No hace mucho me quejaba de lo mucho que me complico la vida con las tartas de las niñas para sus cumpleaños, así que aprovecho hoy para apuntar que tampoco es necesario tanto lío (aunque una vez al año...). En la misma semana que celebramos el cumpleaños de las niñas y que estuve bastante liada con sus tartas y demás preparativos, encontré un par de ratitos para hacer otras dos tartas mucho más sencillas pero también muy resultonas.
La primera la hice para mi sobrina, que celebró su cumpleaños unos días antes que mis niñas. La decoración de la fiesta era sobre Hello Kitty y así fue tarta.
Por otra parte Andrea tenía permiso para llevar un desayuno para compartir con sus compañeros de clase y me pidió una tarta de Pocoyo, también muy sencilla.
En ambos casos hice un bizcocho bundt muerte por chocolate en un molde de unos 22 cm de diámetro. Los cubrí con ganache de chocolate y los cubrí con fondant blanco como en montaje de una tarta decorada.
Para la tarta de Kitty tenía una plantilla, aunque también se puede conseguir una imagen sencilla en internet.
Le marqué con mucha suavidad el contorno con una esteca o un palillo para saber por donde poner el borde de la cara.
El churro que delimita el borde lo hice con la pistola de fondant, para que quedara igual por todas partes, aunque también se podría cortar una tira de fondant muy fina (si tenéis buen pulso).
La de Andrea fue más sencilla todavía ya que simplemente imprimí una imagen de una careta y la recorté como en la técnica de puzzle (como en esta tarta de Dora).
En el caso de Pocoyo estuve muy tentada de darle algo más de relieve a la cara, pero me suele dar mucho reparo utilizar más fondant de lo necesario para niños tan pequeños porque el exceso de azúcar hace que se vuelvan mucho más activos (al menos mis hijas) y me da apuro por las pobres señoritas.
En cualquier caso, con poner algún detalle que resalte un poco más, como la nariz o los labios, mejora bastante sin necesidad de utilizar mucho fondant.
Y mi niña la mar de feliz en su clase por ser la protagonista.
En el caso de Pocoyo estuve muy tentada de darle algo más de relieve a la cara, pero me suele dar mucho reparo utilizar más fondant de lo necesario para niños tan pequeños porque el exceso de azúcar hace que se vuelvan mucho más activos (al menos mis hijas) y me da apuro por las pobres señoritas.
En cualquier caso, con poner algún detalle que resalte un poco más, como la nariz o los labios, mejora bastante sin necesidad de utilizar mucho fondant.
Y mi niña la mar de feliz en su clase por ser la protagonista.
Te han quedado unas tartas preciosas, bien hechas, la cara de esa preciosa niña lo dice todo, MIl besicos
ResponderEliminarTe han quedado monisimas, sobre todo me gusta la de Pocoyó¡¡ Besicos¡¡
ResponderEliminarPero ... ¡¡Qué bonitas!!. Me encanta la de Pocoyo, pero las dos son preciosas. :)
ResponderEliminar