.....un membrillo y una cerámica imaginada ya tenemos un pequeño bodegón, combinando fríos y cálidos,amarillos y violetas y un óxido de fondo.
Podría ser un abanico roto de tanto usarlo, pero es una blonda que se rompió de muy usada, jugando a los bodegones, a colores y composiciones, dejando volar a la imaginación, tratando de atrapar emociones.
Es la libertad de quien pinta, es el poder de quien el color maneja, es la simple tarea de con dos elementos reales y uno imaginado, intentar lograr un pequeño rincón de belleza, tan esquiva siempre en la acuarela. No digo que ésto que subo sea bello, es la constatación de un intento de que lo fuera, trabajando la torpeza, utilizando las ideas.
" De mis manos cayó el pincel
sin apenas darme cuenta,
el color se derramó
por la blancura nívea
del papel aquel,
de acuarela.
Intenté frenar su rapidez,
su veloz correr sobre el papel,
pero el agua de mi pincel
por aquí y por allá iba,
no había mano ligera,
ni sabia inteligencia,
que cortara aquella carrera.
Al final venció,
me gano la batalla
y una vez más
claro dejó
que no es fácil luchar
con la Sra. ACUARELA"
Hoy os dejo esta Rapsodia Húngara del maestro Franz Lizst, que espero disfruteis.
Un fuerte abrazo a tod@s.
