Juegos Olímpicos | El 'Esto es durísimo' de Jorge Lera | Boxeo en Los Ángeles 2028: El combate empieza ahora

Pero París 2024 ha terminado y entramos en un inquietante período dónde lo más importante para el boxeo no van a ser los crochés, directos, esquivas y pasos laterales, sino una intensa labor de despachos en la que está en juego el futuro olímpico de nuestro deporte. Mi intuición me anima a pensar que, por lo civil o lo penal, de una manera o de otra, el boxeo estará en el programa olímpico de Los Ángeles 2028. Se me hace imposible pensar en unos Juegos en Estados Unidos sin boxeo. Es el país que más campeones olímpicos ha dado a este deporte y que incluyen a auténticas leyendas como Floyd Patterson, Joe Frazier, Cassius Clay, George Foreman, Sugar Ray Leonard y Óscar De la Hoya, entre otros muchos. Además, tienen lugar en Los Ángeles, la gran capital del boxeo de la costa oeste. Allí, en los juegos de 1984, Estados Unidos tuvo su mayor éxito con nueve medallas de oro, una plata y un bronce en doce categorías. Bien es cierto que estábamos en la lamentable época de los boicots y allí no participaron ni soviéticos ni cubanos, las otras dos grandes potencias de la época. Pero la alineación de estrellas de la selección que arrolló en el 84 todavía se recuerda a día de hoy, con nombres como Paul Gonzales, Pernell Whitaker, Meldrick Taylor, Frank Tate, Virgill Hill o Evander Holyfield. Pero la luz roja de alarma lleva años encendida.

Desde que el COI apartara a la International Boxing Association (antigua AIBA) de la responsabilidad de organizar la competición olímpica y las pruebas de clasificación, hemos tenido dos citas olímpicas, Tokio y París, organizadas por organismos especiales creados ad hoc por el propio Comité Olímpico. Pero también han dicho que ya no más, que si el boxeo como deporte quiere estar en el programa en 2028 tiene que haber una federación internacional con reconocimiento que se encargue de todo ello. El año pasado en Suiza, a raíz de la ruptura definitiva entre IBA y el COI, se fundó World Boxing, que intentará asumir ese papel, pero que de momento no acaba de coger la fuerza necesaria. Veremos que ocurre, porque 2025 es el año en el que se tomarán las decisiones definitivas. El presidente del COI, Tomas Bach, ha sido muy claro al expresar que el deseo del Comité Olímpico Internacional es que el boxeo se mantenga en el programa de los Juegos, pero sólo si se hace de la mano de un asociado fiable. Bach, a continuación, lanzaba el guante a las federaciones nacionales para que tomen la decisión correcta. “Si las federaciones nacionales quieren que sus atletas puedan ganar medallas olímpicas, deben organizarse en torno a una federación internacional fiable y con buen gobierno”, manifestó Bach. Una parte muy importante de esta partida se jugará en breve y será fundamental el papel de muchas de las federaciones asiáticas, tan vinculadas tradicionalmente a IBA. Por otro lado, Tomas Bach dejará su cargo el año que viene y tampoco se sabe bien si pudiera haber algún cambio en esta tormentosa relación bajo una nueva presidencia. El organismo en cuestión tendrá que acometer importantes y delicadas tareas como garantizar la presencia del boxeo en los Juegos, desarrollar una normativa fiable en cuanto a la elegibilidad de los deportistas, establecer un criterio claro en cuanto a la compatibilidad o no del boxeo olímpico con el profesional e implantar un cuerpo de jueces y árbitros fiables, dentro de un sistema que sea escrupuloso al máximo en cuestiones éticas y que se muestre inflexible con las actuaciones incompetentes.

Salir del programa olímpico sería un desastre para todos. Lo sería especialmente para nuestro equipo nacional, que no podría capitalizar su sensacional actuación y sus brillantes resultados en los Juegos de París. Fuera de los Juegos, los presupuestos y subvenciones son muy distintos y se pone en peligro toda una estructura que, desde los competidores más jóvenes, estaba empezando a dar unos resultados que nos han puesto por encima de muchos países que cuentan con muchos más medios. Sería un desastre para nuestros deportistas. Pero, sobre todo, no se puede echar por tierra 120 años de historia de boxeo olímpico, un deporte vinculado a los Juegos desde 1904 y que desde entonces ha sido parte esencial del olimpismo. El COI quiere boxeo, que además es uno de los deportes con mayor aceptación y mejores audiencias. La organización de Los Ángeles 2028, por supuesto, quiere boxeo. Pero mentiríamos si negamos que tan bella y antigua tradición está ahora en serio peligro por culpa de unos dirigentes que no han estado a la altura. Resulta imposible concebir el boxeo sin los Juegos Olímpicos, o unos Juegos Olímpicos sin boxeo. El combate más importante se empieza a disputar ahora.