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Pues no. No hubo duelo. O, al menos, no con la magnitud que se imaginaba. Reunidos ésta mañana a las 9:00 y puntualmente en Berín, el templo del Maratón mundial (ejem ejem NYC) dos artistas de talla mundial: uno, Boada, vestido de Víctor Go (gracias VG otra vez y felicidades por tu cambio radical y por todo lo demás) otro, Haile Gebrselassie, de amarillo, etíope, y estando a la altura de lo que el mundo imaginaba que podían hacer. No hubo duelo y, desgraciadamente para nuestro amigo Trisidente, no pudo aguantar el terrible ritmo que el africano puso desde la salida.
Como es habitual en esos momentos previos a la salida, los abrazos, ánimos, estiramientos, consejos y golpecitos de motivación entre unos y otros son habituales. Las miradas prohibidas entre los dos grandes favoritos no existieron porque mientras Boada buscaba intimidación con sus ojos afilados, Haile, conocedor de ello y tal vez buscando no desconcentrarse, los evitaba. Pero el público congregado en la salida tembló cada vez que el veterano corredor Trisidente fijaba su mirada en algún espectador. Tembló, sobre todo, cuando se dió el bocinazo de salida y los 2 atletas, la gacela blanca y el lince negro, se dispusieron a devorar los 42.195 mts que tenían por delante.
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El duelo desapareció ya en los primeros compases de la carrera cuando Haile marcó un ritmo que sólo unos pocos elegidos (sus 10 liebres) pudieron seguir. Boada quería continuar, seguir ese duro ritmo, pero hoy sí escuchó a su cuerpo. Miró antes a sus piernas, miró luego hacia el resto de corredores de su alrededor, le dijo a su cabeza que aguantara un poco más, que resistiera a ese loco ritmo, y después Joan aceptó disciplinadamente volver al ritmo que le llevaría a meta. Sabía que le hacía un gran bien a su futuro. Sabía, además, que así podría estar el domingo en el próximo triatlón de Barcelona. El público le animó con la grandeza que merece su figura. O sea, con todo Berlín puesto en pie, coreando el nombre de Boada, a la vez que entraba Haile en meta, en el arco de la victoria con un nuevo record del mundo.
Boada, nuestro Boada, nuestro Trisident más veterano, también levantó los brazos y junto a él muchos a miles de kms cuando vimos su marca.
Todos contentos finalmente, Haile con su record de 2:03:59, y Joan Boada con su mejor marca personal de 2:56:20. En el próximo reto seguramente la diferencia de marca será menor. Cuidadín Haile, el año pasado la diferencia fue 10' mayor a la de este año. Año a año, conforme Haile se hace mayor, nuestro Boada se hace más joven.
Felicidades a los dos.