Fabián Orellana tocó el balón 62 veces, hizo seis regates, promedió un 94% de acierto en el pase, generó dos ocasiones, repartió una asistencia y marcó un golazo en su regreso liguero a Balaídos. Y lo bueno fue que lo mejor, lo capital, no se pudo definir con números.
El marco fue un derbi algo decepcionante donde se jugó a un ritmo bajísimo que facilitó las cosas al chileno. Dicho lo cual, pese a que las circulaciones se desarrollaban a lentísima velocidad y sin ningún tipo de limpieza, los delanteros tanto de Deportivo como de Celta tendían a perder la bola deprisa una vez conseguían controlarla. En parte, porque va en el chip de cada uno: se trata de atacantes sin pausa que acortan la vida de las jugadas en cuanto entran en acción, lo cual de por sí no implica un defecto a menos que nadie lo compense. De ahí que, por ejemplo, Iago Aspas sea una cosa sin Orellana -notable-, y otra, muy superior y más completa, a su lado.
Costó descubrir virtudes colectivas en alguno de los dos equipos.
El secreto de Orellana es que sabe dónde, cuándo y cómo pararse para que el resto de la gente se mueva; compañeros y rivales juegan en función de sus deseos. Ayer por la mañana, se apostó en una zona indeterminada entre Sídnei, Mosquera y Navarro que atrajo a los tres futbolistas hacia él y generó las tres ventajas claves del encuentro: el hueco del que gozó Aspas, el espacio que disfrutó el Tucu y la autopista que devoró Mallo. Y eso bastó de sobra para conquistar un derbi preocupante tanto para Berizzo -por alegre que se fuese- como para Garitano, que ni el placebo del triunfo probó. Ninguno de los dos conjuntos tuvo más motivos para el optimismo que lo bueno que es Fabián. Y que estamos en la jornada 9, queda mucho por delante y hay plantillas y técnicos para progresar lo que se precisa.
Foto: ANDER GILLENEA/AFP/Getty Images
El Flaco del 69 25 octubre, 2016
Abel.
Leo las cifras con que empiezas el texto y quedo impresionado .Ayer Fabián fue Dios. Coincido que facilitado por el nivel normailto demostrado por el Depor. En el gol de Hugo, Navarro no lo atacó nunca, lo dejó hacer y pensar. En su gol, ya el Depor estaba jugado y no lo siguieron nunca y eso que partió de la izquierda en su campo y terminó haciendo una casi diagonal de derecha a izquierda al entrar al área rival. Ese movimiento demuestra el nivel superior de conocimiiento de juego que tiene Fabián. El tema es mantener la regularidad y eso va estar difícil contra rivales decentes que no le den espacio. Ahí pienso que es importante el equipo que le acompaña. El curso pasado, en especial en la primera parte, el colectivo lo ayudaba en esa labor. La salida de Nolito (me atrevería a incluir incluso aún la de Augusto) ha sido un golpe táctico que aún no ha sido solucionado del todo Berizzo. Que diferencia este Celta con el que uds. analizaban un año atrás. Pero considero que es una transición y Berizzo la está recorriendo experimentando y buscando un nuevo equilibrio (tal vez eso explica el empecinamiento en usar a Bongondá cuando, en apariencia para la mayoría de nosotros, no aporta mucho y creemos que el Celta tiene alternativas ofensivas muy válidas como Sisto, Rossi, etc.)..
Soy asiduo a varios foros celtistas y quedo asombrado como un grupo importante (no la mayoría, valga decir) de foreros ya estaban jubilando a Fabián. Y el argumento principal era que perdía muchas pelotas. El tema es que las pierde porque es, por mucha distancia, el que mas arriesga del Celta (en muchas oportunidades el único) y eso es su trabajo. Mientras arriesgue en campo contrario buscando marcar diferencias, está en lo correcto, es responsabilidad del equipo guardarse de las contras y ese es un equilibrio que aún no demuestra este Celta. Repito que el colectivo le tiene que ayudar a generar espacios, Iago (jugadorazo) es el que mejor entiende eso.
Extraño mucho esos cambios de frente en ataque que hacia Fabián con Nolito que terminaban en gol de este último o en habilitación principalmente a Iago (a veces al mismo Fabián).
Por último, en Chile se preguntan porque no funciona en la selección (se preguntan pero nadie, que yo sepa lo sigue y busca entender su funcionamiento en este Celta). Creo que en parte es por su cabeza (falta de confianza), que ha tenido pocas oportunidades relativamente en la roja, que hay un grupo armado con un estilo y que él es un jugador que necesita ser libre, ser el protagonista y en el Chile de Alexis, Vargas, etc. él tiene que ejercer un rol de comparsa que no le nace. Es un obrero con libertad no un obrero encasillado. Además, no habla con la prensa por lo que no tiene atención de los medios y, por ende, popularidad.
Soy sudamericano y nunca me han gustados el tipo de jugador típico de por acá, bajito y habilidoso, pero poco comprometidos con el equipo, ignorantes en lo táctico. Fabián proviene de ese mundo pero gracias al profesionalismo a demostrado ser un luchador y aprendido a ser un jugador completo en lo técnico (usa las dos piernas e incluso la cabeza), táctico y físico.