Las besa con suma conciencia para no equivocarse. Ha puesto todo
sobre la mesa, literalmente. Acaba de dar el salto sin retorno al abismo
profundo de la perdición.
En un breve flashback, recorre su trayectoria desde
que comenzó. Primero con pantalón corto, la cara sembrada de acné y los ojos
bailando de emoción, era la primera vez. Luego diferentes casas, diferentes
colegas. Alguna compañera también, con la que hubo algo más en la oscuridad de
algún callejón sucio.
Mira de soslayo a sus compañeros de juego mientras besa
apasionadamente sus cartas.
Ahora, no sabe si desea ganar o perder.
Asun©2/12/2015
Imagen recogida en la red.