Patricios nació ferroviario pero sufrió la
expulsión de la mayoría de sus habitantes con el cierre del ferrocarril. Hoy con
setecientos pobladores resiste aferrado a su historia y apuesta al futuro. El
grupo de teatro comunitario Patricios Unido de Pie cumple diez años de trabajo.
En Olavarría la experiencia es replicada por la Mutual de Arte Popular Macondo
Creativa.
Una garita
de colectivo sobre la ruta 5 indica el ingreso a Patricios, un pueblo rural que
pertenece al partido de Nueve de Julio y está ubicado a casi 300 kilómetros de
Olavarría. El refugio pintado con colores vistosos señala: “Patricios,
teatro…”. A pocos metros un cartel verde con letras blancas y austeras informa:
“En Patricios se filmó Soy tu Aventura”. En el centro de las referencias se
descubre el acceso de tierra que conduce a la localidad. Sobre la calle
principal la estación ferroviaria se recorta bajo un sol de invierno. Son las
dos de la tarde y los vecinos se acercan despacio hacia uno de los laterales
del edificio. Es sábado y hay ensayo.
En
noviembre de 2002 se formó el grupo de teatro comunitario Patricios Unido de
Pie. La pediatra
Mabel Hayes y la actriz Alejandra Arosteguy realizaron en la ciudad de La Plata
un Taller de Teatro, Comunidad y Memoria coordinado por Adhemar Bianchi y
Ricardo Talento. Pensaron que la experiencia se podía replicar en Patricios y
llevaron la propuesta al pueblo. Mabel, “Bicho” o doctora como le dicen los
vecinos, recuerda que “parecía una forma interesante de juntar lo social con lo
artístico. Un día vinimos al club del trueque y les propusimos hacer teatro
para la fiesta del pueblo en vez de hacer una fiesta tradicional. A la otra
semana cada uno trajo a un amigo, a un pariente y llegamos a ser cincuenta”.
Clide Guiotto agrega que “en el pueblo no había nada porque sacando a el futbol
otra cosa acá no llega a cuajar. Yo dije voy a hacer número y después veremos
lo que sale. A lo mejor la mayoría de los que vinimos pensamos de la misma manera”.
Clide se quedó y este diciembre festejará junto a sus vecinos los diez años del
grupo en una celebración que incluye el estreno de una nueva obra.
En
Olavarría la Mutual de Arte Popular Macondo Creativa transita la experiencia
del teatro comunitario y se nutre de los grupos con años de trayectoria en el
país.
Había una vez un tren
El tren
extirpado en los años 70 fue evocado en las primeras reuniones y en cada
improvisación hasta que tomó cuerpo en la obra “Nuestros Recuerdos”, estrenada
en el año 2003 durante una fiesta de la localidad. “Era la primera vez que
había un espacio para hablar” afirma Nilda Martínez una de las primeras vecinas
en emprender el desafío. “Se nos removió una emoción mezclada con tristezas y
quisimos sacar lo que no habíamos podido expresar, todo el dolor que nos causó”
la ayuda Clide quien conoce de cerca la historia del tren y sabe de los males
que provocó en un pueblo que supo tener más de siete mil habitantes. “Mi marido
fue uno de los últimos guardas de la estación, falleció a los 48 años, yo creo
que todo lo que pasó con el tren tuvo que ver. Hace más de 40 años que soy
viuda” recuerda mientras camina hacia el ensayo.
El reloj de
la estación detenido a las 6:40 custodia los recuerdos. La galería se llena de
imágenes. Los vecinos aportan anécdotas que sirven de material para las obras y
ayudan a aliviar el alma. Hablan de los trenes de carga, de una formación que
interrumpía las maniobras para ver el clásico de Atlético y Compañía que aún se
disputa en una cancha pegada a las vías. Alguien recuerda que un maquinista
arrojaba del tren leña para alimentar la cocina de su casa y que su padre
devolvía el favor colgando en la punta de una caña una restita de chorizo
casero.
Patricios
recupera la historia y la trasmite a las nuevas generaciones manteniéndola
viva. Teodora Menéndez explica que trabajan sobre temas vinculados a la memoria
del pueblo como “la huelga de trabajadores del ferrocarril en 1961 y después el
cierre del General Belgrano, la solicitud del acceso pavimentado en 1972 que
cumple cuarenta años en noviembre y la inundación de 1973 que nos dejó
aislados”.
Un lugar en el mundo
La falta de
trabajo a partir del cierre del ramal fue despojando al pueblo de habitantes y
alejando las posibilidades de crecimiento. La llegada del teatro comunitario le
devolvió la vida al pueblo y les permitió a los vecinos contar su propia
historia.
“Creo que
Patricios desde que tiene el grupo de teatro ocupa otro lugar en el mundo. Acá
no sólo vienen personas de argentina a visitarlo sino que vienen extranjeros
que conocen el pueblo o lo han sentido nombrar gracias al grupo de teatro. Eso
es motivo de orgullo”, afirma Marcos Galvani otro de los integrantes y
referentes del grupo.
Junto con
el teatro se generaron nuevos proyectos. Los pobladores de Patricios abrieron
la puerta de sus casas para alojar a los turistas a través del proyecto DyD
(Dormir y Desayunar) que proviene del europeo B&B (Bed and Breakfast) y
consiste en alojar a visitantes en la casa de la familia, con cama y desayuno
incluido. Además se formó un centro comunitario de Internet y se implementaron
créditos rotatorios.
“Muchos
reconocen el hecho de que hemos sido nombrados en distintos lugares. Hemos ido
a representar la obra a muchos pueblos que están en las mismas condiciones que
nosotros donde quedó la estación sola o no tienen las vías. El teatro nos ha
dado mucho pero a veces no sabemos como expresar lo que sentimos” indica
Teodora convidando con una porción de torta a uno de los tantos perros que se
acercó a la estación.
El grupo
prioriza el encuentro con la comunidad, algo que los funcionarios ignoran al
igual que desoyen el pedido de pavimentar el acceso de tierra o no perciben que
pese a contar con un gasoducto a 800 metros del pueblo los vecinos no tienen
gas porque no se coloca una válvula de reducción. “A quién le importa 700
habitantes de los cuales la mitad son menores de edad y no votan” resume Mabel.
Los vecinos
tienen algo para decir y buscan la forma. Los une un tren que ya no está materialmente
pero si en los recuerdos que se trasmiten de grandes a chicos a través del
relato oral. Como dice la canción final de la primera obra del grupo: “Los de
Patricios/ tenemos todo/ el alma alerta/ y el cuerpo pronto/ entre los surcos/
y los andenes/ resistiremos/ resistiremos”.
Rescatar la memoria colectiva
El origen
del teatro comunitario de vecinos-actores se inscribe en Argentina poco tiempo
después del final de la dictadura militar. Otro punto de inflexión fue la
crisis de 2001.
En
Olavarría la mutual Macondo Creativa lleva más de un año trabajando con un
grupo conformado por alrededor de treinta vecinos de todas las edades. La
primera obra según Julio Benítez, uno de los directores del grupo “pone en
tiempo y espacio el recorrido material y simbólico de un pueblo y sus habitantes
ante la pérdida, material y simbólica del tren”. Encontrarse, preservar la
trama social, ser parte de la historia, recuperar la memoria colectiva son
premisas de todos los grupos de teatro comunitario del país que son más de
cuarenta según la Red Nacional de Teatro
Comunitario.
La mayoría
de las experiencias teatrales comunitarias se presentan relatando sus historias
particulares acerca del impacto que provocó la reducción casi total de la red
ferroviaria en todo el país. Benítez indica que “a lo largo de cuatro décadas
se desmanteló el mapa ferroviario, se abrió una herida de desempleo y
nostalgias que obligó en más de una caso a los exilios conocidos en nuestra
patria. La intención no es poner en escena una propuesta nostálgica, distópica,
sino ensayar la utopía de reinventar codo a codo, todos los días, un motivo
para seguir viviendo en el territorio que por nacimiento y por adopción
habitamos”.
(Nota realizada para el diario El Popular de la ciudad de Olavarría)
(Nota realizada para el diario El Popular de la ciudad de Olavarría)