrealismo, para mí y para los miembros que traté de mi generación, si es que se puede hablar de esta figura, tuvo más impacto a través de las artes plásticas que de la lírica y de la narrativa. Saint-John Perse en poesía y Borges en prosa fueron las claves de mi entrada en el universo literario. Cuando se gestó la antología de Castellet, aunque quizá no fue Castellet quien la proyectó y desarrolló, yo no vivía en Barcelona y estaba absolutamente desconectado del mundo editorial; de hecho ni supe de la publicación del libro. Luego, cuando regresé a la escritura, muchos años después, algunos me preguntaron por lo que usted me pregunta y, al principio, contesté, sinceramente, que me daba igual, aunque luego, ante tanta insistencia, empecé a pensar que una mano, si no negra al menos marrón, había maniobrado para que yo no estuviera en esa biblia. Ahora todo eso queda demasiado lejos.
• ¿Por qué esa irritabilidad hacia la poesía social?
Podría decir, con Oscar Wilde, que cualquier carga moral resulta inaceptable en literatura, pero esa no era la razón para el repudio a ese tipo de poesía; creo que, en general, se situaba muy lejos de la excelencia, y que había otros caminos, poco o nada explorados en España, en ese momento, por los que era necesario progresar.
• Usted suele explicar que está atento a todo tipo de ‘generadores de palabra’ porque suele haber en ellos un “sintagma aprovechable” que sirva de detonador para su escritura. ¿Cómo se reconoce ese ‘sintagma aprovechable’?
Siempre la subjetividad. Lo que se acerca a lo que escribo o a lo que quisiera escribir, es lo que llama la atención, y cuando descubro esa palabra o esa frase, inmersas a menudo en un magma poco distinguido, siento la necesidad de recuperarlas, integrarlas en mi producción, cada vez menos propia desde luego.
• Si tuviera que recomendar a un amigo un par de títulos de Ferrer Lerín, ¿cuáles serían?
En poesía, Fámulo (2009); en prosa, Papur (2008), por cierto de próxima reedición.