El canadiense James Crawford se proclamó, de forma sorprendente, campeón del mundo de supergigante al ganar la prueba de esa disciplina en los Mundiales de esquí alpino de Courchevel y Meribel, en la que relegó, por una sola centésima al segundo puesto al noruego Aleksander Aamodt Kilde. El francés Alexis Pinturault completó el podio.