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2 de octubre de 2009

La obra de Bernardino de Sahagún.

A Bernardino de Sahagún - fraile español franciscano - le debemos el conocimiento de la historia del México prehispánico. Durante sus misiones y estancias en el nuevo continente, elaboró infinidad de documentos escritos en náhuatl y español, que a lo largo de la historia, han servido para enteder el idioma y la cultura de aquel maravilloso país.

En Tlalmanalco pasó sus primeros años, para luego fundar el convento de Xochimilco, en el año 1535. En el Colegio de la Santa Cruz, en Tlatelolco, fundado por el arzobispo de México Juan de Zumárraga, Bernardino formaría discípulos que colaborarían con él en el rescate de la lengua y la cultura de los aztecas y demás pueblos nahuas.

Por orden real, muchos de sus trabajos fueron confiscados. Su metodología misionera, respetuosa de las costumbres locales, despertaba el temor de que en verdad su rescate por la cultura nativa fuera una barrera para la evangelización. Según los expertos, la resistencia hacia su trabajo no sólo provino de sectores religiosos, sino también políticos. Las tres copias que el fraile realizó de sus trabajos terminaron llenando algún espacio de la biblioteca del Palacio Real.

Para comprender mejor esto, no debemos olvidar el contexto político y social en la Europa del siglo XVI. Éste no era el mejor: había una fuerte intolerancia hacia los grupos protestantes. En este clima, las investigaciones y los documentos que hablaban y defendían un mundo pagano y antiguo como el azteca, no eran bien vistas por las autoridades coloniales.

Con el paso del tiempo, la obra de Bernardino de Sahagún trascendió todo tipo de barreras, y se transformó en objeto de estudio obligado si se quiere comprender el mundo prehispánico del pueblo mexicano.

11 de agosto de 2009

De logias y otras costumbres masónicas.

En el año 1797, Francisco de Miranda fundó en Londres la Logia de los Caballeros Racionales. Este fue el puntapié inicial para que, en 1811 y en la ciudad española de Cádiz, se fundara la primera filial, la Logia Lautaro. Su nombre se debe al gran jefe mapuche Lautaro, quien presentó una resistencia feroz a la dominación española en el siglo XVI.

El principal objetivo de ésta logia de carácter masónica fue el logro de la independencia americana, a través de un sistema republicano unitario y un gobierno unipersonal. Podríamos afirmar que sus objetivos no eran sólo filantrópicos, sino también de corte netamente revolucionario.

El libertador José de San Martín fue miembro de esta logia masónica. Esto ha generado gran controversia ya que algunos historiadores, en favor del catolicismo, niegan rotundamente su pertenencia a dicha logia. Sin embargo muchos otros comprobaron que el general fue iniciado masón en la Logia Integridad de Cádiz y de allí pasó a la Logia Caballeros Racionales Nº3.

El historiador masón Albert Gallatin Mackey afirma que la logia se componía de dos cámaras: la azul, compuesta por los tres primeros grados, y la roja, compuesta por los dos siguientes. Esta cámara sería llamada Gran Logia de Buenos Aires por San Martín, y fue la que finalmente actuaría en política, prescindiendo de la Lautaro.

Además de Francisco de Miranda y José de San Martín, integraban la logia hombres como Simón Bolívar, Bernardo O'Higgins, Carlos Alvear, Bernardo Monteagudo y Francisco Isnardi, este último italiano y amigo de Miranda.

Muchas veces las logias han sido atacadas ciegamente por su carácter masónico, generando voces en ambas veredas. Hay quienes las denostan, por creer que son organismos antireligiosos, y otros que las aclaman, justamente por ser anticlericales, pero no antireligiosas. Aún hoy, mantienen un estricto acatamiento a las reglas. Por ejemplo, sus miembros son aceptados sólo si son recomendados por otros dos masones. Además, un masón puede afirmar públicamente su condición, pero no puede develar lo mismo de un tercero. Muchos de los presidentes argentinos han sido masones y, según se afirma, todos sus pares norteamericanos también, a excepción de John Kennedy.

17 de junio de 2009

Datos curiosos de algunas expediciones marítimas.

Luego de la llegada de Colón a América, y antes de la etapa de conquista de aquellas tierras, numerosos navíos contratados por las cortes más poderosas de Europa surcaron los mares en busca de nuevas rutas comerciales y pasos que contectaran los mares Atlántico y Pacífico.

Fernando o Hernando de Magallanes, portugués, fue contratado por la corona española con el objetivo de encontrar un paso que uniera ambos océanos. De esta expedición sabemos que la isla de Tierra del Fuego fue bautizada con ese nombre por sus marinos europeos. Desde los barcos podían divisar las constantes fogatas de los indios selknam de la región. El nombre original de Tierra de los Fuegos, fue cambiado por Carlos I por el nombre de Tierra del Fuego.

Hacia 1515 Juan Díaz de Solís, español, llegó al estuario del Río de la Plata, bautizándolo como Mar Dulce. En ese mismo trayecto desembarcó en la isla Martín García, bautizada así porque en ella fue enterrado el segundo a su mando. De este modo se dirá que Solís fue el primer europeo en poner un pie sobre el territorio argentino. Finalmente, morirá asesinado junto a otros marineros por guerreros guaraníes o charrúas.

Al italiano Juan Caboto, las coronas españolas y portuguesas le negaron financiación, por lo cual acudió a la corte inglesa. Allí, los ingleses lo bautizarían como John Cabot y sólo tres años después del primer viaje de Colón, Caboto exploraría las tierras de norteamérica. Él y sus hombres podrían haber sido los primeros europeos en pisar tierras norteamericanas desde los vikingos. Sus viajes y descubrimientos fueron la base de las reinvindicaciones inglesas sobre esa porción del continente americano.

Su hijo fue Sebastián Caboto, quien, el 9 de junio de 1527 fundó el primer establecimiento español en la Argentina: el fuerte Sancti Spiritu, en la desembocadura del río Carcaraña. Cerca de su ubicación se levantó el pueblo Puerto Gaboto, en honor al famoso navegante.

A la muerte de Magallanes en Filipinas - en 1521 - quedó al mando de la expedición Juan Sebastián Elcano, quien participó de la primera vuelta la mundo. El mencionado rey Carlos I le concedió, como emblema y escudo, una esfera del mundo, acompañada de la leyenda Primus circumdedisti me, o sea, Fuiste el premro en darme la vuelta.

Fuente: Wikipedia - Archivo Personal.

25 de marzo de 2009

El chaco sudamericano.

El Gran Chaco consiste en una de las principales y más grandes regiones geográficas de Sudamérica. Los países por los cuales este ecosistema se extiende son Argentina (que posee una provincia llamada Chaco), Bolivia, Brasil y Paraguay. El vocablo chaco proviene del quechua chaku, que quiere decir "territorio de caza" y hace alusión, por supuesto, a la gran variedad de animales: tapires, ñandúes, yacarés, loros, monos, etcétera.

Históricamente, entre los pueblos originarios podemos encontrar a los matacos (entre ellos, los wichí) y los toba. En años previos a la llegada de los españoles llegaron del este los temibles chiriguanos, quienes se consideraban a sí mismos como hombres-tigre. Estos últimos, mantuvieron a raya no sólo a los poderosos incas, sino también a los españoles. Mientras que, desde el oeste, la zona recibió influencias de pueblos andinos y posteriormente, del Imperio Inca.

Entre los primeros europeos que exploraron la región, podemos nombrar al navegante portugués Alejo García, quien llegó al Alto Perú gracias a guías guaraníes, pero murió tras un ataque de los belicosos guaycurúes. Juan de Ayolas surcó ríos y terrenos inhóspitos para dar con la mítica Sierra del Plata, aunque también murió a manos de nativos. Hasta el famoso Alvar Núñez Cabeza de Vaca estuvo inmerso y perdido en esta región.

Vale aclarar que, aunque todas estas etnias terminaron sus días esclavizadas o muertas por manos españolas y europeas, los chiriguanos nunca fueron terminados de conquistar, manteniendo sus tradiciones casi intactas.

Fuente: Wikipedia.

4 de diciembre de 2008

Alonso Sánchez de Huelva, el prenauta.

Fue un marino y comerciante español, nacido en la Villa de Huelva, hacia el siglo XV. Muchos niegan su existencia debido a que este personaje echaría por tierra la tarea y el mérito de Cristóbal Colón. Este personaje encarna la teoría del prenauta que llegó a América mucho antés que el célebre almirante.

Bartolomé de las Casas narra la historia de un barco que se desvía de su trayecto por una fuerte tormenta, y luego de días, arriba a algún rincón de América. Pero fue el Inca Garcilaso de la Vega quien, en sus comentarios reales, cuenta la historia.

En una de sus crónicas, de la Vega cuenta que Alonso Sánchez en un viaje hacia Inglaterra, es sorprendido por una fuerte tormenta, entre las Islas Canarias y Madeira y pierde el rumbo. Luego de varias semanas, arriban a una isla (podría tratarse de Santo Domingo) y son bienvenidos por los indígenas del lugar.

Luego de un tiempo allí - y de haber calculado las distancias recorridas - emprenderían la vuelta, arrivando a la isla de Porto Santo en donde, en ese tiempo, vivía Colón. Alonso, siendo uno de los pocos sobrevivientes de la travesía, según las palabras del Inca Garcilaso, reveló su secreto a Colón, quien ya había reunido información de las tierras al oeste del océano.

Este relato, dice Garcilaso, lo oyó cuando era niño, de palabras de los conquistadores españoles.

Actualmente, en la ciudad de Huelva, Alonso Sánchez es algo así como su hijo pródigo. Un monumento en su honor cercano al muelle lo recuerda, al igual que una institución de enseñanza y un parque.

7 de octubre de 2008

Ecos de Túpac Amaru en suelo argentino.

Es sabido que en el año 1780, en la ciudad peruana de Cusco y alrededores, se produjo una enorme rebelión de indígenas, conducida por el gran José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru).

Su discurso era simple: la total libertad de América del yugo español, por medio de la autonomía indígena, la eliminación de la explotación hacia éstos y la liberación de los esclavos. Pero el accionar fue rápidamente neutralizado por las fuerzas españolas. Los rebeldes fueron derrotados en abril de 1781 y los cabecillas ejecutados, entre ellos Túpac Amaru, quien fue cruelmente torturado.

Pero la insurrección indígena llegó mucho mas al sur, haciendo pie en Bolivia y en el territorio argentino.

En el norte de Argentina, hubo alzamientos entre los Diaguitas, aunque fueron aplacados de forma rápida. Pero hacia febrero de 1781, los Tobas de la provincia de Jujuy se rebelaron, junto a grupos de Matacos del Chaco. Sin embargo, los españoles los obligaron a retirarse, provocando grandes pérdidas entre los aborígenes.

El último intento toba-mataco fue apagado definitivamente hacia 1785. Los cabecillas también fueron torturados y condenados a muerte. A muchos indios se les marcó en la cara con un hierro caliente la R de rebelde... y para ultimarlos aún más, casi 90 matacos fueron masacrados.

Sin embargo, la figura de Túpac Amaru sobrevivió, transformándose en mártir e ícono de la libertad, y es reconocida en todo el mundo.

Fuente: Los Hijos de la Tierra (Carlos Martínez Sarasola).

2 de julio de 2008

Dos antiguas potencias de mesoamérica se saludan...

La ciudad-estado maya del Período Clásico de Waka, en la actual Guatemala, fue testigo de un encuentro muy importante entre las dos civilizaciones más grandes de mesoamérica por aquellos días.

En los primeros días del año correspondiente a 378, un enviado de la gran Teotihuacán llegó a esa ciudad de la región maya. Según muchos investigadores, luego de establecer contactos con Nace el Fuego - tal el nombre del enviado - las ciudades-estado mayas protagonizaron el paso final hacia su grandeza y Teotihuacán amplió notoriamente su influencia en esas regiones.

Waka comprendía un punto estratégico de gran importancia para los teotihuacanos: poseía un puerto importante desde el cual se podrían realizar acciones militares de envergadura. La teoría más apoyada afirma que el principal objetivo de Teotihuacán era la ciudad maya de Tikal, la más importante de la región del Petén. Atestiguan muchas inscripciones que hacia allí se dirigió Nace el Fuego, que con sus tropas obtuvo una victoria aplastante sobre Tikal y se alzó con el poder.

Sin embargo, hay otra teoría que explica el origen de Nace el Fuego: sería parte de una facción de Tikal que habría huído hacia el oeste (hacia Teotihuacán) tras un golpe de estado, y que ahora estaba regresando a su patria maya.

Ya haya sido de origen teotihuacano o no, la llegada del nuevo regente a Tikal provocó el anhelo de expansión de esa ciudad-estado. Se han encontrado referencias a Nace el Fuego, no sólo en estelas e inscripciones de Waka y Tikal, sino también en la lejana Palenque y en Uaxactún, donde un mural muestra a un jefe maya rindiendo homenaje a un hombre ataviado a la manera de la gran Teotihuacán.

Fuente: National Geographic Magazine - agosto 2007.

27 de junio de 2008

Amazonia: etimología, Vilcabamba, incas y otras cuestiones.

El río Amazonas se extiende por casi toda Sudamérica. Es la arteria de la selva amazónica, hogar no sólo de innumerables especies de los reinos animal y vegetal, sino también de innumerables tribus, muchas de ellas peligrosas que se resisten a entablar contactos con el mundo moderno. Sumergirse en tal maraña de árboles y riachos ha sido, históricamente, un gran reto que - en muchos casos - ha llevado a la muerte.

La expedición española de Vicente Yañez Pinzón fue la primera en internarse dentro de la selva, remontando el río aguas arriba, en el año 1500. Pinzón bautizó al río Santa María de la Mar Dulce, aunque ese nombre no le duraría mucho tiempo.

Francisco de Orellana lo bautizaría como Amazonas en honor a las antiguas y valientes guerreras escitas que mencionaban los griegos. Esto se debió a las belicosas tribus locales integrada por hombres y mujeres que, a lo largo del viaje, enfrentaron a los europeos. Aunque estudios posteriores nos dicen que quizás provenga de una palabra indígena que a oídos de los españoles sonaba semejante a "amazonas".

La actual selva amazónica - al noroeste de Perú - sirvió como reducto a los últimos cuatro soberanos incas: Manco Inca, Sayri Tupac Inca, Titu Cusi Yupanqui y Túpac Amarú I, quienes se establecieron en la ciudad de Vilcabamba, la última ciudad perdida inca.

Los cuatro señores ofrecieron resistencia a los españoles, quienes estaban aliados con pueblos autóctonos de la Amazonia antes conquistados por los incas como los Chachapoyas, Huancas y Cañaris. Al margen de todo esto, la triste caída del Tahuantinsuyo ya estaba en marcha y con la decapitación de Túpac Amarú I, se decretó el final del proceso de conquista española en el Perú.

Fuentes: Wikipedia - Archivo Personal.

30 de enero de 2008

*Agregado a Junta de Valladolid y derechos de los indios.

Por sugerencia del blogger Arturo Alarcón, autor del blog Amautacuna de Historia y por olvido de quien les escribe, agregaré al anterior post Junta de Valladolid y derechos de los indios, el papel que desempeñó Fray Antonio de Montesinos.

En 1511, el fray dominico predicó en favor de la libertad y la igualdad de los indios, atacando a la encomienda y la esclavitud a la que eran sometidos los nativos por parte de los españoles. De esta manera, toda la orden de frailes dominicos promovió la ofensiva contra la subyugación india. Como resultado, en 1512 se promulgaron las Leyes de Burgos, por las cuales la Corona exigía el buen trato para con los nativos y promovía nuevas maneras de protección de los mismos. Y de esta manera Fray Bartolomé de las Casas se hizo eco de los dichos de Montesinos y decidió abrazar la causa defensora de los indios americanos.

Este es un extracto del sermón de Antonio de Montesinos en Santo Domingo, en 1511: "todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios? (...) Estos, ¿no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales?"


Fuente: Wikipedia

28 de enero de 2008

Junta de Valladolid y derechos de los indios.

Entre los años 1550 y 1551, se llevó a cabo el célebre debate conocido como la Junta de Valladolid, en la cual se expusieron dos posiciones contrarias acerca de cómo los indios debían ser tratados. Tras esto, se vio sembrada la semilla de los derechos humanos de los indígenas.

Juan Ginés de Sepúlveda justificó la conquista, exponiendo que las conductas antinaturales practicadas por los indígenas (canibalismo, sacrificios humanos) eran meritorias del uso de la fuerza por parte de los conquistadores. También aludió a la conveniencia de los indios de someterse a las huestes españolas y así poder salvar las vidas inocentes de muchos que serían sacrificados a sus falsas deidades.

En la vereda de enfrente se hallaba el fraile dominico Bartolomé de Las Casas, seguidor de las ideas de Francisco de Vitoria, quien afirmaba que los indios no eran seres inferiores, y que debían gozar de los mismos derechos que cualquier otro ser humano, además de ser dueños de sus tierras. También de Las Casas argumentaba el grado de civilización adquirido por los aztecas demostrado en su arquitectura.

En 1542 como consecuencia de la Junta, se promulgaron las Leyes Nuevas. En ellas se prohibía la esclavitud de los indios y se los colocaba bajo la protección de la Corona. A su vez se dispuso que en las expediciones a tierras inexploradas debían participar dos religiosos, que exigirían a los conquistadores un contacto pacífico con los pueblos nativos. Las Leyes Nuevas no resolvieron el problema enteramente pero al menos significaron un primer intento.

Las conquistas pasaron a tener el irónico nombre de Pacificaciones, aunque el auge de los conquistadores ya había comenzado a desaparecer al no tener grandes civilizaciones a las que conquistar... los imperios Inca y Azteca ya eran parte de la Corona Española.

17 de agosto de 2007

Ciudades ricas de la América Indígena.
Muchas historias acerca de ciudadelas míticas llenas de oro, plata y piedras preciosas fueron escuchadas en la época de la conquista española. A la Sierra del Plata, de la que ya hemos hablado, se le suman los siguientes mitos.

Existió una fabulosa ciudad donde el oro era algo por demás común, al punto de tener sus calles pavimentadas con ese metal. Esa ciudad se llamó El Dorado. Al llegar al actual territorio colombiano, los españoles entablaron contacto con los Muiscas o Chibchas, pueblo originario del altiplano de ese país. Sus rituales, que incluían objetos de oro y a un sacerdote cubierto de polvo dorado, hicieron delirar a los españoles. Así, varias expediciones se emprendieron, pero ninguna pudo dar con la mítica ciudad.

En los valles cordilleranos, entre Argentina y Chile, existió la Ciudad de los Césares, también conocida como Trapalanda, Lin Lin o Elelin. Fue buscada intensamente, se suponía que había sido fundada por náufragos españoles al mando de Francisco César. Diego de Rojas recorrió gran parte del área, llegando a encontrar gallinas de raza europea que, según el mito, Francisco César habría dejado entre los indios.

Cíbola y Quivira eran ciudades llenas de riquezas que se alzaban en algún lugar al norte de México y sur de EE.UU. El mito en verdad nació en la Edad Media, en plena invasión árabe a España. La leyenda cuenta que siete obispos huyeron de la ciudad de Mérida para impedir que los moros se apropiaran de riquezas religiosas, llegando más allá del mundo conocido en esa época. En América habrían fundado las ciudades de Cíbola y Quivira. También fueron objeto de búsquedas y expediciones incansables, como la del Virrey Antonio de Mendoza, pero ninguna llegó a buen término.

Escondida en alguna parte de la selva tropical de Perú, norte de Bolivia y este de Brasil se encontraría la ciudad de Paititi. Según el mito, el legendario héroe Inkarri luego de fundar Cusco se retiró a la selva, a vivir sus últimos días en la ciudadela. Exultante de oro y considerables riquezas, se dice que su ubicación fue informada al vaticano por los jesuítas en 1600, pero nunca se la dio a conocer hasta que en 2001 un arqueólogo italiano encontró el informe en los registros de las misiones jesuíticas.