Año de publicación: 2023
Valoración: ¿recomendable?
Un secreto que no lo es, en realidad: hay reseñas facilitas, que se escriben en un plisplás y otras difíciles como un demonio. A ver si adivináis de que tipo es la de esta novela... Exacto, de las jodidas peliagudas de hacer. Porque la novela de la que trata no sólo se sale de lo habitual, tanto en argumento como en su estilo, sino que además resulta complicada de valorar, al menos usando el Sistema Unificado ULAD de Valoración de LIbros (no digamos ya poniendo estrellitas a lo Goodreads).
Pero bueno, vamos al lío que aquí hemos venido a jugar... Budapest es lo que podríamos llamar una novela distópica postapocalíptica, aunque no quede muy claro de qué apocalipsis nos están hablando. Es también una novela de viajes, la enésima versión de la Odisea, protagonizada no por un rey griego sino por dos primos -él y ella- que recorren el Páramo en busca de ¿venganza? ¿Justicia? ¿Su pasado, sin más? Sobre todo, Budapest es un cuento terrible, la versión Mad Max, si se quiere, de alguno de los hermanos Grimm (aunque la autora habla de Hans Cristian Andersen en el epílogo) con unos Hansel y Gretel con quienes más le vale no cruzarse a ninguna bruja...
Resumen resumido (a ver si soy capaz): Cara y Carlo son dos primos que vagan juntos por el Páramo, en la orilla opuesta de donde se encuentra la que fue ciudad más bella a orillas del Danubio, en busca, parece del Abuelo de las Tormentas. Han sido criados, tras su paso por el Palacio Encantado, por dos soldados también errantes, Piotr y Santino y acabado convirtiéndose en, tal vez, las criaturas más temibles en un mundo habitado por lobos, chacales y fantasmas. Un mundo destruido tras la guerra -da igual si la segunda o la tercera Guerra Mundial. O quizás ambas a la vez- en el que el genocidio ha sido casi total y la contaminación, absoluta, convertida en la nueva naturaleza, en el hábitat en donde deben sobrevivir los primos protagonistas. Cuya historia vamos conociendo no de manera lineal (lineal recta, quiero decir) sino espiral, pues ésta es la forma que adopta la narración, avanzando desde el exterior de la misma hacia el centro, pero dando rodeos, circunloquios, desvíos, metáforas y racconti... Porque esa es otra: el estilo de Mories (al menos en esta novela, que es la única suya que he leído) dista mucho de ser sencillito y meramente funcional; está compuesto -y empapado de un lirismo tenebroso que recorre toda la novela- de forma más bien fragmentaria, aunque el resultado final los unifique, por episodios oníricos, analepsis, pensamientos -o sensaciones. O aprensiones- de los protagonistas, recuerdos y presagios- Trufado todo por multitud de poemas, con los de T. S. Eliot a la cabeza, y canciones, desde las de Leonard Cohen a Antonio Vega o El Novio de la Muerte... Un estilo que, curiosamente y al menos según mi opinión, cuanto más tortuoso, complejo y alegórico resulta, más eficaz en la difícil (muy difícil, en este caso) tarea de conseguir la consabida suspensión de la incredulidad. ¿Lo consigue Budapest? Pues sí, pero ya digo que a base de exceso, perversidad y artificio.
De ahí, en parte, que no tenga claro si recomendar o no esta novela, al menos para todo el mundo. No sólo porque no resulte una lectura fácil debido a su estilo (aunque eso también puede atraer a ciertos lectores/as), sino porque lo que envuelve éste es una historia en extremo dolorosa y hasta cruel -no digo que lo sea su autora, sino lo que nos cuenta-, con pasajes cuyo hálito metafórico no esconde imágenes de pesadilla, con un punto gore, incluso... Puede no ser una novela de terror al uso, y puede que a muchos y muchas aficionadas al género no les acabe de convencer (a otros, seguro que sí), pero no os llamaré a engaño: SÍ que es una historia de terror. Más aún cuando no hace sino reflejar lo que pasó en Europa hace no tanto tiempo y prever lo que puede llegar a pasar, por el camino que vamos...
1 comentario:
¡Hola, Juan! No he leído esta novela, pero lo que cuentas recuerda a otros textos de la autora, en los que lo oscuro, cruel y estilísticamente experimental siempre se funden. Gustará lo que escribe Mories más o menos, pero creo que todos los lectores coincidiremos en que su obra derrocha calidad y ambición.
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