Fue una eliminatoria con suspense. Y pudo quedarse sin ello en cualquier momento; quedar decidida y sentenciada en muchos tramos de la misma. Manchester United y Anderlecht se empeñaron en mantenerla viva, con más insistencia del primero de ellos, pues tardó un mundo en entender su superioridad individual y lo falló prácticamente todo hasta verse en una prórroga que bien es cierto nunca llegó a comprometer seriamente la clasificación de los ingleses. Y es que el Anderlecht ya había claudicado, sometido por la entrada de uno de los jugadores más condicionantes que existe en el fútbol europeo entrando desde el banquillo.
Hasta llegar a dicho momento, el conjunto belga mantuvo el sueño de eliminar al todopoderoso equipo de Mourinho en base a sumar lo que durante todo el partido le faltó al portugués: el tercer hombre en mediocampo. Este concepto comprometió en todo momento la posibilidad de traducir con naturalidad la gran diferencia física y técnica que hay entre belgas y británicos. Los de Old Trafford formaron con el mismo ‘XI’ que en la ida, a excepción de Shaw por Darmian, y pronto se comprobó que a sus dos velocidades, pausada en medio, fugaz arriba, le faltó un punto de apoyo extra para edificar un encuentro que no solo significase obrar el primer gol sino que llevara consigo un dominio de partido tranquilo y sin interrupciones.
El United no tuvo el control del partido en la primera parte
En esta discontinuidad mucho tuvo que ver la actitud de Rashford y Lingard, muy abiertos y muy pendientes de las rupturas hacia portería. Cuando uno de los dos recibía, la jugada iba siempre hacia delante, sin un pase atrás que juntara a Pogba y Carrick en campo contrario. Por dentro, Mkhitaryan, muy solo en la mediapunta, con Ibrahimovic ausente o errático en esas zonas, dejó al United sin ataque agrupado, con las piezas separadas. Debe decirse que incluso con este plan podría haber sentenciado con tres chispazos la eliminatoria. Ello no ocurrió y el Anderlecht demostró que, con muchas menos calidad, el apoyo de un hombre más en el medio le iba a dar la posibilidad de competir.
Desde el gol, el United comenzó a mostrar una carencia que condicionó su fase defensiva durante los siguientes 45 minutos, y no fue otra que la inferioridad en banda como punto de partida. Ni Lingard ni Rashford ayudaban a sus laterales, lo que hizo que los pivotes red devil, Pogba y Carrick, tuvieran que acudir a las bandas, despoblando así el medio. Entre Dendocker, Tielemans, Obradovic y Hanni, los de Weiler comenzaron a acumular posesión, presencia y altura ofensiva. El United, que ya estaba atacando de manera dispersa, hizo lo propio atrás, se quedó sin robo y su transición no generó el peligro que potencialmente podía de haber defendido más junto.
Fellaini entró cuando se esperaba a Ánder. Y fue crucial
El encuentro dejó mudo a Old Trafford, sumido en una atmósfera extraña, con un United muy relajado, sin aparente estímulo. Y ahí entró en acción Marouane Fellaini. En la teoría el movimiento sonaba raro, pues el partido parecía pedir a gritos a Ánder Herrera, el tercer hombre más evidente. Pero Mourinho, viendo que su equipo no pasaba del mediocampo o lo hacía enviando balones en largo sin trabajar la recepción posterior con orden, decidió dar entrada al gigante belga y meter a su equipo arriba de un plumazo. El efecto fue demoledor para el Anderlecht, que comenzó a retrasar su línea defensiva, generando un espacio entre líneas ante la amenaza de cada roce de Fellaini con la pelota y viéndose sometido hasta el pitido final.
Desde la entrada del ex del Everton, los locales pudieron activar a sus hombres de ataque mucho más cerca de Rubén y solo el recurrente problema de Man. United con la efectividad de cara a puerta prolongó la contienda. El negativo día de Zlatan de cara a puerta y la precipitación, corregida después con una acción brillante, de Rashford comenzaron a poner nervioso a Mourinho, que en la ida ya señaló al problema en el remate de los suyos como la causa del empate. La prórroga no tuvo color y el Manchester United estará en las semifinales de la UEFA Europa League.
Foto: Michael Steele/Getty Images
Álvaro 21 abril, 2017
Lamentable ecos. No entiendo que publiquéis un artículo del Manchester y no uno del celta.