Roglic es patrimonio de la Vuelta a España: Un idilio que le convierte en el más laureado junto a Heras

Hay idilios repentinos, transitorios, que vienen y van o que perduran durante toda la vida en el tiempo. El de Primoz Roglic con La Vuelta va camino de esto último. Se enamoró de España a primera vista, como es normal, y desde entonces no ha dejado de engrandecer la carrera. Como Alfredo Binda, Fausto Coppi y Eddy Merckx con cinco Giros de Italia. Como Jacques Anquetil, Bernard Hinault, otra vez Eddy Merckx y nuestro Miguel Indurain con cinco Tours de Francia. Primoz Roglic entra en la historia de las tres Grandes con su cuarta Vuelta a España. Sus conquistas en 2019, 2020, 2021 y ahora 2024, sumadas a las 15 victorias parciales, le convierten en el más laureado de siempre en la ronda española junto a Roberto Heras.

En todos sus éxitos hay un denominador común. Primero me caigo, después me levanto y acabo ganando. Su primera victoria en 2019, en su primera participación, llegó tras hundirse en el Giro cuando lo tenía en el bolsillo, al desaprovechar una ventaja de más de tres minutos con Richard Carapaz. La segunda en 2020, dos meses después de aquel Tour y aquella cronoescalada fatal en La Planche des Belles Filles, en la que lo perdió todo ante Tadej Pogacar. Y es que la ‘Grande Boucle’ es la única carrera que se le resiste a un campeón mayúsculo como él, abandonando por un golpetazo en 2021 que sanó donde siempre ha cerrado sus heridas. En esa edición, la de su tercera Vuelta, protagonizó uno de sus grandes días como ciclista con una memorable victoria en los Lagos de Covandonga.

Roglic, en el papel de héroe vulnerable que tanto gusta entre el público, tampoco se ha librado de sus habituales desdichas en la ronda española. En 2022, una durísima caída camino de Tomares, en plena remontada ante Remco Evenepoel, le obligó a decir adiós cuando volaba hacia una nueva general. En 2023, le tocó pasar por el aro del ya antiguo Jumbo-Visma, quien frenó el ímpetu del esloveno, tercero en el podio y ganador también en una cima icónica como el Angliru, en favor de un Sepp Kuss que terminó proclamándose como campeón. Una situación que terminó desencadenado su salida a Bora-Hansgrohe, ahora bajo el sustento de Red Bull, decisivo para su cuarta corona con una jugada maestra en Moncalvillo.

Un escenario en el que firmó, en cuanto a números, la que hasta la fecha es la mejor actuación de su carrera. Primoz ganó en Pico Villuercas y en Sierra de Cazorla, superó su día malo en el Alto de Hazallanas sin perder ni un solo segundo, dio el golpe de gracia en el puerto de Ancares y recuperó lo que es suyo, ‘su’ Roja, en el Alto de Moncalvillo. Por el camino deja ya 15 victorias parciales, superando las 12 de Alejandro Valverde, Marcel Wüst y Txomin Perurena, las 13 de Tony Rominger y Freddy Maertens y las 14 de Gerben Karstens. Por delante, solo tiene a Sean Kelly con 16, Laurent Jalabert y Rik Van Looy con 18, Alessandro Petacchi con 20 y el inalcanzable Delio Rodríguez con 39. Su cuarta Vuelta era una cuestión de tiempo.

Roglic es patrimonio universal de la carrera. Un tipo que desde su debut hace cinco años, no ha dejado de honrar lo que otros menosprecian. Y a base de ello, es como se ha ganado el corazón de cada aficionado. Ya sea con su estilo 'pancartero' marca de la casa, siendo conservador en los días que tiene mucho que perder y poco que ganar o pasando a su versión más ofensiva cuando está obligado a remontar. Fiabilidad absoluta. El ‘Quinto Beatle’ del ciclismo tras Tadej Pogacar, Jonas Vingegaard, Remco Evenepoel y Mathieu Van der Poel. Y desde este domingo, un tetracampeón de La Vuelta, donde nadie ha ganado más que él en toda la historia. Primoz IV de España.