Miro la interminable
lista de postres del desafío. Seis años dan para mucho. Tengo que elegir uno…
y las florituras empiezan a desfilar por mi pantalla. Lacitos, adornitos,
colorcitos, florituras con nata… la peña coge la manga pastelera y parece que
va a marcarse un paisaje impresionista en lugar de un pastel para desempachar
el estómago después de una buena fartura. Tarta ópera y otras mariconadas del estilo.
Fijo que si las pruebas están cojonudas, pero es que, joder…, lo que apetece es
ponerles un marco en vez de comerlas.
Y entonces aparece ante mis ojos. Amor a
primera vista. Pringosa, viscosa, desordenada, humilde, tierna, natural, noble…
una avalancha cremosa baña lo que parecen ser trozos de plátano. Por encima la
nata sin forma, sin ley, sin orden ni concierto, sin someterse a ningún
esquema. Allí tirada, en plan mogote, espolvoreada con virutas de chocolate
repartidas a manotazos. Mi estómago y mi cerebro pronuncian al unísono las
palabras mágicas: vamos a hacer esa puta tarta.
INGREDIENTES
- 380 gramos de galletas digestive
- 175 gramos de mantequilla
- 425 gramos de nata para montar
- 3 cucharadas soperas de azúcar
- 350 gramos de toffee (ver receta: hacer 200 de nata)
- 4 plátanos
- una onza de chocolate de postre
ELABORACIÓN
- Trituramos las galletas y las mezclamos con la mantequilla para preparar la base de la tarta.
- Extendemos la masa en el molde en el que vayamos a hacer la tarta. En este caso, yo utilicé uno desmontable de 25 centímetros de diámetro, fijando bien los bordes.
- Cortamos los plátanos en rodajas finas y las repartimos sobre la base de galletas.
- Vertemos el toffee (ojo, no debe estar caliente) sobre los plátanos.
- Montamos la nata con tres cucharadas de azúcar y la extendemos sobre el toffee y los plátanos.
- Con un rallador espolvoreamos el chocolate sobre la nata.
- Guardamos en la nevera. En un par de horas estará lista aunque lo ideal es comerla al tercer día, cuando ya los plátanos han quedado bien impregnados del sabor del toffee.
Nota: a mí me encanta que el toffee esté líquido y se esparza por el plato en el momento en el que cortas la tarta, pero si preferís que la tarta esté más seca, tendréis que mantener el mejunje durante más tiempo en el fuego para que quede más espeso (ver receta del toffee).