Foto Tanci |
En esta quietud
clandestina y sin sorpresa
amansar me dejo
sin aspavientos.
La madera, el barro, la piedra
la planta, la flor, la esencia...
mi apego a la naturaleza.
La flor plisada y estética,
tocando el corazón de la teja,
barro arañado
del interior de la tierra,
restañado en cóncava presencia.
Intacta la casa, intacta la teja,
perdura la piedra
se abraza la flor
a esa canal abierta
El canto del mirlo
en la tarde convexa,
el olor a la flor
de esa falda abierta.
El pasado a mis pies.
Tardes de bruma espesa
de necesidad y carencia,
algún helecho retorcido
que atraviesa la niebla.
Sigo a la flor
que se despereza,
sin tocarla la dejo
en suave reverencia.
A su delicado aire
que es el mismo que me llega
Todo a mis pies.
Mis pies,
que solamente son
dos heridas abiertas.