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UFC | El 'Esto es durísimo' de Jorge Lera: Gran éxito de la UFC en la Esfera

Jorge Lera

Actualizado 18/09/2024 a las 11:34 GMT

Lo vivido el pasado sábado en la Esfera de Las Vegas marcará un antes y un después en la industria del deporte. Sin duda, fue un golpe de efecto y de autoridad por parte de la UFC. Era un evento que desde el principio se puso cuesta arriba, plagado de dificultades e imprevistos, pero que con audacia y también con un buen chorreo de millones, fueron capaces de convertir en un éxito.

UFC en la Esfera de Las Vegas.

Fuente de la imagen: Getty Images

Al final, y pese a tener a Canelo Álvarez boxeando a la vuelta de la esquina, llenaron. No solo eso. A pesar de haber tenido que rectificar los precios, la UFC batió su propio récord de recaudación al ingresar en taquilla más de 22 millones de dólares, superando los 17 millones que obtuvieron en 2016 con el Conor McGregor – Eddie Álvarez. También batieron su propio récord de venta de merchandising. Con eso, al menos, se salvaron los muebles de los más de 20 millones de dólares a los que se acabaron disparando los gastos de producción. Y queda conocer los ingresos del pay per view. En lo referente a la producción, escenografía y espectáculo audiovisual, podemos hablar también de un rotundo triunfo.
Todo salió a la perfección en un espectáculo que fue de menos a más. Llamativo y vistoso durante las preliminares, colosal e impactante durante la cartelera principal. Algo único e innovador. Desde Dana White dando la bienvenida en español fluido gracias a la Inteligencia Artificial, hasta los espectaculares cambios de escenario para cada combate, hologramas de los peleadores e innumerables efectos jamás vistos en un acontecimiento deportivo. Bienvenidos al futuro. Además, y no era fácil, el despliegue audiovisual resultó una experiencia fascinante, no solo para los que lo vivieron en vivo, sino también para los que pudieron disfrutarlo por televisión. La UFC volvió a demostrar que va varios pasos por delante de la mayoría de las industrias deportivas y, por supuesto, que es la mayor fuente de innovación y creatividad en el mundo de los deportes de contacto.
Pero nada de esto tendría sentido si no se refrenda con un buen espectáculo deportivo. Y UFC 306 fue una gran cartelera que incluyó momentos inolvidables. Especialmente, el que puede acabar siendo el mejor combate del año, el protagonizado por el argentino Esteban Ribovics y el mexicano Daniel Zellhuber, un auténtico pandemónium en el que ambos peleadores estuvieron varias veces a punto de caer noqueados. Sorprendentemente, consiguieron llegar al final de la ruta, en un duelo repleto de acción, alternativas y sorpresivos cambios de guion. Ribovics se llevó la victoria por puntos, pero los dos salieron como auténticos ganadores. Joe Rogan, que no es ni mucho menos nuevo en esto, felicitó a ambos en la entrevista dentro del octágono y confesó impresionado que era una de las mejores peleas que había visto en su vida y que el tercer asalto, posiblemente, podría ser el mejor round de la historia.
Eso sí, el presidente Dana White se mostró extremadamente crítico y decepcionado con los dos combates principales, los dos de campeonato. Merab Dvalishvili, con un esperado planteamiento basado en la lucha y el control, arrebató el cinturón a un decepcionante Sean O’Malley, al que se le vio muy plano. El ya excampeón sufrió un importante descalabro en sus aspiraciones a convertirse en el peleador franquicia de la compañía. En el coestelar, Valentina Shevchenko recuperó su título del peso mosca ante la mexicana Alexa Grasso, en un combate que también resultó más táctico que vibrante. Aun así, debemos entender que este es un deporte donde caben los combates de frenético y espectacular caos, pero también los marcados por lo cerebral y lo táctico.
Aunque no fueran dos peleas de emoción, especialmente comparados con el resto de la cartelera, la crítica del mandamás pareció excesivamente dura. Lo que tiene claro es que su negocio es proporcionar entretenimiento y emociones semana a semana y por eso se muestra siempre tan exigente. Gracias a eso, la UFC se ha posicionado como líder en el sector. Lo importante son los aficionados y brindarles el mejor espectáculo. Lo de menos, para él, son los resultados. En una cartelera que pretendía ser una gran fiesta mexicana, Édgar Cháirez, Yazmin Jáuregui, Manuel Torres, Irene Aldana, Daniel Zellhuber, Brian Ortega y Alexa Grasso perdieron sus combates. Se festeja y se homenajea a México, se apoya y se promociona a sus peleadores, pero eso no supone servirles víctimas propiciatorias para el alborozo popular. Aquí siempre se buscan combates parejos y disputados.
El evento de la UFC en La Esfera ha marcado un hito en la industria del deporte entendido como espectáculo. Aun así, será difícil que se repita en un futuro próximo. El propio Dana White lo ha reconocido, señalando el contrato exclusivo existente con la propiedad del T-Mobile Arena de Las Vegas. Esta ocasión fue excepcional y la UFC obtuvo una dispensa debido a que el recinto estaba comprometido para esa fecha con el combate de Canelo. Hemos vivido algo único, que ha supuesto una demostración de fuerza.
Canelo Álvarez tiene dos fechas al año para boxear en Las Vegas, la de septiembre y la de mayo, ambas coincidentes con las dos grandes fiestas nacionales mexicanas. Y White ha reiterado que él quiere para la UFC al menos una de ellas. La boutade de la Esfera ha sido una demostración de fuerza de un Dana White, peleón y competitivo por naturaleza. Sabe de la importancia estratégica del mercado mexicano, por eso ha invertido también en un centro de rendimiento en México, en el que pretende forjar a las futuras estrellas.
No es sencillo arrebatarle a Canelo Álvarez el protagonismo y la hegemonía en las dos grandes fiestas mexicanas. El campeón tapatío sigue siendo el rey y volvió a conseguir un llenazo en Las Vegas. Pero la UFC ha querido mostrar que también dispone de artillería pesada. Además, su fuerza no recae en una figura individual, sino en su propia marca. Da la impresión de que Dana White va uno o dos pasos por delante de los demás. Canelo tiene 34 años, que no son muchos, pero lleva en el boxeo profesional desde los 15. Es multimillonario y tiene el suficiente orgullo como para colgar los guantes en el momento en el que no se vea motivado o intuya que sus condiciones ya no son las idóneas para ser la superestrella del boxeo. Ese momento podría llegar dentro de dos o tres años.
Para entonces, la UFC ya habrá construido una tradición de montar grandes eventos en torno a las fiestas mexicanas. ¿Tiene el boxeo un recambio para Canelo? Calidad deportiva sí que hay, pero ¿hay alguien con el carisma necesario para llenar el hueco que Canelo dejaría en ese transcendental mercado y que antes ocuparon megaestrellas como Julio César Chávez u Óscar de la Hoya? Pese a que los dos combates de campeonato no salieron como Dana White deseaba, podemos considerar Noche UFC en La Esfera como un éxito y un inteligentísimo movimiento estratégico.
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