El FC Barcelona ofreció ante el Deportivo de la Coruña una de sus actuaciones más ricas de la temporada en cuanto al apartado ofensivo. Inspirados por un Iniesta brillante como interior derecho que permitió a Messi jugar más arriba e inflamados por el ejercicio más exuberante a nivel físico que se le recuerda a Suárez, los culés crearon ocasiones con constancia, variedad y ese punto estético que afecta al ánimo del partido a modo de intangible casi tangible. Y si alguien hace algo una vez, es porque está capacitado para ello.
No obstante, hay que constatar que esa no ha sido ni mucho menos la línea regular del Barça; su ataque posicional ha aparentado bastante espesura y ha adolecido de limitaciones tácticas (no se hace uso de todo el ancho del campo) y técnicas (falta de ritmo en la circulación) que han explicado esa falta de fluidez y peligro; una dinámica que apenas se rompía cuando los dos hombres claves de su sistema ofensivo, Jordi Alba y Leo Messi, protagonizaban la acción que les une y que, a estas alturas del curso, se destaca sin duda como la jugada concreta más decisiva de La Liga. Y cabe esperar verla muchísimas veces durante el Clásico del día 23. Sobre todo, considerando que estos partidos siempre se afrontan desde la prudencia y que la conexión Messi-Alba no compromete nada el equilibrio del equipo -si el pase no alcanza su destino, la transición ataque-defensa que prosigue al fallo resulta bastante fácil de encarar, dado que el envío del argentino ha girado entre 90 y 180º la orientación del oponente dificultando así su salida al contragolpe-.
El Real Madrid no parece el mejor equipo para defender ese lance.
Partiendo de esta base, toca cotejarla con los servicios defensivos del Real Madrid, y debe especificarse que no se trata de un grupo demasiado preparado para afrontar ese lance. Los dos esquemas más empleados por Zinedine Zidane han sido el 4-3-1-2 y el 4-3-3. En el 4-3-1-2, es decir, el esquema de los cuatro centrocampistas formando un rombo, las bandas están desocupadas de partida y los blancos han solido sufrir ante los mejores laterales a los que se han medido, siendo la mejor prueba el duelo en la Champions contra el Bayern Múnich cuando empezaba a consolidarse esta alternativa táctica. En el 4-3-3, en cambio, los costados sí se habitan de antemano, pero con hombres como Cristiano o Bale ocupándolos, el balance defensivo es irregular y, en todo caso, poco fiable. Incluso con, por ejemplo, Bale muy concienciado del imperativo de perseguir las incorporaciones de Jordi Alba, su capacidad para sacar adelante la tarea no implicaría ninguna garantía de resistencia.
Lucas Vázquez podría tener más peso del esperado en el Clásico.
Es por esto, y por el hecho de que la diferencia en la tabla le permite en cierto modo adoptar el papel de equipo que debe adaptarse a su rival, que Zidane podría optar por un planteamiento conservador y dar entrada en el once a su solicitado Lucas Vázquez. En el peor momento del grupo, tras el decepcionante empate en San Mamés, el técnico francés decidió dibujar un 4-4-2 contra el Sevilla FC con Asensio y Lucas en los costados que le sirvió en bandeja una dulce goleada. La actitud adoptada, basada en la protección de los espacios con un posicionamiento más retrasado de lo habitual y un discurso ofensivo más vertical que el que comanda Isco, siempre le ha funcionado muy bien al Real de Cristiano contra el Barça de Messi, y con el extremo derecho gallego ganaría una posible defensa frente a ese pase de Messi a Jordi Alba que, si no se impide o reduce, puede valer por sí mismo la victoria que dejaría al líder (con un partido más) con 14 puntos de ventaja sobre el actual campeón.
Foto: Alex Caparros/Getty Images
Restituyo 22 diciembre, 2017
Me parece que veremos un barcelona muy conservador y veremos en donde se puede ubicar el nivel de su defensa posicional …. creo que Valverde buscara esto solo para cederle la iniciativa a ratos a un Madrid que posiblemente caiga en errores de auto-confianza o presos de la imposibilidad de fallar ante el lider