...sentado en el suelo, apoyado en una vieja pared, tan vieja que fragmentos de su estructura de cuando en cuando suelen caer, contemplo la de enfrente, decadente, abandonada, prácticamente inerte, aparentemente inútil, sin gran interés, cuando de repente caigo en la cuenta de que es el lienzo sobre el que se afirma un rosal asilvestrado, que firme se sujeta en sus rugosidades para poder crecer, que tímido muestra pequeños brotes rojos, acarminados, que acaban de florecer.
Soy consciente de que nunca su belleza podré con mis pinceles atrapar, que nunca la podré hacer mía, pero lo tengo que intentar, al menos quedará constancia en mi memoria y en mi papel de cuanta belleza hoy he podido contemplar. Tan sólo un portaminas, cuatro manchas y un poco de color, algún rabillo rotulado y poco más, salvo todo el entusiasmo acumulado en el tiempo en que lo he podido contemplar.
Hoy se me ha regalado algo bello para pintar, algo que no suelo ni intentar, un tema para mí inusual, y sin embargo he disfrutado.... para qué quiero más?
Hoy debo estar muy sensible, se me ha ocurrido que este "CANON Y GIGA EN RE MAYOR PARA TRES VIOLINES Y BAJO CONTINUO", de Pachelbel, podría acompañar bien esta entrada...vosotr@s direis.