Hay veces que la vida, o ya no la vida, sino tu propia cabeza, da un giro a tus planes... y pasa algo que nunca había pensado que pasaría.
De repente te pones a pensar, y todo el futuro que habías planeado, no tiene sentido, no existe, era un bulo, una mentira, algo que parecía, pero no...
Miras dentro de tu mente y te autoconvences de que sí... de que si te lo propones se puede, de que solo se necesita querer para poder, pero no...
Donde antes veías arcoiris ahora se ve algo oscuro. Donde se veían flores ahora se ve humo. Donde se veía sexo, amor y rock and roll, ahora solo se ve una película muda, sin sexo, sin amor y rutinaria... como todas.
Donde te veías dando la vuelta al mundo, ahora te ves sin vivienda. Donde antes te veías poniendo candados en un puente sobre un río, ahora descubres que hay otras cosas que te encadenan. Donde antes se veían claros, ahora se ven nubes... y no ves nada más que un color negro.
Ves que todo se derrumba, ves que no has logrado avanzar, que aún estás en la linea de salida, y ves como todos los demás corredores avanzan, muy muy rápido, pero tú te quedas ahí, estancada, sin poder dar un paso adelante, y solo pudiendo andar hacia atrás.
Ves como eres el sol en un día nublado... no puedes salir por más que lo intentes, porque esas nubes se interponen en tus rayos. Tus rayos... que se han esforzado por ablandar corazones, por hacer sonreír a labios marchitos, por abrazar estatuas, por derretir el hielo.
Impotencia, tristeza, dolor, angustia... pero con fuerza, hay que andar... paso a paso, poco a poco, esta vez como las tortugas, despacio, teniendo el futuro en mente, no venirse abajo, y nunca, nunca más, andar hacia atrás.