Quedarse encerrado en un ascensor es una de esas experiencias que todo ser humano ha podido experimentar alguna vez en su vida. Que te ocurra un 10 de agosto a las 0h es el colmo de la mala suerte, puede que un poco también de la imprudencia o la poca previsión, lo que suele derivar en preguntarse «¿por qué me tiene que pasar esto a mí?». El Celta de Vigo salió ayer del ascensor de la mano de Fabián Orellana tras más de 11 horas y media ligueras sin meter un gol. Entre medias del síndrome postraumático, fueron los vigueses quienes, frente al enrachado Valencia de Nuno, lo hicieron todo. Los valencianistas defendieron su área como medio y fin; el resto fue todo del conjunto del ‘Toto’.
El Valencia jugó sin apenas transición. Replegó muy abajo
Y es que Nuno volvió a tirar de sus principios fuera de casa pero sin Piatti, Gayá ni Feghouli, lo que dejó al Valencia sin banda izquierda y con la derecha en manos de Rodrigo y un poco de Barragán. Con un repliegue total y Gomes y Rodrigo bajando hasta los dominios de Orban y del propio Antonio, el Celta, de salida en 3-5-2, vio taponadas las bandas a cambio de ganar las segundas jugadas. ‘Tintín’ Krohn-Dehli, Hernández y Fernández recogían todoF. Orellana fue de los mejores lo que Mustafi, Otamendi y Enzo Pérez despejaban frontalmente. La única jugada de transición medianamente profunda visitante, que acabó en gol en semifallo de Sergio, fue el contragolpe solitario de Rodrigo más la consecuente subida de Barragán rompiendo por dentro con Moreno en diagonal para centrar o disparar –jugada que se cansaron de producir Rafinha y Hugo Mallo en el Celta de Luis Enrique-. Negredo, Alcácer, Gomes y Parejo no enlazaron una sola jugada en todo el partido. Destacó el desgaste defensivo al que se sometió Dani, al que se le vio sin giro ni fuelle para sacar a su equipo. Sirva este último apunte para acentuar los problemas que tiene este Valencia para darle claridad a las transiciones en 3 para 3 o 4 para 4 y que resaltó su entrenador como causa de su mal partido ayer.
En 2ª parte, Nolito y Orellana desbordaron a Barragán y Orban
El Celta, que se permitió el lujo de fallar un penalty con el que postergar aún más su salida del ascensor, tirado por Orellana a Diego Alves, dicho sea, cambió de esquema en la segunda mitad. Radoja pasó al lateral derecho, con defensa de cuatro y Nolito de extremo izquierdo, con Orellana en la derecha, que no paró hasta desbordar con insistencia a Orban. En busca del empate que le hiciera respirar a gusto, entregó un papel reseñable a Andre Gomes, que tuvo varias conducciones de potencial peligro y ya comentada opacidad. En ese segundo periodo, por fin el Celta se reconoció con una acción que le dio dos goles cantados. Uno lo celebró, el otro lamió el poste. Y ella fue conectar a sus extremos estando en bandas separadas, con el vértigo y el hambre convertidas en desesperación, pero vértigo y hambre al fin al cabo. Finalmente, Espírito Santo, que retiró a un Negredo transparente y a Parejo por Fuego, no tuvo demasiado margen para cambiar el rumbo a pesar de la voluntad de Rodrigo De Paul.
Abel Rojas 11 enero, 2015
Cuatro veces chutó el Valencia. También entre semana contra el Espanyol fue inferior en Copa del Rey.
Habrá que tratar pronto -esta semana- tanto el fichaje de Enzo como sobre todo el juego con el doble delantero centro.
Lo comenté tras la gran victoria con el Madrid e insisto: el Valencia tiene muchos problemas para crear ocasiones. Muchos más que antes del cambio de dibujo. Hay confusión repentina tanto con dos centrales como ayer como con tres.