un diario posible: mayo 2011

martes, 31 de mayo de 2011

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Los álamos, los sauces, las totoras, los mil colores del otoño que el atardecer agrisa. Las luces de la calle sobre el agua casi negra del Napostá. Siento un grito ahogado como si al día le hubieran puesto
una almohada en la boca para matarlo suave pero firmemente.




lunes, 30 de mayo de 2011

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Te dije que no te iba a extrañar, pero era en verano. Ahora está gris y frío. A veces tejo para sentir tibias las manos, a veces prendo el horno para sentir el calor mezclado con un perfume de verduras o de membrillos, pero el calor del sol es otra cosa. A veces como ahora me dan ganas de ovillarme como Lorenza que se abraza sola y parece feliz, o mandarte mensajes de vapor, que ni te des cuenta.



domingo, 1 de mayo de 2011

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A la mañana caminé pisando las hojas que ya volvían a crujir después de tanta lluvia. Ahora pienso en la semana que empieza, pongo en vinagre un coliflor antes de cocinarlo y dejo sin casa a un monton de gusanitos de un verde casi fosforescente.