jueves, 22 de septiembre de 2011

Niagara II

He aprovechado mi reciente visita a Toronto para acercarme de nuevo por Niágara. En esta ocasión tomamos un tren en vez del autobús. Bueno, no era exactamente éste:

Es complicado moverse en transporte público porque no hay demasiadas opciones, así que tuvimos que combinar tren, autobús y coche de San Fernando bajo un calor húmedo algo desagradable y muy pegajoso.

Tenía una espina clavada desde que hace dos años decidiera no subir a la torre. No me explico cómo me pudo suceder algo así, porque tiempo tuve de sobra. Al día siguiente me tiraba de los pelos, pero ya era tarde.



Menos mal que la vida te da a veces una segunda oportunidad y pude enmendar mi error, porque las vistas desde allí son magníficas. Os dejo con unas cuantas fotos.





lunes, 12 de septiembre de 2011

La tentación vive al lado

Ya me gustaría que fuese Marylin Monroe, como en la película de Woody Allen, porque me habría animado el verano, pero no; se trata de una tienda de cervezas que han abierto cerca de donde vivo.

La idea de hacer una entrada sobre cervezas ha pasado por mi mente en más de una ocasión pero al final siempre ha quedado relegada. Supongo que algún día la haré porque lo cierto es que me gusta mucho y creo que obviando cuatro tópicos es poco conocida.

Ya me gustaba de antes, pero los dos años pasados en Bélgica fueron como un máster, el paraíso para todo amante de esta bebida.





España ha mejorado mucho en los últimos años. Pequeñas cervecerías, algunas de ellas artesanales, buscan hacerse un hueco en un país dominado por el vino y por los grandes grupos cerveceros. Que aquí hay buena cerveza no sorprende a nadie, pero a mí me gusta probar cosas diferentes y Madrid estaba un poco atrasada en este aspecto. Por eso me alegra dar la bienvenida a esta tienda que acaba de abrir sus puertas. Les deseo mucha suerte.

Yo de momento me he comprado estas diez, nueve de ellas desconocidas para mí. Un auténtico tesoro que pienso dilapidar en los próximos días.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Frank Hurley

Este blog acaba de cumplir cuatro años y pienso celebrarlo con una entrada que combina dos de mis aficiones, la fotografía y los viajes. Aprovecho también para agradeceros vuestro constante apoyo y vuestros comentarios.


Frank Hurley fue el fotógrafo que acompañó a Sir Ernest Shackelton en su expedición al Polo Sur en agosto de 1914, una de las últimas grandes aventuras del pasado siglo. Caroline Alexander nos lo cuenta muy bien en su libro Atrapados en el hielo, cuya portada es precisamente la primera foto que he subido.


Ya os hablé de esta expedición con motivo de la exposición que tuvo lugar en el Jardín Botánico de Madrid hace dos años, así que sólo os traigo unas pinceladas sobre este fotógrafo australiano que compró su primera cámara a los diecisiete años, participó en varias expediciones y vivió en primera persona las dos guerras mundiales.

De formación autodidacta, era conocido por asumir grandes riesgos con tal de lograr instantáneas más impactantes. Como tantos reporteros de guerra, también fue duramente criticado por componer y manipular algunas de sus fotos, un estigma del que se libran pocos.

No obstante, pienso que su pericia quedó ampliamente demostrada al fotografiar el Endurance mientras estuvo atrapado en el hielo, durante la larga noche antártica.





Regresó de los hielos antárticos para fotografiar la Primera Guerra Mundial en Ypres, un pueblo que tuve la ocasión de visitar varias veces mientras viví en Bruselas y que me impresionó por sus cementerios y memoriales interminables.

Manipuladas o no, Frank Hurley nos dejó un legado de bellas imágenes. Muchos de sus negativos han sido digitalizados y pueden consultarse en la página web de la National Library of Australia.



Me pregunto si algún día podré ir a la Antártida. Eso sí, sin jugarme la vida ni afrontar los peligros que tuvo que sortear él.