Tour de Francia 2024 | Pogacar corre contra la historia: El doblete Giro-Tour le sienta en la mesa de los más grandes

Decían que iba a llegar cansado del Giro de Italia. Y la realidad es que Tadej Pogacar no se cansa, pero de correr contra la historia. Arrasó en la ronda italiana, con seis victorias de etapa y una ventaja de casi 10 minutos en la general, y ha hecho lo propio en un Tour de Francia del que se lleva los mismos triunfos parciales y su tercera coronación. El esloveno se convierte de esta manera en el octavo corredor de todos los tiempos en lograr este preciado doblete tras Fausto Coppi (1949 y 1952), Jaques Anquetil (1964), Eddy Merckx (1970, 1972 y 1974), Bernard Hinault (1982 y 1985), Stephen Roche (1987), Miguel Indurain (1992 y 1993) y Marco Pantani (1998). El primero en hacerlo en este siglo.

Con Tadej, la sensación cada vez que le vemos es la de que no vamos a volver a ver una cosa igual. Un corredor histórico. De esos que aparecen rara vez en el tiempo. Sólo así se puede explicar su salvaje actuación en este Tour de Francia. Ganando y atacando en todos los escenarios habidos y por haber. Lanzándose en los descensos, desatándose sobre el sterrato, volando en la alta montaña y arrasando contra el crono. Con la necesidad de meter tiempo, como en la primera semana, o con la (bendita) inconsciencia de hacerlo en la última, vestido con el maillot amarillo y con una ventaja en su mochila que nada más bastaba con conservarla. Larga vida a un ‘Pequeño Príncipe’ que vuelve a ser Rey.

Pogacar irrumpió en el ciclismo en 2020 y desde entonces persigue los pasos de los más grandes de siempre. Con 25 años acumula 84 victorias como profesional, destacando sus ya tres Tours de Francia, un Giro de Italia, 26 triunfos parciales en Grandes Vueltas, tres Lombardías, dos Liejas y un Tour de Flandes. En el horizonte aparece ya el récord de 35 victorias de Mark Cavendish en la ronda gala (Tadej lleva ya 17), superar los cinco Tours de los Eddy Merckx, Jaques Anquetil, Bernard Hinault y Miguel Indurain o convertirse en el cuarto corredor de la historia en conquistar los cinco Monumentos tras Roger de Vlaeminck, Rik Van Looy y de nuevo Eddy Merckx. Por algo al esloveno se le conoce como al 'Caníbal' de esta época.

Una temporada, que ya es la mejor de siempre, en la que se ha metido en el bolsillo Strade Bianche, Volta a Catalunya con cuatro etapas, Lieja-Bastoña-Lieja, Giro de Italia con seis etapas y Tour de Francia con otras tantas. O lo que es lo mismo, ha ganado todas las carreras que ha disputado menos una, la Milán-San Remo en la que fue tercero. No se recuerda cosa igual. Ahora llegará el objetivo de los Juegos Olímpicos de París, el Mundial de Zúrich, donde será el gran favorito, y Lombardía. Donde por desgracia no estará es en la Vuelta a España, por lo que ese hito de convertirse en el primer ciclista en ganar las tres Grandes en un mismo año tendrá que esperar.

Pero ya no es solo cuánto gana, sino el cómo. Pogacar es un extraterrestre. Un marciano con una voracidad insaciable. Una especie de alienígena capaz de devorar todos los récords que se va encontrando por el camino. Como con Lance Armstrong, siendo dos minutos más rápido en Pla d’Adet (25'09''), como con Marco Pantani, mejorando en casi cuatro minutos su ascensión a Plateau de Beille (39'58'') o como con Miguel Indurain y Tony Rominger, a quien superó en más de tres minutos en la subida a Isola 2000 (37'44''). Un ciclista que trasciende mucho más allá del propio ciclismo. Tadej Pogacar, el mejor deportista del mundo.