El jovencísimo Nicolò Zaniolo ha echado la puerta abajo. Criado en las categorías inferiores de la Fiorentina, y llegado a Roma este último verano procedente del Inter como contraprestación al traspaso del Radja Nainggolan, el toscano, a sus 19 años, se ha convertido en la gran atracción de la Roma en su primer curso en la élite. Con calidad para influir en varios carriles durante un mismo encuentro, partiendo muchas veces desde la derecha para jugar a pie cambiado, el último descubrimiento del fútbol italiano ha nacido para las grandes noches. Debutó el pasado mes de septiembre en el Santiago Bernabéu, en un partido de la fase de grupos ante el vigente campeón europeo, su primer doblete como profesional fue precisamente en la Champions ante el Oporto y antes incluso de estrenarse con la Roma fue convocado por Mancini para la Absoluta.
Zaniolo promedia 30 pases por encuentro, con un 80% de acierto
Es evidente que a Zaniolo le van las emociones fuertes. Su ascenso ha sido meteórico: en pocos meses ha pasado de la Youth League a ser muy decisivo en la ronda de octavos de la Champions. Dentro de los diferentes sistemas que la Roma ha utilizado esta temporada, el pie izquierdo de Nicolò Zaniolo tiene salida tanto por dentro como por fuera. Promedia en torno a seis regates y dos disparos a puerta por partido esta temporada. Unos números que, teniendo en cuenta que la Roma está dividiendo su posesión algo más que la campaña pasada, sirven para esbozar una ligera impresión del jugador que ya es. El fútbol de Zaniolo, ya sea en el carril central o desde el lado derecho, está concebido para descollar desde su talento más innato.
Aprovechando que ni Patrik Schick ni Cengiz Ünder se han asentado con continuidad en el sector diestro, la zurda de Zaniolo ha encontrado su acomodo en muchos partidos arrancando a pierna cambiada. Con capacidad para salir hacia dentro con el balón controlado, para lo cual sabe usar su cuerpo de barrera entre el esférico y el pie del defensa, pero también por fuera, aun no siendo realmente rápido con metros por delante, el dinamismo de Zaniolo está siendo importante para darle continuidad al juego en campo contrario. Una tarea que, ha de insistirse nuevamente en ello, el joven toscano puede realizar tanto de mediapunta como de extremo.
Roberto Mancini, en ‘Il Corriere della Sera’: “Lo seguí en el Europeo Sub-19, y me gustó mucho porque es fuerte físicamente. Llega bien al disparo y cuando tiene el balón nunca lo entrega mal. Tiene características para ser interior, y la comparación con Pogba está ahí, claro. Nosotros [en la Absoluta] no tenemos un futbolista así: Nicolò Zaniolo es muy diferente a Barella, Jorginho y Verratti”.
Sin ir más lejos, como ocurrió ante el Oporto de Sergio Conceiçao, Di Francesco ya ha utilizado a Zaniolo por derecha con fines esencialmente estructurales. Es muy intenso en la presión sobre el pasador, aunque si debe saltar sobre el receptor sabe ingeniárselas para que este no controle nunca con ventaja. Ahora bien, de acuerdo a lo que ya conocemos del joven centrocampista italiano, donde más y mejor podría desarrollar su juego es como interior en mediocampo. Su posicionamiento a la hora de recibir es muy correcto, pues maneja bastante bien el arte de perfilarse entre el pasador y la portería contraria. Algo que hace cada vez con más frecuencia, y que a su vez acompaña de una lectura intrínseca para detectar la zona libre entre las líneas. Atacando desde dentro, con espacio para atacar el área rival, Zaniolo lo tiene todo para ser uno de los interiores con más vuelo del presente europeo. Tiene una conducción muy habilidosa, es vertical cuando debe serlo y además, cuando llega al área, opera con la naturalidad del que lleva haciéndolo toda la vida. Zaniolo juega siempre con la cabeza erguida. Y al igual que puede picarla por encima del portero, es de los que les gusta jugar con todos sus pases como si fueran el último.
AdrianBlanco_ 26 febrero, 2019
Sensación de que estamos ante un proyecto de futbolista potente. Me temo que no será el último texto que escribamos de este chico. 😀