From the course: Medición de la eficacia del aprendizaje

Objetivos: aprender a conocer, a hacer, a ser

From the course: Medición de la eficacia del aprendizaje

Objetivos: aprender a conocer, a hacer, a ser

En la actualidad se habla muchas veces de cuatro niveles diferentes de aprendizaje, comenzando por el saber, el saber hacer y finalmente el saber ser y saber estar. Estas cuatro distinciones diferencian cuatro esferas de desarrollo. El saber habla de la parte cognitiva, la parte conceptual de cualquier cuestión de conocimiento: datos, causas y efectos, momentos históricos, formulaciones, teorías. La segunda esfera tiene que ver con el elemento procedimental, con demostrar que lo teóricamente aprendido se puede utilizar en el mundo real en situaciones y contextos próximos a nosotros. Por ejemplo, utilizar una ecuación de segundo grado en un problema que se le presenta a un carpintero, o utilizar una regla de tres para averiguar cuánto pagamos en una factura de la luz, o utilizar un transportador para realizar el cálculo de un ángulo de forma correcta para dibujar un triángulo isósceles. Todos los aprendizajes procedimentales tienen mucho que ver con la formación inicial y continua de los profesionales. Sus puestos de trabajo están relacionados con partes teóricas, pero sustancialmente con llevar esa teoría a las prácticas profesionales o adecuarse a un nuevo contexto de trabajo. Un nuevo avión que debe aprenderse a pilotar infiere un conocimiento teórico y necesita también de un aprendizaje pormenorizado de los procedimientos que derivarán en el pilotaje en la nueva cabina. Y, finalmente, el saber ser y el saber estar, conectados con los comportamientos, actitudes y valores que queremos transmitir. Aunque puedan parecer cuestiones puramente académicas, la realidad es muy distinta. Hoy en día las empresas están muy preocupadas por los valores que impregnan y desarrollan sus equipos de trabajo y al mismo tiempo son escaparates de sus corporaciones. Tener espacio para la diversidad cultural, donde se procure el respeto a las opiniones y formas diversas de entender la vida, personas de diferente sexo, diferente etnia, diferente creencia o diferentes relaciones sentimentales es también un trabajo que hay que realizar en las empresas y también se encuadran dentro del saber ser. El problema radica en que el trabajo sobre esta esfera de las personas es tremendamente más difícil en comparación con las anteriores. Requiere de un mayor compromiso por parte del aprendiz, abrir la mente a otros valores, culturas y formas de entender las relaciones personales y, por tanto, es un aprendizaje a largo plazo que fácilmente se puede desmembrar porque nuestras vivencias suelen dejar mucho más poso y, por ende, son más difíciles de modificar. Desde el punto de vista de evaluar este proceso, resulta mucho más sencillo y más parametrizable los aprendizajes desde el punto de vista cognitivo. El saber hacer requiere una serie de pruebas que pueden ser evaluables de forma bastante sencilla en tiempo, en calidad o incluso utilizando alguna estrategia de evaluación que requiera presentar una muestra real como evidencia. El aprendizaje del saber ser y el saber estar no tiene unas formas muy concretas que nos permitan desarrollar una analítica fidedigna, llevar este aprendizaje al mundo real depende de muchas variables personales, actitudinales, de relaciones personales. Como resultado, es mucho más difícil parametrizar los resultados de ese proceso de aprendizaje realizado, pero no por ello debemos de dejar de examinar cómo se producen estas y tener modos de verificar, aunque sea en menor medida, que el saber ser y saber estar se mejora como resultado de lo aprendido.

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