Fecha de publicación: 1952
Valoración: Imprescindible
Borges es reconocido como un maestro del relato. Aunque, desde luego, comparto este juicio, siempre he creído que el verdadero género de Borges era el ensayo. Si algo le caracteriza como autor de relatos, es su capacidad para encarnar ideas y hacer que el lector note bien cerca su aliento verosímil. De hecho, la trama viene marcada a menudo por las intrincadas consecuencias de una hipótesis metafísica, elegida por su valor estético. En los ensayos encontramos este mismo juego con las ideas, pero descarnado, es decir, regido por las solas reglas de un rigor lógico algo peculiar. El texto no se resiente con el cambio: lo que se pierde en materia narrativa se gana en la tensión intelectual a la que obligan las restricciones del discurso. El lector afronta aquí también una trayectoria sorprendente, quizá menos tangible, pero más concentrada.
En muchos de sus ensayos Borges no se comporta de modo distinto a un narrador; por momentos parece incluso estar construyendo la trama de un relato policiaco: plantea un enigma y amaga diversas soluciones. La diferencia, quizá, es que aquí no tiene cabida ningún monólogo final del detective, donde todos los cabos queden atados y la curiosidad del lector, satisfecha. En "La muralla y los libros", por ejemplo, Borges parte de un hecho histórico: un mismo emperador chino hizo construir la Gran Muralla y ordenó quemar todos los libros anteriores a él. Lo que los libros de historia registran con escrupulosa indiferencia es para Borges motivo de asombro, de sospecha. Algún secreto sentido debe de esconderse en la extraordinaria coincidencia de tan grandes obras de creación y destrucción. Tras proponer varias explicaciones, sin embargo, Borges acaba dándose por vencido y entrega al lector al poder que reside en la imagen misma de esa coincidencia.
Otras inquisiciones reúne algunos de los ensayos más visionarios de Borges, los que le señalan como un escritor intempestivo, capaz de ver sobre los provincialismos de su tiempo. "Kafka y sus precursores" recoge unas intuiciones sobre la construcción de las tradiciones culturales que se adelantan dos décadas a las que propondría el post-estructuralismo. En este ensayo Borges repasa los lugares de la literatura mundial donde ha reconocido, a lo largo de los años, la voz de Kafka: las paradojas de Zenón (que tienen su correlato narrativo en El castillo), cierta fábula china o dos parábolas de Kierkegaard, entre otros. Todos estos textos -dice- no tienen nada en común, si no es su afinidad con la obra de Kafka; una afinidad que empezó a existir sólo después de que ésta fuera escrita. Borges concluye que "cada escritor crea a sus precursores" y que "en esta correlación nada importa la identidad o la pluralidad de los hombres": El primer Kafka sería menos precursor de su obra madura de lo que lo son algunos de los nombres mencionados.
Borges libera así la formación del canon literario de dos arraigadas supersticiones: las que lo someten a un proceso de acumulación lineal y al azar biográfico. Se anuncia ese tema estrella del post-estructuralismo que se dio en llamar "la muerte del autor". Esta influencia de Borges sobre la filosofía francesa de los años 60-70 es abiertamente reconocida por Foucault, que escribió Las palabras y las cosas para tratar de explicarse la risa que le suscitaba un texto de Borges. Se trata del célebre extracto de una (imaginaria) enciclopedia china, citado en "El idioma analítico de John Wilkins". No me resisto a recogerlo aquí:
Esas ambigüedades, redundancias y deficiencias recuerdan las que el doctor Franz Kuhn atribuye a cierta enciclopedia china que se titula Emporio celestial de conocimientos benévolos. En sus remotas páginas está escrito que los animales se dividen en a) pertenecientes al Emperador, b) embalsamados, c) amaestrados, d) lechones, e) sirenas, f) fabulosos, g) perros sueltos, h) incluidos en esta clasificación, i) que se agitan como locos, j) innumerables, k) dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, l) etcétera, m) que acaban de romper el jarrón, n) que de lejos parecen moscas.Otras obras de Jorge Luis Borges en ULAD: Aquí