Un "gentleman" en el río, un caballero en la vida. Ambas cosas no se pueden disociar de un verdadero pescador de mosca. Por suerte tenemos un hobby que abarca esto y mucho más.
Una foto con muchos recuerdos...ropa "vintage", técnicas hoy día olvidadas, y la maravillosa tranquilidad del aislamiento entre riscos, pizarras y truchas...Dicen que un río hace una persona. Si ello fuera así, a mi me ha modelado El Cabrera. Lo tengo en lo más profundo de mi corazón, y sólo allí soy capaz de llegar al culmen de la pesca a mosca. A lo básico, al disfrute con lo mínimo.
Una caña de bambú, una línea de seda, un "furled leader" fino y sublime, una mosca ahogada, y un morral con lo justo...¿para qué más?
La temporada 2016 está cerca, se huele en el río, y lo atisbo en el horizonte. Quizá por ello me vuelvo tan nostálgico.