jueves, 13 de febrero de 2025

ALEJANDRO PALOMAS: ❝Las madres son esos espejos en los que proyectamos nuestra personalidad❞

Alejandro Palomas y Amalia. Somos muchos los lectores que nos hemos asomado a ese binomio, a ese universo que nos envuelve y nos lleva a un lugar donde el amor, la bondad y la ternura son los sentimientos predominantes. La historia de amor entre Amalia y los lectores se inició hace unos cuantos años, cuando Palomas publicó Una madre. Fue entonces cuando conocimos a una mujer extraordinaria, a una madre que, lo he dicho muchas veces, se ha convertido en la madre de todos nosotros. Amalia vuelve ahora para despedirse. O quizás no. Como Alejandro Palomas dice en esta entrevista no va a decirle adiós nunca pero sólo el tiempo nos descubrirá si habrá un retorno tal y como la conocemos hoy, en formato novela. Lo que sí está claro es que en mayo volveremos a ver a Amalia como personaje de cómic y más adelante también como actriz de teatro. Todo eso y más me contó Alejandro hace unos días, durante el transcurso de una entrevista en la que no tuvimos ni una sola interrupción (cosa extraña). En aquella sala de hotel sólo se escuchaban nuestras voces y dentro de nuestras cabezas, la de Amalia. 

Os dejo con la entrevista.


Marisa G.- Alejandro, un placer tenerte en Sevilla, volverte a ver otra vez desde que en 2022 estuvieras por aquí con Esto no se dice. Han pasado unos años ya. Si te miras por dentro, ¿cómo te ves?

Alejandro P.- Pues estoy mayor.

M.G.- ¿Te sientes mayor? ¿Crees que has envejecido mucho en poco tiempo?

A.P.-  Sí. Sí, creo que me he hecho mayor. No sé cómo explicarlo de otra manera. Hay algunas cosas por las que ya no voy a pasar, cosas que ya no se van a repetir. No sé, siento que me he hecho mayor. ¿Sabes?

M.G.- Es la sensación que tienes y cada uno tiene la suya propia.

Bueno, Alejandro me ha llamado la atención la publicación de Una vida porque recientemente también has publicado El día que mi hermana quiso volar. Casi se solapan porque una es de octubre y la otra de ahora, de enero. ¿Por qué dejar tan poco margen de tiempo entre una y otra?

A.P.- A ver, son sellos distintos, editoriales distintas y grupos distintos. Me he llevado mucho tiempo sin publicar, para lo que yo soy. Me refiero a ficción porque Esto no se dice no era ficción, sino un testimonio. Con lo cual, llevaba como cuatro años y medio sin publicar, pero eso no quiere decir que no haya escrito. Y ese era el problema. Tengo obra creada porque no paro de crear y tenía que empezar a colocar cosas. De hecho, en mayo saco un cómic.

M.G.- Un cómic que está muy vinculado con Amalia.

A.P.- Exactamente. Ha tenido que ser así porque vienen cosas.

M.G.- Hay que ir evacuando.

A.P.- Sí, dando salida. La excusa es que, en este caso, uno es juvenil y el otro adulto y, supuestamente, no se molestan.

M.G.- Pues en Una vida, el lector va a encontrarse con Amalia de nuevo y con sus hijos. Van a sufrir porque tienen que enfrentarse a la enfermedad de Amalia y a sus consecuencias. Desde que salió el libro, te han preguntado muchas veces si este es el fin de Amalia, si no la vamos a ver más en novela. Tú siempre has respondido que nunca se sabe pero Alejandro, independientemente de que volvamos a verla o no, ¿esta novela supone cerrar heridas y dejar atrás el duelo?

A.P.- No lo sé. Creo que voy a seguir con el duelo hasta que me muera. No voy a dejar el duelo por mi madre o por Amalia, por ninguna de las dos. He tenido la suerte, y es algo que veo ahora, de que he tenidos dos madres o una madre desdoblada. La mía la perdí en vida pero no la perdí del todo porque precisamente creo que, viéndolo ahora después de todo lo que ha pasado, creé a Amalia para no sufrir una orfandad del 100%. Con lo cual esta otra, Amalia, esta otra madre, no voy a dejar de trabajar nunca con ella. No va a desaparecer nunca.

M.G.- De una madre nunca se despide uno, aunque ella ya no esté, pero los autores también sufrís un cierto duelo al despedir a un personaje. Especialmente en este caso, que te ha acompañado durante tantos años.

A.P.- Sí, pero no me voy a despedir de ellos. Ya he decidido que no. No se van. Para mí es innecesario que se vayan. Lo paso tan bien con ellos, me divierto tanto,... Mientras los sigan queriendo ahí fuera, voy a seguir trabajando con ellos.

M.G.- Antes de iniciar esta entrevista, te he dicho que esta novela me lo está haciendo pasar muy bien pero también lo estoy pasando regular, en algún momento. Yo también pasé la enfermedad de mi madre y siento mucha empatía con los personajes. ¿Qué emociones te atravesaron a lo largo de la escritura?

A.P.- No me ha sido difícil. No me ha costado escribirla porque escribirla era como volver a tener, volver a estar, y eso para mí era superbonito. De hecho, ha sido la novela con la que más he tardado, con la que más he estado trabajando porque no quería dejarla. Ha sido superbonito estar con ellos. Es la novela que más emociones me ha generado y creo que además eso se transmite, se nota que estoy muy presente. 


[Si prefieres escuchar nuestra conversación, dale clic al vídeo]


M.G.- Los que conocemos a Amalia, sabemos que es una mujer muy excéntrica, hiperactiva, traviesa, revoltosa, en su mundo, tozuda, alocada, anti-sistema, como se dice en la novela. Pero también tierna y bondadosa. Todos estos adjetivos que aplicamos a Amalia, ¿también se podrían aplicar a tu madre?

A.P.- Sí.Todos. No había ni uno que no fuera ella. No he tenido que añadir ni quitar nada. Era así.

M.G.- ¿Y siempre fue así? ¿Fue Amalia así, desde la primera novela? ¿Fue tu madre así a lo largo de toda su vida o hubo evolución?

A.P.- Hubo una evolución a partir de que ella se convirtió en Amalia. Es decir, a partir de que ella, a los 65 años, se divorció y se quedó sola. Desde el momento en que se quedó impar, descubrimos que mi madre era así. A partir de ahí pudo ser lo que ella era. Se descubrió así y la descubrimos así. Antes estaba muy solapada por la sombra de mi padre, con lo cual no sabíamos... Bueno, sabíamos pero no fue ella.

M.G.- No se dejaba ser ella misma.

A.P.- No, no fue ella del todo. Lo fue una vez que se convirtió en una mujer sola. 

M.G.- Se liberó. Pues a mí me gusta mucho Amalia. Ella te puede sorprender en cualquier momento. Se repite mucho en el libro la frase: No digas burradas. Pero, dentro de su absurdo, Amalia tiene un pensamiento muy coherente. Me he reído mucho con sus ocurrencias. Por ejemplo, hay un momento que ella dice que Fer no odia a nadie porque toma Lexatín. Y tú te quedas pensando qué tendrá que ver una cosa con otra pero claro, si te paras un poco y reflexionas, es que tiene toda la lógica. No se puede odiar si eres feliz con el Lexatín. Es decir, hay mucha coherencia dentro de ese absurdo.

A.P.- Es que es muy coherente. Por eso llega tanto, porque inconscientemente a ti no te rechina nada, porque en el fondo te das cuenta de que es así, que es muy lógico lo que dice.

M.G.- Tiene un pensamiento mucho más nítido que el resto de la humanidad.

A.P.- Exactamente. Es como más infantil, pero eso no quiere decir que no sea acertada. Es más pura a la hora de expresar. Es como que ha limpiado las frases de muchas cosas. Como no juzga... Ella piensa que claro, al tomar Lexatín, pues está en paz consigo mismo, con lo cual, no odia a nadie como me pasa a mío como le pasa a todo el mundo.

M.G.- Y es imposible enfadarse con ella. 

A.P.- Imposible porque ella, con esa mirada que tiene sobre el mundo y sobre ellos, pues desarma todo lo que mira. Hay tanta bondad y tanta candidez en lo que hace que es imposible enfadarse con ella, porque enfadarse con ella está mal, incluso habla mal de ti.

M.G.- Te escuché decir en una entrevista que, tras la muerte de tu madre, nunca te sentiste vacío, sino lleno. Es la misma sensación que yo tuve. Uno piensa que, cuando tu padre o tu madre se van, te vas a quedar hueco, que te va a comer esa orfandad, tan relacionada con la ausencia y el vacío. Sin embargo, tú te sentiste pleno y a mí me pasó exactamente igual.

A.P.- Sí, y es raro. Cuando lo cuentas suena extraño y tienes que explicarlo muy bien. Cuando mi madre murió fue como si me traspasara su energía de alguna manera, como si yo sumara su energía a mi vida. Y sigo sintiendo esa energía, que navega conmigo. Soy más cosas de las que era antes de que ella se fuera. Incluso es una cosa física. Soy de otra manera. 

M.G.- Pero a Fer, el hijo de Amalia, cuando ve que se acerca el final de su madre siente miedo. Es un sentimiento muy humano y que todos experimentamos. Miedo a no saber qué vas a hacer con su vida, si vas a ser capaz de continuar. Antes de fallecer tu madre, ¿sentías eso también? ¿Pensabas que no ibas a ser capaz de levantarte por la mañana y de ponerte a escribir?

A.P.- Llegué a dudar de que pudiera vivir tras la muerte de mi madre. No me veía capaz de seguir adelante. No entendía. De hecho, mi cabeza todavía no entiende que mi madre ya no esté. No entiendo muy bien que no aparezca nunca.

M.G.- No la ves pero sí la sientes. Eso es lo que te hace seguir adelante.

A.P.- Claro. A ver, es que uno es más fuerte de lo que cree. Somos mucho más fuertes de lo que creemos, mucho más resiliente y más resistentes. Normalmente, cuando imaginamos situaciones, las imaginamos mucho más catastróficas de lo que son realmente. Una cosa es la imaginación, que crea monstruos, y otra cosa es la experiencia. Lo bueno de tener una imaginación que crea monstruos es que cuando has creado al monstruo y llega la experiencia y dices: «¡Ah! ¿Era esto solamente? ¡Con lo que yo había imaginado! Bueno, pues si solo es el 30%, pues mira qué bien». Y vives en un constante alivio, porque tu imaginación siempre está creando cosas terribles. Pero sí, yo tenía este terror a cómo iba a ser la vida sin ella. Está claro que hay la vida con una madre y la vida sin una madre. O un padre o una madre. Hay una vida sin, que es la segunda parte de nuestra vida. Y ahí tenemos que aprender a navegar como sea. Como podamos. Cada uno lo hace como puede. Pero yo creía que no iba a ser capaz.

M.G.- Fer, Silvia, Emma... Cada uno de ellos tiene una relación muy distinta con Amalia. Está el que la consiente, el que controla, el que está en una posición intermedia... Es decir, cada hijo tiene una relación diferente con la madre, como nos pasa a todos.

A.P.- Claro, como nos pasa a todos. Lo bueno de esta familia, de estos hermanos, es que son tres y nos dan tres puntos de vista muy claros. Está la cuidadora, porque Emma es muy cuidadora e intenta que siempre esté todo bien. Luego está el conspirador, el que conspira mucho con su madre y juega mucho con la vida. Y también está la otra, la vigilante, la estricta, la que no puede con el desorden. Son arquetipos tan repetidos pero tan reales... Es que entras a una cafetería y escuchas a una madre hablar con sus hijos y sabes que este es este y aquel es el otro, porque se repiten. Somos así. Proyectamos sobre ella nuestra personalidad. Las madres son esos espejos en los que proyectamos nuestra personalidad. 

M.G.- Silvia es la controladora y yo vengo a romper una lanza en su favor. Porque yo soy Silvia. Fui Silvia con mis padres. Yo sabía a qué hora les tocaban las pastillas a mis padres, cuando había que ir al médico, qué había que comprar en la farmacia,... Sé que somos muy cansinas pero lo único que queremos es ayudar.

A.P.- Sí te digo que, si no hubiera Silvias, todos estos tránsitos serían muy difíciles porque, aunque parece que son muy pesadas, todo estaría muy descompensado sin ellas. Al resto, nos ayudan mucho las Silvias. Son difíciles de soportar pero, a la vez, nos ayudan mucho porque hacen un trabajo que nosotros ni sabemos hacer ni queremos hacer. Es el trabajo peor pagado porque además sufren mucho y sufren de una manera muy incómoda. Es incluso incómoda para ellas porque se dan cuenta, pero muy necesarias para que el equilibrio exista.

M.G.- Alejandro, en la novela coincide, aunque no sé si en la vida real también, el deterioro de Amalia con el deterioro de Rulfo, el perro de Fer. A la vez que Amalia enferma más, Rulfo cada vez está más delicado. Es como si la vida le dijera que si quiere arroz, ahí van dos tazas.

A.P.- Es un aprendizaje exprés. Hay tránsitos en la vida en la que no pasa nada, en la que todo está bien, en la que flotas... Y, de repente, un día empiezan a caer fichas de dominó y caen tres a la vez. Y te preguntas que cómo puede ser eso, que por qué te pasa todo a ti. Y no es que te pase todo. Es que, de repente, coinciden dos cosas, dos duelos muy grandes.

En la vida real no fue como se cuenta en la novela. La muerte de mi madre y de Rulfo fue más espaciada en el tiempo pero yo lo recuerdo como si todo hubiera ocurrido a la vez. Curiosamente, el recuerdo hace esas maniobras. Recuerdo los dos duelos juntos porque son los dos duelos que más me han marcado. Para Fer, igual. Uno es el alter ego del otro en el tema del duelo. ´

M.G.- Los perros, tanto Rulfo como Shirley, que es la perrita de Amalia, son hiperintuitivos, muy inteligentes. Saben que algo ocurre a su alrededor.

A.P.- Sí, eso lo he vivido yo.

M.G.- Y yo. Ellos saben que algo malo está ocurriendo. Se arriman al que está sufriendo.

A.P.- En el caso de Shirley, al principio, ella decide apartarse de Amalia porque esa no es su Amalia, no es su madre. Ella se niega al duelo pero cuando percibe que ha llegado el momento real y animal de doler, entonces es cuando ella se pone a su lado y necesita protegerla. Eso para mí es algo brutal que yo viví. Con la perrita de mi madre nos preguntábamos que por qué no quería estar en la habitación. Flipábamos e incluso, a veces, yo me enfadaba. Pero el día que la vi entrar y ponerse encima de mi madre, me dije: ¡Qué bestias son!

M.G.- Es que son tremendos. Muy intuitivos.

Bueno, Mauro es otro personaje importante en la novela, un pilar importante para Amalia, lo más parecido a un compañero o a un amigo verdadero. Yo lo veo como un rey mago.

A.P.- Totalmente.

M.G.- No sé si Mauro existió en la realidad o es fruto de la ficción. Si es solamente fruto de la ficción, a mí me encantaría que hubiera mucha gente como Mauro y me encantaría conocerlas.

A.P.- A mí también. Mauro no existió en la realidad, es ficción, pero sí conocí a un Mauro pero ese Mauro no es el de esta historia.

M.G.- No conectado con esta historia.

A.P.- No. Este tipo de personas son muy necesarias en la vida de las personas y por eso lo añadí a esta novela porque creo que, además, desmontan muchos prejuicios. En un principio, por la diferencia de edad, tú lo ves llegar y empiezas a pensar que se va a aprovechar. Estás todo el rato pensando eso hasta que luego te das cuenta de que es prejuicio tuyo. Me encanta hacer esto con la ficción para que te des cuenta de lo prejuicioso que eres con las cosas.

M.G.- Tocas un tema que me parece muy necesario, hay que sacarlo a relucir porque, desde un punto de vista literario sí se ha tratado pero, desde un punto de vista social, a mi juicio, es una asignatura pendiente. Me refiero a la labor del cuidador, en ese momento en el que los hijos se convierten en padres de los padres. De eso se habla muy poco y se pasa muy mal como cuidador.

A.P.- Se habla nada, no se toca, como tantos otros temas, y se pasa muy mal porque no estamos preparados. Nadie nos dice que va a llegar un momento en el que va a ocurrir esto. Pensamos que eso le ocurre a los demás y a que a nosotros no nos va a ocurrir nunca. Lo vemos en nuestros padres con sus padres pero pensamos que eso les ocurre porque ellos son mayores y a que a nosotros, eso no nos va a ocurrir. Pero llega y tenemos padres que se vuelven dependientes y que nos piden cuidados. Y no estamos preparados para eso, ni mental, ni física, ni emocionalmente. Y no hay nada más cansado que cuidar de alguien a quien quieres. Es lo más cansado del mundo. Terminamos todos agotados y no hay nadie, no hay ningún lugar al que acudir. Y además, crees que te está pasando solo a ti, que nadie más te va a entender y que no te puedes quejar porque forma parte de la estructura que hay que cumplir. Y es terrible, la soledad del cuidador es algo terrible.

M.G.- Es agotador psicológicamente.

A.P.- Es terrible, terrible. Yo recuerdo terminar el turno de estar con mi madre, volver a mi casa, tirarme en la cama y pensar que acabe esto ya porque ya no podía más. Era tan cansado... Entre lo que sufres, la pena que tienes, que te toca estar improvisando todo el rato porque hay muchas cosas que desconoces... Entre cambiar, lavar, ejercitar,... Es una tensión horrible. Nunca me he cansado tanto.

M.G.- Te digo que he empatizado mucho con los personajes porque, en mi caso, la cosa se multiplicaba por tres. Tenía un padre, una madre y una hermana con discapacidad. Tres dependientes. Muchos días salía llorando de casa de mis padres.

A.P.- Yo también. ¿Y cómo hacías?

M.G.- Como pudimos. Era un caos. Arreglabas una cosa y se desarreglaba otra.

A.P.- Eso nos pasaba a nosotros también. Siempre tenías la sensación de que no llegas. Todo era muy precario. 

M.G.- Todo lo que haces es nada en comparación con todo lo que tenías que hacer.

A.P.- Exactamente.

M.G.- Había que tomar decisiones, como vemos en la novela, decisiones sobre la salud de los padres. Te asaltan muchas duchas. No saber por dónde salir. Los hijos se sienten mal por aquella vez que les gritaron a los padres. Llega la culpa, el arrepentimiento, el remordimiento,... Otro lastre más en esta situación.

A.P.- Lo de la culpa es terrible. Ves la dependencia de alguien a quien quieres mucho, ves que ya no es quién era, tienes mucha rabia, pero contra la vida, porque te está arrebatando a alguien a quien quieres mucho. Y encima lo que haces es verter la rabia, justamente hacérselo pagar a quien no deberías hacérselo pagar, porque estás cansado, porque estás estresado, porque estás triste. Pero esa persona es el objeto de todo esto, es quien provoca todo esto y, de forma inconsciente, le gritas y la tratas mal. Y luego te sientes tan culpable que es peor. Es una situación muy complicada. Emocionalmente es lo más complicado que he vivido.

M.G- ¿Y enfrentarte a la desnude de tu padre o de tu madre?

A.P.-Ay,... Eso es otra cosa. ¡Uf!

M.G.- Por ahí hemos pasado los que hemos ejercido el papel de cuidador. Esto no lo entiende el que no ha pasado por esa situación.

A.P.- Exactamente. En mi inocencia, nunca imaginé que me iba a tocar tratar con esa intimidad física para la que nadie está preparado. Por favor, que nunca me toque volver a pasar por eso. Dame toda la carga psicológica que quieras pero la física fue terrible para mí. Además es que sientes que estás violentando, que estás entrando en un territorio sagrado y que estás traspasando una frontera. Para mí era horrible.

M.G.- Pero no solo para el hijo o la hija. Cuando le tenía que hacer ciertas cosas a mi padre, pensaba que él, a su vez, estaría pensando que yo lo estaba tocando.

A.P.- ¡Eso! Lo viví muy mal, muy mal. Mis hermanas también pero no tanto, porque parece que, entre mujeres, es distinto. No sé si lo hubiera vivido de forma distinta si fuera mujer. Pero a mí, lo de limpiar a mi madre, lo de bañarla,.. 

M.G.- Se pasa muy mal, sí.

Alejandro, ¿el sentimiento de orfandad nos devuelve al niño que fuimos?

A.P.- Sí, porque nos hace vernos muy pequeñitos, muy pequeños en el mundo, muy solos en el mundo, como cuando eres pequeñito y no tienes recursos. Te dejan en la cuna, en la cama, y no quieres estar solo. ¿Dónde van los adultos cuando se van? ¿A dónde van cuando cierran la puerta de mi habitación? ¿Qué hay ahí afuera? Vuelves un poco a cuando no querías que te dejaran solo. No quieres estar solo. El mundo no está hecho para un niño solo.

M.G.- La novela está dedicada al Santuario Gaia, un espacio que existe de verdad y que tiene su protagonismo en la novela. He buscado información en Internet ¿Qué es realmente este lugar y cómo llegas a conocerlo?

A.P.- Lo conocí hace muchos años, por el año 2000. Lo conocí a través de las redes. Desde entonces, he estado en contacto con ellos. Mi madre era muy fan de estos dos [se refiere a Coque y a Ismael, las personas que regentan el santuario]. Ella era muy fan de todo lo que pasaba allí. Siempre tuvo la fantasía de ir pero se nos pasó el tiempo y no la llevamos. En la novela, Amalia sí visita el santuario y ha sido como cerrar una herida. Mi madre no pudo visitar el santuario pues, por lo menos, que lo visite Amalia y que ella disfrute lo que mi madre hubiera disfrutado.

M.G.- Es un gesto bonito. Y cambias el nombre de tu madre, de tus hermanas, de ti mismo, de la perrita de tu madre, pero no así el de Rulfo, el de Coque, o de Ismael. Eso me llamó la atención. ¿Por qué unos nombres sí y otros no?

A.P.- No sabía cómo llamar a Coque y a Ismael en la novela. Además, quería hacer justicia a la realidad con ellos porque Coque, por ejemplo, es muy fan de Amalia. Pensé que quería dejar escrito lo importante que él ha sido para mi madre y que se sepa. Quiero que él sea parte de este mundo, pero como en tiempo real. Quiero que la gente busque este santuario, que sepa que existe, que sepa un poco cómo es, que sepa cómo es ese lugar que ella miraba tanto, y que puedan participar.

M.G.- La página es muy interesante. Hay fotografías de todos esos animalillos que tienen. Te puede hacer voluntario y hacer donaciones muy económicas.

A.P.- Es un sitio muy bonito y lo hacen tan bien. He ido un par de veces y es un lugar maravilloso. Tienen una vaca que se llama Amalia. Era ciega pero luego recuperó la vida. Mi madre, por supuesto, estaba enamorada de la vaca Amalia.

M.G.- Esa Amalia que quiere llevarse a todos los animales a su casa porque los animales y las plantas son muy importantes en tu vida y en la novela.

A.P.- Ella era así. Mi madre era así. Llegabas a su casa y nunca sabías lo que te ibas a encontrar, a quién había recogido, porque recogía todo lo que encontraba. Teníamos un problema y había que estar siempre como controlándola mucho. Te podías encontrar que estaba merendando con alguien que no procedía. En la vida real lo pasábamos muy mal pero claro, luego lo ficcionas, y utilizas eso para dar una cara amable y divertida. Pero muchas veces no era tan divertido en la vida real porque metía una gata que paría en la casa y nos preguntábamos cómo había conseguido meterla en casa. Ella encontraba los sistemas más... Nunca había una semana de tranquilidad.

M.G.- Al menos, en la novela, sí te puedes permitir tomarte estas cosas con humor porque el humor está muy presente, a través de ella.

A.P.- Sin humor no habría podido sobrevivir en mi vida. No puedo escribir solo drama. No me sale. Tengo que compaginar el drama, con el humor, la vis cómica,... Y ella no es cómica. Ella no es consciente de que es graciosa, de lo que provoca en los demás. Es que ella es así. No es que intente hacer reír a nadie, no. Es así. Nosotros nos reímos pero, a su lado, la gente no se ríe mucho. La gente se desespera. Nosotros nos reímos de la desesperación de los demás y de que tiene un mundo muy peculiar, una mirada muy sana sobre la vida, o muy coherente, como tú dices. Pero estar a su lado, no siempre era cómodo.

M.G.- Te decía antes que me sentía muy unida a ti en este sentimiento de orfandad que los dos tenemos, porque es verdad que podemos tener vidas muy diferentes, pero la muerte, el dolor y la pérdida nos iguala a todos.

A.P.- A todos. Estamos todos hechos de lo mismo. No hay más. Somos eso y no hay más. Tenemos que pasar por las mismas cosas, todos. Nacer y morir. Y entre una cosa y la otra, los duelos, los encuentros, los reencuentros, los abandonos,... Está todo ahí. El abecedario con el que jugamos, las letras son todas las mismas. Y las combinaciones, casi tan bien. Lo que depende es nuestra capacidad de adaptarnos a lo que la vida nos ofrece. Eso es lo que nos diferencia los unos de los otros.

M.G.- Has comentado antes que en mayo hay un cómic y creo que te he oído decir que también ya obra de teatro programada.

A.P.- Sí.

M.G.- Pero no son adaptaciones de la novela. Entiendo que le vas a dar más vida en formato cómic y en formato teatro.

A.P.- En formato cómic, va a ser una serie. Va a ser un poco como lo que pasó con 7 vidas y Aida. La prota es Amalia. De hecho, se titula Amalia, memorias de una madre incontrolable. Estarán todos los personajes pero será la vida cotidiana de ella. La vamos a ver en todo su esplendor, yendo al mercado,..

M.G.- El día a día.

A.P.- Sí, pero con sus locuras y con sus relaciones. Además engaña a los hijos,.. Bueno, esas cosas que ella hacía. Y la obra de teatro es sobre Una madre. Es la adaptación. Probablemente habrá cosas distintas e introduciremos elementos nuevos.

M.G.- ¿Y habrá tour por España? Porque espero que vengáis aquí.

A.P.- Sí. A mí lo que me gustaría es hacer en teatro lo mismo que he hecho en la ficción. Es decir, hacer Una madre un año, al año siguiente Un perro, al año siguiente Un amor, y al año siguiente Una vida. Todo con los mismos protas. Esa es la idea. Aunque con tener Una madre ya me conformo. Luego ya veremos porque imagínate que no funciona. Pero si funciona bien, puede que se haga.

M.G.- Yo esperaré a ver esa obra en Sevilla.

A.P.- Yo también. Me gustaría.

M.G.- Como última pregunta, he visto que vas a hacer un retiro literario en una localidad de Burgos, del 7 al 9 de marzo. He estado mirando a ver si me apuntaba.

A.P.- Hay otro en Cádiz.

M.G.- ¿Qué me dices? ¿Cuándo?

A.P.- A finales de marzo. La gente que lo hace son LibrArte. Es un sitio tan bonito. Es como un monasterio muy bonito. Ese te queda cerca y es un sitio espectacular. 

M.G.- Pues lo intentaré mirar. Burgos es que me queda un poco lejos. Pero era chulísimo. Dos días y medio.

A.P.- Este es igual pero en el de Cádiz, la noche del sábado hacemos un monólogo poético. En el otro es lectura, silencio, conversar sobre la lectura. 

M.G.- Pues lo miraré por ver si me encaja y me pudiera apuntar.

Alejandro, lo dejamos aquí. Un placer tenerte en Sevilla, leerte, volver a hablar contigo. Esta misma tarde termino de leer la novela porque me queda nada. 

A.P.- Te va a sorprender el final.

M.G.- ¿Tú crees?

A.P.- Sí.

M.G.- Ay, me da un poco de... porque sé lo que va a ocurrir...

A.P.- No. Te va a sorprender. A ver, lo que va a ocurrir, va a ocurrir. Pero no sólo eso.

M.G.- Me dejas ahí con la incertidumbre y con la duda. Bueno, pues esta  noche...

A.P.- Es que yo no podría hacer un final tú prevés y que... Ocurre, pero no... O sea, te vas a desviar a un lugar.

M.G.- Bueno, pues cuando lo termine de leer, te cuento qué me pareció. Muchas gracias, Alejandro.

A.P.- Gracias a ti.

Sinopsis:VUELVE AMALIA. VUELVE UNA MADRE. El cierre de un universo que ha conquistado a más de 150.000 lectores.

¿Cuánto sabe una madre? ¿Cuánto calla, cuánto dice, cuánto miente? Mientras las madres viven, los hijos somos hijos por encima de todo: más hijos que hermanos, más que maridos, más que padres. Colgamos de nuestras madres como el escalador de su mosquetón, no importa la edad, no importa la distancia. Si hasta su muerte mandan sus genes, después de su muerte manda la ausencia. «Si mamá me viera…», «Mamá se estará riendo, seguro», «¿Qué pensaría mamá de esto?». Hablamos con ellas cuando nadie nos mira, porque sabemos que están, aunque no las veamos. Sabemos que son eternas.

La tarde en que Fer, Emma y Silvia llevan a urgencias a su madre, aquejada de lo que parece una leve infección, no imaginan que la vida ha dispuesto para ellos un escenario totalmente inesperado. Al salir del hospital después del breve ingreso, el paisaje familiar es otro: los tres hermanos se convierten a la fuerza en hijos y cuidadores mientras se preparan para la posible orfandad que quizá vaya a dejar tras de sí un ser tan excéntrico e insustituible como Amalia.

Con su excelente prosa emocional, Alejandro Palomas cierra a lo grande el universo narrativo que inició con Una madre y que continuó con Un perro y Un amor, y que vuelve a mostrarnos con un texto intenso, vibrante y lleno de vida en su mejor versión.

domingo, 9 de febrero de 2025

(ACTUALIZACIÓN) PARTICIPANTES + SORTEO ❝RETO AUTORES de la A a la Z❞ (Edición 2024)

Buenos días. Superado el plazo para el envío del correspondiente enlace, vengo hoy a cerrar el reto Autores de la A a la Z (Edición 2024), con la correspondiente lista de participantes y posterior sorteo. Antes que nada quiero pediros disculpas por tanto retraso pero ya he comentado que últimamente ando siempre muy justa de tiempo. Quiero también dar las gracias a todos los que me habéis escrito, diciéndome que vais a echar de menos el reto. Como dije en su día, esto no es un adiós sino un hasta luego (o eso espero) y, por ese motivo, el banner de esta última edición permanecerá visible en el margen derecho del blog, para recordaros y para recordarme a mí misma que queréis que el reto regrese.

Por otra parte, también quisiera comentaros que, en esta ocasión, he recopilado menos títulos para sortear que en ediciones pasadas. Al margen de los libros que me han llegado duplicados, también he adquirido yo misma un par de ellos más, con objeto de premiar a los que, año tras año, me habéis acompañado. Pero vamos allá.





Lo primero de todo, la lista de participantes. Si alguien falta o no estáis conformes con vuestros puntos, por favor dejadme un comentario. El próximo fin de semana trataré de hacer el sorteo y actualizaré esta misma entrada, incluyendo el nombre de los ganadores y os explicaré la mecánica para la elección de vuestro libro. 

Participantes

 - Mar de Leyendo con mar

Enlace: http://leyendoconmar.blogspot.com/2024/01/reto-autores-de-la-a-la-z-edicion-2024.html

12 puntos (Números asignados para el sorteo: del 1 al 12) 


- Teresa Crespo de Letras parlanchinas


Enlace:https://letrasparlanchinas.wordpress.com/2024/01/19/reto-autores-de-la-a-a-la-z-edicion-2024/

 1 punto (Números asignados para el sorteo: 13) 


- Juan Carlos de El blog de Juan Carlos

Enlace: https://elblogdejcgc.blogspot.com/2024/01/reto-autores-de-la-a-la-z-edicion-2024.html

12 puntos (Números asignados para el sorteo: del 14 al 25)

 

 Rosa Berros de Cuéntame una historia   

   
Enlace: https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/01/autores-de-la-la-la-z-2024.html?m=1

12 Puntos (Números asignados para el sorteo: del 26 al 37)

 

- Eleea de Eleea Books

Enlace:https://eleeabooks.blogspot.com/2024/01/reto-autores-a-z-2024.html

 1 punto (Números asignados para el sorteo: 38)


Margari de Mis lecturas y más cositas

Enlace: https://mislecturasymascositas.blogspot.com/2024/01/reto-2024-autores-de-la-a-la-z.html

6 Puntos (Números asignados para el sorteo: del 39 al 44)

 

Isabel Valls de La Senyoreta Buncle

Enlace: https://lasenyoretabuncle.blogspot.com/2024/01/reto-autores-de-la-a-la-z-2024.html

12 puntos (Números asignados para el sorteo: del 45 al 56)

 

- Airun Airun de Pasarán las horas

Enlace: https://pasaran-las-horas.blogspot.com/2024/01/reto-autores-de-la-a-la-z-2024.html

1 punto (Números asignados para el sorteo: 57)

 - Marianna 2.0 de Los libros de Mava

        
Enlace: https://loslibrosdemava.blogspot.com/2024/02/reto-autores-de-la-a-la-z-ano-2024.html

2 puntos (Números asignados para el sorteo: del 58 al 59)

 

- Laky de Libros que hay que leer

Enlace: https://librosquehayqueleer-laky.blogspot.com/2023/12/reto-de-la-a-la-z-edicion-2024.html

9 puntos (Números asignados para el sorteo: del 60 al 68)

 

MH de Inquilinas Netherfield  

Enlace: https://inquilinasnetherfield.blogspot.com/2024/02/reto-autores-de-la-a-la-z-2024.html

3 puntos  (Números asignados para el sorteo: del 69 al 71)   

 

Mónica Gutiérrez de Serendipia

Enlace: https://monicagutierrezartero.com/reto-autores-de-la-a-a-la-z-edicion-2024/

3 puntos (Números asignados para el sorteo: del 72 al 74)

 

- Raquel González de Los augurios de la luna

Enlace: https://losauguriosdelaluna.blogspot.com/2024/02/reto-autores-de-la-a-la-z-2024.html

12 puntos: (Números asignados para el sorteo: del 75 al 86)

 

Paco de Un lector indiscreto

Enlace: https://unlectorindiscreto.blogspot.com/2023/01/reto-autores-de-la-a-la-z-2023.html

3 puntos (Números asignados para el sorteo: del 87 al 89)


Y ahora los  PREMIOS que os podéis llevar.

Título: EL MAESTRO DE AZÚCAR (papel)
Autora: Mayte Uceda
Editorial: Planeta
Sinopsis: Dos jóvenes unidas por el mismo destino, que emigran por amor y lealtad a la familia. Una isla exótica que oculta bajo su luz antiguos odios y venganzas.

Norte de España, 1895: dos mujeres abandonan la apacible villa de Colombres para viajar a la lejana isla de Cuba. Sus motivos no pueden ser más distintos.
Mar, la hija del médico del pueblo, emprende la travesía siguiendo a su padre, encargado de dirigir un consultorio en una plantación de azúcar llamada Dos Hermanos.

Paulina, viuda demasiado joven y de origen humilde, se ve obligada a embarcar para contraer matrimonio con el prestigioso maestro de azúcar de la hacienda, un hombre a quien no conoce.

La primera sueña con ser médico; la segunda se pregunta si será feliz con su inminente esposo.

Dos jóvenes unidas por el mismo destino que emigran por amor y lealtad a la familia. Una isla exótica que oculta bajo su luz antiguos odios y venganzas. Todo ello a las puertas de la Guerra Necesaria, que dará a Cuba su independencia.





Título: NO MIRES AL PASADO
Autora: Patricia Jiménez
Editorial: Algaida
Sinopsis: A partir de ciertas historias aparentemente desconectadas (el pasado familiar que atormenta a Mikel y su empeño por descubrir la realidad, un cadáver hallado a las orillas de la ría Nervión de Bilbao, el testigo al que le invade el pánico tras descubrir el cuerpo inerte, la madre que lucha por descubrir al asesino de su hijo o las cartas que la atemorizan), vemos un rompecabezas que mantiene en vilo al cuerpo de policía, con un giro inesperado que lleva a que la investigación se estanque.





Título: SOLTERONAS
Autora: Manuel Jiménez Núñez
Editorial: Espasa
Sinopsis: Un libro imprescindible para descubrir las voces e historias ocultas de mujeres que desafiaron el estigma de la soltería.

Hasta hace no mucho tiempo, las mujeres que no se casaban eran estigmatizadas como raras, neuróticas, amargadas, poco agraciadas o, directamente, fracasadas. Llevaban sobre los hombros una pesada losa que producía, en el mejor de los casos, lástima.
El matrimonio ha sido la norma durante siglos, el que marcaba la llegada a la edad adulta de la mujer y, generalmente, su medio para subsistir. Y en el caso concreto de nuestro país de forma muchísimo más acusada, porque arrastramos cuarenta años de dictadura en la que unas ideas determinadas de la feminidad, así como de la masculinidad, fueron parte fundamental del programa ideológico: la mujer ocupaba un papel central en la construcción del régimen tras la guerra, pero con la función eminente de ser la madre de la familia.

A través de la experiencia personal de veinte mujeres que nunca se han casado, obras literarias, documentos tanto periodísticos como audiovisuales y a medio camino entre evocación y sociología, Manuel Jiménez Núñez busca reivindicar la memoria y dar a conocer a las nuevas generaciones el arquetipo femenino de «la solterona».

Decía Carmen Martín Gaite que una de las conclusiones a las que había llegado, después de estudiarlo mucho y darle muchas vueltas, es que a las solteras que no van a encontrar marido se las margina o se las caricaturiza, pero nunca se habla realmente con ellas. En este libro hablamos con ellas y les damos la voz cantante.





Título: LA TRíADA DEL ESCORPIÓN
Autora: Damián Patón Fernández
Editorial: Ilitia Editorial
Sinopsis: La Tríada del Escorpión es una historia con distintos puntos de arranque: el suicidio de un alto ejecutivo, los asesinatos de varios niños cometidos 45 años atrás y las grandes corporaciones que con su poder inmenso lo dominan casi todo. A partir de aquí, varios personajes intentan desentrañar estos misterios, como el dominio total de las grandes multinacionales en sus maquiavélicos esfuerzos por dominar tanto al mundo como al ciudadano libre. Todo aquel que intenta desvelar dichos misterios es aniquilado. Bueno, todos o casi todos... De eso trata esta historia.

 






Título: QUEDARÁ EL AMOR
Autora: Alice Kellen
Editorial: Planeta
Sinopsis: La gran novela de Alice Kellen. Un amor tan intenso y cálido como una tarde de verano

El sol baña los acantilados y las aguas turquesas del mar de Cornualles cuando Jane Bellamy y Cedric Stone se conocen en el verano de 1939. No están destinados a ser una ecuación perfecta, pero son jóvenes y el amor lo arrolla todo a su paso. Así que esta historia comienza como otras muchas: él y ella se enamoran. Hay primeras palabras, primeras miradas y primeros besos. Y luego la guerra, la nada. Solo oscuridad. Todo cambia.

Años más tarde, en un hospital de Edimburgo, Margot Abbot sostiene en la mano un anillo que pertenece al paciente que dormita en la cama, Cedric Stone. Ella todavía no lo sabe, pero está a punto de abrir un baúl de recuerdos y descubrir qué ocurrió tras aquellos luminosos días de estío que quedaron atrás.




Título: LA DAMA DE LA CARTUJA
Autora: Inma Aguilera
Editorial: Ediciones B
Sinopsis:UNA FÁBRICA MÍTICA DONDE SE CREAN LAS VAJILLAS MÁS LUJOSAS DE EUROPA

Sevilla, 1902. Una joven británica llega sola a la ciudad. Lleva consigo un antiguo plato exquisitamente pintado a mano. Podría ser la clave para resolver un misterio familiar ligado a La Cartuja, la prestigiosa fábrica donde se producen, desde hace décadas, las delicadas vajillas que adornan las mesas más elegantes del continente.

UNA ESTIRPE DE MUJERES ARTESANAS EN LA SEVILLA DEL SIGLO XIX

Siguiendo los pasos de la protagonista, esta apasionante novela nos hará viajar a mediados del siglo XIX para descubrir la historia de una estirpe de alfareras del barrio de Triana. El talento de estas artesanas llamará la atención de los marqueses de Pickman, los propietarios de la fábrica, y marcará sus destinos para siempre.

UN LEGADO INOLVIDABLE QUE LLEGARÁ HASTA NUESTROS DÍAS

Desde los talleres de cerámica de la época hasta los ambientes de la aristocracia sevillana, Inma Aguilera nos traslada a un mundo marcado por las diferencias de clase y los amores imposibles. Un relato envolvente y evocador en el que tres mujeres muy distintas se enfrentarán a los prejuicios de su tiempo para crear un legado inolvidable.



Título: LOS CRÍMENES DEL CAVIAR
Autora: Reyes Calderón
Editorial: Planeta
Sinopsis: Seis muertes simultáneas con una única conexión: un exclusivo y secreto grupo conocido como el Club del Caviar

Una nueva novela de la juez Lola MacHor

Juan Iturri, comandante de la Interpol, sabe que se la han jugado cuando su superior le cita en un lujoso restaurante para presentarle a dos hombres con un encargo que no puede rechazar: investigar la muerte de seis personas muy ricas y poderosas en la elitista urbanización de Sotogrande. Todos el mismo día; todos del mismo modo.
Una casualidad imposible que ha acabado con la vida de un matrimonio dueño de una farmacéutica, de un príncipe árabe, de un cardenal candidato a suceder al papa, de un empresario muy conocido y, lo más sorprendente, de un reputado médico al que Iturri conocía muy bien. Se trata del doctor Jaime Garache, el marido de ella, de Lola MacHor, la juez de la que aún, después de tantos años, sigue enamorado y con la que deberá volver a reunirse para hacer lo que mejor saben, investigar.



Título: SONÓ UN VIOLÍN EN PARIS
Autora: María Reig
Editorial: Espasa
Sinopsis: Una magnífica novela histórica que nos llevará de viaje por las grandes ciudades europeas de finales del siglo XIX.

El escritor don Guillermo Bogarín sonríe satisfecho al pensar en el selecto grupo que ha logrado reunir: ha merecido la pena el trabajo dedicado durante meses a preparar ese tour por Europa. Apenas quedan dos días para el 25 de septiembre de ese año 1893 para que esos nueve viajeros partan de la estación de Lyon en París para recorrer, durante casi dos meses, parte de la Italia recién unificada, algunos territorios de Austria-Hungría y ciertos lugares de las nuevas fronteras del Imperio alemán. Son el arquitecto Jacobo Figueroa y su amigo, el ambicioso empresario Juan Álvarez-Caballero; el intransigente pintor impresionista Ferdinand Mercier, su buena amiga Jeanne Leroy, empresaria teatral de éxito tras la muerte de su marido, a quien acompaña su sobrino, el inconstante Henri Collet; la condesa rusa Karimova; la señora Dupont, propietaria junto a su marido de una editorial de música y promotora de jóvenes talentos de este arte, y Clara Balaguer, virtuosa violinista y una de sus representadas.

Don Guillermo conoce bien los motivos que lo llevan a abandonar París durante un tiempo, pero no ha pensado en que los demás también tienen los suyos, que se apartan, y mucho, del simple placer de evadirse. No tardará en enterarse de la peor de las maneras, pues una columna de ecos de sociedad de Le Petit Journal empezará a desvelar los secretos más íntimos del grupo.

Con la convulsa Europa de fin de siècle, donde se hallan las claves que ocasionaron las dos guerras mundiales como telón de fondo, María Reig construye con maestría una novela histórica que, con la excusa del viaje recreativo tan habitual en las clases pudientes de finales del siglo XIX, habla de la necesidad de enfrentarnos a nuestros miedos y tomar las riendas de la vida.


Mirad bien que estáis todos los que tenéis que estar en la lista, que tenéis los puntos correspondientes e id pensando qué título os gusta más. Si puedo, el próximo fin de semana haré el sorteo y os explicaré cómo elegir título.

Muchas gracias a todos por participar. Y espero volver pronto con una nueva edición.


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(Actualización)

Esta misma mañana he realizado el sorteo. Para que veáis que no hay ni trampa ni cartón, ahí va el vídeo completo. Hubo unos cuantos participantes que salieron agraciados un par de veces, pero al resultar ganadores una vez, anulaba su participación. Para darle más emoción al asunto, al final del vídeo tenéis la lista de ganadores. 






Felicidades a todos. Cada uno de vosotros tiene que enviarme su lista de preferencias a lecturapolis@gmail.com, antes del 22 de febrero. El primer ganador, será el primero en elegir, y solo tendrá que decirme qué libro quiere; el segundo, deberá enviarme una lista con dos títulos; el tercero, una lista con tres; y así sucesivamente. 

Gracias a todos por participar. 

 
¡¡A seguir leyendo!!



jueves, 6 de febrero de 2025

MARÍA REIG: ❝La historia del vestido es de las cosas que más disfruto cuando me documento❞

El otro día, alguien me comentaba en redes que le gustaban mucho las novelas de María Reig. Con estudios en Periodismo, la gran pasión de esta joven autora, nacida en Barcelona, es la Historia. De hecho, está cursando estudios en la materia. Leer las novelas de María Reig supone hacer un viaje en el tiempo, en el que el lector se sentirá parte de una época. El contexto político-social, los usos y costumbres, la idiosincrasia del momento quedan siempre perfectamente retratadas en sus novelas, fruto de una concienzuda labor de documentación. Reig se empapa tanto del mundo que quiere retratar en sus libros que vuelca en su página web información muy interesante, que supone un estupendo complemento a la lectura de sus libros.

Con la reciente publicación de Sonó un violín en París, la autora visitó Sevilla y con ella tuve el placer de sentarme a conversar. Os dejo con nuestra conversación.

Marisa G.- María, un placer volver a verte, tenerte aquí de nuevo. Vienes con la cuarta novela, que se dice pronto. Por hacer memoria, a este nuevo título le anteceden Papel y tinta, Una promesa de juventud y Los mil nombres de la libertad. Todas esas novelas, si nos fijamos, incluida esta, son grandes historias y a mí me gustaría saber qué elementos se tienen que dar para que te lances a escribir una novela. ¿Qué te atrae especialmente? ¿La época? ¿Algún contexto histórico? ¿Algún personaje que se te ocurra?

María R.- Con Papel y tinta, el motor fue ahondar en la situación de una mujer que quiere ser periodista, sin tener muy claro la época en la que me iba a centrar. Eso lo decidí a partir de la documentación. Pero con el resto, la motivación siempre ha sido la inquietud que tengo por una época, que tenga muchas preguntas y muchas ganas de aprender sobre un periodo. Luego, con la documentación es cómo voy configurando a todos esos personajes y lo que cada uno tiene que contar.

Y otra de las grandes motivaciones de cara a empezar un nuevo proyecto es intentar que para mí sea un desafío, que no sea lo mismo que lo que acabo de escribir, sino que cambie en cierta medida y me rete como autora.

M.G.- En esta novela se recrea el viaje de un grupo de personas, de las que hablaremos después. Son personas de dinero, adineradas, que emprenden ese viaje por Europa, encabezados por un escritor, por Guillermo Bogarín. ¿Cómo se te ocurre la idea de construir este viaje, este tour europeo? ¿Y qué pretendes contar con esta historia?

M.R.- Todo se debe a mi amor por los viajes y por la música. Recuerdo mi primer Interraíl, al pasar por Florencia y pasear por la ciudad, sentí muchos deseos de recorrer Florencia pero sin tanta gente. Hoy día, hay ciertas ciudades en Europa que pueden llegar a ser agobiantes y, como turista, te da cierta lástima no poder disfrutarlas como si el turismo estuviera un poquito más regulado y más controlado. Recuerdo tener esas ganas y creo que eso ha sido el germen principal de la novela.

Por otro lado, también me ha motivado hacer catarsis de una serie de aprendizajes personales y profesionales en los últimos años.

M.G.- Si abrimos el libro, lo primero que encontramos en las gualdas es un mapa de Europa, donde vemos que este grupo de viajeros parte de Lyon y recorrerán diversas ciudades. ¿Por qué esas ciudades concretas?

M.R- Digamos que la ruta tenía dos cometidos. Por un lado, recorrer esos lugares emblemáticos de Europa, que todos, aunque no los hayamos visitado, sabemos groso modo poner en el mapa. Quizá también tenemos referencias de ellos, porque los hemos visitado personalmente o porque conocemos gente que lo han hecho, o porque hemos visto fotos. Los tenemos ubicados, es una Europa familiar porque los lugares que interesan son los mismos ayer y hoy. Pero, por otro lado, es una Europa que ha cambiado y que ha ardido dos veces en estos 130 años. Por lo tanto, vamos a ver que, mientras paseamos por lugares familiares, nos damos cuenta de que hay elementos diferentes, que han desaparecido o que han quedado destruidos a lo largo de este tiempo. 

El viaje de la novela se nutre mucho de mis propios viajes por Europa. He hecho dos Interraíles, he recorrido Europa en tren, la he visitado en otros viajes. Creo que me he querido volcar en aquellas ciudades que han dejado un mayor impacto en mí. Y además, coinciden con esos lugares icónicos que forma parte de los viajes que muchos se plantean hacer por Europa.


[Si quieres oír nuestra conversación, dale al play]


M.G.- En ese recorrido, ¿no cabía en ningún momento ciudades españolas como Barcelona o Madrid?

M.R.- Las rutas turísticas que se hacían todavía no tenían ciudades españolas como lugares principales. Hay que pensar que España tenía ese ancho de vía distinto que la aleja del resto de Europa. Siempre hemos estado un poquito desconectados con esos Pirineos. Pero sí hemos tenido viajeros y turistas españoles, sobre todo, de la intelectualidad. Tenemos el caso de Mesonera Romanos, de Galdós o de Emilia Pardo Bazán, que era muy viajera. Ellos visitan Europa pero España, en esos momentos, no era de los lugares más visitados y en las guías de viaje, España tenía un papel más residual. El foco estaba puesto en Italia, en el Imperio Austrohúngaro, en Francia, incluso en Bélgica y en los Países Bajos. Es decir, había otros focos y se dejaba de lado España. De otro modo, sí que la hubiera incluido. Pero España está muy presente a través de los personajes protagonistas.

M.G.- Teniendo en cuenta que eres una escritora que te documentas muchísimo, describirás muy bien esas ciudades. Estoy segura que habrás echado mano de Google Maps o de las guías de viaje para hablar de lugares y establecimientos de la época.

M.R.- Exactamente. Las guías de viaje de finales del siglo XIX han sido mis grandes aliadas. Concretamente, he usado las Baedeker, que son muy detallistas en todos los aspectos de una ciudad, desde el punto de vista turístico, pero también son muy interesantes desde el punto de vista histórico. Te hacían una radiografía de cómo era esa ciudad en ese momento y qué podía encontrar un visitante ajeno a ella, cuando llegaba a la estación central de Florencia, a la de Lyon, o a cualquiera de los espacios que se recorren en la novela. Esas guías son las que me han ayudado, además de los planos de las ciudades que se pueden consultar, de las fotografías que  hay del momento. Todos esos elementos me han ayudado a poder construir esta historia y a hacerlo con rigor.

M.G.- De todas estas ciudades, París es la que más va a resaltar. ¿Qué nos puedes contar de cómo era la ciudad en el momento en el que se desarrolla la novela?

M.R.- En el París de 1893 todo cabía, todo era posible. Es una ciudad que está en plena efervescencia en todos los sentidos: económico, político, cultural, industrial. Es ese París de las dos grandes exposiciones universales, de 1889 y de 1900. Durante casi una década, todos los ojos están mirando sistemáticamente a París. A las ciudades europeas les ha gustado esa replanificación que ha hecho el barón Hausmann a mitad del siglo XIX, que da lugar a ese París de los grandes bulevars que conocemos hoy en día. En esa París vamos a ver esos barrios burgueses de grandes avenidas y escaparates, y de viviendas amplias. Las clases más humildes van desplazándose a la periferia. Así que tenemos a una París de tensión y conflicto entre dos mundos que conviven en los mismos kilómetros cuadrados, pero que, de alguna forma, entran en contacto solamente en determinados momentos y determinados espacios de la ciudad. Es el París de la bohemia de Montmartre, el París del Moulin de la Galette, del Moulin-Rouge, el que conocemos a través de la pintura impresionista, en gran medida. París es capital cultural de Europa en ese momento. Le está tomando el testigo a Viena. Además es capital de la prensa porque tenemos un periódico, el Le Petit Journal, que también aparece en la novela, y que tira un millón de ejemplares diarios. Entonces, es una ciudad que está en plena ebullición. 

M.G.- Digo que eres muy rigurosa en tus novelas y prueba de ello es tu página web, que podemos visitar incluso antes de leer la novela, y que me parece fantástica. Te felicito por la cantidad de información que vuelcas. En esa página web, y en relación con esta novela, hablas del turismo. Al fin y al cabo, los protagonistas están haciendo un viaje de turismo. Pero me parece muy interesante lo que cuentas, y es que la concepción de turismo de antes es muy distinta a la que tenemos hoy. Antes era un viaje de formación, de educación. De ahí hemos pasado a la tumbona en la playa.

M.R.- Bueno, también había espacio para eso. Es cierto que esa idea de turismo, de ir, ver y marcharse no siempre está asociada a ver monumentos, visitar determinadas iglesias o museos. Esto último sí estaba muy vinculado con la experiencia del Grand Tour inicial que llevaban a cabo los jóvenes aristócratas ingleses para formarse intelectualmente. Además eso era un símbolo de status, cuando estas experiencias se suman a la burguesía, que entra a redefinir, ampliar o convertir el ocio en negocio. No solamente existía la posibilidad de hacer un periplo por determinados países sino que, a finales del siglo XIX, también eran común las estancias en los balnearios. Las ciudades balnearios son una explosión a finales del XIX, lo de ir a tomar las aguas, bien como tratamiento de salud o bien simplemente como relajación, también es otra de las actividades que hace la burguesía de esa época, esa élite de la burguesía. O tener una segunda residencia en parajes montañosos o en la costa también es otra de esas actividades que se va a desarrollar. 

M.G.- Guillermo Boguerín tarda meses en organizar ese tour que van a hacer por Europa. Leyendo tu página web descubro que ya por entonces había agencias de viajes, o las guías de viaje que antes has comentado o incluso se podían uno alojar en casas amuebladas. ¿Cómo se organizaban a la hora de hacer un viaje en esta época, en tren? ¿Cómo lo hacían?

M.R.- Pues el primer paso, ineludible, salvo que contrataras los servicios de una agencia de viajes y entonces ya te desentendías de más cosas, era comprarte en una librería una guía de turismo del lugar que tú quisieras recorrer. En ese momento están ya en funcionamiento las Baedeker, las Roswald, que son un desarrollo de las guías de ferrocarril, que nacen como fruto de la expansión del ferrocarril en toda Europa. En las guías tenías toda la información pertinente sobre alojamientos y demás. Lo que pasa es que, a la hora de la reserva, o lo hacías por telegrama, o por carta porque el teléfono estaba todavía muy limitado. Entonces, para comprar los billetes de tren teníamos las taquillas en las estaciones o los puntos de venta que existían en algunos hoteles. Y luego, los cambios de divisas se hacían en las principales oficinas bancarias de las ciudades. Y como decimos, si uno no quería liarse con todo lo que era el tema de intendencia del viaje, lo mejor era contratar los servicios de una agencia de viaje o tour operador que, por entonces, ya teníamos a Thomas Cook funcionando desde 1851, inicialmente organizando viajes por Inglaterra. Luego daría el salto al continente, motivado por toda esta corriente de exposiciones universales, que fomentaba muchos viajes organizados en grupo. O sea que el tema del turismo ya estaba muy asentado y las agencias turísticas a pleno rendimiento. 

M.G.- Vamos a centrarnos ahora en el grupo de viajeros. Por lo que se nos cuenta en la sinopsis, cada uno de ellos emprende el viaje a Europa casi como una vía de escape. El lector, a través del periódico que has comentado antes, irá descubriendo que secretos guarda cada uno de ellos.

M.R.- Exactamente. A priori, el planteamiento de don Guillermo como Bogarín, este escritor franco-español, promotor y organizador del viaje, es hacer un viaje enriquecedor junto a una serie de personas a las que ha conocido en los últimos años de su vida o a lo largo de su vida, en los círculos parisinos, bien sea por inquietudes culturales, intelectuales, o bien por su propio trabajo. Lo que él tiene en mente es hacer un periplo basado en el disfrute, en el ocio, enriquecerse culturalmente. El tema es que cada uno de estos personajes se va a unir al viaje por un motivo especifico, algunos más egoístas que otros. La sorpresa será cuando empiecen a saltar los secretos de todos ellos, a través de las publicaciones en Le Petit Journal, el periódico de más tirada en Paris. A Bogarin, a cargo de gestionar el viaje y el grupo, no le hace nada de gracia lo que está ocurriendo y será una de sus grandes preocupaciones durante todo el viaje.

M.G.- Estos personajes son muy variopintos. ¿Cómo ha sido esa construcción de esos personajes? ¿Y por qué la elección de un determinado personaje como, por ejemplo, una violinista?

M.R.- Los personajes sirven de vehículos también para conocer una época. Para mí era muy importante, en este caso, hablar de ese final del siglo XIX y me apetecía mirarlo desde un punto de vista del mundo de la cultura. Por eso tenemos a un pintor, una violinista, un arquitecto, un escritor, a una empresaria teatral o a una mujer casada con un importante editor. Es decir, tenemos diferentes piezas dentro de lo que es el mundo de la cultura. Luego, aparte de esto, hay otros personajes que sirven para salirnos de ese mundo de la cultura y mostrar otros aspectos de la sociedad o de la realidad, de esa sociedad de la Belle Époque. 

La construcción de los personajes tiene mucha documentación. Por ejemplo, si el personaje es un pintor, por ejemplo, el caso de Ferdinand Mercier, pues he hecho hincapié en entender cuál era la situación de la pintura en ese momento, cuál puede ser su recorrido también como pintor, sus influencias, etcétera. 

Y luego, otra pata de documentación, no histórica, sino más psicológica, ha sido informarme para poder definir sus personalidades de forma muy pormenorizada, porque en este caso, más que en cualquier otra novela, tenemos a unos cuantos seres humanos condenados a convivir durante un periodo determinado de tiempo. Para mí era muy importante que las dinámicas que se crearan tuvieran todo el sentido, que se comprendiera por qué dos personajes no se soportan, por qué dos, de repente, conectan y por qué dos se resultan totalmente indiferentes.

M.G.- La música es otro de los pilares importantes de la novela, para empezar desde el propio título. ¿Hasta qué punto va a tener protagonismo la música? Porque tenemos virtuosa violinista y también sé que los capítulos empiezan con una pieza musical. Parece que la música tiene mucha presencia.

M.R.- Sí, sin duda yo diría que los dos grandes protagonistas de esta novela son los viajes y la música. La música aparece a través de Clara Balaguer, que nos lleva a ese universo musical de finales del XIX, no solamente desde el punto de vista cultural, sino también empresarial. A través de este personaje, la esposa de un editor musical, vamos a conocer los entresijos de cómo la música se está empezando a convertir en un negocio. Es algo que pasa con todas las artes a lo largo del siglo XIX, porque pasamos a un sistema de libre mercado y el dinero empieza a regularlo también el mundo del arte. Con Clara también vamos a explorar esa parte de la música como pasión y tormento. 

Luego vamos a ver a la mujer como intérprete musical. La mujer accedió de manera más fácil a tocar el piano y tenemos a grandes pianistas como Clara Schumann, pero le costó más acceder al violín por la forma y la postura al tocarlo. Fue mucho más complicado que las mujeres pudieran destacar como violinistas. La biografía de Clara bebe mucho de biografías de otras violinistas de la época, como podían ser Wilhelmina Neruda, Teresina Tua, Amanda Roger-Meier,... He intentado componerla a través de experiencias reales para que este personaje fuera lo más realista posible. 

Además la música nos aparece también en momentos de recitales, en momentos de ensayos, en momentos de asistencia a la ópera o de asistencia a conciertos. Y por otro lado, también está esa propuesta musical al principio de cada capítulo, que forma esa la lista oficial de la novela, que está en Spotify. Esa lista cumple dos requisitos, que son obras no compuestas posteriormente al año de la novela, que es 1893, y por otro lado, que los compositores tengan algún tipo de conexión con el espacio que están recorriendo en las páginas, para que el viaje también sea sonoro.

Para la parte musical de la novela he contado con el asesoramiento de un pianista, Diego Ena, y de una violinista, Alicia Tortuero, que me han pulido la parte un poco de las escenas musicales para que fueran lo más rigurosas posibles.

M.G.- Mientras vamos descubriendo los secretos que encierran cada uno de esos viajeros, tú vas tocando diversos temas, por ejemplo, la salud mental.

M.R.- Sí, exactamente. Es uno de los temas que no solamente aparece con Clara Balaguer. Ella tendrá que realizar un proceso de descubrimiento personal porque va a notar que está desconectada con su pasión y la música se está convirtiendo más en un tormento que en otra cosa. Ella intenta analizar qué es lo que le ocurre, cuáles son los elementos que le generan esa desazón. Y en ese proceso va a tener a una compañera de viaje que es la ansiedad. Me pareció interesante plantear que, al final, los seres humanos somos seres humanos en todas las épocas, que tenemos problemáticas muy similares y que las herramientas que tenemos a nuestra disposición es algo muy supeditado al contexto en el que vivimos. Por tanto, me imaginaba una persona con ansiedad hace 130 años y me la imaginaba tremendamente solitaria, con pocos lugares donde asirse para poner nombre a lo que te ocurre o tener alguna idea para poder lidiar con ello. A través de Clara se explora toda esa vía, porque la psicología había empezado a andar ya a finales del XIX como ciencia aparte, pero todavía le quedaba mucho por recorrer, y es uno de los temas que sí he querido abordar en la novela.

M.G.- Volvemos a visitar tu página web y encuentro un apartado sobre la moda, con fotografías e información muy completa. Has hecho ahí una incursión muy interesante sobre cómo se vestían, cómo eran las modas, lo que se iba perdiendo, lo que iba llegando nuevo. ¿Hasta qué punto es importante cómo se visten los personajes en la novela para que hayas tenido que hacer una incursión tan profunda?

M.R.- Sí. A veces en las páginas de la novela no se llega a volcar realmente todos los detalles que descubres porque tampoco pretendes hacer demasiado tediosa las escenas en las que los personajes se visten o se desvisten. Pero es algo que, como autora, me gusta saber para ubicarme en la época y para dar pinceladas en la novela. Creo que el entender cómo se vestían humaniza mucho los periodos del pasado. Al final, es algo que hacemos todos los seres humanos desde hace ya muchísimo tiempo. Me interesa mucho entender qué prendas utilizaban, cómo entendían el vestido, la ropa interior, la exterior,... Además, en la ropa también hay unos códigos sociales que te ayudan a entender el encorsetamiento de la sociedad y las diferencias sociales. La historia del vestido es de las cosas que más disfruto cuando me documento porque, de repente, los personajes empiezan a tomar forma definitiva. 

M.G.- Como te digo, en esa página hay muchísima información. Los autores os documentáis mucho para luego, a lo mejor, usar un 1% de la información. Creo que, con tu página web, lo que pretendes es compartir con el lector todo lo que has aprendido porque, de este modo, podemos llegar a entender mejor la novela.

M.R.- Exactamente. Es una labor que he hecho, aunque no lo comparto todo porque no quieres resultar abrumador. Digamos que hay una selección de información y muestras los datos que creo que complementan la novela y pueden ayudar al lector a rematar la experiencia. Lo hago con esa intención porque eso puede servir para generar interés en una determinada época. 

Al final, creo que todo funciona con el mismo objetivo, que es la divulgación histórica. Ese es uno de los grandes motores, por qué escribo lo que escribo, por qué me dedico a esto. Sé que la manera de aprender historia es con fuentes académicas pero escribo porque me gusta generar interés en la gente.

M.G.- ¿Y de qué otra época te gustaría escribir?

M.R.- De momento, estoy muy centrada en lo que se llama, grosso modo, la época contemporánea, pero estoy abierta a cualquier época. Para mí sería un reto irme excesivamente atrás en el tiempo pero es algo que, de momento, no me planteo. Estoy estudiando ahora mismo la carrera de Historia, de forma parcial, y acabo de tener una asignatura de Historia Medieval de Europa que me ha hecho pensar la cantidad de historias que se podrían contar en esa época. Cualquier época es una maravilla pero, de momento, me quedo con la época contemporánea.

M.G.- Estudios que pueden servir de fuente de inspiración para otras novelas.

M.R.- Exactamente. Y además te permite tener más herramientas a la hora de documentarte.

M.G.- Bueno, he hecho mucho hincapié en tu rigurosidad a la hora de escribir, a la hora de documentarte. ¿También eres tan meticulosa a la hora de organizar tus viajes?

M.R.- Siempre he tenido un punto de meticulosa, eso no lo puedo negar. No voy por ahí de súper espontánea, pero es verdad que, con el tiempo, estoy aprendiendo a dejarme llevar más en los viajes y a entender que viajar también es dejarse sorprender, que desde casa no puedes tener todo controlado. Al final, lo bonito de los sitios es que te sorprendan y que te salten los esquemas por los aires. Y esto es algo que como viajera desde hace unos años estoy intentando incorporar en la forma en la que yo descubro el mundo.

M.G.- Y dejar también de llegar al sitio, ver y marcharte. Lo que hacían ellos era disfrutar más del viaje. Nosotros hacemos la foto y nos vamos.

M.R.- Totalmente. Parece que el objetivo del viaje es hacer la foto. En mis primeros viajes, tenía la sensación de que había viajado si hacía la foto. Ahora hago menos fotos pero estoy más presente. A veces piensas que te vas a dejar cinco monumentos sin ver pero con ver uno, y llegar un buen rato mirándolo, disfrutas más. Creo que eso es lo que cuenta.

M.G.- María, lo dejamos aquí. Un placer volver a hablar contigo y volverme a enfrentar a una novela tuya, que son grandes historias y llenas tanta de emoción. 

M.R.- Muchas gracias, de verdad. Un placer.


Sinopsis: Una magnífica novela histórica que nos llevará de viaje por las grandes ciudades europeas de finales del siglo XIX.

El escritor don Guillermo Bogarín sonríe satisfecho al pensar en el selecto grupo que ha logrado reunir: ha merecido la pena el trabajo dedicado durante meses a preparar ese tour por Europa. Apenas quedan dos días para el 25 de septiembre de ese año 1893 para que esos nueve viajeros partan de la estación de Lyon en París para recorrer, durante casi dos meses, parte de la Italia recién unificada, algunos territorios de Austria-Hungría y ciertos lugares de las nuevas fronteras del Imperio alemán. Son el arquitecto Jacobo Figueroa y su amigo, el ambicioso empresario Juan Álvarez-Caballero; el intransigente pintor impresionista Ferdinand Mercier, su buena amiga Jeanne Leroy, empresaria teatral de éxito tras la muerte de su marido, a quien acompaña su sobrino, el inconstante Henri Collet; la condesa rusa Karimova; la señora Dupont, propietaria junto a su marido de una editorial de música y promotora de jóvenes talentos de este arte, y Clara Balaguer, virtuosa violinista y una de sus representadas. 

Don Guillermo conoce bien los motivos que lo llevan a abandonar París durante un tiempo, pero no ha pensado en que los demás también tienen los suyos, que se apartan, y mucho, del simple placer de evadirse. No tardará en enterarse de la peor de las maneras, pues una columna de ecos de sociedad de Le Petit Journal empezará a desvelar los secretos más íntimos del grupo.

Con la convulsa Europa de fin de siècle, donde se hallan las claves que ocasionaron las dos guerras mundiales como telón de fondo, María Reig construye con maestría una novela histórica que, con la excusa del viaje recreativo tan habitual en las clases pudientes de finales del siglo XIX, habla de la necesidad de enfrentarnos a nuestros miedos y tomar las riendas de la vida.

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