Soy simplemente fotógrafo y no "fotógrafo de..."
Esta elección de libertad me ha generado cierta sensación de desapego y exclusión entre compañeros y gurús de la fotografía. Los seres humanos siempre tendemos a encasillar y si alguien no se encaja en ningún estante lo rechazamos. Cuando clasificamos y encasillamos a los demás respiramos tranquilos y no volvemos a preocuparnos, pero de vez en cuando esta visión Darwiniana se desmonta y aparece un ornitorrinco.
Os dejo con algunos retratos felices que me encuentro en las bodas...