Hola amiguetes,
A decir verdad, que ya es mucho decir, no
recuerdo si he hablado aquí de esto antes, pero como si no me acuerdo yo no
cuenta lo repetiré. Quería hablar de un libro fantástico que estoy releyendo,
un libro lleno de acción, lleno de aventuras y lleno de letras, joder si tiene
letras el hijo puta.
La primera vez que lo leí me pilló en vacaciones,
flotando como una morsa diabética en la piscina de Denia. Lo acabé en dos días,
al final estaba yo tan arrugado que parecía una amalgama entre la Duquesa de
Alba, la credibilidad de Rajoy y un escroto a veinte grados bajo cero. Valió la pena, que pena es precisamente lo que
daba yo cuando salí del agua.
Pese a que el post es un poco largo prometo
que no hago ningún spoiler del libro y todo lo que aquí relato se dejará ver
antes de la página 20… o 30. Si leéis la contraportada seguro que os chafan
más.
Al turrón. El libro se ambienta en un futuro
distópico, que no es muy futuro ni muy distópico. Corre el 2044 y las fuentes
de energía fósiles se han quedado secas, secas. Tras Conchita Wurst, Portugal
se dio cuenta que las mujeres con bigote ganaban Eurovisión y no se les había
escapado ni uno desde entonces. Jordi Hurtado seguía presentando Saber y Ganar.
El caso es que la crisis energética había llegado a hundir la economía. La
pobreza y el hambre desolaban el mundo. Las casas de comida rápida tenían una
cola de dos años… para trabajar en ellas, no para las entregas, sino sí que
habría hambre de verdad. Vamos que trabajar era más difícil que explicarle la
teoría de cuerdas a la infanta Elena.
En mitad de este caos se alzaba un nuevo
producto, una red social de dimensiones jamás vistas, una solución para la vida
y al tiempo una prisión autoimpuesta. OASIS. OASIS era un gigantesco universo
virtual donde se alojaban cientos de miles de planetas, cada uno con unas
características determinadas. Se accedía a OASIS mediante unas gafas de
realidad virtual y unos guantes… esto… estooooo… chipirónicos por ejemplo, que permitían
moverse dentro de aquel entorno.
Dado que la carencia de combustible hacía
tremendamente caro desplazarse por el mundo real, las empresas empezaron a
comprar planetas dentro del entorno virtual de OASIS, allí organizaban sus
reuniones y básicamente toda su actividad empresarial. También las escuelas y
universidades fueron trasladadas dentro de OASIS y así la red social se convirtió
más en un nuevo modo de vida que en una red social a la antigua usanza. Por
supuesto el inventor y fundador de OASIS también tenía más pasta que las gafas
de un hipster.
Comienza el libro con la muerte del señor James
Halliday, fundador de OASIS, amigo de los niños y consagrado friki de cojones.
El señor Halliday, que estaba como una puta regadera, no tenía herederos, ni
perrito que le ladrase así que, más ancho que largo (literalmente), decidió
esconder dentro de su creación, OASIS, un Huevo de pascua y donar el control completo sobre OASIS así como toda su fortuna, que
ascendía a chopocientos mil gritones de dólares, al primer tío raro que encontrase
su huevo de pascua.
Claro, quien más y quien menos se siente un
pelín atraído por una fortuna de chopocientos mil gritones de dólares, no me lo
negaréis, así que comienza una carrera sin cuartel para solucionar el enigma
del huevo de los huevos. Por un lado, unificados como la derecha política están
los Sixers, que son los malos malosos de la peli. Se trata de una empresa
gigante cuyo nombre no recuerdo así que me referiré a ella usando algunos
caracteres que me salgan de forma aleatoria… por ejemplo SGAE. La SGAE forma un
ejército de buscadores de huevos, con todos los medios y poder posible, pero
como siempre los malos y la derecha, con el cerebro del tamaño de un mosquito
pigmeo. Por el otro lado está la izquierda haciendo gala de lo que siempre ha
sido la izquierda, es decir, no hay manera de que se pongan de acuerdo y como
todos son taaaaan, taaaaaan listos y tienen taaaaantas, taaaaantas ideas, pues
no hay tu tía, se forman cientos de clanes independientes y también cazadores
de huevos solitarios que no se unen a ningún clan. Tanto clanes como solitarios
se hacen llamar Gunters (Egg hunters) y odian a los Sixers más que a la
alcachofa en la paella, que ya es decir.
A todo esto, sito en una caravana amontonada
encima de otras muchas, traspasando varias veces el umbral de la pobreza, vive
nuestro amigo Marco, en una humilde morada. Se levantaaaaaaa, muy
tempraaaaanooooooo, para ayudaaaar… uy, creo que se me ha ido otra vez... Vive
nuestro amigo y protagonista Wade Watts (Perzival dentro de OASIS) que no busca
a su pobre mamá porque está más muerta que la libertad de expresión la hija de puta.
Wade/Perzival, que no tiene un puto duro ni en su mundo de verdad ni en OASIS,
decide convertirse en Gunter solitario tan pronto como comienza la caza del
huevo. Así se puede evadir de su vida de mierda.
Ye Patxi, ¿cuánto dices que te pagan por aparcar los coches?
Para encontrar el huevo hay que resolver tres
acertijos, y cada uno conduce al siguiente, pero al parecer son chungos,
chungos de verdad, así que pasan más de cinco años sin que se resuelva ni
siquiera la primera pista y se empieza a perder el interés por la búsqueda hasta
que de pronto, el nombre de un solitario Gunter de ínfimo nivel aparece en lo
más alto de la tabla de puntuación (que estaba a 0 hasta aquel día). Perzival
ha descubierto la primera llave y de nuevo se desata la batalla por conseguir
el huevo.
Tanto la SGAE con el Rey del pollo frito a la
cabeza, como el descabezado ejército de Gunters vuelven a ponerse guantes
chipirónicos a la obra. El viejo y ya putrefacto Halliday había nacido en algún
año indeterminado (indeterminado en este post porque no me acuerdo) de los 70’.
Así pues, para desvelar los misteriosos secretos y los secretosos misterios que
escondió dentro de OASIS, todos, izquierdistas y derechosos, se ponen a
rebuscar entre el no pequeño elenco cultural que nos dejó la década de los 80’ y
de la que Halliday era tan fan como Eduard Forest de… bueno, de la que Halliday
era muy fan. Así que se vuelve a poner de moda todo aquello. Es así como Mr
Cline (escritor) nos hace rememorar cientos de canciones, videojuegos,
películas y series de culto de aquella época trasladándonos a un tiempo donde
Chanquete aún no había muerto. Toda una delicia para nostálgicos e
historiadores de los 80’.
Por otro lado, por si hasta ahora nos parecía
que el libro no era suficientemente friki, que ya hay que estar enfermo para
que te lo parezca, rematamos la fiesta explicando someramente el interior de
OASIS. Pese a su evolución a red central de comunicaciones, el mundo OASIS fue,
en principio, diseñado como un juego, un juego más grande que ninguno que se
hubiese hecho antes, pero un juego al fin y al cabo. Se había clonado universos
enteros dentro de OASIS, La tierra media, World of Warcraft, Star Trek, Blade
Runner, StarWars, La cañada del real y todo eso. En unos mundos dominaba la magia,
en otros la tecnología, en algunos ambos y en otros ninguna. Cóctel friki para
los más bebedores.
Así que, sin ser una obra que vaya a pasar a
los anales de la historia de la literatura, bien podemos decir que la novela es
muy, muy buena si te gusta la ciencia ficción; sublime si además eres friki; una
jodida master piece tamaño mierda de T-Rex si eres un friki que te gusta la
ciencia ficción y además naciste entre 1970 y 1985.
Los amigos de la Warner están preparando una
versión cinematográfica que esperemos que llegue a ver la luz… y que no la
caguen a lo grande como tienen por costumbre casi todos los estudios de
Hollywood.
That’s all folks,
Tío Yyrkoon.