Quique Setién mostró un amargor llamativo en la rueda de prensa posterior al FC Barcelona 5-UD Las Palmas 0. Pocos entrenadores saben ponderar tanto la extraordinaria calidad de los culés, pero él se sentía decepcionado con su equipo y consigo mismo, y no pudo ocultarlo. Ciertamente, los canarios parecieron algo muy parecido al rival que necesitaba el Camp Nou. Dicho lo cual, las oportunidades están para aprovecharlas y los locales contrastaron lo que ya se atisbó incluso en sus últimos pinchazos: la plantilla está preparada y muy enchufada.
Lo primero que llamó la atención fue la concentración que alcanzó el Barça a la hora de presionar. Quizá ayudado por la energía física de Gomes y Rafinha -los interiores- y el hecho de tener como extremo a Turan -un centrocampista que trabajó para Simeone-, el sistema ganó recursos defensivos y practicó un acoso sobre la dotadísima salida de balón de Lemos, Roque Mesa y compañía que la cortocircuitó desde su saque de puerta.
Los interiores del Barcelona fueron súper agresivos en ataque.
Precisamente la superioridad exhibida en esa situación de partido fue lo que permitió al Barça correr muchísimo tras recuperar el balón. Prueba de ello fue que, en 72 minutos en el verde, Busquets tocó apenas 45 balones en un día en el que no estaba Iniesta y era el hombre con mayor jerarquía de la medular. Los culés recuperaban cuando querían, contra un oponente desordenado y verticalizaban sus ataques empleando a un Suárez troncal y lanzando a Rafinha y Gomes en acciones sumamente profundas, como si fuesen el Luis Enrique futbolista y como le gusta al Luis Enrique entrenador. Esto se hizo aún más presente durante la segunda parte, cuando Setién acompañó su línea defensiva adelantada con un chip más agresivo en sus jugadores.
El rendimiento de Arda Turan se exponencia en el tridente.
La otra buena noticia, más allá de que Aleix Vidal sumó en ataque -que no en defensa-, la protagonizó Arda con la pelota en los pies. Definitivamente, el turco sí funciona cuando forma parte del tridente ofensivo. Su capacidad para proteger el balón donde cualquiera lo pierde se ha visto completado por una agresividad impostada pero efectiva cara al gol que le convierte, sin duda, en un sustituto muy fiable para la MSN.
Luis Enrique edificó la supremacía de su proyecto sobre Leo Messi, una forma física colectiva espectacular y una inercia ganadora que generaba disfrute. Lo primero está siempre y la segunda se venía divisando. Tras el 5-0 de ayer, quizá la tercera empiece a recobrarse.
Foto: David Ramos/Getty Images
Raulon 15 enero, 2017
Saludos a todos.
Cuando el kepchut no sale, se le da unos golpes hasta que fluye. Parece ser que de vez en cuando, renovar un poco el once titular viene fenomenal.
Fomentar la sana competencia dando protagonismo a jugadores del banquillo, no solo es deseable, sino saludable.
Ningún pero al partido del FCB. Partidazo.