¡Dame un libro, una buena canción y déjame soñar!
Se podría
decir que así soy yo. Por eso, cuando vi el reto de febrero, el mes del amor, de
#Typicalspanish me quedé impactada. Ni más ni menos que prepar una receta para
conquistar a tu enamorad@. Eso más o menos fácil, lo de la receta, lo de
conquistar es otro cantar. Perooooo, el título era #cocinadecine con sus
condicionantes y ahí es donde está lo complicado.
Teníamos que elegir una película, daba igual española o
extranjera de amor y además que hubiera cocina y que en la medida de lo posible
se adaptara a lo que viene siendo la filosofía TypicalSpanish.
El cine, no es una de mis pasiones. Quizás por mi madre, nunca
me dejó ir al cine en la adolescencia, alegando que allí sólo iban señores
mayores, viejos verdes con niñas. Yo
no sé si era su mentalidad, su época o realmente lo pensaba. Lo cierto es que en su época las relaciones prohibidas se daban cita en los cines para robarse algún beso. Creo que era esto a lo que resumía mi madre el hecho de ir al cine. Nosotros sí vamos con el niño gourmet, pero sigue sin despertar pasión en mi.
El caso es que, ante el hecho de que mi madre no me dejara ir al cine, no tuve más remedio que leer los libros de las
pelis que todo el mundo veía. Y hoy en día lo sigo prefiriendo. Me encanta
imaginarme a mi a los protagonistas, y las escenas, vestuarios… no me gusta que
lo imaginen por mi. Esta es mi opinión.
Y ahora ya No me gusta el cine, es un estigma. Y además, me parece una
pérdida de tiempo. No puedo estar dos horas sólo viendo una peli, tengo que
hacer algo más al mismo tiempo.
En mi época, para más inri e incitación a no ir, la mayoría de
las pelis eran españolas de esas de Fernando Esteso, Pájares, Alfredo Landa… pésimas
para mi. Tampoco hoy me gusta el cine español, salvo contadas excepciones. Lo
siento.
Como digo en mis tiempos ni Disney, ni pelis para niños, o
adolescentes… Nada. Ah sí, Grease!!! Tampoco la vi, ni había libro.
Total que después de mucho pensar en películas
gastro-románticas, y últimamente en TV han puesto muchas, me decanté por la
Bella y la Bestia, luego cambié de opinión y pensé, bueno en varias de las
miles de listas que hay por las redes. Pero, finalmente me decidí por “Como agua para chocolate”. Esa madre, que
en cierto modo me recuerda a la mía en mi adolescencia, ese amor tan profundo, secreto y prohibido por la época, ese amor incalmable, arrollador, pasional, que se prolonga en la eternidad, que erosiona la hipocresía social. Esa manera de demostrar amor de la única forma que se puede, sin
que nadie lo sepa pero que todos lo prueben, a través de la comida hecha con
esmero, amor y total devoción.
Y he hecho un pelín de trampa. Me he vuelto a leer el libro en
lugar de ver la peli….peroooo casualidades de la vida, una vez que lo elegimos,
en varios canales de televisión han emitido esta peli, al menos en dos, así es
que también la hemos visto. La última vez fue este lunes, 8 de febrero.
Desde luego este libro o película es un canto al amor en todas
sus vertientes y etapas y a la cocina desde luego. Además de tener muchos
puntos surrealistas. Y es un melodrama.
Como os imaginaréis, cuando se estrenó la película no fui al
cine. Fui a comprarme el libro y mientras leía cada mes con su receta y sus
acontecimientos esta maravillosa historia de Laura Esquivel, de fondo escuchaba
canciones románticas francesas como Petite Marie de Francis Cabrel, o Je vais t’aimer
de Michael Sardou… ¿Francesas? Sí, según se dice son los más románticos, aunque a mi esta parte me daría para un libro.
Desde luego, la música es el arte en mayúscula, el que mejor expresa los sentimientos. Y después la cocina. ;)
Os dejo los links de estas obras por si queréis hacer este pastel con música de amor. O por si hacéis cualquier cena para el día de los enamorados y queréis tener un fondo musical perfecto.
Je vais
t'aimer guitarra española más parecido a nuestro reto más Spanish, el cantante Michael Sardou tiene parecido casi gemelar con Robertos Carlos otro romántico, en este caso Brasileño y esta canción grabada con una orquesta en estudio tiene mucha similitud con nuestro concierto de Aranjuez del maestro Joaquín Rodrigo.
Luego hay muchas más la de bajo el cielo de Paris de ZAZ con Pablo Alborán es una delicia...Y por supuesto españolas pero esta vez me he decantado por la chanson française.
En otro reto de amor, por favor canciones y gastronomía. Porque la canción prevalece sobre una película o es que os imagináis una película sin canción, banda sonora o BSO? Imposible. Esa
es la unión perfecta, jajajajaja.
COMO AGUA PARA CHOCOLATE
No sé si sabéis el argumento, pero os cuento el por qué hemos
elegido el “PASTEL CHABELA”, por la fuerza del amor que todo lo arrolla.
La protagonista y experta cocinera es Tita, la menor de tres
hermanas. Viven en una hacienda las tres con la madre y una serie de personas
que ayudan en las tareas del campo, de la casa,… Es principio del siglo XX...
Tita se enamora de un chico llamado Pedro, y comienzan una relación hasta
que él le comenta que le va a pedir su mano a la madre. Era la tradición. Al
llegar con el padre a pedir la mano la madre dice que no, que es la menor y se
tiene que quedar soltera para cuidar de ella cuando sea mayor, una vez más
mandando la absurda tradición. Sobre todo en México en esa época y aquí en España
creo que también tuvo su momento esta tradición. Y que conste que yo soy la
mayor.
La madre dice que si le parece bien le da a la mayor como
esposa, a Rosaura. Y Pedro para estar cerca de Tita acepta la proposición.
Os podéis imaginar cuando Tita, que era la que cocinaba junto
con el ama, tiene que hacer el Pastel de boda de su hermana y su amado Pedro,
fechada para febrero.
Lo hizo, y mientras lo hacía derramó muchas lágrimas
imprimiendo su tristeza en el pastel, tristeza de amor. llegó el día del enlace, y cuando los comensales probaron el pastel en el banquete les supo a gloria pero empezaron a entristecer y a
llorar, llorar, lloraron mucho de tristeza. Se la contagio Tita a través del
Pastel.
Y ahora vamos con la receta.
Boda de
Pedro con Rosaura
Febrero:
Pastel Chabela
Los
secretos
Para la
masa para 18 personas
175 gramos de azúcar granulada de primera –
300 gramos de harina de primera, tamizada tres veces
17 huevos
Rapadura de un limón
Esta es la receta para un pastel normal para 18 personas pero
para la Boda de Pedro y Rosaura tuvieron que multiplicar por 10 porque había
180 invitados.
Estas son nuestras cantidades calculadas secretas para 4
personas
Nosotros le hemos puesto 75 gramos
125 gramos de harina de primera, tamizada tres veces
7 huevos
Rapadura de medio limón
Para el
relleno
150 gr de pasta de chabacano (una clase de nectarina,
albaricoque, fresquilla)
150 gr de azúcar granulada.
Para el
fondant
800 gramos de azúcar granulado
60 gotas de limón y el agua suficiente para que remoje el
azúcar
La pócima
De la masa (de la receta para 18 personas)
En una cacerola se ponen 5 yemas de huevo, 4 huevos enteros y
el azúcar. De la nuestra hemos puesto 3
yemas y dos huevos enteros, y el azúcar y el resto de la receta igual, pero hemos
acabado antes.
Se baten hasta que la masa espesa y se le anexan 2 huevos
enteros más.
Se sigue batiendo y cuando vuelve a espesar se le agregan 2
huevos completos, repitiendo este paso hasta que se terminan de incorporar todos
los huevos, de dos en dos.
Cuando se terminan de batir los dos últimos huevos, se
incorpora la ralladura de limón, una vez ha espesado bastante la masa.
Se deja de batir y se añade la harina tamizada, mezclándola
poco a poco con una espátula de madera hasta incorporarla toda.
Se engrasa un molde con mantequilla, se espolvorea con
harina y se le pone la masa.
Se cuece en el horno 30 minutos a 160 grados.
Para el
relleno
Se pone la fruta al fuego con muy poca agua, se deja hervir y
se pasan por un cedazo o tamiz; o por un colador.
Se pone esta pasta en una cacerola, se le agrega el azúcar y
se pone al fuego sin dejar de moverla hasta que toma punto de mermelada.
Se retira del fuego y se deja enfriar un poco antes de ponerla
en el medio del pastel.
Nosotros el relleno lo hemos servido aparte para que cada uno
se ponga el que quiera. Yo por ejemplo, no me he puesto, porque no me gustan
este tipo de rellenos, muy empalagosos.
Para el
fondant
Se pone en la cacerola, el azúcar y el agua al fuego sin dejar
de moverla, hasta que empieza a hervir.
Se cuela en otra cacerola y se vuelve a poner al fuego
agregándole el limón hasta que tome punto de bola floja, limpiando de vez en
cuando los bordes de la cacerola con un lienzo húmero para que la miel no se
azucare, cuando ha tomado el punto se vacía en otra cacerola húmeda y se deja
enfriar un poco.
Después, con una espátula de madera, se bate hasta que
empaniza.
Para aplicarlo, se le puna una cucharada de leche y se vuelve
a poner al fuego para que se deslíe, se pone después una gota de carmín (hoy en
día colorante) y se cubre con él únicamente la parte superior de pastel.
Nosotros hemos hecho un glaseado que es menos calórico y dulce
que el fondant con el zumo de limón y azúcar y lo hemos vertido por encima.
Es la primera vez que hacemos un pastel tipo bizcocho sin
aceite o alguna grasa y sin levadura. Increíble. El sabor es tipo magdalena y
sube un poco por tanto batir, suponemos que con más huevos sube más y más cremoso quedará. Lo único es que a los
dos días está algo más compacto. Pero vamos con sólo tres ingredientes queda
espectacular de sabor.
Con un té o un café delicioso para una tarde romántica.
Os dejo el link del recopilatorio
de febrero con sus propuestas para #cocinadecineTS.
¡Buen provecho!
By K-lerit&Kobb