El FC Barcelona visitaba Granada en ausencia de Leo Messi y Luis Enrique vino a confirmar con su planteamiento que el 3-4-3 es una variante enfocada a (intentar) optimizar al argentino. Sin él, recuperó el típico 4-3-3 cuya zaga de cuatro simplifica y facilita las tareas sin balón. Además, sorprendió situando a Rafinha de interior izquierdo y André Gomes como extremo derecho, una solución a la que no se le pudo descubrir la intención por la temprana lesión del brasileño.
Entrando en el juego, se asistió a uno de mínimos donde ninguno de los contendientes logró encadenar acciones colectivas positivas ni en defensa ni en ataque. Lo del Granada estuvo justificado porque así es su rutina y además reservó piezas importantes sin las cuales su base ofensiva pierde muchísimo potencial; sobre el Barça, más allá de las bajas y de que su día a día tampoco esté siendo boyante, habría que considerar el virus FIFA y la perspectiva del calendario, ya que Atlético y Real, los otros inmersos en su dinámica, también se mostraron irregulares. No obstante, tardar 20 minutos en sumar un disparo contra este Granada nunca es señal de salud futbolística.
Luis Suárez en su versión más autosuficiente marcó la diferencia
Pero el partido era tan simple y de un nivel defensivo tan bajo en las dos partes del campo que las individualidades podían, por sí mismas, condicionarlo por completo. Neymar tomó la palabra como viene haciendo y, además, se sumó el Luis Suárez de la recta final del año pasado. Estuvo en todo: desde una paleta de desmarques extraordinariamente plural que volvió loco al trío de centrales nazarí, el uruguayo comenzó a coleccionar acciones desequilibrantes de la índole más variada: apoyos, prolongaciones, regates, remates… un compilado ofensivo incesante, agresivo e inspirado que garantizó la victoria de los azulgranas. Sólo Ochoa, muy ágil, oponía resistencia.
A título puede que anecdótico, pero quién sabe si no relevante una vez conocido el contratiempo físico de Rafinha, debe constar que Paco Alcácer funcionó bien como extremo derecho. Y demostrado que tácticamente sabe interpretar el rol, a Luis Enrique se le dibuja un nuevo recurso de cara a completar a la MSN en su nuevo 3-4-3.
Con el ingreso de Boga al campo en el minuto 45, Alcaraz sí puso en jaque a Luis Enrique y contrastó sus problemas atrás, llamando la atención de modo especial el bajo rendimiento de Jordi Alba -en el que quizá también tuvieron que ver los nervios de Mathieu-, pero en un partido de fútbol tan sencillo, el mero hecho de que Luis Suárez sea mejor que el joven francés cedido por el Chelsea era más que bastante para agregar a su casillero en la tabla tres puntos más. El Maestro Tabárez, con su Celeste, conoce bien esta fórmula.
Foto: Aitor Alcalde/Getty Images
Stabilo Boss 3 abril, 2017
Sorpresa muy grata la de Paco Alcacer, buenos movimientos y mucho trabajo.
Andre Gomes ya.. Otro día
Quizás la baja de Rafinha le de al Barça un nuevo recurso que está muy fresco y con muchas ganas.. Veremos.