Basada en una historia real que narra cómo Afshin Ghaffarian arriesgó
todo en el año 2009 para formar una compañia de danza en su país natal,
Irán, en medio de los conflictos políticos, las elecciones
presidenciales de aquél año y desafiando la prohibición que rige en el
país sobre el baile.
MI OPI: El bailarín del desierto es un canto a la libertad de expresión en todas
sus formas, en este caso, volcándose en el mundo de la danza con la
lucha personal encabezada por un apasionado del baile, enfrentándose a
todas las ataduras de un régimen opresivo. Los responsables de la película no profundizan en ciertos aspectos
políticos, pero, sin duda, logran transmitir un sentimiento claro y
contundente: el de la libertad. Todo un acierto que llega a resultar
hipnótico, con el empleo del lenguaje de la danza en su máxima
expresión. Las coreografías presentadas llegan a transmitir muchas emociones y
sentimientos con cada movimiento y mirada, una auténtica maravilla
visual con un estilismo preciosista y colorista que contrasta con el gris mundo que le rodea.
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