¡A "MIMÍ" NO, MAMI! ¡NO QUIERO!
Pues menos mal que no quería... |
"Jamás ha habido un niño tan adorable que la madre no quiera poner A Dormir".
Ralph Waldo Emerson
"Alexandre se había marchado llevándose con él el beso que ella no le había reclamado. Intentaba comprender, mirando cómo bailaban las llamas, la razón de la frialdad de su madre. ¿Quizás no me ha amado nunca? ¿Quizás no es obligatorio querer a un hijo? Ese pensamiento abrió un abismo en su interior que le produjo vértigo."
"Se sentía incómoda con su madre. Su amor pesaba toneladas. El deseo de querer dar todo al hijo que se ama envenena el amor. Encierra al niño en una gratitud obligada, en un reconocimiento pueril. No era culpa de su madre, pero era pesado soportarlo."
"-Tengo miedo, tengo miedo de todo, soy una montaña de miedo... Me gustaría morir, aquí, ahora, y no tener que ocuparme de nada nunca más....-Tengo miedo de no conseguirlo, tengo miedo de terminar debajo de un puente, de ser desahuciada, tengo miedo de no volver a amar, tengo miedo de perder mi trabajo, tengo miedo de que se me acaben las ideas para siempree, tengo miedo de envejecer, tengo miedo de engordar, tengo miedo de morir sola tengo miedo de no volver a reír, tengo miedo del cáncer de mama, tengo miedo del mañana..."
"-Sobre todo, Shirley, ya no tengo miedo. Antes tenía miedo de todo. Me escondía detrás de Antoine. Detrás de mi tesis. Detrás de mi sombra. Hoy me permito cosas que antes me prohibía, subo más a la red....-Sólo necesito ser paciente, dejar que la nueva Jo crezca y, un día, lo invadirá todo, me dará toda su fuerza. Por el momento estoy aprendiendo... He comprendido que la felicidad no es vivir una pequeña vida sin embrollos, sin cometer errores ni moverse. La felicidad es aceptar la lucha, el esfuerzo, la duda y avanzar, avanzar franqueando cada obstáculo. Antes no avanzaba, dormía. Me dejaba llevar por una rutina tranquila: mi marido, mis hijas mis estudios, mi comodidad. Ahora he aprendido a luchar, a encontrar soluciones, desesperar un momento para rehacerme después y avanzar, Shirley. ¡Sola! Me las arreglo.""Los Ojos Amarillos De Los Cocodrilos" te engancha lentamente, no es de los libros que consumes en dos días sino poco a poco, racionando, sin prisas. Son muchos los personajes y en todos ellos ahondamos descubriendo la explicación de sus actos y de sus formas de ser. Quizás éste sea el motivo por el que a la historia en sí le falte algo y la resolución de ella sea muchas veces previsible. Es muy moralista, del tipo "según lo que siembres, recogerás", y existen muy pocas sorpresas, por no decir ninguna, precisamente debido a este carácter moral. Katherine Pancol define muy bien el estilo que ha impregnado en sus libros y es que: "Son los personajes los que deciden".
Nuestro peque utilizando su nuevo y flamante cepillo de dientes. |