Tarta Esfera de Flores

  Feliz día a todas las madres y también a todos los trabajadores, ya que hoy es nuestro día. Para celebrar el día de las madres, le he hecho a la mía una tarta repleta de flores.

  Llevaba tiempo con ganas de probar las nuevas boquillas rusas para flores y aunque sean un poco caras, el efecto es muy llamativo y realmente rápido de decorar.

   Utilicé el molde Dome de Silikomart para que diera la impresión de un ramo de flores redondeado. Además se me ocurrió rellenarlo de crema y panna-cotta para que tuviera distintas texturas y sabores.

  Aunque hay moldes que están pensados expresamente para hacer una semiesfera hueca, yo me las apañé para conseguir ese efecto con los que ya tengo en casa. Utilicé el molde Dome, que tiene unos 18 cm de diámetro y un molde metálico también semiesférico pero más pequeño. 

  Utilicé un poco de papel de plata para "asegurar" el molde a los palillos y que al subir el bizcocho dejara la forma de la semiesfera.

  Antes de poner la masa en el molde le puse spray desmoldante a la parte inferior del molde metálico (al de silicona no es necesario), y lo rellené de garbanzos para que tuviera peso y se quedara la forma. Para el bizcocho hice la receta del Red Velvet (aunque no quedó nada rojo, creo que el cacao se comió el color rojo).

  Los ingredientes del bizcocho fueron 2 huevos medianos, 180 ml de aceite de oliva suave, 180 ml de buttermilk (o leche), una cucharada de vinagre, una cucharada de pasta de vainilla, una cucharada de bicarbonato, 20 gr de cacao en polvo, 265 gr de harina y 185 gr de azúcar. La receta es muy sencilla y está aquí.

  Mientras se horneaba, hice una panna cotta con 200 ml de nata, 60 gr de azúcar y dos hojas de gelatina neutra. La puse en un molde igual que el que estaba en el horno y lo dejé enfriar. 

 El bizcocho creció muy bien, inundando el molde interior.

  Cuando se enfrió un poco, corté directamente en el molde la parte superior para que quedara completamente plano.

  Con mucho cuidado fui "limpiando" la masa del centro y pude sacar el molde interior.

  Quedó muy chulo. Lo dejé enfriar en una rejilla. La forma de esfera es perfecta.

  Mientras se enfriaba la panna cotta y el bizcocho, hice una crema de queso para decorar como la de esta receta. Aunque había utilizado el mismo molde, el tamaño de la panna cotta y del "hueco" del bizcocho no era exactamente el mismo, así que se me ocurrió utilizar un poco de crema también para ayudar a rellenar el hueco. El color del bizcocho no había quedado como yo esperaba, así que le puse una gotita de colorante rosa para que resaltara entre el bizcocho y la panna cotta. 

  Con todas las partes frías, puse un poco de crema en el hueco del bizcocho.

  También puse arándanos frescos (últimamente se los pongo a casi todo).

  Para desmoldar la panna cotta con facilidad, se introduce unos segundos en agua caliente (segundos, ojo, que se deshace!).

  Se pone con cuidado en el hueco del bizcocho.

  Como habían quedado unos huecos, rellené con más crema.

  Para la decoración utilicé las tres boquillas rusas que tengo.

  Creo que el único truco es que la crema tenga bastante consistencia, es decir que tiene que estar un rato en la nevera para que se enfríe, si está demasiado blanda las flores salen sin ninguna forma. El uso es muy sencillo, basta ponerlas de forma perpendicular a la superficie, apretar la manga y soltar.

  Con un poco de práctica, las flores quedan muy bien. Y aunque resulte curioso, quedan mejor muchas flores juntas que una o dos solas. 

  Y si se combinan colores primaverales para las distintas flores, queda precioso.

  El efecto de las hojitas (con una boquilla para hojas) también es importante, así además se tapan los pequeños huecos que quedan entre flor y flor y da un efecto más realista. 

  El resultado me ha gustado mucho. Y el corte quedó bien, con distintas capas como yo pretendía.