Una vez tratado la evolución del soccer en Estados Unidos y las claves de la expansión de su liga, tocaba tratar al fútbol norteamericano desde un estricto punto de vista futbolístico. ¿La MLS tiene estilo de juego marcado como sucede en Europa con la Premier League o la Liga? ¿Por qué cada vez surgen más jugadores de toque? ¿Hasta qué punto necesitan potenciar el nivel técnico y táctico desde los banquillos? ¿Qué influencia ha tenido en todo esto Jürgen Klinsmann? Sobre todas estas cuestiones, amen de otras tantas de actualidad sobre la temporada que acaba de arrancar, charlamos con Paco López, amante y periodista especializado en fútbol estadounidense.
– La semana pasada charlé con Ariel Judas sobre el soccer en Estados Unidos en clave sociocultural y de la expansión de la MLS en clave empresarial. El caso estadounidense es muy interesante por su gran mercado, evidentemente, pero también por ser diferente al nuestro. Es como una deconstrucción del fútbol y, en cierta medida, así se pueden entender ciertos aspectos que nunca antes nos habíamos planteamos. Sea como fuere, Paco, ahora vamos a centrarnos en lo puramente futbolístico: ¿cómo ves la evolución del soccer en general y de la MLS en concreto? ¿Camina en alguna dirección?
Yo creo que la MLS, como el soccer en general, también ha evolucionado en este sentido. Sobre todo en los últimos cinco años. Veo una línea de juego muy clara en la que está más presente el balón de lo que lo estaba hace una década. Cuando comencé a ver el fútbol estadounidense veía una liga en la que situaban a dos puntas altos en el área rival, un par de pasadores y otro par de velocistas por las bandas. Todo era muy cuadriculado. El arquetípico 4-4-2 era el sistema que reinaba, de hecho.
Pero ahora es diferente. Esta evolución, por ejemplo, se ve muy bien en las actuaciones de su selección en los mundiales. En 1998 vivían mucho del físico con Tab Ramos y Claudio Reyna en el centro del campo, que eran buenos llegadores pero que no tenía demasiada clarividencia en el pase. En 2002 pasaron un poco más al juego de bandas, jugó más rápido, con más centros y más velocidad con Landon Donovan o DaMarcus Beasley. Era un fútbol más veloz en el que ya se raseaba más el balón. Un cambio que en 2006 se escenificó claramente. A partir de ahí, con la línea que inició Bob Bradley y luego prosiguió Jürgen Klinsmann, el juego de toque ha estado muy presente en Estados Unidos.
En la MLS se aprecia también muy bien esto. Tanto en el estilo general como, sobre todo, en los futbolistas que van saliendo. Todos los jugadores jóvenes que puedes ir citando ahora por su proyección tienen una clara virtud asociativa. Son habilidosos con el balón en los pies. Se han olvidado un poco de ese fútbol más físico y de ese choque que antes estaba muy presente. Seguramente, ahora mismo el reto sea mezclar ese poderío física con la mayor técnica de los últimos años.
– ¿Notas que esta evolución futbolística va acorde con el gusto del público estadounidense? Lo digo porque, bueno, el sentido del espectáculo en Estados Unidos está siempre muy presente en todo. Y aquí tiene implicaciones estilísticas. En NFL o NBA, por ejemplo, se puede dar un gran espectáculo desde la defensa, pero en fútbol resulta más costoso y no sé si el público, sobre todo el más primerizo, podría entenderlo. ¿Se explica así esta tendencia hacia el fútbol con balón y con un gran cariz ofensivo?
El fútbol en Estados Unidos tiene un marcado carácter latino. Ahora mismo su presencia no es tan sumamente importante como hace tiempo, pero a fin de cuentas es quien ha mantenido vivo el sueño de una MLS que crezca. Son los que han soportado los años malos. Entonces, creo que se aprecia mucho esa influencia latina, ese gusto latino, por el juego con más gambeteo, más toque y más ataque. Además, en general, nunca se ha visto un nivel defensivo extremadamente bueno en la MLS o en la selección. Se ven equipos menos sacrificados y equipos más sacrificados, pero todos tienen esa intención de sorprender a su afición desde el ataque. De hecho, si ahora mismo tuviera que señalar la línea en la que más dinero hace falta para convertir a la MLS en una de las grandes ligas a nivel mundial, yo creo que esa sería la defensiva. Es la que hace que haya un escalón entre según que competiciones y la MLS. Al final, con los fichajes se busca más llamar la atención a nivel ofensivo con un futbolista que sume buenas cifras, suponiendo así un aliciente claro para el público, que muchas veces compensar un equipo. Se valora mucho más un delantero que te marque 20 goles que un defensa que te evite otros 20.
Todavía queda mucho por mejorar en este aspecto. Es algo que tiene que surgir. También desde equipos que, al no tener tanto potencial económico para atraer estrellas, deban montar una buena estructura defensiva con la que competir. Mismamente, me viene a la mente Colombus Crew, un equipo que ha hecho apuestas fuertes en defensa y que le ha ido muy bien pese a vender a Giancarlo González tras el Mundial. En cierta manera, las inversiones atrás son más rentables que las inversiones en ataque, donde hay más competencia y se están gastando muchos billetes. Falta esa mentalidad defensiva que, como dices, se puede ver muy bien en NFL y NBA. Aquí, en la MLS, creo que todavía falta para ver a un equipo que se proclame campeón desde su solidez defensiva.
– Entiendo que en esto, evidentemente, tienen mucho que ver los entrenadores, ¿no Paco? Está el poso latino, el gusto del público y, por supuesto, las intenciones de los técnicos, que parecen ir en esta línea.
Sin duda. En general, los entrenadores de la MLS tienen un carácter ofensivo. Sobre todo porque tienen que adaptar y hacer brillar esos fichajes que promueven desde las directivas. Los entrenadores deben respaldar esas apuestas desde la pizarra. Veo demasiados equipos con muchos jugadores atacantes en sus onces, caso de Vancouver Whitecaps o Houston Dynamo. Paradigmático es el ejemplo del reputado Bruce Arena, que en Los Ángeles Galaxy del año pasado juntaba a Robbie Keane con Landon Donovan e, incluso, colocaba a Robbie Rogers de lateral, cuando éste siempre había sido un delantero. Son muchos los equipos que destacan por sus ataques porque así lo quieren sus técnicos.
La duda es si tienen otra opción. Uno repasa las estrellas de la liga, los conocidos como Jugadores Franquicias, y en esa lista de 47 futbolistas encuentra 4 defensas, 22 medios (muchos de ellos mediapuntas y hombres de ataque) y 21 delanteros. La tendencia es obvia y deja poco margen.
– En esta filosofía ofensiva, con sistemas adaptables a las estrellas, encajan muy bien los futbolistas sudamericanos que están llegando en los últimos años, ¿no? Jugadores que, además, están en el mejor momento de sus carreras, como es el obvio caso de Ignacio Piatti con San Lorenzo.
El desembarco de jugadores sudamericanos se está notando de manera muy positiva. La adaptación es bastante buena, sí. Por poner varios ejemplos: Matías Pérez García (San Jose Earthquakes) llega y entra directamente en la mediapunta de un equipo que ya usaba un 4-4-1-1, caso parecido a los de Federico Higuaín (Columbus Crew), Diego Valeri (Portland Timbers), Mauro Díaz (FC Dallas), Pedro Morales (Vancouver Whitecaps)… Generalizando, los equipos de la MLS están preparados y diseñados para un tipo de fútbol en el que encajan muy bien este tipo de futbolistas. Quizás porque llegan con muchos galones, vienen de un fútbol distinto y aquí tienen todo para hacerse importantes. Ellos llegan, marcan el ritmo, dominan, asumen protagonismo… Porque estos futbolistas marcan su ritmo, el que sienten propio y el que a veces les ha impedido adaptarse a la Liga o a la Premier. Pero aquí no deben cambiar su juego.
Por otro lado, la MLS está sabiendo ver que mercados como el argentino, el chileno o el colombiano no tienen ese potencial económico para retener a ciertos futbolistas y están encontrando buenas opciones. La MLS está mejorando de nivel gracias a ellos. Son inversiones menos cuantiosas y menos mediáticas que la de según que jugadores europeos con una carrera ya muy dilatada, pero a nivel futbolístico rinden muy, muy bien. Y todo viene porque la adaptación, más allá del tema idiomático, está teniendo unos altísimos ratios de éxito. Cada jornada muchos pases, regates, goles y asistencias tienen nombre latino.
– De todas formas, el reto que tienen los entrenadores en la MLS es ciertamente complicado. El hecho de tener a un par de «Jugadores Franquicia», aunque no resten tanto como cobran, significa tener menos espacio salarial para el resto de la plantilla. Entiendo que así es fácil que se produzcan desequilibrios, Paco. Por eso te planteo de forma directa mi duda: ¿hay el suficiente talento en los banquillos de la MLS como para hacer bueno el modelo empresarial que tiene la liga?
Quizás aquí has dado con la clave. Sí que es posible que falte algo de talento en los banquillos. Al menos en el nivel medio-bajo. En los grandes conjuntos hay muy buenos técnicos como Sigi Schmid (Seattle Sounders) o Jason Kreis (New York City) que tienen capacidad para entrenar perfectamente en Europa. Y no lo digo por decir. De verdad pienso que tienen el potencial. Pero sí que veo un problema en el hecho de adaptar a una estrella, que suele conllevar un cambio de planes y un nuevo estilo que no siempre funciona. El caso de Toronto FC es muy claro. El año pasado invirtió una gran cantidad de dinero en Michael Bradley, en Jermain Defoe y en ciertos jugadores que iban a rodear a estas estrellas de forma competitiva, pero se comprobó como en el banquillo no tuvieron a nadie al nivel de la plantilla.
Ahora mismo, en la MLS, por mucho que tengas dos, tres o cuatro jugadores muy buenos, no tienes asegurado entrar en playoffs por defecto. No llegas a playoffs en base a los nombres. Ni mucho menos. Hay que rodearlos bien, tanto con compañeros como con un buen cuerpo técnico. Y estamos acostumbrados a ver malas gestiones. De hecho, yo siempre nombro el ejemplo de New York Red Bulls. Suena raro porque estamos hablando del equipo de Henry, quien dio muy buenos años en Estados Unidos, pero es la franquicia que más dinero ha malgastado con Juninho Pernambucano, Tim Cahill o, ya en segunda línea, el central español Armando Lozano. Son fichajes que, en ocasiones, se hacen más por atacar ciertos mercados o por su curriculum, que por las prestaciones que pueden ofrecerles al equipo en ese momento. Sólo hay que ver cómo terminaron los propios Juninho o Cahill. Por eso, para encajar todo esto, que resulta difícil de cambiar a corto plazo, considero que es muy importante que haya entrenadores con experiencia a nivel internacional o que, simplemente, reciban cierta formación en Europa para crecer como técnicos y así ganar ciertos recursos tácticos.
– De esto mismo te quería hablar ahora, Paco. Sigi Schmid, el entrenador de los Seattle Sounders al que nombrabas como uno de los más destacados, sí recibió esa influencia europea desde muy joven. Él llegó a California a los 9 años, pero nació en Alemania y su relación con el fútbol europeo siempre estuvo ahí. Este caso, evidentemente, es algo anecdótico, pero me sorprende que, contándole a él, sólo haya 5 entrenadores no norteamericanos en la MLS. Es una cifra bastante baja teniendo en cuenta la dirección que viene tomando la competición o, incluso, viendo el ejemplo de la selección.
Totalmente. Creo que falta algo de experiencia europea. Por eso las franquicias cada vez se rodean más de asesores europeos, como es el caso de Nico Estévez en Columbus Crew, o mandan a sus entrenadores tres meses a Europa cuando acaba la temporada para ver cómo se entrena aquí. Yo, sinceramente, creo que estas experiencias son muy, muy positivas. Con Sigi Schmid es lo que comentas: llegó muy joven a Estados Unidos, pero esa influencia que tiene de Alemania le llevó a que fuera uno de los primeros entrenadores que usó defensa de tres en la MLS. Esto, en los últimos tres o cuatro años, sólo te podría nombrar que lo haya mantenido con cierta regularidad a Bruce Arena. Pero Sigi Schmid sí ofrece esa variedad y, de hecho, es uno de los técnicos que da un matiz defensivo a una competición que, como comentamos antes, carece de ello. Destacó dirigiendo a Estados Unidos Sub-20 en los mundiales de 1999 y 2005, donde tiene mala suerte en los cruces con España e Italia, pero esas selecciones que lleva él tienen ese deje defensivo, utilizan sistemas novedosos, realizan ciertos ajustes… Introdujo novedades en la filosofía de Estados Unidos.
Lo curioso es que ese 3-5-2 que utilizó en Los Galaxy, que no fue excelente ni tampoco le fue mal, se acaba rompiendo porque los futbolistas le dicen a Schmid que no terminan de entender la formación. La idea de juego. Ahora mismo sí se puede ver ciertas fases en los partidos donde algunos técnicos optan por una formación así, pero hace cinco o seis años era toda una anomalía. Por eso se necesitan más casos como los de Sigi Schmid o los de Jason Kreis, que pasó seis meses en los campos del Manchester City y, de momento, le está yendo bastante bien con el New York City de Villa. No sé si tanto a nivel de entrenadores, pero sí de métodos y de ideas para abrir las mentes de un fútbol que aún está comenzando a evolucionar. Igual que se ha pasado del 4-4-2 al 4-2-3-1, que es algo que está viendo mucho en la MLS, falta dar ese paso hacia nuevos sistemas con defensas de tres, con esquemas asimétricos, con intercambios de posición… En este sentido, la llegada de Owen Coyle es muy positiva.
– Me resulta muy interesante eso que comentas de que los futbolistas no terminaban de entender la formación de Schmid. El otro día, en los comentarios de «Ecos», se citaba como un importante gap cultural el hecho de los continuos parones que hay en NBA, NFL o MLB. Esto tiene su lectura para el aficionado o comercial, por supuesto, pero también deportiva. En estos deportes, los jugadores están menos obligados a pensar. A racionalizar el juego. A entenderlo. Los entrenadores están más encima, los sistemas son más habituales y, por si fuera poco, parece que a veces la consciencia del equipo recae en una única pieza. En el fútbol esto no puede suceder y, para mejorar esto, además de mejorando los métodos y los entrenadores, se debe trabajar en fútbol base. Una cosa es la técnica, que se está ganando como explicabas antes, y otra la comprensión del juego.
Sí, sí. Es un proceso que, como dices, debe ser desde la base. Desde las edades más tempranas. Es evidente que los futbolistas formados en Estados Unidos en la década de los 90 no tienen esa capacidad tan desarrollada en general. De hecho, es que diría que en su momento no tenían ni los métodos para adaptarse o consolidar un simple esquema de juego. Por eso el hecho de implantar a todos los niveles la cultura deportiva del fútbol en un país tan diferente en este aspecto siempre se ve a largo plazo…
– ¿La MLS o la federación están ayudando? Le planteaba a Ariel el tema de los beneficios económicos que se reciben al tener en la plantilla a jugadores jóvenes o canteranos, amen de la inversión en academias que se requiere a las franquicias, pero no sé si su idea va más allá…
Tanto la federación como la propia liga han tenido un acierto: cuando en los primeros años de la MLS el tema no terminaba de arrancar, se apostó por reforzar y fortalecer mucho las bases. Era un objetivo innegociable. De hecho, se ve que ambas entidades van en la misma línea cuando en otras ocasiones no es así. Y yo creo que se aprecia ya. Los jugadores que surgen ahora, además de ese trato con el balón, que parece muy básico para la mentalidad que tenemos aquí en España pero que ya es un gran avance, van entendiendo mejor el juego. Se podría decir que su mejor relación con la pelota les permite comprender mejor todo lo demás. Ahora mismo, sin querer que suene fundamentalista ni nada por el estilo, pero es un gustazo ver cómo una selección como Estados Unidos Sub-15 coge el balón y no lo suelta. Los jugadores van teniendo más conocimientos futbolísticos y, por eso, se va viendo como no es necesario que sus grandes talentos salgan cuanto antes a Europa como sucedía antes. Evidentemente, en unas instalaciones como las del Real Madrid, Barcelona o Bayern se pueden formar mejor, pero en Estados Unidos también están pudiendo evolucionar. Este plan está saliendo muy bien. Cada vez vemos más jugadores que han salido 100% de academias con unas condiciones muy buenas, como pueden ser Wil Trapp en Columbus o Harry Shipp en Chicago. Algo que se puede comprobar en cómo los rookies de la liga cada vez necesitan menos tiempo para asentarse o, incluso, para llegar a la selección.
– ¿En todo esto ha influido mucho Jürgen Klinsmann?
Quizás hasta que no ha llegado el técnico alemán no se ha hecho hincapié en todo el trabajo de base que se estaba haciendo en Estados Unidos, pero esto venía de antes. Los éxitos por la labor de la federación con respecto al soccer en términos eminentemente futbolísticos diría que casi le corresponden más a Bob Bradley, Bruce Arena o Sigi Schmid, que a un Klinsmann que lo está haciendo muy bien con la absoluta pero que también ha recogido a una selección más y mejor situada. El éxito del fútbol en Estados Unidos no se debe sólo a un verano como el actual, en el que se fichan a diez estrellas tras completar una notable actuación en Brasil, sino que viene de lustros atrás cuando esos ingresos que tenía la liga los fue invirtiendo en trabajar el fútbol base. Es cierto que hasta que Los Ángeles Galaxy ficharon a David Beckham no se dio el salto de verdad, pero la base ya estaba mejorando.
– Ya centrándonos en lo que es MLS 2015, a día de hoy, para quién quiera seguir la MLS después de estas conversaciones, ¿qué equipo o equipos le recomendarías para iniciarse? ¿Con quién podrían disfrutar o engancharse a la competición los que tengan esa intención?
Si me hubieses preguntado hace un mes te diría New England Revolution sin dudarlo, pero justo ahora está en una preocupante crisis de resultados y de juego. Habrá que darle un poco de tiempo. Con lo que te diría Los Ángeles Galaxy, que son los que mayor nivel competitivo han alcanzado. Es el equipo que mejor se adapta a los contextos difíciles de partidos de playoffs, como ese duelo en Seattle ante 60.000 personas, aunque tampoco es el fútbol más brillante que se puede ver. Yo, a nivel de engancharse por lo divertido que pueda ser, quizás algo alocado para mi gusto, diría Vancouver Whitecaps (con jugadores muy jóvenes y muy prometedores, como Hurtado, Manneh o Rivero). Pero a día de hoy, mi apuesta personal para que un futbolero se enganche a la MLS sería FC Dallas. Es el equipo que más está creciendo en las últimas dos temporadas, no tiene los recursos de otros grandes conjuntos, pero sí despliega un fútbol ofensivo, vertical y, a la vez, equilibrado. También, para acabar, debo resaltar que me está agradando bastante el New York City de David Villa, no tanto por su nivel de juego como por la competitividad que está exhibiendo tras conocerse hace tan solo tres meses.
– Me has nombrado cinco equipos, Paco, y tengo la sensación de que me podrías haber nombrado a otros tantos en un sólo momento. Esto deja muestras de que, quizás, el gran atractivo competitivo de la MLS es su igualdad, ¿no? A fin de cuentas, aunque Los Galaxy hayan dominado en los últimos años, en 19 temporadas ya han salido 9 equipos distintos campeones.
El estilo americano de competición tiene esta gran virtud. Sin duda. Igual que puede suponer un problema porque el último equipo no tiene incentivos reales para competir al no haber descenso, de cara al año siguiente tiene la opción de reforzarse enormemente para no estar siempre en el mismo escalón.
Yo diría que la MLS es una liga muy competitiva, haciendo muy emocionante los playoffs y consiguiendo que sea imposible predecir muchas cosas, porque por ejemplo los dos últimos años los equipos que han ganado la liga regular se han pegado un buen batacazo en la postemporada, pero en honor a la verdad sí hay que hablar de un pequeño escalón. Digamos que hay un corte de 10-12 equipos, que se pueden ganar todos contra todos literalmente, y luego otros 8 que aunque puedan dar la sorpresa están por detrás y que, además, al no poder descender, se dejan llevar en las últimas jornadas. Este es un problema que ahora mismo no hace falta solucionar, porque cada año más equipos van optando a playoffs y eso aviva la competición, pero a largo plazo habría que intentar de corregir.
– Ya para terminar, Paco, de cara a crecer competitivamente hablando, que creo que es de lo que en sí trata el trasfondo de esta conversación, ¿cómo valoras esa intención que muestra el comisionado de la liga por ingresar en la Copa Libertadores? ¿Crees que sería un salto positivo? Y, de serlo, ¿estaría a la altura de la competición? Aunque en la Champions de la CONCACAF siguen dominando los equipos mexicanos, sí que es cierto que podría ser un paso de gigante para el soccer y para la MLS. Ya sabemos que una forma de mejorar es enfrentarte a equipos que son mejores que tú
Creo que jugar la Copa Libertadores sería un punto muy importante para crecer a nivel competitivo. No hay que olvidar que México todavía gobierna la confederación, algo que se palpa en una Champions de la CONCACAF que, por cierto, quizás por fin este año lo gane un equipo de la MLS porque Montreal Impact está a un paso de la final. Pero bueno, hay que reconocer que, la gane o no, el salto entre México y Estados Unidos todavía es bastante grande. Dicho esto, creo que tanto la MLS como el fútbol mexicano, sobre todo este último, están muy por encima de lo que se pueda presuponer. Creo que los equipos mexicanos en Libertadores podrían poner las cosas muy difícil a cualquiera. Y los equipos de la MLS podrían hacer un papel bastante digno, sí. Además, esto legitimaría el fútbol estadounidense, que muchas veces está rodeado de prejuicios que cada vez tienen menos sentido.
Sea como fuere, logísticamente se me hace muy difícil plantear un calendario en el que encaje MLS y Libertadores. Hay que hablar que, por ejemplo, entre Seattle (campeón de la liga regular en 2014) y Buenos Aires hay 11.000 kilómetros. Es que son 11.000 kilómetros. Entre Seattle y Madrid, que lo he buscado antes para hacernos una idea, son 9.000 kilómetros. Los viajes suponen un gran escollo, porque incluso en un caso más favorable como entre Los Ángeles y Bogotá son 5.500 kilómetros. Estamos hablando de dejar una semana para planificar un sólo partido de Libertadores. En la Champions no pasa esto, porque si a un equipo de Madrid le toca viajar a Moscú «sólo» hace 3.500 kilómetros. Y ya parece lejano. Es un hándicap de difícil resolución, la verdad.
Competitivamente no tengo ninguna duda de que sería una gran noticia. Y creo que lo será, porque están condenados a entenderse y a encontrar soluciones. Es el salto que hay que hacer. Ahora mismo la Champions de la CONCACAF es un Estados Unidos contra México. Se queda corto. Ambos países necesitan tener la opción de competir contra los equipos sudamericanos, los cuales también se beneficiarían en mi opinión. Sería un choque de culturas muy interesante, pero a día de hoy parece muy lejano. Quizás más de lo que uno quisiera.
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Referencias:
twitter.com/pacolopez2992
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Werther 2 abril, 2015
Gran entrevista y gran Paco López. Sólo que no concuerdo con algunas cosas: Claudia Reyna no me parecía un jugador solamente llegador, como mexicano, lo sufrí mucho porque en el sistema de Bruce Arenas (específicamente en el 2002 ya al final de su carrera) Reyna era el cerebro de un equipo lleno de vértigo. A mí esa selección del '02 me parece la mejor de la historia de los EUA. Es que defendían bien (que le pregunten a Alemania), eran intensos, físicos y un contragolpe de élite con Donovan en nivel de crack. Con Bradley dieron un salto y dígamos que evolucionaron y con Klinsmann finalmente se han tirado de cabeza a un nuevo estilo. Como todo, ese cambio de chip (que lo decía Ariel en el anterior post) va a tardar y si bien han salido más jugadores de mayor calidad técnica, en su conjunto me parece que son peor equipo que hace unos años. Evidentemente, cuando cuajen sus pretensiones, con todas las particularidades que tiene el deporte norteamericano, va a ser un equipo potente.
A sus clubes, como siempre, les falta un grado de malicia en las instancias decisivas. He visto al Galaxy, al DC United, al Revolution y a otros tantos tener en las cuerdas a los equipos mexicanos y aún así perder por novatadas y falta de tensión competitiva. En ese tenor, quedé gratamente sorprendido con la eliminatoria que hizo el Impact vs el Pachuca (si bien el proyecto de Pachuca está pasando por una transición de DT y mucho joven) y que la ganó de forma épica en el último minuto.
Ojalá que en Europa y Sudamérica le empezaran a dar más mérito a la CONCACAF, que no es sólo México o EUA, sino Costa Rica ya hizo historia, Panamá trae un proyecto muy estimulante y Honduras, si supera su caos institucional, tiene materia prima para ser competitivo. La Copa de Oro que se avecina promete ser muy, muy interesante.