Hace algún tiempo leí Momias y embalsamados, una antología de cuentos de terror de escritores españoles. En ella había un relato bastante entretenido, titulado "En el nombre del musgo", cuyo protagonista era una suerte de Solomon Kane andaluz.
domingo, 7 de julio de 2024
VV.AA.: Bill el Largo y la posada maldita
Hace algún tiempo leí Momias y embalsamados, una antología de cuentos de terror de escritores españoles. En ella había un relato bastante entretenido, titulado "En el nombre del musgo", cuyo protagonista era una suerte de Solomon Kane andaluz.
lunes, 4 de marzo de 2024
Charles Beaumont: Tal vez soñar
miércoles, 17 de enero de 2024
Robert H. Barlow: La noche del océano y otros cuentos de lo extraño
martes, 28 de noviembre de 2023
Reseña + Entrevista: El sheriff Goodman contra Pinhead y otras espeluznantes aventuras en el lejano oeste, de Takeshi García-Ashirogi
martes, 11 de abril de 2023
Sergio Salvador Campos: Los Comuneros
- Su acabado global, ingenuo a la par que entrañable.
- La prosa, pedestre pero funcional.
- Algunas de sus ideas. Lástima, eso sí, que en la mayoría de los casos no estén del todo desarrolladas.
- Presenta la situación y los personajes sin demorarse excesivamente, pero con un grado de profundidad del que la segunda mitad carece.
- Siembra semillas prometedoras, que por desgracia no florecerán más adelante.
- La reincorporación de Ingrid propicia dinámicas y conflictos interesantes, amén de un arco más o menos logrado.
- La organización interna de la secta (esa jerarquía compuesta por el líder, los dadivosos, los necesarios y los novicios) está bien explicada y resulta, hasta cierto punto, creíble. Asimismo, la jerigonza mística de Alpha es bastante verosímil.
- La segunda mitad de la historia se siente excesivamente apresurada. Supongo que la intención del autor era imprimirle un ritmo adrenalínico; por desgracia, dicho ritmo no sólo se nota en las escenas de acción, sino en todas.
- Se cierra con un "deus ex machina" de manual.
- Los personajes son, en general, bastante planos. Además, a algunos se les da un foco excesivo, ya que luego de aparecer una o dos veces no vuelven a ser mencionados. Pienso, por ejemplo, en los guardaespaldas de Alpha.
- El protagonista no consigue que empatices con él, pues su caracterización es tan simple como exageradamente positiva. Personalmente le hubiera hecho moralmente gris, quizá aprovechando el tiempo que estuvo infiltrado en la mafia. ¿Y si tuvo que cometer actos atroces entonces, para ganarse la confianza de los criminales a los que trataba de engatusar? Eso podría haber dado juego a la hora de sumergirlo en los Comuneros y, sobre todo, durante el reencuentro con Ingrid. Imagináoslo: ¿y si hubiera abusado de ella, junto a los otros, ya sea para aparentar o por un momento de debilidad humana? ¿Qué implicaciones tendría esto en sus esfuerzos para liberarla de las garras de los mafiosos, en su tentación por abrazar una vida más harmoniosa de la mano de los Comuneros y en su posterior romance? Y bueno, puestos a permanecer fieles a su caracterización original (insisto que, a mi juicio, excesivamente positiva), ¿por qué no hacer énfasis en su impulsividad, la cual es, supuestamente, su único defecto?
- La trama policiaca tiene inconsistencias. Por ejemplo, el hecho de que el protagonista, pese a la precipitación con que le hacen aceptar el caso, va bien preparado en algunos aspectos, mientras que descuida otros tremendamente obvios. ¿De veras me tengo que creer que no ha buscado en internet cómo entrar en contacto con la secta y que es el encargado del hotel en que se aloja quien le proporciona la información?
- Una vez Hermann empieza a desentrañar secretos, la coherencia interna de la obra se viene abajo. Por más que Sergio intente justificarlo, no me creo que sea tan fácil infiltrarse en determinadas áreas del recinto, o se deje el acceso a las armas sin candado.
- Multitud de elementos podrían haberse introducido de manera mucho más orgánica. Hay otros que únicamente abultan el conjunto y, por tanto, son susceptibles de poda.
lunes, 16 de enero de 2023
Reseña + Entrevista: Las pesadillas de Joseph Berna. Volumen 13, de Joseph Berna
Quizá las mejores novelas de Berna sean las primeras y las últimas, que escribió sin apenas presiones editoriales. Cuando digo las primeras me refiero a las que ahora estamos reeditando en Matraca en formatos digitales. Cuando digo las últimas me refiero a las que escribió desde 2018, pues se tomaba el tiempo que necesitaba, sin plazos de entrega. Siento especial devoción por la primera de todas sus novelas, La misteriosa Stella.
En general, creo que sus mejores novelas son las policiacas y las del Oeste. Berna era un humanista y se movía mejor al margen de los elementos fantásticos, tan frecuentes en otros géneros como la ficción científica o el terror.
Y como curiosidad, Berna tiene una novela que se salta todas las barreras habituales del bolsilibro: La gran semana, cuyo género es el humor puro, sin escudarse detrás de otro género, y cuya extensión es muy superior a la de los demás bolsilibros. Me contó que cuando dejó de escribir para Bruguera necesitó escribir algo diferente, y el resultado fue La gran semana, que para colmo transcurre en España en vez de en Estados Unidos.
ULAD: En Matraca habéis tomado una decisión formal arriesgada: reeditar clásicos "pulp" precedidos por cubiertas modernas. Aunque la jugada os ha salido bien, debo preguntar: ¿por qué no conservasteis la identidad gráfica tradicional de esta clase de literatura?
miércoles, 21 de diciembre de 2022
Raúl Jiménez: Un hombre con agallas y la nariz más larga del mundo
jueves, 15 de diciembre de 2022
Joseph Berna: Los Aliados de la Noche
- Da lo que promete; es decir, una lectura amena, un despiporre que nunca se toma en serio, escapismo de quiosco, una desacomplejada fantasía de poder masculina, un honesto batiburrillo de tópicos, reminiscencias a la serie B de los 70-80s, puro "rule of cool", un simpático sentido del humor, paletadas de violencia y un puñado de escenas fogosas.
- El dinamismo de su prosa y la agilidad de su argumento permiten que se lea de una sentada.
- Dota a Rob Duggan, su protagonista, de un carisma la mar de seductor.
- Abunda en diálogos que, si bien no son siempre estrictamente necesarios para que la trama avance o los personajes adquieran cuerpo, acusan cierto ingenio.
- No resulta memorable, pues recuerda sobremanera a centenares de ficciones similares.
- El estilo de su autor es sumamente mejorable. Tiende al puntoyapartismo excacerbado y a los añadidos redundantes; en ocasiones adolece incluso de una puntuación extraña.
- Es tonalmente inconsistente.
- La historia contiene escenas prescindibles, decisiones narrativas poco verosímiles, comportamientos bastante gratuitos y una batalla final anticlimática.
- Su manera de enfocar determinados temas (por ejemplo, las relaciones entre hombres y mujeres o el abuso sexual) puede disgustar a sensibilidades modernas.
domingo, 3 de octubre de 2021
Elio Quiroga: Gotas
- Tanto la sinopsis como la cubierta (sobre todo la cubierta) de este libro generan unas expectativas que luego no se cumplen, ya que dan a entender que nos encontramos ante terror juvenil que no se toma en serio a sí mismo. Sin embargo, pronto comprobamos que esta historia se ha concebido para un público adulto, y que la salpican ciertos amagos de solemnidad que desentonan con el conjunto.
- Le puede su propia ambición. Tiene distintos planos geográficos y temporales discurriendo en paralelo y su estructura y ritmo se resienten en consecuencia.
- Su extensión es exagerada. Esto se debe, sobre todo, a que hay muchas escenas de carácter episódico de las que se podría haber prescindido, y a que las descripciones abultan excesivamente.
- La prosa es ramplona, se muestra reiterativa en varios pasajes y da más información de la estrictamente necesaria. Para colmo, el texto está salpicado de pies de página larguísimos, erratas, mayúsculas que deberían ser minúsculas, repeticiones de palabras que se antojan intrusivas, incoherencias tipográficas o espacios entre párrafos cuyo propósito no alcanzo a vislumbrar.
- El argumento obliga a suspender en demasía la incredulidad en determinados tramos.
- La ambientación no acaba de cuajar. De hecho, a ratos se tiene la impresión de que el escenario del Olamarina queda desdibujado por culpa de las omnipresentes referencias genéricas a las Islas Canarias.
- Eduardo y su hija Jenny, los protagonistas, apenas evolucionan. Su relación tampoco se ha visto modificada una vez volvemos la última página, y eso que se le hubiera podido implementar fácilmente un arco narrativo.
- Uno de los antagonistas deja bastante que desear. No sólo aparece muy tarde, sino que es vencido de forma anticlimática.
- Funciona en tanto que homenaje a la serie B, como tributo al horror cósmico lovecraftiano y a modo de subversión moderadamente audaz de la figura del zombi.
- Tiene un "lore" frondoso.
- Nos obsequia esporádicamente con imágenes en las que la violencia gráfica, un alto grado de contenido sexual y el humor negro tienen un papel relevante.
- Alberga paletadas de crítica social (contra la corrupción de políticos, militares, policías, constructoras y académicos).
- El toque "meta" del final.
viernes, 10 de septiembre de 2021
VV.AA.: Clark Ashton Smith. Cuentos de extrañeza, misterio y locura
Año de publicación: 2021
Valoración: Está bien (recomendable para interesados)
Debo admitir que he leído poco a Clark Ashton Smith, escritor que conformaba el triunvirato de la revista Weird Tales junto a H. P. Lovecraft y Robert E. Howard. De modo que la antología polifónica que hoy traigo a colación me sirve como puerta de entrada, aunque algo oblicua, a su universo literario. A fin de cuentas, no sólo reúne varios poemas y un relato del autor estadounidense, sino que también entrega ocho ficciones de españoles que lo admiran.
Por cierto, la edición de la mentada antología es magnífica. El continente del libro destaca por tener una identidad gráfica muy marcada. En cuanto al contenido del volumen, hay que admitir que funciona a la perfección en tanto que homenaje a Smith. Así pues, no me queda otra que postrarme ante el oficio demostrado por 2Cabezas.
Dicho esto, vamos al plato fuerte de Clark Ashton Smith. Cuentos de extrañeza, misterio y locura: los relatos que alberga.
- Empezamos con "Ngoc, el idiota". Su ambientación africana es muy inmersiva (y la atención al detalle puesta a su servicio es extraordinaria); sus personajes, especialmente el protagonista, tienen mucha más complejidad de lo que a priori pueda parecer; hay escenas gore que harán las delicias de aquellos que anhelamos sangre; varios acontecimientos discurren en paralelo, sin que por ello se diluya el mensaje principal; y, para colmo, combina acción y reflexión de una manera la mar de entretenida.
- "El enemigo de Mandor" transcurre en Zothique, escenario emblemático creado originalmente por Smith. La factura y el argumento de esta aventura son bastante clásicos y su giro de tuerca se ve venir, pero a la postre es muy disfrutable.
- "El fuego de mercurio" se decanta, en su último tercio, por la abstracción metafísica. No es una propuesta redonda; sin embargo me interesa en tanto que exploración de nuestro estéril intento por entender la muerte.
- "Las moradas del silencio" aglutina demasiados géneros y se estructura sobre una trama dispersa. A eso súmale que tiene una prosa que fuerza la maquinaria en más de una ocasión, exhibe un puntuación poco armónica y entrega información que luego desaprovecha. Es, en definitiva, una buena idea con una ejecución irregular.
- "El brujo y el héroe" peca de un estilo ampuloso y no ha logrado que conecte con su historia.
- "Casa ocupada" se sitúa en Madrid. Es diferente y tiene un interesante subtexto político.
- "Madeleine" no rompe ningún molde, pero compensa la familiaridad que despierta con un clímax bien contado y elementos muy reivindicables.
- "La Re-Unión" se podría clasificar como una tragicomedia castiza de la Galicia rural.
- Terminamos con "La música de los muertos", del mismísimo Smith.
En fin: este Clark Ashton Smith. Cuentos de extrañeza, misterio y locura es perfecto para los amantes de «el bardo de Auburn», el «Trovador de lo Cósmico», el «Soberano de los Sueños». También gustará a quienes, como un servidor, hayan oído hablar de él pero apenas incursionaron en los paisajes de su imaginación.
lunes, 19 de julio de 2021
Marcial Lafuente Estefanía: Río de la muerte
Año de publicación: ni se sabe
Valoración: Inclasificable
Esto es muy bizarro, ya verán, pero la historia de la literatura tiene estas cosas (y muchas otras). Vean, Wikipedia dixit:
'Marcial Antonio Lafuente Estefanía (,,,) fue un popular escritor español de unas dos mil seiscientas novelas del oeste, considerado el máximo representante de dicho género en español. Además de publicar como M. L. Estefanía, utilizó seudónimos como Tony Spring, Arizona, Dan Lewis o Dan Luce y para firmar novelas rosas María Luisa Beorlegui y Cecilia de Iraluce. Las novelas publicadas bajo su nombre han sido escritas, o bien por él, o bien por sus hijos, Francisco o Federico, o por su nieto Federico, por lo que es posible encontrar novelas "inéditas" de Marcial Lafuente Estefanía'.
El subrayado de las dos mil seiscientas es mío, y no resulta menos relevante por el hecho de que se trate de relatos cortos de alrededor de cien páginas. Pero no acaba ahí la cosa. Por lo visto, este caballero fue miembro de la CNT, concejal y hasta general de artillería del Ejército republicano. Todo lo cual (más un cierto tiempo de cárcel) no impidió que su labor literaria, desarrollada íntegramente durante el franquismo, obtuviese un cierto reconocimiento a nivel popular.
No nos paramos. Hace mucho tiempo me contaron que hubo una época (no, sé, hacia los años 50 o 60 del siglo pasado) en que se podían comprar ciertos libros en un kiosko y, una vez leídos, cambiarlos por otros, no sé si gratis o por un precio simbólico. Vamos, una especie de avance de lo que hoy sería el bookcrossing o nuestro uladiano #MULiLi, si ustedes prefieren. Algo sorprendente, sí, pero ¿saben quién era el number one, el que lo petaba en ese peculiar mercado del trueque? Pues claro, nuestro amigo Marcial, con sus dos mil seiscientas novelas del Oeste, seguramente adquiridas por el padre o la madre en el mismo lugar y al mismo tiempo que el TBO o el Mortadelo para el niño. Así que vamos allá con una de ellas.
En cada una de las orillas del río Pecos (no me dirán que esto no empieza como un western pata negra) hay un rancho, con las respectivas familias enfrentadas, en ambos casos padres viudos con varios hijos varones, que pugnan por destruir al contrario. Mejor dicho, pugna por ello una de las dos familias, porque unos son los buenos, y los otros, los malísimos. El colmo de la bondad es el joven Jeff, que además de bueno es alto, guapo y pelea como los ángeles, si es que los ángeles pelean, que eso no se sabe. Porque, cómo no, hay peleas en el salón, tenemos sheriff y juez bien integrados en la pequeña comunidad, alguna chica con papel muy muy secundario que aporta una pizca de ingrediente galante, torneos de puntería y carreras de caballos (el rodeo, eso sí, no sale). Vamos, que no falta casi nada en ese archiconocido universo que nos ha dejado tantísimas películas durante varias décadas. Y ojo, que nuestro amigo Marcial no es como aquel escritor de Juegos de la edad tardía que ambientaba obras en Nueva York sin haber estado nunca allí. Lafuente Estefanía vivió realmente en los Estados Unidos, y recorrió el país durante varios años, así que sabía de lo que hablaba.
El problema, como bien sabemos los que hemos visto montones de aquellas películas, es que hay algunas pocas muy buenas, bastantes regulares o pasables, y otra buena cantidad de basura, de eso que se llama (o llamaba, no sé) serie B. Es decir, parecidos ingredientes, personajes aparentemente similares, pero operando sobre guiones infames, con directores de pacotilla y actores ridículos. Imitación barata, estética cutre y consumo rápido, algo que podríamos definir como western-pulp, por ejemplo. Y qué quieren que les diga, como ya se habrá imaginado el lector, el librito de don Marcial (y supongo que los otros dos mil quinientos noventa y nueve) se mueve por esa misma zona. Viene a ser como una especie de minimalismo narrativo o literatura Primark, lo más básico de lo básico, algo que, dejando a un lado la abundancia de violencia y sangre, podría leer sin ningún problema un niño de ocho o diez años.
Admito que me apena un poco decirlo, porque por alguna razón me ha caído simpático el buen Marcial, pero no me sorprende que el mundo literario haya despreciado (o simplemente ignorado) este tipo de libros, no obstante su éxito comercial tanto en España como en Sudamérica, incluso en los propios Estados Unidos. Es todo tan simple, tan obvio, que no da ocasión a pensar ni a detenerse en una imagen o un matiz, sencillamente porque no los tiene. Es un estricto producto de entretenimiento, algo en lo que emplear el puñado de minutos que uno puede precisar para despachar setenta páginas en vez de hacer cualquier otra cosa, fumarse un par de cigarros, hacer un crucigrama o, mucho peor, mirar las fotos que algún pelma ha colgado en Instagram.
Estos libros son desde luego la foto de una época y seguramente la de una clase social, la foto de quienes en aquella España gris, con el recuerdo fresco de la guerra y aplastados por un régimen mojigato y sobre todo aburrido, buscaban una distracción en estas sencillas historias de vaqueros que se vendían a precios populares. Una escapatoria, asequible y sin complicaciones, para llenar algunos ratos engañando a la frustración y las dificultades para llegar a fin de mes. Desde ese punto de vista, los libros de Lafuente Estefanía no serían desde luego literatura de gran valor, pero quizá sí una ayuda para quienes tuviesen la modestísima ambición de ir un pasito más allá de la radionovela o el carrusel deportivo.
A nosotros, desde unas cuantas décadas más adelante, todo esto no sirve al menos para entretenernos aunque sea de forma indirecta, porque no solo dedicamos una entrada a algo parecido a la arqueología literaria (y de alguna manera a reivindicar un nombre que tuvo su momento y su público), sino que bien podríamos montar una jugosa subserie de nuestras Malditas cubiertas, y hasta detenernos un poquito a pensar por qué, según lo que señala la Wiki que cito arriba, los seudónimos que utilizaba don Marcial para sus novelas rosas llevaban siempre apellidos vascos colgando de nombres de señoras.
martes, 22 de junio de 2021
Edogawa Rampo: Crímenes selectos
Crímenes selectos compila seis relatos de Edogawa Rampo publicados originalmente entre 1924 y 1931. En todos ellos se aprecia la impronta del japonés: su prosa ramplona; su linealidad argumental; sus personajes un tanto simples; su truculenta imaginación; sus obsesiones (el doble, los espejos, el deseo, la locura, la muerte, lo sensorial...); y, por descontado, sus homenajes a la obra de Edgar Allan Poe. De clara filiación pulp, la condición de estas historietas impide que se les pueda reprochar que a veces les falte verosimilitud, caracterizaciones más complejas o mayor profundidad temática.
"Gemelos" es la confesión de un condenado a muerte que se atribuye un crimen perfecto que nadie ha descubierto. Sin mucho fondo, funciona en tanto que pasatiempo endiabladamente entretenido.
"Un sueño a pleno sol" no destaca en nada. Aun así, se deja leer. Cuenta cómo un comerciante afirma haber matado a su mujer y presume de tenerla en el escaparate de su tienda convertida en maniquí. Personalmente, considero que al final de esta pieza le hubiera beneficiado una mayor ambigüedad.
En "La butaca humana", una escritora recibe la inquietante carta de un admirador. Esta ficción es, a mi juicio, una de las mejores del autor. No sólo parte de un concepto bastante original, sino que perturba sin recurrir a efectismo alguno, al contrario de lo que sucede en su adaptación manga de Junji Ito.
"La llegada de O-Sei" termina de forma abrupta, pero construye una buena tensión durante sus compases iniciales. Narra un asesinato impecable llevado a cabo gracias al azar.
"Bichos" es una detallada crónica que quizá peca de ser demasiado larga. En cualquier caso, tiene unos agradecidos toques de humor negro e imágenes bastante escabrosas vinculadas con la necrofilia y la descomposición.
"Los extraordinarios crímenes del doctor Mera" es una joyita. No sólo secuestra nuestra atención desde el inicio, sino que alberga reflexiones interesantes, una atmósfera la mar de sugerente, escenas aterradoras y un desenlace sorprendente, amén de un cameo metaliterario del mismísimo Rampo.
En resumen: los relatos agrupados en Crímenes selectos son intrigantes pese a su previsibilidad y, de tanto en tanto, exhiben picos notables. De modo que este volumen editado por Satori es altamente recomendable para los amantes del misterio.
También de Edogawa Rampo en ULAD: El Lagarto Negro, La bestia ciega
viernes, 9 de abril de 2021
P. Djèlí Clark: Ring Shout
1922. Macon, Georgia. Una joven negra llamada Maryse se dedica, junto a sus amigas Sadie y Cordy, a matar monstruos. Monstruos que fueron invocados mediante brujería en 1915 y se han camuflado entre los miembros del Ku Klux Klan.
Como podéis ver, la premisa de Ring Shout es sumamente atractiva. Y lo que empieza siendo un sencillo entretenimiento "pulp", un relato de venganza un tanto plano, no tarda en incorporar satisfactoriamente rasgos de fantasía, terror, drama y crítica social.
De esta novela destacaría lo siguiente:
- Los eventos reales que le sirven de telón de fondo (la esclavitud, los linchamientos, el segregacionismo, etc...) hubieran sido justificados por escritores menos competentes que P. Djèlí Clark a través de influencias sobrenaturales, y no al revés.
- Le da un arco a su protagonista. Es algo lineal, pero deja buen sabor de boca.
- Su villano, Clyde el carnicero, tiene un nombre cojonudo, un diseño moderadamente original y un rol amenazante.
- En menos de ciento cincuenta páginas consigue comprimir un universo único, habitado por criaturas asombrosas y permeado por un sistema de magia la mar de interesante.
- Sus giros de tuerca funcionan a la perfección (salvo uno, que era un tanto obvio); no sólo me parecieron orgánicos, sino que añaden plausibilidad al conjunto. El que justifica que Maryse sea la "chosen one", por ejemplo, excusa que este tropo por lo general nefasto haya sido empleado.
- La salpica un humor que oscila entre lo meramente simpático y lo ocurrentemente cáustico.
- Cobija secuencias que harán las delicias de los amantes de la adrenalina, la violencia y el "gore".
- Además de reflexionar en torno al racismo, en qué es lo que hace que los hombres se conviertan en monstruos y en cómo todo ser humano debe luchar contra sus propios demonios, aborda multitud de temas de refilón: el folclore de los negros, el uso de "the N-word", la igualdad entre hombres y mujeres, el socialismo, la propaganda, el sensacionalismo en los medios de comunicación, las teorías conspirativas...
- Su poderoso mensaje final viene a decir que la «rabia pura» que provoca la discriminación a aquéllos que la sufren «exige justicia», pero nunca debe combatirse con «odio».
- Sus referencias a H. P. Lovecraft y su literatura. Mención especial para ésa que aparece en el epílogo y daría pie a una secuela.
- Su audacia a la hora de subvertir el subgénero del horror cósmico desde el respeto por sus fundamentos, aunque criticando sus excesos y sus rasgos identitarios más caducos, de un modo similar al perpetrado por obras afines (así a bote pronto me viene a la cabeza Territorio Lovecraft, de Matt Ruff).
- Su capacidad para dialogar con la Historia americana y con diversas piezas artísticas de connotaciones supremacistas (pienso en El nacimiento de una nación, de D. W. Griffith).
En cuanto a los defectillos que le he encontrado a este texto, que son menores y para nada entorpecen la gratificante experiencia que supone leerlo, señalaría éstos:
- Va dirigido a un público "young adult", de modo que puede llegar a alinear a otras demografías. Asimismo, es innegable que cae en algunos vicios de este tipo de literatura.
- La voz narrativa sabotea ciertas escenas, pues su tono gamberro no acaba de casar siempre con los momentos de acción o tensión.
- Su prosa, aunque funcional, podría haber compaginado tanta descripción con evocación, e incluir más figuras retóricas, aparte de los abundantes símiles.
- En ocasiones se pasa de peliculero, lo cual dificulta tomarlo en serio.
- Me hubiera gustado que se le diera foco a la faceta de contrabandista de licores del grupo protagónico.
- Echo en falta la complejidad y desarrollo de Maryse en el resto de personajes, así como una mayor sofisticación en sus dinámicas e interacciones mutuas.
- Quizá las motivaciones de las Tías, que son ambigüas durante sus primeras apariciones, se esclarecen demasiado para mi gusto en el epílogo.
lunes, 15 de junio de 2020
Xavier Marturet: Lágrimas de muerte
Antes de nada, algo de contexto: ¿de dónde sale Lágrimas de muerte, de Xavier Marturet? Pues bien, esta novela breve es la segunda entrega de «Amenazas», serie de terror y aventuras de corte "pulp" inaugurada por el escritor Raúl Montesdeoca con La llegada. Las obras que componen dicha serie transcurren en el mismo universo y emplean personajes recurrentes. Se pueden leer de forma autónoma, aunque para apreciar los pormenores de su continuidad es preferible abordarlas todas en orden de publicación.
Ya que estamos, aclaro que «Amenazas» me parece un proyecto editorial sumamente interesante. No es único en el panorama español reciente (Pulpture también tiene uno de estas características, por ejemplo), pero promete devolvernos a esos tiempos en los que la narrativa de evasión entretenía a una audiencia ávida de historias coloridas y sin grandes pretensiones. Desgraciadamente, la calidad de los productos que lo constituyen es deficiente. Al menos, según lo que he podido comprobar con Lágrimas de muerte.
Entiendo que a una colección de estas características no hay que exigirle mucho, ojo. Pero de ahí a entregar una ficción con un argumento cliché, una estructura caótica, personajes planos, una prosa tosca y un estilo ramplón, hay un buen trecho. Quizás el apartado más conseguido de esta novela sea su ritmo. Un ritmo tan ágil como el que la trama (que transcurre en una noche) demanda. Asimismo, destacaría la solvencia puntal de determinadas escenas. Precisamente las de suspense o acción; las cuales, paradójicamente, deberían ser difíciles de escribir.
La edición de Isla de Nabumbu tampoco ayuda a redondear el conjunto, pues presenta diversos gazapos, erratas y reiteraciones intrusivas. De ella salvaría, eso sí, la magnífica ilustración de la cubierta, a cargo de Julio Rod. Es, sin lugar a dudas, una delicia visual, fabricada especialmente para los amantes del género.
Concluimos pues que Lágrimas de muerte no está mal siempre y cuando uno acuda a ella consciente de sus modestas intenciones. No innova en nada y no siempre entrega el entretenimiento que promete, pero en general es pasable en tanto que escapismo barato. Aún así, deja un regusto a potencial desperdiciado, a producto mejorable en casi todos los aspectos. Lástima.
sábado, 22 de febrero de 2020
Ed Wood: La sangre se esparce rápidamente
Título original: Blood splatters quickly
Año de publicación: 2014
Traducción: Matías Battistón*
El caso es que Wood escribía. Escribía relatos para revistas eróticas de mala muerte. Bob Blackburn, amigo de la viuda de Wood, reunió y publicó veintiséis de estos relatos en 2014. Relatos plagados de borracheras, crímenes, sexo y humor negro. Relatos que, por lo general, están escritos con un estilo tosco*** e incluso, en ciertos pasajes, involuntariamente cómico****. Relatos que presentan argumentos manidos y personajes acartonados. Relatos que, pese a lo malos que son, recomiendo sin lugar a dudas a los amantes del desparpajo pulp. Recordad: no nos reímos de Wood, nos reímos con él.
Para mí, la mejor pieza de esta antología es "Cómo matar una noche de sábado", cuento que se podría emparentar fácilmente con el realismo sucio. Sus toques de humor funcionan tan bien como los de "La escena del crimen", sátira bastante lograda a la que solamente lastra la obviedad de su mensaje.
"Escena íntima / Despegue" y "Ninguna tonta" también son historias destacables. Wood caracteriza correctamente a las dos mujeres que las protagonizan, que ya es mucho. ¿Quizás las escribió estando sobrio, para variar?
Por su parte, "La sangre se esparce rápidamente", obra que da título al volumen que la compila, resulta entretenida. Igual que "Pechugas en bandeja" o "El prostíbulo del terror: una pizca de espanto". Buen trabajo, Wood.
Lo dicho: esta antología (la cual incluye, por cierto, varias de las ilustraciones que acompañaron a los textos originales) hará las delicias de los amantes del pulp. A ratos me encontraba exigiéndole más mala leche o excentricidades a estos relatos. Después recordaba que a las creaciones del bueno de Wood hay que disfrutarlas incondicionalmente. Y así lo hice.
*Debemos la traducción al español de Blood splatters quickly a la editorial Caja Negra. Dicha traducción, por tanto, presenta palabras, expresiones y modismos argentinos.
**Lo que sí recoge el biopic de Burton es la fascinación de Wood por el travestismo y los sweaters de angora. Fascinación que emerge, evidentemente, en su ficción literaria.
***Cuando Wood intenta manejar el pasado y el presente paralelamente, la narración queda confusa de narices.
****¿Acaso nadie avisó a Wood de que abusaba de los puntos suspensivos y de que, incluso, los empleaba en ocasiones contraproducentes? Adorable.