Es complicado imaginar los últimos minutos del Napoli – Inter que se disputó ayer sin los cuatro campeonatos consecutivos obtenidos por la Juventus como telón de fondo. Las emociones cambiaron completamente la dinámica vista en el partido durante la primera parte, y la sensación es que esto ocurrió porque tanto uno como otro creyeron de verdad que son, después de mucho tiempo, candidatos a ganar la Serie A. Un Inter absolutamente superado en el primer acto resucitó de forma sorprendente en el segundo, y un Napoli completamente dominante durante la primera mitad renunció, quizá por sentir la presión del que de verdad ve que tiene argumentos para ser campeón, a algunos conceptos básicos de su sistema que a punto estuvieron de costarle los tres puntos.
La primera parte del Nápoles fue casi perfecta.
Mancini tenía un plan, pero no se iba a ejecutarComo viene siendo habitual a lo largo del curso, Roberto Mancini adaptó su once al rival. El Inter salió en el San Paolo con la intención de vivir replegado, no arriesgar con pases interiores y desplegarse con mucha velocidad. Los nerazzurri salieron en un 4-1-4-1 con Icardi como primer punta y Perisic y Ljajic como extremos, y eran los dos futbolistas balcánicos los encargados de recibir esos pases abiertos y profundos con los que el Inter pretendía desplegarse. Sin embargo, el buen hacer del Napoli -que además se puso por delante en el primer minuto de partido-, impidió que las intenciones del técnico interista pudieran llevarse a cabo.
Dos costados muy diferentes en el NápolesEl primer tiempo del Napoli fue de control absoluto, y se basó, sobre todo, en una excelente gestión de la posesión de la pelota. Maurizio Sarri ha encontrado en Jorginho, Hamsik e Insigne el motor de esa producción ofensiva. Con los tres a diferentes alturas y mucha movilidad, el Napoli conseguía colar pelotas entre las líneas interistas, mientras que en el otro perfil, con los movimientos verticales de Higuaín, Callejón o Allan, el equipo ganaba profundidad. Así encontró muchas posiciones de remate, pero lo positivo para ellos fue que las acciones no finalizadas pillaban al equipo muy arriba y junto, ante lo que el Inter no logró obtener respuesta de cara a desplegarse.
Pese a estar con 10, la segunda parte fue visitante.
Sin embargo, la dinámica cambió en el segundo tiempo, y ocurrió a pesar de la expulsión de Nagatomo en los últimos minutos del primer acto, y la sensación es que esto sucedió por una mezcla de factores. En primer lugar, el Inter pasó a jugar con un doble pivote formado por Medel y Guarín, y adelantar al chileno a la hora de presionar restó a Jorginho tiempo y espacio. A partir de ahí, primero Perisic, y luego un gran tramo de Ljajic, permitieron al Inter estirarse. Fue entonces cuando apareció la figura de Gonzalo Higuaín para compensar la falta de control de su equipo, y puso el 2-0 en una acción brillante, confirmando que su prestación en este arranque de temporada le convierten en, probablemente, el jugador más resolutivo de la Serie A hasta el momento.
Pero el Inter logró acortar distancias e incluso se quedó muy cerca de poner el empate en el tramo final -Pepe Reina hizo una parada absolutamente decisiva en el tiempo de descuento-. A esa buena dirección de campo de Mancini y la optimización de los recursos que tenía en el césped -el cambio de Guarín y la inclusión de Biabiany en banda derecha con Brozovic por dentro fue otro movimiento importante-, se sumaron también variaciones de Sarri enfocadas a armar su defensa posicional, y las entradas de David López y Maggio frenaron el dinamismo para conservar el balón visto en el primer acto. El resultado de ese cambio de tendencia fue un tramo final abierto y muy emocionante, y quizá, algo más importante: la sensación de haber visto dos equipos que vuelven a creer que ganar el título no es una utopía.
@_H___H_ 1 diciembre, 2015
Me pareció un partido estupendo, lleno de emociones y de pasión, me pareció sorprendente la supremacia de Higuain en algunas jugadas, está en estado de gracia, qué manera de penalizar un sencillo error de despeje en el primer minuto de juego, y qué forma de lograr imponerse a la pareja de centrales del Inter en el segundo gol, no sé si es que Murillo tuvo un mal partido o fue el estado de gracia de Higuain, porque en otras jugadas tuvo acciones de corte providenciales como las que nos tiene acosumbrados en esta temporada en Inter, de hecho hubo un cruce en el que le robó a Higuain el tercero, pero me dejó sorprendido cómo lo superó en esa acción en velocidad.
Con respecto al Inter es verdad que fue muy superado en el primer tiempo, aunque también noté dos momentos claves en los que Perisic decidió muy mal y por ello le quitó a su equipo dos jugadas claras de gol que tal vez hubieran dado más respiro y hubieran ocasionado una respuesta más temprana, el primero unos minutos después del primer gol del Napoli en el que logra ganar la espalda a su marcador y no hace el centro para que Icardi la empuje y el segundo otro en el que estando en posición de habilitar a su compañero decide enganchar y termina rematando al lateral, también tuvo una clara tras centro atrás de Ljiajic que no pudo conectar bien.
Definitivamente en el aspecto mental rescato totalmente el partido del Inter porque supo no rendirse ante situaciones de absoluta adversidad, se notaba en el lenguaje corporal de los mediocampistas y atacantes la enorme frustración de perseguir el balón entre los defensores y mediocampistas del rival y además de todo la desventaja numérica y el golpe de sufrir el segundo gol en el momento exacto en que el dt planteaba la búsqueda del empate, a pesar de todo ello siguieron luchando, y es algo muy difícil, mucho más si por pasajes resultaba tan complicado conseguir el balón.
Quedé impresionado con el partido de Ljiajic en el segundo tiempo, la voluntad y la capacidad de sostener a su equipo encontrándose prácticamente solo en campo rival por muchos momentos me pareció admirable, entre él, algunas cosas de Perisic y varias de Brozovic lograron sembrar esperanza en la ofensiva a sus compañeros y lograr que el equipo llegara a campo rival por pasajes prolongados, el gol del Inter es el resultado de ese espíritu de lucha y de esa convicción, y llegó a hacer temer al equipo rival en su casa, con diez y después de haber sido superado, dos palos en los últimos minutos del encuentro de por medio.