Cucurella en el sistema de Mendilibar

No es descabellado afirmar que la Sociedad Deportiva Eibar es uno de los mejores equipos del fútbol europeo. Evidentemente, no desde el punto de vista de la calidad individual, pero sí si nos detenemos en dos pilares básicos de cara a construir un proyecto: convicción en un modelo de juego y configuración de la plantilla de forma totalmente acertada para desarrollarlo.

El Eibar ficha perfiles muy concretos para poder darle continuidad a su plan de juego

En el plan de José Luis Mendilibar hay varios conceptos innegociables. La intención de robar a gran altura para después atacar con mucho ritmo por fuera y centrar al área es la primera y clara intención. Después, dos delanteros que cargan el área con gran agresividad, y un doble pivote que tiene un gran olfato y predisposición para cazar los rebotes en la frontal del área.

Como el Eibar pasa mucho tiempo en campo rival gracias a la modélica presión que ejecuta, los laterales tienen la opción de jugar muy arriba, apareciendo por sorpresa para ser ellos los que se encarguen del centro. Es una jugadas además fácil de repetir, porque los extremos elegidos por Mendilibar tienen buen juego interior para generar ese espacio por fuera.

A priori, Cucurella no había sido incorporado para jugar en medio campo, sino como alternativa al lateral zurdo

La llegada de Cucurella como recambio de José Ángel encajaba perfectamente en el modelo de juego. Un lateral dinámico, con gran capacidad para romper por fuera y con criterio y buena zurda para centrar al área. Sin embargo, el canterano del Barça ha conseguido dar el salto de jugador rotación a discurso en el perfil zurdo del ataque del conjunto armero.

Es curioso porque por definición, Cucurella parecía carecer de una característica clave para ser extremo en el 4-4-2 del Eibar: tener la intención de atacar por dentro para que el lateral, en este caso José Ángel, pudiera aparecer con espacio. Sin embargo en las últimas semanas ha quedado claro que de ahí ha salido una sociedad que funciona.

El canterano culé sirve como extremo izquierdo del Eibar por varias cuestiones. La primera tiene que ver con su capacidad para defender hacia delante. Mendilibar pide no dudar, encimar al rival y recuperar el balón arriba. Si alguna pieza no confía en el modelo, el contrario sale y coge a la defensa vasca muy adelantada. Cucurella demuestra muchísima convicción ahí, promediando casi 6 intercepciones por encuentro en campo rival, lo que es oro para el plan de su equipo.

La interpretación defensiva de Cucurella encaja muy bien con la idea de su entrenador

Teniendo esa aportación como primer pilar, lo que quizás está sorprendiendo es lo mucho que está dándole al equipo con pelota, precisamente porque su comportamiento dista de lo que hicieron jugadores como Pedro León o Takashi Inui en su misma posición. Sin embargo, desde jugadas diferentes, está permitiendo al Eibar potenciar más si cabe su plan de ataque.

Dejando claro que Cucurella es capaz de asociarse en el carril interior izquierdo sobre todo gracias a que sabe pasar la pelota hacia dentro con tensión y buena intención, la suma del zurdo al plan tiene que ver con su ritmo ofensivo cerca de la línea de cal. El Eibar roba arriba, él busca con premura la línea de fondo y desde allí sabe qué hacer con el balón, tanto para buscar el área, en la que esperan Enrich, Kike o Charles, como para buscar un pase sobre la frontal para la llegada de Jordan o Diop.

El canterano del Barça ha generado una buena sociedad con José Ángel

Llegados a este punto podría existir la duda de cómo potencia esto la figura de José Ángel, que ejerce una función parecida, y la explicación está en la diferente altura a la que están jugando, lo que está haciéndole al rival difícil llegar a ambos. Mientras que Cucurella gana con intensidad línea de fondo -lo que provoca un arrastre del lateral rival-, José Ángel -que además tiene una zurda exquisita para ejecutar esa jugada- centra desde más atrás, contexto que la pareja de puntas del equipo está agradeciendo.