Pues sí, el esperado Canicross terminó con un sabor agridulce. Los perros que nos ofreció la APAP de Alcalá, Max para Ana y Cocky para mí, se comportaron estupendamente y pensamos que disfrutaron del recorrido, que fue bastante suave y bonito para tan pocos kilómetros de margen. Y hubiéramos disfrutado aún más si no hubiera sido porque Ana tuvo la mala suerte de tropezar bajando un camino bastante empedrado, durante el último kilómetro de la prueba. Yo, que iba unos 10 metros por delante, contuve la respiración cuando escuché detrás de mí el mismo ruido que hace un melón al partirse y... francamente, pensé lo peor.
Me doy media vuelta como las balas tirando de Cocky y me encuentro a Ana magullada y llorando en el suelo con una buena herida en su rodilla... Max, asustado, daba vueltas alrededor de ella. ¡Ay madre! Rápidamente la puse de pie y viendo que se sostenía y podía andar, mis fatales pensamientos se relajaron un poco. Me pongo a dar voces en mitad del monte, estoy más nervioso que ella... Afortunadamente pasó un chaval en bici de la organización que avisó rápidamente y al llegar a la meta (porque terminamos la carrera andando) estaban esperándonos con un pequeño botiquín y hielo. Aplausos a tutiplén para Ana que entró de la mano de nuestro osteópata y aclamada como si hubiera sido la primera, jajaja.
Resultado: una enorme contusión en la tibia, una fea herida que tuvimos que estar limpiando todo el día en casa de Rafa (habíamos quedado para comer y echar la tarde...) para evitar infecciones y magulladuras en general (brazos, manos, codos...). ¡Y menos mal que puso las manos por delante! Durante unos días Ana tendrá 3 rodillas, en lugar de una. Una anécdota más.
Afortunadamente todo terminó bien y pasamos un agradable día con mi primo y toda la family al completo, donde disfrutamos de una estupenda comida preparada por su mujer y una tarde genial dándole a la sinhueso.
Resultado: una enorme contusión en la tibia, una fea herida que tuvimos que estar limpiando todo el día en casa de Rafa (habíamos quedado para comer y echar la tarde...) para evitar infecciones y magulladuras en general (brazos, manos, codos...). ¡Y menos mal que puso las manos por delante! Durante unos días Ana tendrá 3 rodillas, en lugar de una. Una anécdota más.
Afortunadamente todo terminó bien y pasamos un agradable día con mi primo y toda la family al completo, donde disfrutamos de una estupenda comida preparada por su mujer y una tarde genial dándole a la sinhueso.