DessertsAbad: Salsas

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El tahine es una deliciosa crema que se elabora moliendo las semillas de sésamo tostadas -también llamado ajonjolí- y mezclándolas con aceite y un poco de agua hasta conseguir una emulsión. Esta crema es típica de la gastronomía de Medio Oriente y de otros muchos países mediterráneos, donde forma parte indiscutible de diversos platos, aunque puede degustarse por sí sola como aperitivo, al extenderla sobre galletas, pan de pita o pan tostado, como alternativa a la mantequilla. Su sabor es pronunciado y se asemeja al de los frutos secos.
Además de estar deliciosa, es un alimento muy saludable y de fácil digestión que aportará un sabor exótico y diferente a tus platos.

100 gr de semillas de sésamo o ajonjolí

1 o 2 cucharadas de aceite de sésamo o de oliva suave

Agua

El tahini es un preparado fácil de elaborar. Si se decide hacer tahini casero los pasos son pocos y muy básicos. En primer lugar, se tuestan a fuego bajo las semillas de sésamo en una sartén sin aceite o se esparcen bien en una bandeja y se tuestan en el horno, entre tres y diez minutos, dependiendo de la cantidad, removiendo a menudo hasta que se perciba su fragancia y adquieran un bonito color dorado.

Una vez tostadas las semillas, las trituramos con una picadora o molinillo eléctrico, junto a un chorrito de aceite de sésamo y un poco de agua hasta conseguir una emulsión de consistencia cremosa y espesa.

El último proceso es añadir sal, pero solo una pizca, para que la receta resulte saludable además de agradable al paladar.
Opcionalmente, se puede añadir a esta pasta zumo de limón, lo cual da como resultado una variante de sabor más suave y delicado. Admite múltiples condimentos que le darán el carácter a la crema, según se añada ajo en polvo o picado muy fino, pimentón dulce o picante o perejil, entre otros.

Esta crema se consume tal cuál untada en pan, para elaborar como os he comentado antes, el humus o unos deliciosos faláfel, incluso añadiendo un poco de zumo de limón, perejil picadito y un diente de ajo, obtendreís una sabrosa salsa para acompañar estas recetas que os dejo a continuación y que podréis encontrar en este blog pinchando sobre el nombre de ellas, como son: el kebab, unas pitas de verduras o unos espléndidos kibbeh.

El Ajvar es un puré de textura gruesa, a base de pimiento rojo y berenjenas asadas, aliñado con ajo, vinagre, aceite y sal, muy típico en la gastronomía balcánica, de Serbia y Croacia sobre todo.Se prepara en grandes cantidades en otoño, cuando los huertos se inundan de pimientos, y se envasa al vacío para consumirlo el resto del año.
Aunque por sí sólo está de lo más delicioso y saludable untado en una rebanada de pan, es ingrediente fundamental de variados platos de la zona, como es el caso del arroz Djuvec que sirve de guarnición principal a los cevapcici.

Ingredientes:

2 berenjenas grandes
3 pimientos rojos de asar
3 o 5 ajos, dependiendo de vuestro gusto
1 buen chorro de vinagre
70 ml de aceite de oliva virgen
Sal

Elaboración:

Se asan primero los pimientos y las berenjenas en el horno, mejor con el grill conectado. Las pieles se deben requemar bastante, para darles un aroma ahumado. Se les va dando la vuelta para que se tuesten uniformemente. Cuando estén hechos, se sacan a una cazuela, se tapan con papel de aluminio y se dejan sudar bien mientras se enfrían.

Cuando todas las verduras están completamente frías, se pelan bien. Se ponen las berenjenas en un robot o batidora junto con los ajos majados previamente y algo de aceite. Se trituran un poco hasta obtener un puré grueso. Se reservan.
Se trituran también los pimientos, pero de forma que queden también en trozos no muy pequeños.

Finalmente, se juntan ambos purés y se salan. Se añade también el chorro de vinagre y el aceite que faltaba.

Conservación del Ajvar:

Para tener siempre a mano este delicioso puré, podemos usar frascos de vidrio con tapón de rosca.En primer lugar los hervimos.Cuando están aún templados los tarros, los llenamos del Ajvar hasta casi el borde sellándolos con un poco de aceite.Enroscamos la tapa con firmeza y dejamos los envases boca abajo durante 20 minutos.

De esta manera siempre tendremos a mano este ingrediente para tomar en desayunos, en tostadas con una lonchita de jamón por ejemplo, o para preparar un rico arroz Djuvec.