Suena repetitivo y hasta molesto, pero la verdad es que el Sevilla de Míchel no está teniendo ninguna suerte. Cierto es que, en deporte, cuando el azar te da la espalda tantas veces, algo mal estarás haciendo. Alguna pega tendrás. Y es así. Pero no menos cierto es que no hay equipo que logre generar 12 disparos en media hora sin presentar aspectos positivos. Es imposible. Ante el Málaga, los de Nervión ofrecieron 40 minutos notables, desperdiciados por la carencia general en el último toque. Por parte visitante, el crack de la velada no estuvo sobre el césped. Manuel Pellegrini resolvió la contienda con el talento de los grandes estrategas.
Los sevillistas salieron de la caseta con la intensidad de las citas más relevantes del calendario. Era la mejor señal, pues se ha demostradoLos primeros 40 minutos dieron para goleada que sin pasión, a este grupo no le alcanza para competir. Quedaba la duda de ver cómo se distribuirían los espacios Kondogbia, Medel y Rakitic. El pitbull chileno siempre dificulta la lectura de los dibujos de sus conjuntos. A Míchel le gusta que se suelte cuando tienen la pelota, pero a Gary eso le da cosa, se asusta. Finalmente, Kondogbia actuaba de “5”, con Medel pelín escorado a la derecha y Rakitic de “10”. El brutal dominio local iba a explicarse en base a dos futbolistas inspirados. El MVP, Álvaro Negredo. Lo del delantero madrileño, como recogió la cuenta de 38 Ecos, fue colosal. En apoyo, en ruptura o en juego directo, masacró sin reparo a Weligton y compañía. Mereció sobradamente el gol. A su lado, el Perotti más encendido. El argentino entendió muy bien el partido, sabiendo cuándo abrir el campo y cuándo aparecer por dentro, regalando segundos por detrás del balón. Entre que Rakitic no es constante en esto y que ayer ejercía más arriba, de mediapunta, al Sevilla le hacía falta actividad interior. Perotti la dio.
A partir de ahí, vino todo lo demás. Es el correcto manejo de la bola lo que hace hervir la sangre al cuadro del Pizjuán. Cuando ellos sienten que no se atascanSin atacar bien, este Sevilla no sabe defender con el esférico, se liberan mentalmente y, desde ahí, edifican una intensa presión. Los emparejamientos en el carril central estaban muy definidos, y de todos resultaba vencedor un palangana. Si Camacho no demandaba mucho de Rakitic, Isco si sería una exigencia a considerar. El joven genio lleva ya varias semanas en off, y anoche tampoco despertó. Medel desatendía con frecuencia a Iturra, su pareja de baile, para encimar junto a Kondogbia las recepciones del de Benalmadena. Isco estaba controlado, como un Málaga que no se establecía jamás más allá de la divisoria. Monreal, a menudo el termómetro de los suyos, no comparecía nunca en tres cuartos. Restaba la opción del envío largo a Santa Cruz, pero Fazio y Spahic exponían solidez en un terreno que les agrada. Era el minuto 40, y el Sevilla debía haber puesto distancia en el marcador. No lo hizo. Entonces Pellegrini dijo basta.
Isco fue superado por la intensidad del centro del campo sevillista
La medida inicial, poco antes del descanso, era lógica. Joaquín abandonaba la derecha para ocupar zonas intermedias, mandando a Isco a una banda. Isco será mejor queAdelantar unos metros a Micho, gran decisión Joaquín casi con toda probabilidad, pero hoy está por debajo en conocimiento del oficio. El mago de El Puerto de Santa María comenzó a girar ya el sentido del choque antes de marchar a vestuarios. Para el Sevilla, el mazazo era doble; terminar 0-0 y con tendencia negativa, por mínima que fuera. El Ingeniero remató con un movimiento determinante; Demichelis como pivote, Iturra (tarjeta amarilla incluida) al banco. Micho rezuma personalidad, es algo notorio. Su locura a la hora de desbordar bajo presión y filtrar era lo que pedía un Málaga ahogado por el pressing sevillano. Poco de casual tuvo que el córner previo al 0-1 viniera precedido de un pequeño slalom y pase vertical de Martín.
Si para el espectador era injusto, qué no sería para esos jugadores, envueltos en miedo. Míchel arriesgó sacando a Kondogbia por Reyes, amén de la entrada de Cicinho por Coke. Medel, malo defendiendo cerca de su puerta, era ya el único mediocentro. Por delante, Reyes y Rakitic, orientados a pierna cambiada para buscar la acción incisiva. Vamos, un chollo para el Málaga en transición. El penalty y expulsión de Fazio acabó con un duelo de resolución mentirosa. El Sevilla anda demasiado desequilibrado; no tiene instinto asesino, no tiene gestores de juego… ni tampoco excesiva fortuna, que en este deporte es necesaria. Fortuna que sí posee el proyecto de la Costa del Sol con Manuel Pellegrini. El chileno fue suficiente para ganar.
Abel Rojas 16 diciembre, 2012
El Málaga hizo cosas al descanso, pero creo que el Sevilla tuvo un peso capital en lo que pasó en el segundo tiempo. Al Sevilla le mató el 0-0. Es algo típico que he visto esta temporada en más de un encuentro en general, no sólo del Sevilla: equipos que salen a por todas, que zarandean al rival y que ven una derrota anticipada por no traducir su fútbol en goles. A mí el Málaga del primer tiempo ni siquiera me pareció competitivo, me emitió señales muy similares a las del Betis en el Pizjuán. O sea, una inferioridad táctica abrumadora que permitía al Sevilla hacer todo muchísimo más rápido e intimidar.
Luego es verdad que Pellegrini tenía dos opciones y optó por una de las buenas. Tirar de táctica para solventar el problema era Portillo x Iturra y pasar al rombo, para dar más dinámica a los movimientos. Tirar de técnica, que es lo que hizo, era ese Demichelis al mediocentro.
Viendo a Demichelis como mediocentro no pude dejar de pensar en Argentina. El Micho no está mentalmente preparado para la presión del Mundial de Brasil como central, expuesto al fallo que le conlleve "no poder volver a su país", pero como mediocentro… es bastante superior a todas las alternativas a excepción de Mascherano, que es otra cosa. Gago es bastante peor que Demichelis, por ejemplo.